Javier Vázquez Delgado recomienda: DC Inédito – Zatanna: Come Together
Zatanna Zatara pertenece a ese grupo de personajes diferentes a la línea de héroes más tradicional de DC Comics. No es una superheroína al uso, aunque sus acciones sí que sean heroicas y se preocupe por el bien de los demás. Simplemente es diferente porque su perfil no es el de una justiciera que sale a combatir el crimen, salvar a los ciudadanos de catástrofes, evitar tragedias en accidentes ni socorrer, aunque llegado el caso nunca negará su ayuda a nadie que necesite de sus poderes. El caso es que sus aventuras son diferentes. Su mundo está en el universo de la magia y la brujería, elementos en los que más consigue brillar. Detalle que no le ha impedido pertenecer a la Liga de la Justicia, equipo al que llegó a unirse en Justice League of America #161, diciembre de 1978, incluso formar su propia facción de la misma, la Liga de la Justicia Oscura, serie que resultó ser una de las más gratas sorpresas de los New 52, de la cual fue fundadora y líder en sepiembre de 2011.
Realmente es una bruja que está del lado del bien. Aunque ese término tampoco suele ser el más utilizado al referirse a ella. Al ser hija del aventurero Giovanni Zatara, un mago profesional que comenzó a actuar en Action Comics #1, combinando sus actuaciones con la lucha contra el crimen; y Sidella, perteneciente a una raza de humanos ancestral que desarrolló habilidades innatas para el uso de la magia conocidos como Homo Magi, Zatanna es una perfecta mezcla de hechicera y heroína. El perfil mostrado desde su primera aventura ampliaba el abanico de posibilidades de los superhéroes de DC.
Ella fue hija de la Edad de Plata, apareció por primera vez en Hawkman #4, noviembre de 1964, siendo Gardner Fox y Murphy Anderson sus creadores. Era una época de renovación de los personajes de la compañía. Pues en aquellos años de finales de los 50 y primeros de los 60 habían ido apareciendo las nuevas versiones de Flash, Green Lantern, Átomo y el propio Hawkman, que al igual que Aquaman estrenaban serie por primera vez en casi un cuarto de siglo de historia. Se había constituido la primera Liga de la Justicia y las primeras crisis, esas entrañables aventuras que anualmente, en el mes de agosto, juntaban a las dos únicas tierras conocidas entonces para combatir amenazas cósmicas.
Zatanna resultaba una completa rara avis. Basó sus orígenes en la magia, expandiendo además la leyenda del personaje de su padre, que había sido uno de los ilustres secundarios de la Edad de Oro. Puede considerarse una reinterpretación suya o, como terminó ocurriendo con Canario Negro, una sucesión del legado. El caso es que Zatanna entró de lleno en el Universo DC liderando su propio crossover encubierto, uno de los primeros de la historia, sino el primero, que ha quedado casi en el olvido popular, pues cruzó varias series continuando su aventura en la búsqueda de su padre, entonces desaparecido. Así, apareció consecutivamente en Hawkman #4, Detective Comics #336, The Atom #19, Green Lantern Vol. 2 #42, Detective Comics #355 y finalmente Justice League of America #51, que salió a la venta en febrero de 1967, culminando dos años y medio de un misterio narrado a cuentagotas. Esta aventura se recopiló en JLA: Zatanna’s Search, enero de 2004.
Editorialmente no llegó a tener estabilidad ni protagonismo. Ha sido un personaje recurrente, con apariciones intermitentes con el paso de las décadas. Durante los años 70 protagonizó historietas en Adventure Comics de la mano de Len Wein y Gray Morrow, de manera muy esporádica en Action Comics, haciendo de complemento en los cinco primeros de la primera serie de Supergirl en 1972 con Marv Wolfman y Cary Bates acompañados por Don Heck, hasta incorporarse de lleno en el reparto de Justice League of America, como señalaba en el primer párrafo. Con el gran equipo estuvo en los años oscuros. Fue el penúltimo personaje en formar parte de la alineación antes de la creación de la Justice Leage of Detroit, llegando solo antes que Firestorm, personaje que en los finales años 70 gozó de gran protagonismo. Igualmente, Zatanna se quedó en la Liga hasta su disolución en Justice League of America #261 de abril de 1987 que supuso el final de la primera serie.
Al mes de terminar su recorrido en la Liga vio la luz un número especial de Zatanna, de Gerry Conway espectacularmente dibujado por Gray Morrow. La historia anunciaba en su primera página que ocurría antes de Justice League #248. Se trataba de una aventura intimista de la propia Zatanna acompañada por Jeff Sloane, su manager, un personaje muy importante en su vida durante los 70-80 que vivía en esta su última historia. Juntos realizaban un viaje astral hasta la ciudad de los Homo Magi para descubrir por qué estaban cayendo en una muerte por somnolencia. Ésta iba a ser una mini serie de cuatro números que acabó diseñándose como novela gráfica de 64 páginas. Finalmente, la primera serie de Zatanna llegaría entre los meses de julio y octubre de 1993, que es la que nos ocupa.
Con el paso de los años no han sido muchos los títulos propios de la hija de Zatara, más allá de sus apariciones en múltiples series como Detective Comics, The Books of Magic, Bombshells y las series de la Liga. Su trayectoria en solitario puede resumirse en el relato de 48 páginas Zatanna Everyday Magic de abril de 2003, de Paul Dini y Rick Mays; Seven soldiers: Zatanna, que fue un tie in del crossover que le da título de cuatro números de Grant Morrison y Ryan Sook publicada en 2005 y fue publicada por Planeta, además de la segunda serie con su nombre en 2010, que supuso el regreso de Paul Dini al personaje con los dibujos de Stéphane Roux, que tuvo 16 números de duración, título también inédito y que un día merecerá su revisión.
En la pasada década tuvimos mucha presencia del personaje en primera línea con la Justice League Dark, en sus dos series principalmente, publicadas por ECC, al igual que el one shot Canario Negro/Zatanna de 2015, además de protagonizar Mystik U (reseñamos el primer número aquí), una mini de tres entregas que posiblemente engrosará la lista de material no publicado en nuestro país. Un título interesante que planteaba un nueva versión del origen del personaje, algo que se hacía de tal manera por primera vez (obviando el reboot New 52) situándola en una universidad para jóvenes magos, una versión muy especial de Hogwarts. Todos estos títulos demuestran el potencial del personaje, que aún siendo de los más veteranos de la editorial, sigue siendo uno de los más desaprovechados, pues en la gran mayoría de sus aventuras la hemos visto como miembro de un equipo y no como la protagonista que merece ser.
Autores de Zatanna: Come Together
Una de las razones por las que me decanté a la hora de leer esta serie es que tiene los lápices de Esteban Maroto, querido dibujante en la redacción, a quien dedicamos un ZN Day el año pasado para revisar su carrera y obras más destacadas. El bueno de Maroto llevaba tiempo publicando en USA cuando se dedicó a la serie de Zatanna. Y ésta fue, de hecho, su última colaboración con DC Comics después de haberse ocupado de Amethyst en 1987, Action Comics Weekly #619en septiembre de 1988 y Las Crónicas de Atlantis en 1990, además de su colaboración en los números #1 y #9 de Who’s Who in the DC Universe entre 1990-91.
Contaba en la entrevista que concedió a ZN que la editora Kim Yale, quien fue muy entusiasta con esta serie, detalle podía entreverse en los textos que se publicaron en cada una de las entregas, falleció de cáncer después de la publicación de la misma. Este trágico acontecimiento provocó el daño colateral de la desvinculación de Maroto con la editorial, pues se enteró de la defunción al paso de los años. En ese tiempo nadie de DC se puso en contacto con él, pensando durante años que no estaba recibiendo nuevos trabajos porque no había gustado su labor en esta serie. Lo cual fue una lástima, pues podría haber tenido una larga y prolífica carrera en DC, aunque siguió trabajando para otras editoriales internacionales.
Kim Yale era la mujer de John Ostrander. Trabajaron juntos durante la etapa del Escuadrón Suicida, el spin off de Deadshot de cuatro números y también en la serie de Manhunter como co-guionistas. Yale compaginó su labor de guionista con la de editora, llevando otros títulos como Advanced Dungeons & Dragons, Star Trek, Forgotten Realms y Outlaws entre otros, series muy interesantes, caídas también en el fondo de archivo editorial, pero que son un reflejo, al igual que la serie de Zatanna, de la diversidad temática que imperaba en DC a finales de los 80 y principios de los 90. Parte del legado de Yale por el que es recordada es por ser la co-autora, junto a su marido, del origen de Barbara Gordon en su transformación como Oráculo. Se trata de una historia que escribieron juntos y fue incluida en The Batman Chronicles #5, en junio de 1996.
Lee Marrs fue la guionista de esta historia. Se trata de una escritora con una prolífica carrera en el cómic independiente, siendo en los 70 una de las primeras mujeres en ser reconocidas en este género, principalmente por ser la autora de The Further Fattening Adventures of Pudge, Girl Blimp, un título transgresor en su momento por estar protagonizado por una niña de 17 años con sobrepeso que viaja haciendo autostop a San Francisco con el sueño de perder su virginidad, que incluía mensajes con mucha crítica social, feministas y reflexiones acerca de la orientación sexual.
En editoriales mainstream no tiene un largo recorrido, para DC Comics trabajó temporalmente en cabeceras como Plop!, Weird Mystery Tales y House of Secrets, en la época en que el editor era Joe Orlando, a quién conoció gracias a Tex Blaisdell, autor de tiras de prensa conocido sobretodo por su trabajo con la huerfanita Annie. Más adelante, también trabajó en títulos como Wonder Woman Annual 1989, Viking Glory: the Viking Prince y Batman: Legends of the Dark Knight, además de la obra que pasamos a comentar.
Una aventura de magia y brujería
Edición original: Zatanna. Come Together #1-4 USA, 1993.
Guión: Lee Marrs.
Dibujo y entintado: Esteban Maroto.
Color: Eric Kachelhofer.
Formato: Grapa.
La trama sucede en la San Francisco de finales de 1993, con una Zatanna Zatara asentada en la ciudad, trabajando en una productora discográfica, alejada de la Liga de la Justicia, de la magia y de toda su vida anterior. Está buscando un nuevo camino como una humana más, queriendo dejar atrás todas las aventuras que vivió como superheroína. Una idea que no era entonces la primera vez que se leía o veía en alguna otra historia, pero en esta ocasión resultaba tiernamente encantadora, porque la protagonista sigue usando sus poderes a escondidas, cuando ayuda como voluntaria a construir hogares para los sin techo. De cara a los demás voluntarios es una más, con su martillo y un cinturón de herramientas, pero al quedarse sola en la hora del almuerzo aprovechaba para recitar los clásicos hechizos de la familia Zatara hablando al revés para acelerar la construcción.
Aquí tenemos un pequeño error de edición, pues pronuncia sus encantamientos como una oración completa escrita hacia del revés, cuando los tradicionales hechizos de su padre y los suyos siempre se habían escrito en orden de palabra por palabra correcto pero con las letras cambiadas. Puede que fuese un error editorial, porque históricamente siguió haciéndolo como acostumbraba.
Detalles como este aparte, Zatanna no puede dejar atrás su pasado por dos motivos que no dejan de atacarle. El primero es que siempre ve espíritus, apariciones de criaturas monstruosas y fantásticas allá donde vaya. Caminando por las calles de San Francisco, en su casa, dondequiera que vaya ve entre la multitud algún monstruo que pasea entre la gente por sus mismas calles, habitando en distinto plano dimensional, pero siempre a la vista gracias a sus dotes de brujería. Normalmente pasa de ellos, pero poco a poco empieza a percibir cada vez más y más cantidad de estos seres, lo cual le lleva a preocuparse y buscar respuestas. El otro motivo que no le deja continuar con su vida de humana corriente es que todas las noches tiene pesadillas. Sueña con su madre, Sindella, pidiéndole ayuda desde un lugar infernal, en donde también se le aparece John Constantine, pero no puede ayudarle.
Tanto las apariciones de criaturas del mundo místico como los sueños con su madre están hilados. Para investigar la naturaleza de estos hechos que tanto le quitan el sueño acude al refugio de Tannarak, uno de sus antiguos enemigos, pero con quien en ese momento mantiene una relación cordial como vínculo con el mundo de la hechicería. Él le cuenta que se está formando un nexo mágico en el área de San Francisco con el plano astral (estoy seguro que Joss Whedon bebió de esta idea para hacer Buffy Cazavampiros cuatro años después) y que por ello hay tantas criaturas paseando por la ciudad a su vista, pero todavía invisibles para el resto de los mortales. En ese momento él decide atacarla por sorpresa, demostrando que sus rencillas no se han terminado. Tras una batalla en la que Zatanna logra inmovilizarlo con mucho esfuerzo, usando recursos de su padre, lo cubre con un montón de sillas de madera del lugar y se escapa. Pero nada más salir avista a el espíritu de su madre, que le avisa de que hay un antiguo enemigo llegando y que debe de tomarse su fracaso en serio. Palabras que rebotan en su conciencia. ¿Qué fracaso?
Desaparece al instante, pero Zatanna se toma el mensaje de su madre muy a pecho. Durante su combate contra Tannarak ha comprobado que la magia de su padre no le responde a la velocidad que debería tras pronunciar los hechizos. Siente que hay algo en sus poderes que debe de arreglar. Además, ya está enterada de lo que pasa y empieza a trazar un plan para evitar el caos que pueda armarse en la ciudad cuando llegue ese antiguo enemigo. Para ello, reclama la ayuda de Marsha, una amiga suya, una mujer mayor, madre de un músico que trabaja para ella, Joshua, con quien iniciará una relación hacia el final de la historia. Marsha es miembro de un aquelarre que se reúne para ayudar a Zatanna y sumarse a su poder. Una gran criatura está llegando y amenaza con arrasar la ciudad con temblores sísmicos que van sucediéndose paulatinamente con más intensidad, hasta el momento en que se abre el suelo y con ella llegan cientos de monstruos, obligando a Zatanna a dar lo mejor de sí para evitar el desastre.
Es una historia corta, un tanto sencilla en su planteamiento, pero está muy bien trabajada porque el personaje de Zatanna experimenta una completa evolución necesaria para que el desenlace funcione. Y lo hace conforme pasan los números. Trabaja con sus poderes hasta mejorarlos. Investiga entre los objetos que guarda de su padre para ayudarse de ellos. Comprueba que con su ira puede ser más poderosa, pues sus emociones se reflejan en sus hechizos, pero aprende a controlarlos sin necesidad de alterar su estado de ánimo. Y el personaje de Marsha, como guía personal y espiritual, enriquece mucho la trama, ayudándo a la protagonista a dar los pasos necesarios para el enfrentamiento final. Entendiendo el lector en ese último número el subtítulo Come together de la obra.
Una batalla campal que, como todos los números, está genialmente dibujada. En Zatanna: Come together el gran Esteban Maroto hizo gala de su amor por las historias de brujería, los personajes del mundo mágico, las criaturas monstruosas y los paisajes infernales como bien ha reflejado a lo largo y ancho de su bibliografía. En todas las páginas con apariciones, escenas oníricas y despliegue de ataques mágicos lucía de manera espectacular, aportando la creatividad y ambientación necesarias para transportar al lector a ese mundo oscuro que rodea la aventura de Zatanna. Dibujaba la energía proyectada de sus manos con dinamismo y detallando formas que transmiten efectos de psicodelia que iban como anillo al dedo al cómic. Introducía cada pocas páginas alguna viñeta que presentaba demonios y al monstruo Xaos, el antagonista definitivo, surcando lugares subterráneos, haciendo entender al lector que alguien estaba llegando a la superficie.
El diseño de personajes de la obra es otro punto fuerte. Igual que hizo en las Crónicas de Atlantis y Amethystcon todo el Mundo Gema, tuvo el trabajo de dar enfoque a la propia Zatanna y todo el reparto de la obra. Caracteriza a cada secundario de manera distinta, en función de su pertenencia a tribus urbanas como la secretaria punky de Zatanna, Marsha y su aspecto de adivina comúnmente conocido, el novio trajeado que tiene al principio, un aspecto más bohemio a Joshua y la mezcla socio cultural de la población de San Francisco que desfila con múltiples figurantes en todas las viñetas en que pasea por las calles. Además del espectacular paseo de monstruos y criaturas místicas. También diseñó un nuevo aspecto para Zatanna, con corte de pelo de la época, un vestuario cambiante en función de si está trabajando, cenando en un restaurante, en casa o construyendo casas para los pobres. Además de un nuevo traje de batalla, con chaqueta y pantalón, una novedad que no duró mucho pues avanzando en los 90 volvió a un diseño más clásico. Como curiosidad, Maroto lo mismo la dibujaba con una camisa debajo de la chaqueta como sin nada, aleatoriamente según la viñeta, luciendo preciosos destellos de erotismo que siempre han sobrevolado en torno a su figura.
Otro punto a destacar, esta vez del guión, es el trabajo de Lee Marrs para contar una historia que mira hacia delante en el desarrollo de Zatanna, pero sin olvidar detalles de su biografía, como su relación con John Constantine, quien solo aparece en proyecciones durante sus sueños pero de quien habla varias veces, haciendo mención a sus dotes deductivas. Pero sobre todo, su padre. El bueno de Giovanni Zatara había muerto en aquel legendario Swamp Thing #50, para salvar la vida de su hija durante el aquelarre de magos y hechiceros que combatió la destrucción durante la Crisis en Tierras Infinitas. Pero Zatanna no olvida la manera de trabajar que tenía él, cómo pronunciaba sus hechizos, la destreza con la que se desenvolvía en todas las situaciones a las que se enfrentaba, las páginas en que rebusca entre sus antiguos objetos están llenas de sentimiento y homenaje al gran mago. Además, la recuperación de su madre, con apariciones astrales e invocaciones, son una maravilla y la única vez que goza algo de protagonismo en su corta historia.
Es de ley señalar el esfuerzo que hace durante toda la obra de dar relevancia a la amenaza. Las personas con que se cruza Zatanna cuando ve a su madre se quedan estupefactas al verla hablar sola, pues no ven el espectro. Los movimientos de tierra que provocan terremotos y destrucciones poco a poco son reflejados en televisión, las radios de los coches y las pantallas de los escaparates de las tiendas. Se ven declaraciones de varios medios de comunicación. Durante la batalla final muestra a mucha gente herida, personas huyendo y un gran caos en la ciudad. Le da mucho peso a la importancia de los poderes y la acción de Zatanna para poner fin al problema, como la única salvadora capaz de intervenir. Tal vez falta algún detalle que la encumbre como superheroína, como un reconocimiento popular. Pero el lector sabe que ella es quien salva el día.
Zatanna: Come together es una pequeña gran obra. Es una lectura rápida y envolvente. Introduce al lector en el maravilloso mundo mágico del Universo DC. Con más números de duración podría haber explorado muchos caminos relacionados con ese nexo entre mundos. Cuenta con un personaje que siempre ha tenido mucho potencial. Una heroína diferente, con un origen mágico, unos poderes casi ilimitados, una hechicera que siempre ha podido aportar mucho más de lo que los autores le han permitido. En esta mini serie abría un camino que, a la vez que otros títulos de aquellos años de finales de los 80 y principios de los 90, como La Cosa del Pantano, El Espectro, Amethyst, Black Orchid y otros, podría haber durado más, pero que los editores prefirieron primar otros conceptos, dejando a estos personajes en sus maravillosos mundos.
El paso del tiempo desde que se publicó hace que sea difícil verla llegar algún día. Pero nunca hay que perder la esperanza. Tal vez si el personaje de Zatanna llegara a ponerse muy de moda, quién sabe, gracias a alguna película de la Justice League Dark de la cual se ha hablado durante años, podríamos llegar a ver un tomo con esta miniserie que nos haría muy felices. O un especial de la obra de Maroto. Siempre que hay que confiar en la magia.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario