Javier Vázquez Delgado recomienda: Los Cazafantasmas #01-02

Edición original: The Ghostbusters #1-4 IDW.
Edición nacional/ España:Fandogamia.
Guion: Erik Burnham.
Dibujo: Dan Schoening.
Entintado: Dan Schoening.
Color: Luis Antonio Delgado.
Formato: Rústica, 120 páginas, color.
Precio: 12,00 euros / 4,50 euros digital.

¿A quién vas a llamar?

El 5 de diciembre de 1984 se estrenó en España la película de Los Cazafantasmas, una cinta que mezcla con habilidad géneros tan aparentemente incompatibles como el terror, la fantasía, la ciencia ficción y la comedia, y que resultó todo un éxito de taquilla en todo el mundo. El fenómeno que causaron a mediados de los ochenta se ha extendido a lo largo del tiempo y hoy continúan teniendo una legión de fieles aficionados que disfrutan con las aventuras de estos cuatro singulares investigadores de los paranormal, mientras se escucha de fondo el sonido de las sirenas de su ECTO-1 (un Cadillac Miller-Meteor). Una pasión que trascendió al cine, saltando a infinidad de productos adicionales con los que poder explotar la franquicia de múltiples formas. Figuras de acción, series de dibujos animados, videojuegos, juegos de mesa, de rol, libros y por supuesto comics, han ido apareciendo a lo largo de los años para que su memoria no quede en el olvido.

Una franquicia que tuvo que luchar duro para poder llegar a las salas de cine (la marca estaba previamente en uso en una mediocre serie de animación), que sufrió varias reescrituras de guion, así como la falta de confianza en el producto por parte de Columbia, que vio como todo eso quedaba atrás cuando los 30 millones de presupuesto se transformaron en una taquilla de 291 millones de dólares. En 1989 se estrenó la secuela directa, pero los resultados no fueron los esperados, lo que provocó que no se continuara la saga en la gran pantalla. Pero el legado continúa y tras el estreno de una nueva película protagonizada por un nuevo equipo de Cazafantasmas de recepción injustamente tibia, este año debería llegar una nueva entrega con la que continuar la saga.

En la actualidad es la editorial norteamericana, IDW, la que publica los comics dedicados a continuar las aventuras del grupo con cruces con otras franquicias y desde 2014 una serie regular. IDW no ha sido la primera editorial en publicar comics de la franquicia, empezando en los años ochenta por Now Comics que explotaba los derechos en América y Marvel, que lo hacía en Europa a través de su filial Marvel UK. Ambas series comenzaron en 1988 con una relación de la franquicia con el noveno arte que viene de la época dorado del grupo.

Desde entonces se han ido publicando infinidad de trabajos en distintas editoriales, Estudio 88Mph, Titan Books (que recopiló el trabajo de Now y Marvel), Welsh Publishing… y es que hasta han podido disfrutar de un manga como protagonistas.

En la primera entrega de Fandogamia nos encontramos con un trabajo que quiere rescatar la esencia más pura del concepto de 1984, siendo una propuesta que se cimenta sobre los acontecimientos de las películas, en una suerte de tercera parte de la fallida cinta que nunca se llegó a rodar. Un regreso, el de Gozer, que busca no cometer los mismos errores que en su primera incursión y que de nuevo se debe ver las caras con los cuatro investigadores que acabaron por derrotarle.

Trasladar la esencia implica poder reconocer a los personajes de forma clara, por su forma de ser, su forma de actuar y su forma de hablar, tres pilares que han de estar bien cosidos si se desea poder logra el mismo tono que las películas. El objetivo se cumple con creces y todo aquel que haya visto las películas, podrá ver que todos los rasgos distintivos de cada protagonista son perfectamente reconocibles sin problema alguno. Un ejercicio el que realiza Erik Burnham con acierto, permitiéndose el gusto de añadir cameos muy especiales, tanto en el primer y segundo tomo, que añaden disfrute adicional al conjunto.

Edición original: The Ghostbusters #5-8 IDW.
Edición nacional/ España: Fandogamia.
Guion: Erik Burnham.
Dibujo: Dan Schoening.
Entintado: Dan Schoening.
Color: Luis Antonio Delgado.
Formato: Rústica, 120 páginas, color.
Precio: 12,00 euros / 4,50 euros digital.

Tan bien hace este trabajo de conversión del celuloide al papel que al igual que la película no tiene una historia especialmente profunda, aquí ocurre exactamente lo mismo. El primer tomo se mueve por las mismas aguas, sin apenas profundizar en los personajes que simplemente pasan por la historia a modo de paraje desarbolado, tirando de sus propios tics a la hora de marcar claramente sus diferencias. Viene a ser un punto medio entre una presentación para los neófitos y una puesta de largo continuista para los más entendidos.

Este problema se resuelve en la segunda entrega, que ya se centra en ir un paso más allá y sí evoluciona, no solo el concepto de Los Cazafantasmas como tal, sino que sus propios integrantes se van perfilando y desarrollando un fondo emocional superior al que se pudo ver en el tomo uno y en las propias películas. Ya no se trata de una sola forma de ser llevada al extremo, ahora hay más donde poder descubrir que hay detrás de ese mujeriego, ese científico, ese soñador y ese realista. Son cuatro seres humanos que atesoran miserias y miedos a sus espaldas cargadas con mochilas positrónicas.

Hay una clara evolución en ese aspecto y se agradece que a partir del quinto número se genera la desconexión progresiva con las películas para buscar nuevos caminos y explorar mejor el microcosmos de la franquicia.

En el apartado gráfico Dan Schoening apuesta por la caricatura para evitar el efecto Star Wars que se produce en los comics de esta otra franquicia. Su trabajo funciona a la perfección, pudiendo reconocer a los personajes por sus principales rasgos físicos, pero sin sentir que esa cara no es la de Harold Ramis, por poner un ejemplo. Inteligente jugada la que se lleva a cabo y que aporta un valor añadido al conjunto.

Lo único es que este estilo de dibujo puede generar la falsa impresión de estar frente un cómic para niños, cuando en su interior se esconden escenas de fuerte calado terrorífico a media que la serie va pillando ritmo. Que parezcan dibujos animados no implica que deba ser un producto infantil, aunque si lo acerca más y mejor a una franja de edad inferior a la que un producto con un acabado visual más realista podría hacer pensar.

Un trabajo elegante, hecho con cariño, con intención, que se materializa en una obra ligera, perfectamente digerible, que se disfruta por su acertado equilibrio de humor y terror. Una serie que empezó hace ya tres años en junio de 2017 y que sirve de crisol nostálgico para recuperar a una de las franquicias más sólidas del cine de los ochenta.



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