Javier Vázquez Delgado recomienda: Young Justice #7-10

Edición original:Young Justice núm. 7-10 USA
Edición nacional/ España:ECC Ediciones
Guion: Brian Michael Bendis
Dibujo:Evan Shaner, John Timms, Kris Anka, André Lima Arújo, Nick Derington, Dan Hipp
Entintado:Evan Shaner, John Timms, Kris Anka, André Lima Arújo, Nick Derington, Dan Hipp
Color:Gabe Eltaeb, Dan Hipp,
Formato:Grapa, 24 págs. A color.
Precio:2,25 € por grapa

Tras el primer y largo arco argumental en Mundogema en el que el equipo se forma de nuevo, los aficionados tenían ganas de saber cómo Bendis encaraba la historia, esperando que contara más sobre el misterio que rodea a la ausencia de los personajes, que de primeras era algo de lo que no se esperaba aclaración pero que el autor sorprendió gratamente al demostrar su intención de explicarlo. La primera página de la grapa número siete promete mucho: “Una vez reunidos deben encontrar el camino a casa y responder muchas preguntas sobre dónde ha estado el equipo e incluso cómo es posible que se recuerden entre sí”. Justo lo que los aficionados queremos leer, una justificación de la razón por la que no han estado desde el New 52 en liza. Quizás no tanto como grupo pero el ver cómo se encaja la falta de Conner o Cassie o Bart en mayor o en menor medida tras el Flashpoint, es uno de los grandes puntos de interés de la serie. Desgraciadamente estos números no indagan en esto, sino en la primera parte de la frase “deben encontrar el camino a casa”, algo que será más complicado de lo que parecía en un principio.

Desde Mundogema no se lo iban a poner tan fácil a nuestros héroes y no los envían precisamente a su tierra. Comienza aquí un delirante viaje por el multiverso, primera parada un universo donde la Liga de la Justicia es cartoon. ¿Será esta tierra 42 o no se encuentra en el multiverso de Morrison? Los pequeños y simpáticos héroes se muestran muy eficaces, seguramente porque Impulso amenaza varias veces con comérselos y enseguida los teletrasportan de universo.

Esta vez llegan a tierra 26 de Captain Carrot, sumando una aparición más (no son pocas) de estos curiosos personajes en el universo DC. Algunos miembros del joven equipo llevan mejor que otros el viaje, los novatos como Jinny Hex se muestran realmente impactados. En la yincana multiversal acaban en el mundo de Kingdon Come, tierra 22. Bueno, un Kingdon Come a lo Bendis. El paso por las tierras no se parece a lo que podría dar Morrison o al cariño con el que trataría Waid su universo, debido al innegable tono juvenil que tiene la serie y a que todo este viaje es, de paso, sin embargo resulta entretenido todo el periplo. De ahí el nuevo salto multiversal, por fin a casa, pero no, el Doctor Destino se equivoca en los cálculos. Y aquí se llega al que de seguro Bendis tenía pensado en un principio fuera el destino del joven grupo, porque se detiene el vaivén entre mundos y se centra la trama, tierra 3. La tierra del Sindicato del Crimen. En esta ocasión no trastea con las líneas temporales como ocurre en su serie de Superman y los que se suponen muertos en este mundo, lo siguen estando, como contraparte se saca una Young Justice malvada. Amaxon Thunder, Luthor-El, Speed Zone, Hex, Drake. Nombre que de buenas a primeras tomará nuestro Red Robin por ¿decisión de Impulso? Y es que Bendis se está empeñando en dejar su impronta en DC de la manera más fácil, haciendo cambios en los héroes. Con buenas historias es más difícil claro. Hacer crecer a Jon, cambiar el nombre a Red Robin, lo que se viene con Superman. Golpes de efecto. Justificados o no, cada uno tendrá su opinión pero eso es lo que hace Bendis. Habrá que ver lo que nos cuenta el calvo de Cleveland en la continuación de sus efectistas premisas, pues todas tienen que evolucionar aún, algo lógico en la forma en la que Bendis estructura sus historias con un largo preludio, casi siempre cocidas a fuego lento. La Batwoman de tierra 3, Sthepanie Brown, será fundamental en las aspiraciones de los jóvenes de tierra 0. Un Tim Drake heroico y “enamorado” no dejará sin prestar su ayuda y la del equipo en la guerra contra el joven Sindicato del Crimen.

En los siguientes números el autor nos cuenta (por fin) sobre nuestros protagonistas. Nos muestra el origen de Teen Lanter y Jinny Hex dejando claro que estas nuevas incorporaciones al equipo son realmente principiantes en esto del superheroismo. Ambos personajes están bien construidos (quizás no tanto su nacimiento como héroes) y se adivinan sus perfiles rápidamente. Keli, así se llama la de la luz verde, una chatarrera que encuentra los poderes por casualidad en su barrio marginal de La Paz, Bolivia y escapa de este lugar emocionada en busca de aventuras. A Jinny como es lógico y era de esperar, todo le viene de familia y se ve envuelta en la primera batalla de la serie por casualidad.

Del dibujo se encarga el costarricense John Timms con un estilo efectista que pega muy bien con la serie, dinámico en sus composiciones de página con fondos no exentos de detalle. Sin embargo este cómic tiene muchas páginas “sueltas” dibujadas por otros autores, Dan Hipp, David Lafuente, Nick Derrington, Andre Araujo, teniendo todos un parecido aceptable con el titular, siendo esto muy frecuente en DC Cómics desde el Renacimiento, el cuidado que tienen en tratar de dotar de un estilo uniforme cada una de sus series. El color de Gabe Eltaeb está a la altura utilizando una paleta muy viva que casa muy bien con el cómic.

En comparación con otro de los cómics juveniles de la editorial, Jóvenes Titanes, de Adam Glass, coinciden en estar bien escritos y tener divertidos diálogos pero el de Damian Wayne es más efectivo manteniendo el interés por la trama y eso que juega con personajes que de por sí, no lo tienen, como sí es el caso de Superboy, Red Robin, Impulso o Wonder Girl. De todas formas Young Justice no engaña a nadie. Es una serie incluida en el sello Wonder Comics, el más juvenil de la editorial, por lo que el tono teen, inherente de por sí al grupo, se incrementa debido al sello, pero cabría ser esperable. El cómic lo escribe Bendis por lo que conoces que los arcos argumentales van a ser largos y poco explicativos. Sin embargo habrá lectores que impulsados por la nostalgia se acerquen esperando quizás otra cosa, cayendo en un error (es mi caso) pues la serie es lo que es y lo que debe ser dadas las circunstancias que la rodean. De modo que el título puede resultar ideal para los más pequeños de la casa, siendo una serie divertida y fresca y no muy disfrutable por los lectores más veteranos debido al ritmo lento que imprime Bendis a la obra y a lo muy juvenil de su propuesta pero que amparándose en el carisma de sus personajes y leída con benevolencia, de seguro resulta entretenida.



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