Javier Vázquez Delgado recomienda: El Año del Villano #4 El Señor del Océano/Harley Quinn

Edición original:Ocean Master: Year of the Villain núm. 1 USA (one-shot), Harley Quinn: Year of the Villain núm. 1 USA (one-shot)
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guion: Dan Watters, Mark Russell
Dibujo:Miguel Mendoça, Mike Norton
Entintado:Miguel Mendoça, Mike Norton
Color:Ivan Plasencia, HI-FI
Formato:Grapa, 64 págs. A color.
Precio:4,95 €

Termina la publicación del Año del Villano en España, un evento que nos deja mucho más de lo que podría esperarse en un principio de la premisa de Scoot Snyder, cuyos trabajos se basan en el golpe de efecto y el molar por molar. En esta miniserie los autores, con Mark Russell a la cabeza, huyen de esta dinámica para darnos historias personales centradas en la idiosincrasia de cada enemigo con un nivel mucho más alto del esperable para una serie de este tipo. Sinestro y su reflexión sobre el individuo como parte de un colectivo o el Acertijo como hombre frustrado dando un paso al frente para buscar un cambio personal, son una buena muestra de ello. El tercer número tenía un bajón en la calidad pero esta cuarta entrega se rehace para terminar la serie con una introspectiva historia del Amo del Océano y una divertidísima sobre Harley Quinn que no es tanto un cómic de la psiquiatra como sí de todo el elenco de villanos activos este año en DC Cómics.

Un Orm vagabundo, caído en desgracia, merodea por los suburbios de Atlantis. Gracias a sus nuevos “amigos” conoce una leyenda, una antigua que conlleva gran poder y que le llevará a ser capaz de rechazar los dones de Luthor y permitirse ser altivo con él. El Amo del Océano tiene un pueblo que gobernar, los despreciados, pobres, desterrados de Atlantis en la ciudad de Dagon. Un viaje de 24 páginas del subsuelo a la cima (subsuelo otra vez) donde aún sobra tiempo para contarnos una historia de amor o la batalla de rigor en una plataforma petrolífera y lo hace con simpleza, enlazando tramas de manera muy sencilla pero eficaz.

En la grapa del Señor del Océano hay una clara muestra de una verdad ineludible al hombre, todas las sociedades humanas tienen sus lunáticos, sus rechazados o sus inadaptados. La divagación del villano carece de total empatía hacia su ¿amada? Seguramente sí que la ame o él esté convencido de ello pero su amor tiene grandes dosis de necesidad. Aunque el final del capítulo invalida esta afirmación. Un tanto indescifrable e incluso bipolar este Orm escrito por Dan Watters pero que retrata muy bien el egocentrismo, el poder y la soberbia del rey sin que ello le impida representar su lado más vulnerable.

Del dibujo se encarga Miguel Mendoça con trazo elegante, una bonita Atlantis y una narrativa aceptable, sabe dar páginas impactantes. Un autor usado de relleno en diversas series de DC en los últimos tiempos que suele cumplir bastante bien con un nivel medio muy valorable. El color de Iván Plasencia le sienta bien al dibujo, tanto a las atmósferas marinas como terrestres.

El siguiente capítulo de la grapa no es lo que suponemos, o puede que sí, al llevar en la portada a Harley Quinn pero el elevado nivel de irreverencia definitivamente no lo esperamos. Russell cambia el tono superheroico que podría requerir la serie o el más propio, social y reivindicativo al que nos tiene acostumbrados, para darse de lleno a la premisa “Los premios anuales a la villanía” presentado por la eterna (ex) novia del Joker. De hecho el cómic se titula El Villano del Año jugando con el nombre de esta iniciativa. Un Bane discurriendo sobre lo difícil que es gobernar una ciudad, Rogol Zark nominado a mejor villano obsesionado, el Pingüino como ganador al mejor villano de temática aviar, Solomon Grundy como el mejor vestido o el alzamiento del Batman de Flashpoint como villano con mejor justificación moral “mi niño, mi precioso batniñito” son solo una muestra del tono del cómic, enteramente paródico. De forma ingeniosa y mordaz, Russell señala con el dedo las incongruencias de la editorial (extensibles prácticamente a todo el medio) y lo hace sin miedo a sufrir miradas recelosas en los pasillos de Burbank o a que Tom King no le invite a su próximo cumpleaños. Harley demuestra inteligencia y elegancia por la forma en la que neutraliza la amenaza de la que le advierte Luthor y el presente que este le entrega de seguro tendrá buen uso. Puestos a pedir ya podría haber exigido también un boli. Muy probablemente sea mejor así, no me imagino lo chetada que podría estar la payasa con poderes añadidos, con lo mucho que ya suele estarlo armada únicamente con un bate. No hay que olvidar que recientemente escapó de la Trinidad en Héroes en Crisis, entre otras heroicidades atribuibles a la rubia loca. Nada como ser popular para que tus aptitudes se vean incrementadas.

Al dibujo tenemos a Mike Norton que se muestra muy apropiado a esta historia por tener su fuerte en las expresiones de los personajes, sabiendo captar el tono cómico del guion y amplificarlo con su trazo. El artista de Green Arrow/Black Canary o Young Justice retrata gran parte del elenco de villanos de DC Cómics sin alardes pero con mucha solvencia. Con la protagonista y presentadora del evento tiene trabajo extra, cada vez que entrega un premio se cambia de indumentaria. Un pequeño detalle que demuestra el interés que se ha tenido por realizar este cómic con cariño cuando simplemente por concepto podrían haber entregado un trabajo puramente alimenticio sin ningún brillo. Empieza a ser costumbre en el autor de los Picapiedra resaltar cómics que en un principio no tienen interés alguno o sorprender con propuestas muy distintas de lo que, en principio, cabría esperarse.

Una grapa doble que encierra dos buenas historias y que concluye de muy buena forma El Año del Villano, que volverá con, probablemente, ahora sí, grandes dosis de impacto con El Batman que ríe: Se alza el infierno que publica ECC el mes que viene, que sirve de continuación a esta mini y enlaza con el gran evento del año Death Metal de Scott Snyder cuya reseña de su primer número publicado en USA habéis podido leer puntualmente en esta web. Pero esta serie ya está hecha, no nos la pueden cambiar, dejando un poso muy agradable a pesar de los números menos inspirados, sobre todo en la grapa tres, gracias principalmente a Mark Russell que demuestra versatilidad en este evento sin dejar por eso de firmar con su estilo personal. Dos grapas (en una) muy distintas entre sí con un Señor del Océano introspectivo, pedante pero también altruista (solo un poco) y una Harley Quinn presentadora de una alocada gala criminal. Recomendable.



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