Javier Vázquez Delgado recomienda: Joker Sonrisa Asesina-Libro Uno

Edición original:Joker: Killer Smile book one USA
Edición nacional/ España:ECC Ediciones
Guion:Jeff Lemire
Dibujo:Andrea Sorrentino
Entintado:Andrea Sorrentino
Color:Jordie Bellaire
Formato:Cartoné (216×276 mm), 48 págs. A color.
Precio:10,95 €

Jeff Lemire y Andrea Sorrentino, antiguos conocidos, vuelven a colaborar juntos tras sus valorables trabajos en Green Arrow y Old Logan y su muy recomendable Gideon Falls. El dúo se alía con Jordie Bellaire para mimetizar sus artes, de forma muy orgánica y dejarnos un cómic muy disfrutable.

El doctor Ben Arnell “Benji” quiere curar al Joker pero será el recluso quien se encargue de diagnosticar al psiquiatra. Según el discurso del payaso, bien aprendido, no quiere curarlo por altruismo o por salvar a sus, muy probables futuras víctimas, quiere curarlo por realización profesional y placer personal.

La superior del médico le da un plazo de dos semanas más de terapia con el pálido paciente ante sus nulos progresos y la peligrosidad que tiene para la salud mental de Ben tratar con el demente de pelo verde. Pero el Joker ya se ha metido en su cabeza, lo demuestra la compra de cierto regalo. A falta de una explicación mejor sobre el obsequio, que podría darse en las siguientes entregas, el payaso ya trastea como si de un juguete roto se tratara, con la cordura de nuestro padre de familia protagonista. Ben se esfuerza porque su cometido no afecte a su vida doméstica que comparte con su esposa e hijo. Él no lo acepta pero su familia hace semanas que lo nota distante. El trabajo se convierte en obsesión, el sueño, el tiempo y la realidad se vuelven difusos y dan de sí escenas inquietantes, bien narradas por Sorrentino, acompañando las medidas y nunca excesivas palabras de Lemire, creando una obra de terror psicológico muy bien estructurada, con una atmósfera angustiosa e intrigante. El suspense de la obra también debe al excelente trabajo de Bellaire con un color muy apropiado a cada una de las viñetas.

El paciente tiene un camino marcado hacia la locura del protagonista, para él el doctor es un psiquiatra más al que atormentar. Convencido de su innegable poder de atracción, sabe de sobra que todos los que se aproximen demasiado acabaran heridos, solo heridos, en el mejor de los casos, sabiendo que aún así ellos se acercaran pues su magnetismo es hipnotizante. Un Joker alejado de su vertiente más loca e hilarante para centrarse en su parte más astuta, manipuladora y sobre todo inteligente, con mucha conciencia de quien es, que se define como ¿un artista? No, eso sería demasiado pretencioso pero nada es demasiado para este psicópata. Perfectamente perfilado y medido por Lemire que nos muestra a un Joker propio pero muy reconocible.

El cómic se hace muy corto, pasa como un suspiro. No solo porque sea interesante (que lo es) y quieres saber más sobre la historia (que también) sino porque es una grapa doble. 48 páginas bien definidas planteadas muy eficientemente como inicio de la historia. El problema con el cómic viene con el formato. Por calidad de dibujo, el tamaño aumentado se agradece, por calidad de guion, Lemire está muy medido y fino con las palabras, no sobra ni una, un precio algo mayor de lo habitual no dolería en exceso pero 48 página a 10’95 euros influido por la velocidad a la que se lee el libro puede dejar algún lector insatisfecho. A favor de ECC hay que decir que es una edición de lujo muy cuidada y que con toda seguridad la historia se verá recopilada en tomo a un precio más competitivo, como ya ha demostrado anteriormente la editorial con Batman Condenado.

Junto a Harleen , la mejor obra del sello Black Label. Curiosamente dos historias de psicoanálisis sobre el Joker siendo muy distintas entre sí. El cómic sobre la psiquiatra se centra en un monólogo interior (no hay ni uno solo en Sonrisa Asesina) que es más explicativo tratando de dotar de una mayor veracidad el psicoanálisis, al menos en principio. La obra que nos ocupa lo centra todo en el terror psicológico y una caracterización del Joker cruda y tremendamente inteligente muy atrayente por sí misma. La sobreexplotación de los mismos personajes o un mismo tipo de historia, solo provoca desazón cuando las obras realizadas carecen de calidad y el tratamiento no se diferencia en exceso, algo que desde luego no ocurre con estas dos lecturas. DC Cómics y su sello Black Label no echan el freno aquí, el mes que viene ECC publica Joker/Harley Cordura Criminal, guionizada por Kami García y dibujada por Michael Mayhew y Mico Suayan, otra obra en apariencia similar que tiene muy buenas opiniones de crítica y público. Habrá que comprobar por nosotros mismos si los halagos son merecidos. Black Label apuesta, en esencia, por Batman, Joker y Harley Quinn siendo la loca pareja la que mejores réditos reporta en cuanto a cómics satisfactorios para el lector.

En cuanto al dibujo Andrea Sorrentino está muy acertado, un autor con una importante legión de seguidores que disfrutan cada uno de sus nuevos trabajos. Considerado por este redactor un buen dibujante, sin llegar a ser de mis favoritos, aquí demuestra un gran dominio de la narrativa (es habitual en él) pero sus expresiones faciales no terminan de convencer. Además no es muy exigido por el guion, las escenas espectaculares o de acción no tienen cabida en el libro. Con un entintado limpio cuando debe y sucio cuando tiene que serlo, esta circunstancia se da más, nos entrega un dibujo sin alardes, medido, al igual que el guion y definitivamente convincente. El color de Jordie Bellaire como el dibujo, impacta por su versatilidad con páginas luminosas y otras de tonos oscuros, siempre muy bien empleados, consiguiendo un entorno y una atmósfera ideal para el despliegue de la trama. Muy buena combinación de dibujo y color para una gratificante experiencia visual.

En definitiva, un cómic que se lee con devoción y avidez, crudo e incómodo que deja muy buen sabor de boca y ganas de su continuación por ver como su inteligente y despiadado Joker reformula la vida del Doctor Ben Arnell, con un comedido y certero Andrea Sorrentino y muy buen color por parte de Jordi Bellaire. Una de las mejores propuestas del sello adulto de DC Cómics, Black Label, que con unos inicios titubeantes empieza a demostrar todo su potencial.



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