Javier Vázquez Delgado recomienda: La guerra del profesor Bertenev

Edición original:La guerre du Professeur Bertenev FRA, Éditions Paquet
Edición nacional/ España:Dolmen Editorial
Autor:Alfonso Zapico
Formato:Cartoné, 112 Páginas
Precio:24,90€

Con motivo de su 25 aniversario, la editorial Dolmen está volviendo a publicar alguna de sus obras más exitosas en un lujoso formato cargado de extras. Hace uno poco apareció de nuevo La guerra del profesor Bertenev, la ópera prima de Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Un debut más que notable que nos permite atisbar algunas de las características que se convertiran en una constante en sus obras posteriores. Se trata de una obra que fue concebida para el mercado franco-belga, aunque la editorial fuera suiza, aparecida originalmente en el año 2006. Por esta obra fue galardonado con el premio a Autor Revelación del 28º Salón del Cómic de Barcelona además de ganar el Prix BD Romanesque en el séptimo FestiBD de Moulins. Se trata de un álbum de carácter autoconclusivo, pero que dejaba abierta la posibilidad de una continuación, sin embargo, diversos problemas editoriales lo impidieron. Por suerte, Zapico encontró acomodo en el mercado nacional para el que ha producido algunas de las obras más destacadas de los últimos años como Café Budapest, Dublinés, La ruta Joyce, El otro mar, Los puentes de Moscú y su obra más ambiciosa hasta la fecha La balada del norte de la que se encuentra realizando el cuarto y último volumen. Todos estos trabajos han aparecido publicados por Astiberri.

En 1856 en pleno conflicto de Crimea, los ingleses se disponen a cargar contra un batallón ruso. Entre sus filas se encuentra el profesor Bertenev al que el pánico le hace huir del campo de batalla. Mientras huye un alto mando de su ejército le acusa de desertor y le intenta asesinar, pero se salva solo para ser capturado por el capitán Townsend. Un oficial inglés que le llevará a un campo de prisioneros, entre ambos se forja un vínculo que le permite al profesor permanecer apartado del resto de supervivientes de su batallón que le consideran un traidor. La relación entre ambos le sirve a Zapico para cuestionarse la sociedad de la época, el estamento militar y la guerra.

La guerra de Crimea fue un conflicto bélico que se desarrolló entre los años 1853 y 1856. Enfrento a la Rusia zarista de Nicolas I contra una alianza formada por el Imperio Otomano, Francia, Gran Bretaña y el reino de Cerdeña. La causa de la guerra fue el intento de Rusia por hacerse con el control de la península de Crimea aprovechándose del debilitamiento del Imperio Otomano. Se la puede considerar la primera guerra moderna ya que se usaron maquinas modernas como ferrocarriles, barcos de vapor o telégrafos, además de armas modernas. También sirvió para acelerar los cambios políticos en Europa (el debilitamiento del poder de los zares y la revolución bolchevique, la debilitación del Imperio Otomano, la unificación italiana y alemana, etcétera…) que a la larga desembocaron en la Primera Guerra Mundial.

La guerra del profesor Bertenev no es una historia de aventuras al uso como las que nos acostumbran a llegar desde el mercado franco-belga, tampoco es una historia bélica, ni histórica, aunque sí encontramos un poco de cada una de ellas, además de un sentido del humor bastante fino. Es una historia que se articula en torno a la amistad que surge entre Bertenev y el capitán Townsend. En sus conversaciones y forma de ser se refleja la lucha que es esos momentos tenía el progreso, encarnado en Bertenev, contra la tradición, encarnada en Townsend, de igual manera que sucede con la lucha de clases. Las luchas por los derechos sociales se extendían por una Europa que no podía seguir ignorando a las clases más desfavorecidas. La sociedad estaba cambiando a mejor gracias a la cultura y la educación. Una lucha en la que las mujeres también ejercían una parte muy importante como ejemplifica Margaret Palmer, la prometida de Townsend, una mujer de armas tomar con una mentalidad muy avanzada para su tiempo.

En esta obra vemos una de las principales constantes de la obra de Zapico como es situar sus obras en un momento de la historia bastante convulso, a lo largo de su carrera hemos visto obras situadas en plena creación del Estado de Israel, en la conquista de América, en la revolución del 34 en Asturias o en pleno conflicto vasco. Algo que usa para reflexionar sobre los caducos conceptos de amigo y enemigo, pero también sobre las nacionalidades y los discursos identitarios que generan división y odio en los individuos. En este caso además vemos un marcado discurso antibélico, a pesar de que en toda la obra hay un aire romántico, heredado de las grandes novelas rusas que trataron la época, que puede resultar un poco ingenuo. Pero pese a todo consigue reflejar a la perfección la miseria de las guerras y la estupidez de los altos mandos. Un grupo que ama la guerra, pero prefiere enviar a otros a hacerla. En sus obras siempre se ve como trata de separarse de lo que cuenta y no caer en el maniqueísmo, ni tomar partido por ninguno de los bandos. Aunque en esta obra todavía hay un punto de idealización de la época, sin duda, producto de la impresión de la lectura de Anna Karenina de Tolstoi que tenía cuando ideó este álbum como ha confesado en varias ocasiones.

Esos conflictos históricos a los que hacíamos referencias anteriormente siempre tienen como resultado la deshumanización de sus participantes, algo que contrasta con los personajes principales de las obras del asturiano que siempre buscan la tranquilidad y son profundamente humanistas, aunque se ven arrastrados de manera inexorable por terribles acontecimientos. Eso es lo que le sucede a León Bertenev, que como muchos de sus compañeros es obligado a lugar en una guerra que no le importa y que solo le puede traer la muerte. Él es el personaje más humanista de la obra. Un protagonista atípico para una serie de BD, puesto que es miope, frágil y cobarde, la antítesis del héroe tradicional, sin embargo, rebosa carisma. Uno de los grandes aciertos del álbum es que su herramienta para salir de sus problemas es la cultura y la educación. El resto de personajes principales resultan complejos y creíbles, aunque se ajustan mucho a los perfiles clásicos de las grandes novelas. Hay que destacar al Capitán Golitnichef, que es lo más parecido a un villano ‘tradicional’ que hemos visto en las obras de Zapico. Es una figura que encarna todos los males del sector más tradicional del ejército. Posee un sentido del honor caduco que ralla con la obsesión, que le hace capaz de sacrificar a todos sus hombres, aunque la batalla esté perdida.

A pesar de ser su primer cómic, el estilo gráfico resulta muy reconocible, entre sus evidentes influencias están los autores de la Nouvelle BD, como Sfar, Trondheim o Christophe Blain, que revolucionaron la forma de hacer cómic a finales del pasado siglo. La composición de página se ajusta demasiado a la tradicional de la BD más comercial, algo con lo que rompería en sus siguientes trabajos para el mercado español. En sus viñetas se puede ver el gran trabajo de documentación previo, no solo en los guiones, sino también a la hora de recrear los trajes y las armas de la época. El trabajo de color es notable, puesto que sabe usarlo de tanto de manera narrativa como descriptiva. Un trabajo muy bueno para una primera obra, un prólogo de lo que nos regalaría sus siguientes trabajos.

Esta nueva edición de Dolmen es realmente muy buena, además del álbum contiene una entrevista con Zapico, el dossier que el autor presento para conseguir que le editaran la obra y varias páginas de bocetos del segundo álbum que transcurriría en la Francia de Napoleón III, pero que nunca llego a ver la luz.

En La guerra del profesor Bertenev, Alfonso Zapico firma una historia antibelicista sobre la amistad y la importancia de la cultura con una evidente influencia de la literatura rusa de la época. Una importancia de la cultura y la amistad de la que hemos sido conscientes en los últimos meses, ya que nos ha servido de alivio a una situación difícil.

Un debut de altura, para uno de los autores más importantes de España.

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