Javier Vázquez Delgado recomienda: Harley Quinn – Cristales rotos

Edición original: Harley Quinn: Breaking Glass.
Edición nacional/ España: Editorial Hidra.
Guion:Mariko Tamaki.
Dibujo: Steve Pugh.
Entintado: Steve Pugh.
Color: Steve Pugh.
Formato: Tomo rústica, 200 páginas, 23cmx15cm.
Precio: 14,95 euros.

DC Comics tiene numerosas líneas editoriales en las que explota de distinta forma muchas de sus franquicias. Existe Wonder Comics, donde se han recuperado personajes del pasado de la editorial para dotarlos de nueva serie y rejuvenecerlos. También está Black Label, la división de obras de autor, con corte adulto. El Universo Sandman, que explota todo lo desarrollado por Gaiman en los años noventa. Young Animal, Joe Hill, Hanna Barbera, Tierra Uno… un largo listado de sellos con los que poder dar cabida a múltiples propuestas, estilos y géneros con los que poder acercarse todo tipo de lectores.

Dentro de sus propuestas existe una serie de novelas gráficas escritas y dibujadas por autoras y autores de primer nivel (todos ellos han sido best seller en el New York Times), fuera de toda continuidad, fuera de los especiales Otros Mundos, donde dar espacio a desarrollar historias apoyadas por la presencia de alguno de los grandes personajes de DC, como Mera, Wonder Woman, Canario Negro, Catwoman o la que acaba de aterrizar en nuestra tierra, de la mano de Editorial Hidra, Harley Quinn.

En España DC Comics se publica mensualmente y de forma regular por ECC, mientras que Hidra comienza aquí su andadura al editar la línea joven/adulta de DC, con esta obra firmada por la excelente Mariko Tamaki e ilustrada por el magnífico Steve Pugh.

Hidra ha acompañado este lanzamiento de dos obras más (para lectores menores de 12 años) de los que daremos buena cuenta a lo largo de los próximos días, que son: Hola, Liga de la Justicia y Superhero Gilrs.

La obra dedicada a Harley se adscribe a un lector o lectora de 13 años en adelante, por enfoque, temática y tono aplicado en una revisión del origen de este popular personaje, que retrocede hasta los quince años en manos de Tamaki. Todo empieza para Harley con viaje a Gotham para ir a vivir con su abuela, apenas sin tener nada en los bolsillos, para ver como su vida está destinada cambiar con la llegada a la gran ciudad. Su infancia ha sido dura, lo que ha forjado en ella un carácter fuerte, excéntrico y rebelde, pero también cargado de ingenuidad, al que le queda mucho por aprender de la vida de la mano de unas drags queen, y de una en particular, a la que llaman Mamá, y su nueva amiga en el colegio, Ivy.

Con esta premisa Mariko Tamaki se enfrenta de lleno al reto que implica escribir a Harley, un personaje que muchos empiezan ya a ver sobreexplotado por la editorial, pero que esconde matices ocultos que continúan siendo capaces de deslumbrar si quien la escribe entiende bien que hay detrás de esa fachada de arlequín jovial que proyecta.

Lo primero que hay que remarcar es que la obra puede que quiera apuntar a una franja de edad concreta, pero se crece de tal forma que no importa en que momento vital se encuentra uno cuando se tiene en la mano ya que es un trabajo soberbio, directo, elegante, descarnado, con tintes de historia trágica, cargada de esperanza, sobre las elecciones y sus consecuencias. Una historia de la vida.

La escritora de Laura Dean me ha vuelto a dejar, usa los recursos más manidos, los clichés más explotados, para construir su historia y profundizar en un origen fresco y ágil, que se centra en reforzar los matices que van perfilando la forma de ser de Harley. Al final se trata de contar una historia de maduración y de autodescubrimiento, agregando los elementos típicos del Universo DC, pero vistos desde una perspectiva nueva.

Mariko desarrolla una trama cargada de emociones, de sentimientos, de escenas en las que los personajes no se avergüenzan de sentir y de expresar lo que sienten. Son cercanos, son humanos, ríen, lloran, sufren y disfrutan de la vida, sin rendirse, sin dejar de luchar, pues al final a eso se reduce la existencia de todos y cada uno de ellos. Hay un fuerte componente social, un grito a la insubordinación moderada, a no hincar la rodilla, en un primer paso en ese proceso vital que es madurar. A defender en lo que se cree, a no conformarse con lo establecido.

La escritora destaca gracias a como pone frente a frente dos formas de hacer lo descrito en el párrafo anterior. Por un lado, está Ivy y Harley, así como su entorno más cercano, mientras que buscando hacer lo mismo, pero con métodos más que cuestionables, se encuentra el antagonista de la historia como muestra de dos realidades opuestas, pero reales en el mundo actual.

Una historia que filtra muy bien ciertas ideas y las vuelca ante el lector de forma muy honesta y de manera muy natural, fluida y ágil, elevando la experiencia de la lectura. Una experiencia que se ve muy favorecida por el enorme trabajo que realiza Steve Pugh que, desde sus tiempos de Animal Man, no ha dejado de evolucionar, para alcanzar en estos momentos unos de sus mejores momentos profesionales. Su trazo resulta natural, limpio, expresivo, con una narrativa dinámica, a la que favorece como aplica el color en un mundo esencialmente azul y negro. Y es que el color hace acto de presencia de forma contundente en momentos muy concretos de la trama, en la que el rojo y el naranja se hacen protagonistas absolutos.

Una edición cuidada, fiel a la original, de ajustado precio, de lectura obligada. Una historia sobre el crecimiento y la tolerancia, el descubrimiento y la lucha, el dolor y la angustia, de amistad y desengaño. Un trabajo que deja con ganas de más y que pide a gritos una continuación. La espera se hará larga.



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