Javier Vázquez Delgado recomienda: Heroes Return. Los Vengadores 1

Acudiendo a cualquier libro de historia podemos comprobar que algunos de los sucesos más importantes vividos durante el siglo XX y lo que llevamos de XXI son prácticamente calcados de algunos que sucedieron años o incluso siglos atrás. El ser humano suele caer en los mismos errores de la misma manera y cíclicamente.

Podemos trasladar esta cuestión a lo que nos ocupa. Recientemente hemos tenido conocimiento de la noticia de que Diamond Comics ha dejado de ser el distribuidor de DC Comics. Bueno es saber que dicha entidad contaba con un monopolio que le permitió instalarse como el principal distribuidor de cómics en el mundo. Ya sabemos que la pandemia del COVID-19 ha cambiado ostensiblemente nuestra sociedad a nivel social, económico y sanitario. Si bien lo que no podíamos sospechar es que tuviese una influencia tan directa e inmediata sobre el mundo del comic book. Durante la pandemia, DC Comics aprovechó una cláusula en su contrato para adelantar los envíos de sus historietas a través de nuevas distribuidoras controladas por dos de los retailers más importantes de Estados Unidos: Midtown Comics (UCS Comic Distributors) y DCBS (Lunar Distribution).

Lo que simplemente podía parecer una solución temporal se ha tornado en una nueva situación en la que, una vez que Diamond retomó sus servicios, DC Comics ha optado por cortar definitivamente sus lazos con la misma. No debemos olvidar que la relación entre ambas data del año 1995. Con este movimiento sorpresivo se ha producido un cambio sustancial en el escenario de la distribución de cómics en el mundo.

Según estipula Bleeding Cool, DC Comics envió una carta a los dueños de las tiendas explicando su determinación: “Reconocemos que, para muchos de ustedes, esto puede parecer una decisión trascendental. Sin embargo, podemos asegurarles que este cambio en los planes de distribución de DC no se han hecho a la ligera y siguen un largo período de reflexión y consideración. El cambio de dirección está en línea con la visión estratégica general de DC destinada a mejorar la salud y fortalecer al Mercado Directo, así como a aumentar el número de fanáticos que leen cómics en todo el mundo”, informó la compañía.

Las alarmas se han encendido, y las sospechas de movimientos en la sombra no dejan de aflorar, puesto que en Estados Unidos, muchos dueños de tiendas de cómics consideran a Midtown y DCBS como sus competidores directos. Esta situación advierten que supondrá una clara desventaja para las tiendas pequeñas. Tal y como reza el comienzo de este artículo, no es la primera vez que vemos un movimiento similar en el mundo del cómic.

Podemos apreciar el declive en ventas

Este panorama nos recuerda a lo ocurrido en el seno de la Casa de las Ideas, con su aventura con Heroes World a mediados de los noventa. No era a primera vez que se intentaba la autodistribución; Martin Goodman trató de hacerlo en los años cincuenta, con resultados muy negativos. Aquello debía de sonar como la prehistoria, para los dueños actuales. Durante esa época Marvel Comics se vio envuelta en una problemática a nivel económico y editorial que casi la aboca a su desaparición. Debemos traer a colación que llevaba siendo la marca que copaba las primeras lista de venta desde finales de los años 60, pero poco a poco las mismas se estaban desplomando.

Fueron dias muy complejos, con demasiadas decisiones que venían como imposiciones empresariales. Ese ruido, esa furia en los despachos terminó por intoxicar a la parte creativa. Para que los héroes volvieran, antes tuvieron que desaparecer, envueltos en maniobras de mercadotecnia que, pasado el tiempo, se han demostrado como funestas. Por entonces, no se vieron así; es más, avispados gerifaltes de la compañía se las prometían muy felices. Esta es la historia de porqué se necesitó un Heroes Return. Y para ello debemos retrotraernos algo más en el tiempo.

Road to Heroes Return

Heroes Return data del año 1997, pero nosotros vamos a comenzar el relato unos años antes. Volviendo la vista atrás a inicios de la década, hay que rememorar que Marvel Comics llevaba en manos de un conglomerado empresarial, llamado Andrews Group, desde 1989. A la cabeza del mismo se encontraba Ron Perelman, un empresario que había hecho gran parte de su fortuna con el negocio de los bonos basura. Perelman designó como responsables del staff editorial a gente de su confianza como Bill Bevins, de manera inicial, y a Terry Stewart, una vez que Jim Galton se jubiló.

Marvel Comics comenzó a principios de los años 90 una lenta pero continua caída a nivel creativo. Las grandes estrellas del medio que operaban en sus filas (Todd McFarlane, Jim Lee, Rob Liefeld, Erik Larsen y demás), que habían llevado a sus series a las cotas más altas en ventas, se marcharon y fundaron Image Comics. A nivel empresarial, se tomaron decisiones especulativas y abusivas como la compra de otras entidades sin control, ni dirección (la juguetera Toy Biz, Fleer, Skybox, Malibu).


En 1994, Marvel anunció se iban a crear 5 líneas distintas de edición. Los responsables serían Mark Gruenwald (Avengers & Cosmic line), Bob Budiansky (Spider-Man), Bob Harras (X-Men), Bobbie Chase (Marvel Edge) y Carl Potts (Epic y General Entertainment). Había nacido Marvelution. Lo chocante es que si comprobamos los datos de la época, en 1995 Marvel canceló unos 75 títulos, con lo cual no tenía mucho sentido la idea propuesta. Esta extraña decisión obedeció a intentar facilitar la edición y distribución de los cómics que iban a quedar englobados en cada línea. Un antiguo editor, muchos años después, reflejaba negro sobre blanco el sentimiento general: “Lo que hizo Marvelution fue dividirnos….. Ya no eramos una redacción cohesionada“.

Los vaivenes y errores no acabaron ahí. A nivel editorial Marvel Comics fue la protagonista de uno de los grandes pinchazos de la industria del noveno arte, de la mano de la distribuidora Heroes World. Esta empresa fue creada por Ivan Snyder, antiguo mandamás en la propia Marvel. Al ser despedido, con el jugoso finiquito, decidió montar una cadena de tiendas de cómics en Nueva Jersey, además de la citada distribuidora. Para ponernos en situación, es necesario apuntar que esta distribuidora operaba solo en la zona metropolitana de Nueva York. Sin embargo, los por entonces responsables de Marvel Comics tomaron una decisión que supuso un descalabro a niveles nunca conocidos en este sector. El 1 de marzo de 1995 se hizo oficial que los productos de Marvel solo se podrían conseguir a través de Heroes World. Con esta decisión, o imposición, se obligaba a todas las tiendas que tuvieran un interés en su productos (teniendo en cuenta que poseía el 40% del mercado, eran casi todas) a abrirse una cuenta dentro de la nueva distribuidora. La primera de las consecuencias fue que Capital City, entonces la número dos en distribución, demandó a Marvel, por cancelación injustificada de contrato.

Frank Miller, durante un discurso en una convención, dio una descripción acalorada de cómo Marvel estaba tratando de destruir la industria. Otros cuestionaron la sabiduría de la compañía puesto que no tenía experiencia en esa parcela. A pesar de las quejas y reticencias, Marvel continuó su inexorable camino a la perdición.

El dos de abril de ese 1995 asciende a presidente de la renovada editorial Jerry Calabrese, un ejecutivo de marketing poco querido por las tiendas por poner en práctica campañas de venta directa entre la propia empresa y el cliente (Marvel Mart), saltándose así a las librerías especializadas.

En principio, el traje nuevo lucía brillante e inmaculado. Marvel Comics asumió un liderazgo audaz del mercado del cómic con su innovador plan de autodistribución, controlando de primera mano dicha área. Mientras que los editores más pequeños y desafortunados cerraron, Marvel aumentó constantemente su participación en los puntos de venta. Este panorama a primera vista parecía un sueño hecho realidad pues sabemos que los tiburones de Wall Street adoran las empresas con una cuota de mercado creciente. A fin de cuentas, ¿qué importaban los minoristas que habían estado en primera línea, asumiendo riesgos, abriendo nuevos caminos, tratando de atraer nuevos lectores y expandir la base de audiencia de Marvel Comics?

El gran Peter David lo exponía muy bien en su célebre columna “But I Disgress”, y como conocedor de primera mano de lo ocurrido, comentó que las riendas de Marvel Comics estaban en manos de especuladores. David recordaba que Marvel estaba muy interesada por obtener la licencia de Disney Comics. El interés radicaba en establecer una relación continua con Disney que condujese a importantes coproducciones. En tono irónico comentaba que con esta idea era fácil imaginar el ruido de los billetes en la cabeza de los mandamases de la Casa de las Ideas. Con la desaparición de los distribuidores pequeños, quedando el más apto (al modo y manera de Apocalipsis), Marvel obtendría una participación muy alta en el mercado de la distribución, algo que a los accionistas les encantaba.

Claro está, esta manera de dirigir la Casa de las Ideas, no era compatible con lo que de verdad interesaba a los lectores de cómics. Una fábrica de ideas no puede ser solo dirigida por especuladores, y eso es exactamente lo que pasó. Comenzaron los ataques y el desprecio a grandes joyas de este arte, pilares que habían construido lo que fue por años la editorial número uno en el sector. Los billetes rondaban en las cabezas pensantes de Marvel: tal vez una película de nuestros iconos de acción en vivo, una cinta animada de X-Men, un parque temático de Marvel……

La situación a nivel distribución comenzó a ser un caos; dado que Heroes World no daba la talla, se produjeron retrasos o directamente el desabastecimiento. A todo esto se sumó la “guerra de distribuidoras” que impedía que los libreros obtuvieran descuentos por las compras de producto, toda vez que para obtener los soñados descuentos debían de hacerse grandes compras, lo que abocó a que muchas librerías tuvieron que cerrar.

Para 1995, Marvel estaba muy endeudada. Ante las crecientes pérdidas, Perelman decidió continuar en un nuevo territorio: creó Marvel Studios, una empresa que esperaba que finalmente lograra que los personajes más famosos de la compañía aparecieran en la pantalla grande, después de años de disputas legales. Para hacer esto, planeó comprar las acciones restantes en ToyBiz y fusionarlas con Marvel, creando una entidad única y más fuerte.

Los accionistas de Marvel se resistieron, argumentando que el daño financiero a los precios de las acciones de la compañía sería demasiado grande. La respuesta de Perelman fue declararse en bancarrota, lo que le dio el poder de reorganizar Marvel sin el consentimiento del accionista. Al respecto son interesantes las declaraciones de uno de esos accionistas llamado Carl Icahn. Éste trató de oponerse a Perelman: “Era como un fontanero al que le prestabas dinero para que comenzara en el negocio; luego entra, destruye tu casa, luego te dice que quiere la casa para nada “. Debido a esta situación de quiebra, Marvel Comics se ve en la necesidad vender de manera permanente los derechos de imagen de sus personajes a diversas productoras.

En medio de esta vorágine, Calabrese cerró Marvelution y volvió a la figura de editor en jefe, siendo el primer designado Bob Harras, el responsable de la parcela más exitosa de la compañía. El nuevo gran jefe, percibiendo que Heroes World no serviría a los intereses de Marvel, puesto que carecía de infraestructuras, decidió dar por finalizada esa empresa y acercarse al redil de Diamond. Pero sus movimientos no pararon aquí. Empezó a orquestar un gran concepto editorial que a la postre sería conocido como Heroes Reborn. Echando un vistazo a los mejores momentos en ventas de la compañía, se giró hacia los inicios de los noventa, con aquellos millones de ejemplares vendidos en X-Men, Nuevos Mutantes y Spider-Man. Desde su toma de posesión, Calabrese había declarado su intención de reunificar la editorial y volver a los buenos viejos tiempos, haciendo ofertas a grandes glorias como Chris Claremont para que devolviera la cordura a los mutantes. Éste se encontraba trabajando en Dark Horse y no parecía tener intención en una cercana vuelta. Calabrese contaba con algunas balas en la recámara.

En el verano de 1995 se produjo una reunión en la cual se iba a definir el futuro de Los Vengadores, con ideas en la mesa como las que se plasmaron en “La Encrucijada” (debemos decir que autores como Mark Waid no estaba en esa línea). En un movimiento sorpresivo, Jerry Calabrese decidió lo que nunca se esperó nadie: el acercamiento a las estrellas de Image. El alto ejecutivo era alguien versado únicamente en los negocios, por lo que muy probablemente despreciaba la parte artística de los cómics. Calabrese tuvo contactos con Larry Marder, entonces ejecutivo de la citada Image. La finalidad de dichas gestiones fue la de atraer a antiguos colaboradores para contar los orígenes de algunos personajes relevantes. La razón básica es que Calabrese buscaba material que fuese fácilmente exportable al cine. Así lo explicaba el propio Marder: “Marvel sabía que sus propiedades emblemáticas estaban tocadas. Las propiedades que tenían habían fracasado una y otra vez en llegar a Hollywood. Piénsalo, entras y vendes que el hombre más listo del mundo fabricó un cohete y luego se subió con su familia y que el hombre más listo del mundo olvidó proteger el cohete contra los rayos cósmicos. Es risible. La idea de que el Capitán América estuviera congelado en un bloque de hielo durante 50 años era risible en Hollywood. Pedir a los eruditos del Talmud de la continuidad de Marvel que tirasen por la borda las sagradas escrituras de Stan y Jack para satisfacer a Hollywood no estaba teniendo ningún efecto, simplemente no llegaban a ninguna parte“.

Lógicamente dentro de Image no todo el mundo estaba por la labor. Gente como Todd McFarlane abominaron de esa posibilidad, toda vez que eran rivales, competidoras. La idea de colaborar no tenía ningún sentido, puesto que suponía apoyar o ayudar a su competencia. Rob Liefeld y Jim Lee se mostraron abiertos a la posibilidad. Se dio comienzo a las negociaciones y rápidamente la noticia comenzó a llegar al Bullpen, con el consiguiente recelo de los creadores.

Muchos de los trabajadores habituales miraban con estupor la situación. Más flagrante si cabe en el terreno de los veteranos, gente que lo había dado todo por esta empresa. Muy triste es la confesión de todo un clásico como Herb Trimpe: “No importa lo que diga o a quien llame o escriba en Marvel, no consigo que me encarguen otra serie. He probado a razonar, a indignarme, a hacer chantaje emocional y a suplicar. Nada. No he conseguido juntar el suficiente trabajo como para cubrir mi cuota mensual. Aquello está en ruinas. Cuando los presiono, reconocen que las ventas están bajando y que la moral también. Se rumorea que se avecinan más despidos”. Este es un ejemplo como otro cualquiera, puesto que gente de renombre como Don Heck, Flo Steinberg o Marie Severin fueron borrados del mapa, sin prácticamente pestañear.

Uno reconoce una situación de crisis cuando toca un pilar básico como John Romita Sr., director artístico durante tantos años, todavía con un puesto editorial, al igual que su mujer Virginia. Así recordaba el dibujante aquellos momentos tan convulsos: “Virginia tenía a unas treinta personas en el Bullpen trabajando a sus órdenes; yo tenía a cinco personas trabajando para mí. Unos asesores externos nos orientaban como despedir a la gente……Fue la época más horrible de nuestras vidas, tener que despedir a gente a la que acabábamos de aumentar el sueldo seis meses antes porque lo estaban haciendo muy bien….“. La situación era insostenible para los Romita. En los últimos estertores del año 1995 decidió retirarse de este negocio, de una manera triste y casi anónima, después de los increíbles servicios prestados. La palabra que nos viene a la mente es lamentable.

Tocaba en estos momentos encajar esta precipitada decisión. Bob Harras trabajó en la idea de un reinicio que trajese causa de un evento de magnitudes épicas, y así nació el concepto de Onslaught: una entidad mega poderosa que llevaría al sacrificio de cuantiosos héroes. La idea era que los Vengadores, el Capitán América, los 4 Fantásticos e Iron Man pasarían a comenzar sus aventuras desde el principio, como si fueran personajes recién creados y moldeados por los estudios de Lee y Liefeld, mientras el resto del Universo Marvel continuaba como si nada. Ha nacido Heroes Reborn.

Kurt Busiek, guionista reputado y gran activo de la Marvel de los noventa, declaraba de manera pública: “esto es un punto de inflexión. Al lector de Marvel básicamente le estas diciendo que la historia a largo plazo de la editorial es más o menos irrelevante. Es secundaria ante cualquier cosa que haga que los personajes sean más populares y que permita que la editorial gane más dinero”.

Si bien, como si no estuviese ocurriendo nada, Lee y Liefeld permanecen ajenos a este descalabro, puesto que ellos tienen un contrato de un año de duración. Comienzan los problemas en lo que parecía que iba a ser el reflote de los buques insignia de la Casa de ideas. Rob Liefeld y su equipo se retrasan en las entregas. Endiosados dichos autores, vivían al margen del resto de los mortales y los propios altos ejecutivos tenían que volar hasta California para presionar al chico dorado. En un ambiente donde ese mismo año 1996 se había despedido a 275 empleados fijos de Marvel, entre ellos pesos pesados del staff editorial como Carl Potts o Bob Budiansky, se puede asegurar que los chicos Image dormían en sábanas de seda, sobre colchones fabricados a base de múltiples sueños rotos.

Transcurridos seis meses se percibe que Heroes Reborn no ha sido todo lo que se esperaba. Si bien las series de Jim Lee tienen un comienzo bastante bueno, las mismas se desinflaron de manera paulatina. Capitán América y Los Vengadores son un fiasco a nivel de guiones y artístico desde el número uno. Pese a que gente muy implicada en el asunto, como Jeph Loeb, jura y perjura que supusieron un fuerte empujón en ventas para Marvel, es bien cierto que a los jefes la iniciativa no les completó del todo. A la vista de los datos, se comunica a los implicados que no se va renovar el proyecto. Rob Liefeld desaparece al instante y le toca a Jim Lee cubrir el fin de ciclo. Heroes Reborn se cierra con cuatro especiales, los números trece de las colecciones, que se conocen como World War III, en la que Lee introduce personajes de su estudio, Wildstorm. Heroes Reborn ha muerto.

Como en cualquier aspecto de la vida, en la oscuridad hay siempre alguna luz. El exilio de los mayores héroes convirtió al Universo Marvel en el lugar ideal para recuperar antiguos héroes secundarios y para lanzar nuevos títulos de personajes que al menos pretendían hacerse con el lugar de los perdidos. Destacan los Thunderbolts de Busiek/Bagley, Ka-Zar de Waid/Kubert, Heroes for Hire que brilla sobre todo por el trabajo de Pascual Ferry, Alpha Flight……….

Finalmente, después de los fracasos de Perelman y el concepto de los 5 Editores en Jefe, la compañía tenía una deuda difícil de afrontar. Sorprendentemente quien sí ayudó a Marvel Comics a salir de esta crisis fue Fox. La primera película de los X-Men fue un auténtico milagro para La Casa de las Ideas, evitando así la bancarrota. Desde entonces, y con la asunción de Isaac Perlmutter y Avi Arad al frente de la empresa, comenzó una exitosa política editorial que les permitió resurgir entre las cenizas.

En diciembre de 1998, la batalla anteriormente mencionada entre Perelman e Icahn finalizó. Supuso que, tras un largo juicio, ToyBiz y Marvel Entertainment Group finalmente se fusionaron. Si bien dicha fusión supuso un resultado muy sorprendente puesto que Perelman y su gente fueron expulsados en el proceso. Otros ejecutivos también fueron despedidos, incluido el CEO Scott Sassa, cuyo mandato, en total, duró solo ocho meses. Esta limpeza fue orquestada por ejecutivos de ToyBiz que habían estado en el consejo de Marvel desde 1993: Isaac Perlmutter y Avi Arad. Cuando Scott Sassa se fue, instalaron a Joseph Calamari, de 55 años, que había estado al frente de Marvel en los años 80, como su nuevo CEO.

Para 1997 se había anunciado el Heroes Return, una vuelta al clasicismo, ya con Perelman y su prácticas usureras fuera de plano. Una nueva Marvel busca su lugar en el mercado del cómic.

Heroes Return. Los Vengadores. Una vez Vengador…

Edición original: Marvel Comics, The Avengers 1-11 y Annual 1998.
Edición nacional/ España: Panini Comics, Heroes Return. Los Vengadores vol.1 1.
Guion:Kurt Busiek.
Dibujo:George Pérez, Carlos Pacheco.
Entintado:Al Vey.
Color:Tom Smith.
Formato:Tomo Cartoné (384 pp).
Precio:35,95€.

Respecto del tomo en cuestión, objeto primordial de nuestro análisis, decir que es la llave de acceso a Heroes Return. Además, no solo nos introduce en lo que en años venideros encontraremos en las series de Marvel Comics, sino que asienta los criterios editoriales y de creatividad de la Marvel de principios de 2.000.

En primer lugar, debo decir que como lector de Marvel Comics, accedí muy tarde al mundo de Los Vengadores, toda vez que lo primero que leí fueron los cómics que contienen el tomo que tenemos ante nuestros ojos.

Me acerqué muy tarde a la franquicia; siempre he sido del género superhéroe marginado como Spiderman o La Patrulla-X y nunca me había llamado un grupo del potencial y alcance de los héroes más poderosos de la Tierra. Sin perjuicio de ello, con posterioridad he leído por completo toda la serie de los mismos, en formato USA o en las ediciones de Panini Cómics formato Omnigold. Sin dejar de proclamar que soy un admirador de la etapa de Bob Harras y Steve Epting, la que siempre consideraré como mi etapa “clásica” es la de Roger Stern y John Buscema.

Así las cosas, y llegados a este punto el período de tiempo en el que el potencial y el poder de Los Vengadores fue aprovechado al máximo se circunscribe a la etapa de un magnifico Kurt Busiek y un impresionante George Pérez, que marcó el comienzo del nuevo milenio.

Tal y como es sabido nuestros queridos Vengadores habían sufrido un largo periodo de muerte en vida. No solo sagas como La Encrucijada o Primer Signo, o la debacle de Heroes Reborn, habían destrozado por completo la franquicia, sino que existía un agotamiento de ideas que yo asemejo a los mutantes pre-Hickman.

Se apostó fuerte y por una orientación hacia una versión clásica de Los Vengadores. Kurt Busiek siempre ha sido conocido por su atención a la continuidad, y tejió una serie de cómics donde veremos a miembros del equipo yendo y viniendo según las necesidades de otras alineaciones y con sus vidas personales cuidadosamente coordinadas. Cada vengador tiene un rostro con sus facciones totalmente distintas al del resto, gracias al maestro de los maestros, George Pérez. Sumado lo anterior, encontramos una gran caracterización de los personajes, así como individuos diferentes y reconocibles. Lo que aquí se percibe, no lo vemos con Jason Aaron, haciendo una comparación que puede ser odiosa.

Siguiendo con George Pérez, lo primero decir que no hay dibujante con su capacidad para crear páginas donde se despliegan hasta treinta caracteres, cada uno con diferentes expresiones faciales y lenguaje corporal. En estos números que tenemos entre las manos el maestro se encuentra en lo más alto de su capacidad artística y que me perdonen los defensores de Crisis on Infinite Earths. Su trabajo es impresionante e imposible de imaginar hoy en día. George Pérez hizo que cada uno de los personajes, tanto Vengadores como villanos y secundarios, parecieran individuos y únicos.

Toc, Toc!!! Bendis

Kurt Busiek relata en estas páginas uno de los mejores trabajos de su carrera. La versión clásica de Los Vengadores le convirtió en un referente de la fase denominada Heroes Return. Lo mejor de su labor se plasma perfectamente en estos primeros números, es que su mente enciclopédica le permite dar explicaciones en formato flashback, lo cual supone que un lector no necesitaba un conocimiento amplio del Universo Marvel para comprender los matices de su historia.

En este primer volumen ser recoge la magnífica historia Avengers/Squadron Supreme ’98. A los guiones lógicamente está Busiek y los lápices corren a cargo de Carlos Pacheco. En aquella época se encontraba en una fase de evolución gráfica que eclosionó en Avengers Forever. El trazo de sus dibujos se ha tornado con los años en grácil y mucho más refinado, pero desde luego hay que afirmar que hizo un trabajo soberbio. Comentar para evitar el despiste que este Escuadrón Supremo es el de la serie clásica de Mark Gruenwald, que aparentemente han estado atrapados en el 616 durante mucho tiempo y que no creen que Los Vengadores sean quienes dicen ser, pensando que están muertos. Sin dar explicaciones e invitando al lector a descubrir el motivo, solo me cabe decir que a diferencia de lo que se está haciendo ahora con este grupo por parte de Aaron, lo que aquí se narra es un claro ejemplo de un uso debido de unos personajes que debieren ser dignamente tratados. Invito igualmente a los lectores la revisión del artículo de Arturo Porras, en relación al MLE publicado por Panini Comics.

En cuanto a la publicación de estos magníficos cómics, y descontando la grapa, este es el tercer formato utilizado. El primero de ellos fue el fracasado Best of Marvel Essentials y el segundo fue el práctico Colección Extra Superhéroes. De los dos anteriores el más criticado fue el segundo, por su tamaño y por entender que no era un formato digno para esta serie. El primero que ya data de 2007, era por entonces una gran edición, pero muy cara. Panini Comics, finalmente, ha editado esta serie en un formato digno y rebosante de calidad. En cuanto al precio, aunque parezca elevado, debemos tener en cuenta que son 35,95 euros con 11 números y un especial, en total 384 páginas en tapa dura. Sinceramente, aunque siga siendo un precio que puede ser alto, el contenido y número de páginas lo convierte en ajustado, que no asumible.


Fervientemente debo aconsejar la compra de esta edición. El tomo es un imprescindible, atemporal y asombroso conjunto de cómics de lo que son, han sido y debieran ser Los Vengadores.

Agredecimientos

Nunca pensé que formar parte de una familia como lo es ZN aportase tanto a mi vida. Soy de la opinión de que la vida es un camino. En ese camino conoces gente, conoces lugares y sobretodo te enseña cosas nuevas. ZN me ha permitido conocer la grandeza de un equipo maravilloso, y por otro lado me ha enseñado a escribir (tarea que no es tan fácil como parece). Me queda mucho, muchísimo por recorrer, pero día a día intento pulir mis defectos, aprender, y mejorar. En este artículo la mano de Arturo Porras está por todos lados, a nivel editorial y de fuentes. Su buen saber y hacer, su paciencia, y sobretodo su amplio conocimiento de la editorial Marvel ha supuesto que, no solo haya salido adelante este artículo, sino que me haya enseñado que hay una parte del mundo del cómic que está ahí, y es bueno e interesante conocerlo. Arturo tu modestia me ha obligado a escribir esta parte, necesaria y justa.



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