Javier Vázquez Delgado recomienda: Clásicos DC – The Question (USA 1987)
Esta historia comienza en 1987, aunque en realidad empezara mucho antes, en 1946, año en el que el Marvels of Science #01 se publicó bajo el nombre de la editorial Charlton Comics. Pero también empezó en 1988 cuando la serie fue editada por primera vez en España, de la mano de Ediciones Zinco, dónde se apostó fuerte por hacer llegar a los lectores de aquellos días una serie que se alejaba mucho de lo que puede ser entendido como un cómic de superhéroes.
Antes de empezar a contar todas estas historias es necesario hacer una confesión personal. Una confesión que no es otra que la de decir de forma abierta y clara que, en 1988, con 13 años, cursando octavo de EGB, enganchado ya a esto del noveno arte y en concreto al género superhéroico, dejé pasar por completo por delante mío la publicación mensual de Question. Su tono, estilo, dibujo y personaje, nada parecía resultarme interesante. Aquella serie no estaba poblada por multitud de personajes vistiendo mallas de chillones colores, ni parecía estar enfocada en detener grandes amenazas cósmicas llegadas del espacio más profundo. Tenía 13 años y mis intereses eran otros. Sin embargo, el tiempo pasa de forma clara y los años van añadiendo experiencia a la vida y parte de esa experiencia se va filtrando también en lo que a lecturas se refiere. Ya en plena adolescencia, con 17 años bien asentados, en una tienda en la que ponían libros y comics de saldo parecieron varios retapados de Question, concretamente los siete que recopilaban la colección completa a un precio incluso inferior al que ya de por si marcaban en portada. Y el sentido común se impuso aquel día obligándome a salir de aquella tienda con los siete tomos en una bolsa, dispuesto a leerlos cuanto antes.
Aquella fue una de las mejores decisiones que he tomado en materia de comics en mi vida como lector. Fue un esfuerzo económico adquirir todos los tomos de golpe, que pronto olvidé gracias a lo impresionado que quedé cuando atrapado por la lectura me puse una gabardina, me ajuste el sombrero, me ciñó la corbata y me adentré en los bajos fondos, los suburbios, de Hub City, la ciudad más peligrosa de Estados Unidos, de la mano de Victor Sage, alias Question.
Y tras la confesión, demos un salto en el tiempo para ir al principio de todo, a ese inicio que sería la creación del personaje, sus primeros pasos editoriales, su salto al Universo DC y lo que ha convertido este trabajo de O´Neil, Cowan y Magyar en todo un Clásico DC imperecedero.
Escribir sobre Question es escribir sobre Mr. A y a su vez es escribir sobre Steve Ditko, pues se trata de algo indivisible puesto que sin la existencia de Ditko no tendríamos a Mr. A y sin Mr. A no tendríamos a Question. Puede sonar a tontería, pero no lo es, ya que en infinidad de casos los creadores de comics saltan de una editorial a otra, crean personajes de los más variopintos, para luego dar el salto a otra empresa en la que continúan creando sin que en realidad dichas creaciones estén relacionadas. El propio Steve Ditko es un ejemplo de ello si se detiene uno a analizar sus dos grandes creaciones para Marvel, Spiderman y el Dr. Extraño. Dos personajes que se engloban bajo un mismo paraguas, pero que no pueden ser más distintos entre si, tanto en forma como en fondo. En cambio, con Question, Mr. A y Ditko hay una profunda unión mental que trasciende a lo emocional y a lo filosófico, haciendo especialmente interesante la historia que hay detrás de la creación de ambos personajes y su propio creador.
Si hubiera que buscar entre todos los personajes ideados por Ditko a su creación más personal, la que tal vez más arrastraba de su propio creador, por ser la filosofía objetivista su fuerza impulsora, esta seria Mr. A. En el libro escrito por Ayn Rand, La Rebelión de Atlas (1957) se describe, simplificando mucho el mensaje: Como que todo está en tu mano. Que con el esfuerzo personal se puede conseguir todo.
Rand llegó a tener verdadera repercusión durante los años 50 y sus ideas, filosóficas o no, puesto que muchos hablan de ellas más como una corriente de pensamiento, hacían de su discurso algo polémico y discutible dentro del maridaje moral en el que Rand se expresaba. Según se expresaba en sus obras la realidad es única y objetiva, dónde cada persona es dueña de su propio destino, dónde nadie nos debe nada ni le debemos nada a nadie. Un punto de partida extremo y severo sobre el que se desarrolla más esta moralidad superior en el que no existe el gris y todo es de un blanco y negro perfecto. Un conjunto de mensajes contundentes tales como que el altruismo solo puede surgir del interior de uno mismo y no por la presión social adyacente.
Esta superioridad moral se filtra de forma muy clara en dos creaciones que están muy cercanas a ese concepto, Mr. A y Question, siendo la primera un campo de pruebas sobre el que Ditko volcó toda su energía objetivista. El primero fue creado para un fanzine independiente gestionado por el mítico Wally Wood, bajo el título de Witzend, en el que Ditko desarrolló sin tapujos sus creencias, en un blanco y negro puro (siendo muy significativa esta circunstancia), en la que este detective privado, despiadado y sin compasión alguna, cuya única meta es castigar a los culpables, vestía una máscara de acero, lo que hace que su rostro permaneciera, no ya oculto a los criminales, sino inerte y carente de toda emoción. Una máscara que aleja al hombre de lo que le rodea y lo protege de verse traicionado por sus emociones y sentimientos, un altavoz que proyectaba sin vergüenza alguna los pensamientos de Ditko y que tuvo que lidiar con un fracaso comercial proporcional al éxito del propio fanzine. Sin embargo Mr. A resulta una figura fundamental para poder entender la presencia de Question en Charlton ya que, sin esos primeros pasos, muy radicales, y ese fracaso editorial, Question no hubiera existido tal y como lo conocemos.
Steve Ditko estuvo involucrado de forma directa o indirecta en la creación de algunos de los personajes más relevantes y reconocidos del género superheroico. A los ya mencionados Spiderman, Dr. Extraño, se les une el propio Blue Beetle (Ted Kord), el Capitán Atom, Creeper, Halcón y Paloma, Shade el hombre cambiante, a los que es necesario añadir cientos de historias de terror para varias editoriales, así como trabajos de orientación filosófica en compañías independientes, siendo sus máximos representantes los mencionados, Mr.A y Question. Es una lista muy amplia e interesante, más cuando estas creaciones han alcanzado elevadas cotas de popularidad y su creador, sin embargo, ha quedado enterrado bajo el peso de su propia inventiva.
Ditko apenas dio entrevistas, por lo que la mejor manera de conocer a tan importante artista es a través de Dick Giordano, editor en Charlton y de alguna forma inspirador a la hora de que Ditko acabara creando a Question. Giordano, que acabaría siendo vicepresidente de DC Comics, recuerda la gestación de Vic Sage en estos términos: “Question fue de principio a fin una creación de Steve Ditko. Yo solo intervine en algunas breves discusiones, pero fue cosa de Steve desde el principio. Mi mayor contribución fue la de indicar que era necesario que el héroe vistiera de ropa de calle a fin de poder situarlo a un nivel más humano.”
En Charlton querían distanciarse de los héroes de DC y Marvel y salvo el Capitán Atom, todos los que fueron apareciendo bajo la tutela de Giordano eran hombres y mujeres normales con habilidades desarrolladas y artilugios capaces de hacerlos sobresalir por encima de los demás mortales.
Según narra el propio Giordano: “Se tomaron ciertas decisiones acerca del aspecto que tendría la serie de Question, como por ejemplo el diseño de página con nueve viñetas. Me atrevería a decir que es la primera vez que se utilizó de manera regular, pues Steve buscaba poder meter el máximo de cosas en las escasas ocho páginas de las que disponía para contar su historia, al ser Question un complemento de la serie de Blue Beetle”.
Buscar el principio de Question obliga a tener que hablar de otra serie de Charlton, pues las primeras historias de Vic Sage no discurrieron en una serie regular propia, sino como complemento dentro del primer número de Blue Beetle, la serie protagonizada por Ted Kord.
Sus apariciones se reducían a siete páginas por número, aunque si hubo un intento por concederle serie propia que quedó reducido a un solo número en la serie Mysterious Suspense #01 (1968), dónde se recopilaron las historias de complemento, para acabar en el especial Charlton Bullseye #05 (1978).
Tras los créditos de Question había otro nombre, el guionista D.A Glanzman, que no era otro que Dave Glanzman, hermano del dibujante de comics de guerra, Sam Glanzman, que trabajaba para Charlton por aquellos días. La razón de ello la explica a la perfección el propio Giordano: “Steve no quería que pareciese que él estaba acaparando la atención, todo el crédito, así que metimos a Dave, un poco como diversión, y le dimos sus quince minutos de fama”
Question generó reacciones muy intensas entre los lectores, sobre todo una en la que el héroe dejaba que el villano fuera engullido por las aguas sin hacer nada por evitarlo. Las cartas de los lectores no tardaron en llegar, llenando de quejas las oficinas de Charlton. El héroe no puede permitir que el villano muera de esa forma. Los superhéroes no actúan así, deben ser capaces de enfrentarse a lo imposible y hacer que sea posible evitar cualquier situación. Giordano lo recuerda así: “Francamente, por aquel entonces, no éramos conscientes de estar haciendo algo innovador. Creo que muchos de los logros editoriales que se consiguieron en Charlton fueron porque yo no sabía realmente lo que estaba haciendo. Yo no sabía que se suponía que nosotros no debíamos hacer aquellas cosas”.
La línea de héroes de Charlton fue capaz de atraer la atención de un nutrido grupo de lectores, pero una más que irregular distribución hacía imposible que el éxito fuera algo duradero. No existían las librerías especializadas y los lectores aficionados a leer de forma regular a sus héroes aún tenía mucho que aprender. Con tan solos cinco o seis títulos con los que poder llegar al mercado, lo que la editorial hizo fue partirlos en dos a fin de poder meter más personajes en cada número. De ahí esas cabeceras compartidas entre Blue Beetle, Question, Judomaster, Peacemaker, Nightshade y Sarge Steel, apareciendo como historias de complemento, sin que por ello perdieran valor argumental, como bien demuestra el interés de DC en ellos y su integración final en su propio Universo de ficción.
En Charlton, además de Steve Ditko coincidieron grandes nombres del cómic USA como Denny O´Neil, Roy Thomas y Jim Aparo, los cuales cuando Giordano dio el salto a DC se llevó a la mayoría de esos profesionales, lo que sin duda fue determinante para lo que llegaría más tarde con la adquisición de los derechos por parte de DC Comics de los personajes de Charlton.
Con tan solo poco más de medio centenar de páginas se sellaba el destino de este personaje en Charlton, que quedaría relegado al olvido por parte de editores y lectores hasta que ya en DC, y tras Crisis, se intentó integrarlo en el Universo DC, con la ya conocida historia alrededor de la propuesta de Alan Moore y su posterior conversión en Watchmen.
Question escondía una energía interna que fue acumulándose de alguna forma entre los despachos de DC. Su atmósfera se podía sentir y eso le hacía sobresalir por encima de otros personajes. Si hubiera que buscar lo que hace único a Question es que es un hombre con una identidad secreta, pero sin un alter-ego. Hay héroes sin identidad secreta, pero no se convertían en otros personajes. Esa es la razón de que Question sea tan personal, tan atractivo, tan atrayente.
Y eso debieron pensar en DC, cuando en el mismo despacho se encontraron trabajando Denny O´Neil y Mike Gold, dos pesos pesados de la industria, perros viejos en esto de escribir y editar comics, llegados al mismo tiempo a DC (O´Neil de Marvel y Gold de First). Ambos se incorporaron rápidamente a la dinámica de DC, O´Neil como editor de varios títulos, pero se quedó estancado a la hora de encontrar una serie en la que quisiera trabajar de guionista. Gold le ayudo en ese aspecto al entender a la perfección lo que O´Neil necesitaba. Gold supo leer que la serie que necesitaba debía permitirle explotar sus puntos fuertes, pero que fuera un reto, lo que dejaba fuera series como Batman, The Shadow o Green Arrow, porque ya lo había hecho antes y los demás personajes ya estaban asignados. Gold también tenía un reto frente a él porque era necesario encontrar algo que sea lo mismo, pero completamente diferente. Según cuenta el propio Gold, Question pronto surgió en su cabeza como una alternativa real. “Como a muchos otros editores que habían leído sus comics a mediados de los años 60, me encantaba el personaje y quería que se hiciera algo más con él. Era perfecto para el estilo de O´Neil. Question era un luchador contra el crimen, sin superpoderes, que operaba en el mundo real. Tenía toneladas de atmósfera, es más llevaba la atmósfera consigo metida en la hebilla del cinturón”
Gold se puso a trabajar y perfiló un concepto detrás del personaje y se lo enseño a O´Neil que se entusiasmó ante la idea de una identidad dual sin alter-ego. Las posibilidades eran muchas y el solo era cuestión de ponerlas todas en orden. Ambos recopilaron las 64 páginas publicadas de Question en Charlton de la mítica biblioteca DC, las fotocopiaron, y se las llevaron para estudiarlas minuciosamente.
O´Neil regreso con muchas ideas, lo que dejaba patente que estaba metido de lleno en el proyecto y lo que es más importante, estaba metido en el personaje, mostrando el entusiasmo necesario para la creación de una nueva serie. Gold lo sabía y lo que era más importante, O´Neil también lo sabía.
Dar forma a Question planteaba una serie de retos ya que era necesario poder continuar con la tradición iniciada por Ditko y pronto se centraron en dar a la serie un enfoque más filosófico, fuerte, dirigido a unos lectores más adultos, haciendo que la motivación de Question sea su afán por descubrir, poseído por una malsana curiosidad, algo que permitía mantenerlo alejado de otras motivaciones como las de Superman (las meras circunstancias debido a sus poderes) o de Batman (motivado por la venganza). La caracterización o más bien la moderna caracterización del personaje pasaba por definir a Vic Sage y para ello tanto Gold como O´Neil se centraron en su actitud enérgica. No es un tipo amable, no es simpático, no cae bien, no es hablador, es huraño, hosco, incluso tiene un lado oscuro que provoca rechazo a quienes le rodean. Un ser humano muy alejado de los convencionalismos sociales. Y con esto en mente la serie fue presentada a Dick Giordano que de forma inmediata la aprobó. Según cuenta el propio Gold, fue al poner en la misma frase la palabra Question y O´Neil que Giordano no dudó ni un segundo sobre la viabilidad del proyecto.
Pero una vez superado el primer escollo llegaba el segundo, uno de mayores proporciones, que no era otro que producir la serie y eso implicaba trabajar duro.
El Question de O´Neil no es un personaje que caiga bien, tal y como se ha comentado anteriormente, no es agradable, y eso atenta de forma clara y directa contra el canon de los comics, la norma no escrita, sobre la cual se sustenta toda serie: los lectores han de sentirse identificados y/o inspirados de alguna forma por sus protagonistas. Y a nadie le gusta sentirse identificado de un carácter tan complicado como el de Vic Sage. Lo que había sido la idea clave para modernizar al personaje, ahora resultaba ser un arma de doble filo y bloqueaba la posibilidad de poder producir la serie con un mínimo de garantías y viabilidad.
La cuestión es que al igual que hay un canon para los héroes, existe otro para los villanos, que es que han de ser odiados (cierto es que hay gloriosas excepciones), pero la historia de los comics de superhéroes se cimienta sobre esa dualidad de héroe y villanos, ese blanco y negro, esa cara y cruz, que permite a todo héroe definirse de verdad gracias a su villano. Así Batman tuvo a Joker en su primer año de vida y Superman se enfrentó a Lex Luthor también muy pronto. Se mire dónde se mire, se pueden encontrar ejemplos que ilustran esta circunstancia.
En Question no existía ni lo uno ni lo otro. No había héroe, ni había villano. Sage no era un tipo capaz de inspirar a nadie y no era el tipo de personaje que pudiera tener un villano al uso, dado que el enfoque que O´Neil y Gold querían para la serie era el más realista posible. Y aun así O´Neil supo dar con la fórmula para poder seducir a los lectores mes a mes, haciendo de Sage alguien odioso, pero al mismo tiempo fascinante, al escribir una colección en permanente evolución.
El título de la colección, el nombre del protagonista y la temática es un todo en el que O´Neil vuelca un sinfín de cuestión que van desde las filosóficas, las políticas, las sociales, las morales y las personales alrededor de los personajes, muy alejados de la perfección que uno espera de los héroes de cómic. El reto era el buscar posibles respuestas a esas cuestiones, pero muchas no pueden ser respondidas y O´Neil, considerando a los lectores muy capaces de sacar sus propias conclusiones, no duda en dejar muchas de ellas sin respuesta, ni en el número en el que se plantean, ni en los siguientes, dejando un hueco para que sea el aficionado el que encuentre la respuesta que considere más adecuada.
Con toda la parte argumental bien atada, las motivaciones del personaje, su caracterización y el enfoque de la serie, tocaba encontrar a un dibujante capaz de crear la atmósfera que Question precisaba para poder funcionar. Con los apuntes de O´Neil, con algunas anotaciones del propio Gold, se escribió el manual de uso lo que iba a ser la serie. Sage parecía escribirse a si mismo y tomaba tanto cuerpo que en un mes todo estaba listo para empezar a entregar guiones al dibujante. Dibujante que en primera instancia fue seleccionado por Gold y cuyo nombre es el de un viejo conocido para los aficionados, el gran Ernie Colon. Colon destacaba por ser un artista muy capaz de plasmar los combates cuerpo a cuerpo, algo fundamental para Question, por lo que Gold le propuso a Colon encargarse de la serie. El interés del dibujante fue grande, pero antes era necesario que acabara otros encargos en los que estaba inmerso, como la miniserie de Cosmic Boy y el proyecto de ilustración informatizada con Mike Saenz (el creador del primer cómic informático, Shatter). El tiempo pasaba y Colon no solo no parecía estar disponible, sino que llegó a confirmar que abandonaba el proyecto por encontrarse muy sobrecargado de trabajo.
Mike Gold es uno de los editores más inteligentes de la industria y durante aquel tiempo de himpas ya había reparado en una joven promesa del medio, cuyos trabajos en Vigilante y en el Titans Spotlight, dedicado a Starfire en Sudáfrica, le habían llamado poderosamente la atención. Por aquellos días Denys Cowan, pues este era el nombre del dibujante, acababa de terminar de dibujar una historia de Batman escrita por Max Allan Collins y estaba más que disponible.
El tándem entre guionista y dibujante es algo fundamental para el éxito de toda serie. Hay series dónde el guion acapara toda la atención y otras en las que puede ser el dibujo el que arranque los elogios de la crítica, pero son aquellos comics en los que el binomio alcanza la perfecta sintonía en la que el uno sin el otro no se puede concebir la obra y acaban por trascender las barreras del tiempo. Y esto es lo que justamente sucedió cuando el talento de O´Neil se encontró con el dibujo de Cowan.
Hablar de Cowan y su dibujo es complicado. Su estilo no es del gusto de todos, por su trazo recto, abrupto incluso, con líneas gruesas y estridentes, con una fuerza innegable que llena la página a medio camino de ser un dibujo pictórico y un conjunto de rayas sin conexión alguna. Cowan no posee el estilo de dibujo necesario para hacer de un cómic un super ventas, puesto que su trabajo es justamente lo contrario a lo que un dibujante estrella puede aportar a un cómic. Y, sin embargo, su talento era perfecto para Question.
Gold supo cómo mantener a Cowan interesado en el proyecto mientras lo de Ernie Colon se acababa de definir, para bien o para mal, por lo que, a la notificación oficial de Colon, Gold no tuvo más que llamar a Cowan y ofrecerle Question, al que le enviaron los dos primeros números de la serie escritos por O´Neil. Cuando Cowan los pudo leer se discutieron algunos aspectos y se puso de inmediato a dibujar, de manera que en un plazo de tiempo muy corto entregó una más que ingente cantidad de trabajo. Un trabajo que resultaba agresivo y al mismo tiempo ideal para el proyecto, demostrando que Cowan estaba metido de lleno en Question.
Detengamos un momento aquí la narración y dediquemos unos momentos a la figura de Denys Cowan, trasladando algunas de las respuestas del propio Cowan durante una entrevista de Paul Kupperberg para el Direct Currens #04.
Denys Cowan empezó en el mundo del cómic a la muy temprana edad de quince años. Nació un 30 de enero de 1960, en Jamaica, Queens, Nueva York, y fue criado por sus abuelos Bishop y Rhoda Joseph, a los que Cowan no duda en nombrar siempre que puede por deberle, según sus propias palabras, todo en la vida.
El primer trabajo de Cowan llegó cuando aún cursaba estudios en la High School of Art and Design de Nueva York, como ayudante de Rich Buckler. Aquello ocurrió en 1975 y Buckler estaba dibujando la serie Secret Society of Super villains. “Una serie llena de batallas y dinosaurios, por lo que Cowan se encargaba de la realización de los fondos, aunque la mayor parte del tiempo lo dedicaba a barrer el suelo, hacer café, afilar lápices y cosas así” narraba el propio Buckler.
Tras aquella etapa, Cowan, pasó a ser ayudante de dibujantes como Ron Wilson, Arvell Jones y Keith Pollard, todos ellos artistas afroamericanos, como el propio Cowan, con quienes compartía estudio. Su actividad profesional la compaginaba con sus estudios y, dos años, después, ya pudo entrar como interino en Continuity Associates, la compañía que dirigía Neal Adams, dónde tardó un tiempo en empezar a tocar papel y lápiz, dedicando su tiempo a ver, oir y callar, hacer café y barrer muchos suelos. Sus primeros trabajos fueron storyboards para animación en anuncios publicitarios, algo de coloreado y, por fin, llegaron los comics.
En palabras del propio Cowan, aquellos años los recuerda de la siguiente forma: “Mi primera historia con páginas fue una de complemento para Julie Schwartz, en un serial llamado el Superman del año 2020. Hice un par de ellos y un montón de historias cortas para series como Weird War Tales y diversos comics de misterio. Después realicé una historia de complemento para Spiderman y otras para Firestorm, que fueron publicadas en la serie de Flash, y también algunas portadas. Mi vida giraba alrededor de las historias de complemento.”
Los comienzos de Cowan distan mucho de ser glamurosos, pero finalmente llegó el día en el que pudo ilustrar una historia completa y fue para Marvel, en la serie Caballero Luna, cuando su dibujante era nada más y nada menos que Bill Sienkiewicz. De ahí saltó a Power Man & Iron Fist, que fue su primera serie regular y en la que se mantuvo durante todo un año, así como la miniserie de Pantera Negra, que tardó bastante en publicarse al tratar el tema de Apartheid en Sudáfrica, por lo que Marvel la mantuvo congelada hasta finales de los años ochenta.
Tras tomarse un año para replantearse la vida, Andy Helfer redescubrió a Cowan en un momento de su vida particularmente sensible y necesitado de trabajo, aceptando proyectos especiales y muy concretos hasta que le llegó su oportunidad en una serie regular, un número completo de Vigilante. Esta serie podría se considerada su punto de inflexión, pues realizó en la misma media docena de números, luego un par de episodios de V, dos de Teen Titans Spotlight (con Starfire y de nuevo la temática del Apartheid de fondo), para recalar en Batman y la que iba a convertirse en la serie que podría su nombre en la boca de cientos de aficionados al noveno arte, Question.
Cowan leyó toda la serie original de Ditko del personaje cuando le asignaron la serie, buscando la inspiración y dar con el estilo apropiado de serie negra que la colección requería. Sin embargo, apostó por ignorar todo lo anterior y redefinir todo el aspecto del personaje central, Vic Sage, actualizándolo a los nuevos gustos y modas imperantes a finales de los años ochenta, en lo que puede ser el primer cambio considerable respecto a la versión original de Ditko. Si bien en los primeros números su aspecto guardaba cierto paralelismo con el diseño original, poco a poco, número a número, ese aspecto fue virando hasta que la gabardina y el sombrero, así como la corbata, acabaron por desaparecer y ser sustituidos por unos vaqueros, camisetas y gorra.
Y es que O´Neil también tenía sus propios planes para poner en marcha la serie siendo los dos primeros números toda una declaración de intenciones al respecto.
Resulta del todo imposible ignorar la potencia de este primer texto que aparece en la primera viñeta, de página completa, en la que se puede ver a un hombre con el rostro en las sombras, gabardina, sombrero de ala ancha en primer plano, mirando a través de una ventana a otros tres que están sentados aparentemente jugando a las cartas. Fuera llueve a cantaros, hace frio y la tragedia, de forma inevitable se puede saborear mientras el lector va recorriendo los cinco cuadros de texto que rodean a la figura misteriosa. Y es relevante la fecha y lo es porque precisamente tres años después el periplo de Question también llegaría a su fin en fechas navideñas.
Si Cowan se inspira en Ditko para rediseñar al nuevo Question, O´Neil mira al mundo real para emprender un proceso de renacimiento que lo aleja de las motivaciones iniciales de su creador, así como de su ideología, para convertirlo en algo mucho maleable, dúctil, con el que poder ir construyendo una macro historia de 36 números, troceada en interesantísimas historias, con la que traer de vuelta a Question.
¿Y que es lo que O´Neil usó para poner en marcha este dominó de piezas pulcramente colocadas a la espera de comenzar a caer las unas sobre las otras? Pues el reflejo por inmersión, un fenómeno documentado que afectó a una niña y la mantuvo viva durante tres cuartos de hora bajo las heladas aguas del Hudson. El oxígeno atrapado en el cerebro mantiene vivo el tejido, aunque el resto de los sistemas vitales del cuerpo se paralicen. Un fenómeno que necesita de agua fría y de una buena dosis de estadística favorable para que ocurra, pero así es como comienza el cambio de Vic Sage, con una experiencia cercana a la muerte que hará que su vida cambie como nunca había esperado.
Para que se siga hablando de esta serie más de treinta años después de su publicación, es necesario dedicarle también unas líneas a Denny O´Neil.
O´Neil (3 de mayo de 1939) llegó al mundo del cómic en el 1965, cuando consiguió vender unos guiones a Marvel y Charlton Comics. El editor Dick Giordano fue el responsable de llevárselo a DC en el año 1968, donde colaboró en numerosas series y personajes, siendo especialmente relevante su trabajo con Batman, Green Lantern / Green Arrow y la serie del oeste Bat Lash, momento en el que dejó la editorial y dio de nuevo el salto a Marvel. Sus trabajos en DC con el Caballero Oscuro y los dos cruzados esmeraldas, fue tan rompedor y adelantado para su época, que con casi cincuenta años a las espaldas continúan estando muy vigentes (por desgracia en algunos casos) muchos de los temas que se atrevieron a tratar de manera abierta y descarnada en un género que hasta entonces había estado mirando hacia otro lado.
Pero regresó a DC tras su paso por Marvel en el año 1986 como editor de series tan importantes como Batman (de la que sería editor y artífice de los designios del personaje durante todos los años noventa), Firestorm, Capitán Atom y como guionista de la serie Question.
Según sus propias palabras: “Uno de los trucos básicos en un guion es saber encontrar una forma de conectar con los personajes de tal forma que esos personajes sean simbólicamente reales para ti mismo”
Y eso es lo que intenta en Question, con un “héroe” de características muy peculiares cuya principal motivación no es otra que la curiosidad, una curiosidad profunda, que acaba por convertirse en una necesidad de vida obsesiva.
Pero O´Neil no se ha limitado a escribir o editar comics, también ha escrito varias novelas, cuentos, críticas, incluso tenía una columna de opinión, entre las que se encuentran las novelizaciones de Batman Begins y The Dark Knight, mientras que, bajo el seudónimo de Jim Dennis, con el escritor Jim Berry, escribió una serie de novelas sobre un viejo conocido maestro del kung fu, Richard Dragon, para luego adaptarlas al cómic para DC.
La obra de Question se sustenta sobre tres personajes de forma clara y en dos que entran y salen de escena a conveniencia de la historia. La trinidad esta compuesta por Victor Sage, Aristóteles Rodor y Myra Fermin, mientras que los dos recurrentes, responden a nombre de Lady Shiva y O´Toole. Y, sin embargo, es necesario mencionar a uno más, a Richard Dragon, que de alguna forma simboliza el principio y el fin de esta etapa, así por su vinculación al propio Sage como maestro.
Podría pensarse que el protagonista de Question es Victor Sage, pero eso sería quedarse en la superficie, ya que en Question no hay un solo protagonista, sino varios, estando por encima de todos ellos la ciudad de Hub City. Una urbe ficticia que deja en ridículo a Gotham City en lo que a criminalidad y depravación se refiere, y en la que discurren las vidas de Sage y demás personajes de Question.
VIC SAGE / QUESTION
Sage estaba determinado a acabar con la corrupción y criminalidad de la ciudad de Hub City, utilizando una máscara y un gas que produce cambios de color en pelo y vestimenta, adaptando el nombre de Question. Cuando una cinta de video conseguida por la identidad de Question fue reproducida en televisión, dónde se incriminaba a ciertas élites de la ciudad, el reverendo Hatch decidió que era el momento de acabar con la vida de Sage de manera definitiva. Hatch contrató los servicios de Lady Shiva, que acaba por no implicarse mientras los hombres de Hatch someten a Sage una brutal paliza hasta darlo por muerto tras un disparo en la cabeza. Lo arrojaron al rio y se olvidaron de Sage. Tras despertarse en casa de Aristóteles Rodor, Sage se exilia a un retiro en las altas montañas dónde recibe entrenamiento a manos de Richard Dragon, mejorando sus habilidades y sanando su cuerpo y mente lo suficiente para regresar y emprender su cruzada con mayor virulencia.
Este sería el nuevo origen del personaje que se narra en los primeros números de la serie regular. Una excepción narrativa, ya que O´Neil en pocas ocasiones recurre a historias que continúen y centra toda la acción en números auto conclusivos de brillante factura y contención literaria. No hay páginas de más ni páginas de menos, siendo siempre las justas y necesarias para que la trama respire por sí misma y funcione lo suficientemente bien como para no precisar de herramientas artificiosas que desvíen la atención de lo que verdaderamente importa, el mensaje que subyace bajo cada número, esa reflexión velada, esa lección de vida, esa forma tan peculiar y extrema de enfocar la imagen del héroe justiciero.
LADY SHIVA
Después de que el criminal Guano Cravat la convenciera de que Richard Dragon había sido el asesino de su hermana Carolyn, Sandra Woosan juró que mataría al asesino de su hermana. Estudió artes marciales y se cambió le nombre por el de Lady Shiva. Fue entonces cuando sacó toda su furia interior para atacar a Dragon, pero éste logró convencerla de que había sido manipulada, uniendo fuerzas con Dragon para acabar con el imperio criminal de Cravat. Shiva, Dragon y Tigre de Bronce (Ben Turner) emprendieron con éxito numerosas misiones para la misteriosa agencia gubernamental G.O.O.D. (Organización Mundial de Defensa Organizada)
Shiva tiene un pasado oscuro, con muchos momentos en los que nadie sabe nada de sus actividades, pero su vida esta muy relacionada con la de Vic Sage, cuando fue participe de su caída, pero también de su resurrección y evolución como justiciero, permaneciendo en la sombra, observando al hombre al que un día dejo morir.
Su primera aparición fue en el cómic Richard Dragon, Kung Fu Fighter #05.
ARITÓTELES RODOR
El personaje tuvo su presentación en el Blue Beetle #01, y lo hizo como un niño prodigio, mostrando un talento especial para la invención. Aunque era un genio natural, también era un contestatario, por lo que nunca acabo por doctorarse, por negarse a someterse a la disciplina de tener que realizar trabajos inferiores para poder alcanzar títulos superiores. Rodor desarrolló algunos inventos antes de cumplir los treinta años que le proporcionaron ingresos de forma regular, con los que pudo retirarse a vivir a las afueras de Hub City, mientras daba clases de biología y filosofía en la universidad de esa misma ciudad. Y fue en una de esas clases en las que conoció a Vic Sage, un rebelde que estaba destinado a hacerse famoso como periodista televisivo.
Rodor es el responsable de muchos inventos, pero hay dos en particular que permiten la existencia de Question. El primero es la creación de Pseudoderm, una piel artificial, creada para tratar heridas. Rodor descubrió que el agente que permitía al Pseudoderm adherirse a la piel podía ser toxico y acordó con su compañero de investigación, el Dr. Arby Twain, abandonar el producto.
Sin embargo, Twain no dejo de investigar e intento vender la patente a las naciones del tercer mundo, buscó a su antiguo alumno, Vic Sage, y le pidió ayuda. Fue el propio Rodor el que le sugirió usar una máscara única para toda la cara de Pseudoderm para poder esconder sus rasgos, y usar su segunda invención, un gas que afectaba al color de su ropa y pelo, además de fijar la máscara a su cara.
Rodor es un recurrente en Question y no solo por erigirse como la figura paterna de Sage, sino también por ser su mejor y más fiel amigo, al tiempo que intenta ser la voz de su conciencia. Una relación de confianza mutua que se ve en muchas ocasiones afectada por como Sage ignora a su buen amigo. Rodor mezcla en su concepto como personaje varias facetas que pueden verse reflejadas en otros grandes secundarios DC, tales como Alfred, que no es sino esa voz cuerda que busca siempre aliviar el alma atormentada de aquellos que tienen a su cargo.
MYRA FERMIN
Personaje de nuevo cuño, creado por O´Neil para la serie, que se presenta como una experiodista de la cadena de televisión de Sage, KBEL, dónde comienza una más que meteórica carrera en las ondas. Su carrera se vio interrumpida por el matrimonio con el alcalde de Hub City, el alcohólico Wesley Fermin, un títere político al que lo mueven intereses ocultos de los bajos fondos de la ciudad. Sage tras una ardua investigación descubrió que el matrimonio era una farsa, ya que Myra fue obligada a casarse por las amenazas que los secuaces de Fermin habían hecho contra la hija de Myra, una niña al cuidado de una orden religiosa.
Este personaje que para nada es el interés romántico de Sage, sino algo mucho más complejo y elaborado, podría ser la verdadera protagonista de Question. Durante los 36 números de duración, O´Neil va construyendo todo un denso entramado a su alrededor, logrando que evolucione, crezca y alcance altas cotas de credibilidad, por el retrato de inseguridades, secretos, valor, sentido de la responsabilidad y entereza que demuestra a lo largo de cada uno de los números. Myra es, en manos de O´Neil, una fuerza de la naturaleza, un fiel espejo de la sociedad en la que la humanidad empieza en las debilidades que hacen a las personas más fuertes.
ISADORE O´TOOLE
Su primera aparición es en Question #05, como muestra del estado del cuerpo de policía de la ciudad de Hub City, corrupto, codicioso y violento, su fama en los bajos fondos lo precedía. Sin embargo, tras un incidente en las calles su vida cambio, al comprender que estaba metido en un callejón sin salida, dónde la única salida era reconducir su vida, dejando de lado su antigua vida de criminalidad con placa, para dar paso a la de un policía integro que quiere intentar marcar la diferencia.
O´Toole es la encarnación de como todo el mundo puede cambiar. Que las excusas no son más que excusas y que el control de la vida radica en el interior de cada uno. O´Neil se expresa a través de este policía en términos muy taxativos, de blanco y negro, para tener un punto de referencia que ayude al lector a posicionarse dentro de la inmundicia que rezuma a través de las calles de Hub City.
RICHARD DRAGON
Dragon no nació en los comics, sino en una novela, escrita por O´Neil y Jim Barry, Kung Fu Master, Richard Dragon´s Fists (1974), bajo el seudónimo Jim Dennis. Fue el propio O´Neil el que lo adaptó al cómic en 1975 cuando apareció en Richard Dragon, Kung Fu Fighter #01, dónde se le presentaba como un ladrón con especiales habilidades en artes marciales que acaba por dedicar su vida a hacer le bien. Dentro del Universo de ficción de DC, Dragon es uno de los luchadores más letales, junto con Batman, Tigre de Bronce, Canario Negro, Karate Kid y Lady Shiva.
El papel de Dragon en Question es la de mentor de Sage, al compartir un año de aprendizaje en técnicas de combate y meditación, que calma la torturada mente de Víctor. Una mente que no acaba de sanar del todo, al abandonar Sage a Dragon para emprender de nuevo su cruzada en Hub City. Ya se ha comentado que Dragon en la serie de Question sirve de principio y de final, de alfa y omega, pues mientras aparece al principio de su primera aventura, también hace acto de presencia en los últimos números de la serie, como si su sola presencia justificara el final del camino recorrido por Sage a lo largo de los 36 números de la serie.
Hablar de la sinopsis, la trama o la historia de Question es complicado por la propia estructura a la que O´Neil somete a la obra. Mientras que apenas hay números que continúen de un mes a otro, donde abundan los números auto conclusivos, si hay un fondo, un hilo común que cose las 36 entregas de tal forma que acaban por ser un todo monolítico, ideal para una reedición en integral tan de moda actualmente.
La historia se centra en Hub City y su caída, a través de las experiencias de sus protagonistas. O´Neil eleva el discurso número a número, con entregas dedicadas a tratar todo tipo de problemas, violencia, corrupción, robos, corporativismo, xenofobia, acoso sexual, política… y si bien todos resultan intensos, el resultado final de algunos resulta ligeramente superficial para un lector actual que nota como no se llega todo lo lejos que se podría llegar. Un mal menor, sin duda, que queda perfectamente solventado por el impacto global de la obra sobre el lector.
Hay números especialmente interesantes como el que une a Green Arrow con Question, o el del viaje del Acertijo a Hub City, o en el que Rodor explica a Sage la importancia de los comics. Hay uno que destaca por su singularidad, por el metaleguaje que O´Neil usa para lograr llevar a buen termino un cruce entre Question y Watchmen, dejando la descripción en este punto para no arruinar la experiencia a un posible nuevo lector.
Joyas y pequeñas perlas que van sucediéndose a lo largo de la serie que comienza a sentir el paso del tiempo cuando el nivel de acabado de Cowan desciende y recibe el nuevo entintado de Malcolm Jones III, que no es capaz de igualar el trabajo de su compañero, Magyar, que dotaba de un aspecto más rudo a los ya intensos lápices de Cowan. Un descenso de calidad que se traduce en un deterioro en lo visual, no en lo narrativo, con alguna que otra puntualización al respecto.
Question no puede decirse que sea un cómic especialmente innovador en lo visual y narrativo. Cowan opta por la simpleza y jugar con las sombras, lo que potencia mucho su estilo abrupto. Las composiciones de página siguen patrones muy claros y en numerosas ocasiones se ven influenciadas por la clásica retícula de nueve viñetas usada por Ditko en las primeras historias del personaje en Charlton. O´Neil sabe sacarle partido a esta distribución y la aprovecha para imprimir fuerza y dinamismo a la trama. No es de extrañar que sea la distribución elegida cuando se narra una escena de acción. Además de esta disposición hay algo que llama la atención cuando se lee y es la falta total y absoluta de onomatopeyas. En Question no hay ruido, no como se manifiesta de los comics. Ruido hay, y mucho, pero en la mente del lector, que añade de forma inconsciente el suave chasquido metálico de un revolver al ser amartillado, el crujido seco de una barra de acero golpeando un cráneo, el hipnótico derrapar de un coche hasta acabar estrellado contra una farola… al principio esta circunstancia pasa desapercibida, pero ahí está, a la vista, hasta que de repente se percibe y uno no puede dejar de preguntarse la razón que llevó a sus creadores a tomar la decisión de eliminar el apoyo narrativo que brindan las onomatopeyas en los comics. ¿Tal se tratará de una influencia de Watchmen? A fin de cuentas, los comics llevaban impresa en la portada el mensaje de recomendado para lectores adultos y el patrón por el que se median todas las obras con dicha aspiración, era Watchmen.
Question es un mensaje de honor y responsabilidad, un mensaje en el que no hay héroe y existe un camino que no lleva a ninguna parte y sin embargo lo cambia todo para los protagonistas.
La serie llegó a España de la mano de Ediciones Zinco en el año 1989, de manera simultánea a otras series como La Patrulla Condenada, Wonder Woman que acaba de empezar a publicarse y la Liga de la Justicia que llevaba ya medio año paseándose por los quioscos. Ese mismo mes, Green Lantern alcanzaba el número 29, Vigilante llegaba hasta el 31 y la serie más longeva de Zinzo, Los Nuevos Titanes, firmaba 50 números. Un mes más tarde llegaba Millenium y la Historia del Universo DC, en lo que sería la expansión progresiva de comics DC en nuestro país por parte de Zinco.
Se editó en formato grapa y cada número de Zinco recogía en su interior un número USA completo. Se presentó como una miniserie de seis números, algo normal dada la tipología de la serie, por lo que Zinco prefería ser prudente y si las ventas acompañaban extender la duración de esta. Cuando la serie alcanzó el número cinco, en el correo, se anunció que su duración se duplicaba hasta alcanzar los 12 números y que podría convertirse en regular si las ventas continuaban siendo tan buenas.
El primer número no pudo aparecer con la portada correspondiente al primer número USA, los materiales enviados por DC no estaban en buenas condiciones y tuvieron que recurrir al uso de la del número 15. Saavedra en el correo del segundo número lo explicaba y se comprometía a publicarla más adelante como poster en el interior del cómic, algo que acabaría por ocurrir en el número cinco de la serie regular, en al que además se narra una de las mejores historias de la serie.
La serie superó la prueba de la maxiserie de 12 números y recibió el premio de ser publicada íntegramente, los 36 números, para deleite de los lectores de entonces y entre sus páginas se creó una rara avis de correo, denominado Estimaciones Subjetivas, dónde los lectores no solo lanzaban preguntas sobre la serie, sino que a lo largo de su recorrido se desarrollaron largos debates sobre lo que significaba ser lector de comics a finales de los años 80.
Cuando la serie llegó a su fin, 3 años más tarde, en el último Estimaciones Subjetivas se explicaba que la editorial no tardaría en publicar la continuación de Question, la denominada con el subtítulo Quaterly, en alguna de sus series regulares contenedor, como Universo DC o DC Premiere. Tal circunstancia no llegó a producirse dado el cese de la actividad de Zinco, aunque sí que hubo tiempo para poder hacerlo, las razones de que se quedara inédita en el 1992 quedan perdidas entre los recuerdos de tan importante editorial.
Tras Zinco llegó el destierro de DC en España. Un erial editorial con Vid a la cabeza, para pasar por Norma y acabar en Planeta que sí recibió los derechos con verdaderas ganas por publicar el material de DC. Tantas ganas que se volcaron en editar muchas obras de DC en un formato reducido, entre las que se encontraba una reedición de Question, que volvía a estar disponible para los lectores quince años después de que viera la luz el último cómic de Zinco. Y esta vez si que se publicó todo el material, incluido Quaterly, que no era sino un título trimestral, que gozó de cinco entregas, dónde O´Neil continuaba la historia de Sage desplazado a la selva brasileña.
Así mismo en dicho tomo, el último de la colección Clásicos DC de Planeta dedicado al personaje, se añadieron dos historias que se publicarían más tarde de los cinco especiales Quaterly. La primera es un relato breve incluido en Showcase 95 #03 (1995), dibujado por Rick Burchett y un segundo que es un especial titulado Question Returns (1997) ilustrado por Eduardo Barreto. La deuda estaba saldada.
Como curiosidad hay que añadir que sería en uno de los especiales Quaterly dónde realizaría uno d sus primeros trabajos profesional un joven Joe Quesada, que no tardaría en dibujar la miniserie de el Rayo y la de Azrael, también para DC.
Y desde entonces, ya han pasado 13 años, Question ha vuelto a caer en el olvido editorial, a la espera de que pueda regresar de alguna forma como la gran obra que es. El gran Sergio Robla apuntaba en una ocasión que esta etapa de Question precisaba de una edición especial, algo que la hiciera ser percibida por los lectores como la gran etapa que es. Se ha publicado en grapa y en pequeños tomos, pero tal vez su destino, cuando hayan pasado otros quince años de su última edición, sea regresar editada en una serie de tomos de cuidada edición y que se convierta en un imprescindible de todo aficionado al cómic.
Question es una obra cargada de pesimismo, es un círculo narrativo, con un aspecto visual que se atraganta de primeras, cargada de historias rudas, ásperas y espesas, que no dejan espacio para ver esperanza alguna. Vic Sage no sabe quién es. Fue abandonado a la puerta de un orfanato. Su vida está profundamente atormentada por cuestiones básicas que se pueden encontrar en casi toda la filosofía humanista. ¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo aquí? En términos individuales, eso es lo que está intentando responder y la necesidad de responder a esas preguntas es lo que lo lleva a investigar, a ser Question.
En una entrevista a O´Neil se expresaba en estos términos sobre el final del primer número de Question:
“Es la más violenta que jamás he escrito. Evidentemente Question es un título orientado a lectores adultos, no para niños de seis años, por ser muy violento emocionalmente, lo que lo distancia de otros dónde todo es solo físico”
Y así hablaba del número cinco:
“Es lo más experimental que he hecho en un cómic en términos de estructura. Es la historia de Hub City, a la que veo como una de esas ciudades americanas que han estado degradándose durante los últimos cincuenta años, lo que explica como tipos como Fermin acaban como alcaldes. Question no interviene mucho en esta historia, pero e la vida de la gente de Hub City, lo que sin duda es el eje central de la serie”
Question emociona y asquea al lector por ser capaz de llevarlo por senderos muy oscuros y tenebrosos, sin posibilidad de ver un atisbo de luz al final del túnel. Su prosa y dibujo rasga al lector y le empuja a plantearse seriamente aspectos de la vida que tal vez hasta ese momento nunca había requerido tiempo en su cabeza. Question duele en el alma. Question se mete muy dentro y anida para no irse nunca, pero gracias a Question el cómic goza de una obra maestra.
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