Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman #43
Edición original: Batman núms. 84 a 85 USA
Edición nacional/ España:ECC Ediciones
Guion: Tom King
Dibujo:Jorge Fornés, Mikel Janin, Hugo Petrus
Entintado:Jorge Fornés, Mikel Janin, Hugo Petrus
Color:Jordie Bellaire
Formato:Grapa, 64 págs. A color.
Precio:4,95 €
Todo llega a su fin. La etapa del guionista más reputado de la actualidad con el superhéroe más popular del mundo termina. Una serie que no ha gustado a todos pero a la que King ha sabido dotar de personalidad en cada uno de sus números, incluso aquellos menos inspirados poseen el característico toque del autor que tiene muy claro lo que quiere contar y aparentemente se preocupa poco de acicalar lo que no le interesa narrarnos. Esto es algo patente durante toda su obra y lo sigue siendo en este final de etapa, cerrando muy bien eso que siempre ha querido relatarnos y languideciendo con lo “secundario”. En este caso, lo habitualmente secundario es lo principal, siendo valorable la etapa por su original y valiente propuesta.
El cómic comienza donde lo dejamos en el número anterior, con Bruce Wayne y Thomas Wayne frente a frente. Enseguida la trama se vuelve explicativa con el villano, algo que muchos no esperábamos pero que es de agradecer. Si bien en su interacción con Eobard Thawne, el Flash Reverso, desentona así como también lo hace la motivación del padre. ¿Qué padre en su sano juicio actúa de esa manera? Así se explica, su cordura brilla por su ausencia, está loco. Pero esto es algo que llevamos tiempo digiriendo y además hemos aprendido a reír con ello, vía Mark Russell en el Año del Villano. El viaje del Batman de Flashpoint resulta esclarecedor, bien narrado, con píldoras de inspiración de King en la inteligente reimaginación de los hechos tratando además de dotar de veracidad editorial todo lo acontecido durante esta etapa. Un esfuerzo valorable viendo lo poco que se preocupa DC Cómics últimamente de la verosimilitud de su universo. Un primer número de grapa muy disfrutable aún a costa de la teórica épica atribuible a un run final. Si King ha sorteado el enfrentamiento físico contando la historia de Thomas Wayne, vuelve a hacerlo con una charla de bar, los más antiguos distinguirán al interlocutor y páginas entregadas a la pareja. Una grapa final que es fiel reflejo de toda la etapa, habiéndose además entendido a sí misma.
La serie sabe que brilla en situaciones alejadas de lo superheroico y se ahoga cuando tiene que enfrentar a Batman con sus villanos. La caracterización de estos tiene que ver con el poco rédito que saca el cómic de sus batallas. Un último número con grandes dosis de metatextualidad reveladas de forma muy inteligente, demostrando todo el buen hacer del autor. Batman llegará a decir: “Todos creen que me conocen”. “Nadie me conoce”. Parece una respuesta a sus detractores. King conoce a Batman, lo demuestra en multitud de detalles. Para este redactor, muy crítico con el trabajo del ex de la CIA con el murciélago, con toda su etapa leída creo que ha decidido desligarlo de lo que conocíamos del personaje, muy a sabiendas de lo que hacía y crear uno propio de forma muy valiente, entregándonos el Batman que nos ha dado, en un loable intento de hacer crecer y avanzar a Bruce Wayne.
El Batman de King trata sobre el murciélago y la gata, en como Bruce necesita del amor de Selina para sobrevivir, para llevar la vida que lleva, cansado ya de sostener en solitario la pesada losa sobre su espalda. Quiere cambiar, quiere necesitar a alguien, a ella, no quiere estar solo. King se pregunta en el cómic si un héroe como Batman puede cambiar y vivir sus aventuras con Catwoman a su lado. Conviene pensar por qué el guionista no destinó parte de su etapa a esta tarea para demostrar que sí es posible él mismo. Batman/Catwoman por Tom King aún se espera en las librerías. El último número repasa lo vivido entre Batman y Selina, muchas páginas para esto y para la conversación de bar y pocas para el enfrentamiento con su padre. La serie es consciente de sí misma y sabe dónde destaca, brillando como solo ella sabe hacerlo en este número final.
El autor no se olvida del que ha sido el antagonista principal de su trama y Bane tiene su última y brillante aparición, muy obvia si se piensa, que podía hacer sino Bane en su postrera figuración. También cierra a Gotham Girl cuya bipolaridad debería tratarse. Es el personaje de creación propia que deja King en la mitología de Batman. Quizás en el futuro algún compañero de profesión la rescate como heroína o villana (da para ambos papeles) y nos entregue una buena historia de la poderosísima chica.
Las últimas páginas de la grapa auguran un enfrentamiento con el Joker. Parece que el payaso sabe más de lo que ha aparentado habitualmente, cosa que los lectores siempre hemos sospechado y hará uso de ello en la futura etapa de James Tynion IV. El autor nos dejó una muy buena representación del murciélago en su estancia en Detective Cómics por lo que las expectativas son altas respecto al futuro de la serie.
El arte del cómic siempre ha sido de primer nivel y no iba a ser menos para el último número. Jorge Fornés hace un impresionante trabajo en la travesía del Batman de Flashpoint por su mundo y por la etapa, con una narración sublime. También contamos con el habitual Mikel Janin que de sobra le tiene cogido el pulso a la colección, mostrándonos su consabido buen hacer con detalles en sus fondos, expresividad en sus rostros y una narración de la acción muy bien ejecutada. El español se ha medido a lo largo de la etapa con artistas consagrados del medio y no ha desentonado en ningún momento, haciendo valer su puesto de dibujante regular de la serie. Hugo Petrus participa en el cómic con tres páginas, narra una escena de diálogo en la que cumple sobradamente. Del color se encarga la habitual Jordi Bellaire, su dominio de la paleta la lleva a estar en los cómics más influyentes y esperados del medio, éxito bien merecido, tonos cálidos y fríos se entremezclan con el único fin de envolver al lector dentro de lo que el guion y el dibujo nos está contando.
Sensaciones encontradas con este final de King, como por otro lado ha pasado con toda su etapa. El autor maneja la épica realmente mal y su caracterización de personajes ha dejado que desear casi siempre, además su trama se percibe estirada y alargada. Por el contrario, ha procurado que Batman viaje del punto A al B, le ha dotado de humanidad y su tipo de narración nos ha dejado buenas sorpresas con un ritmo medidísimo y muy estudiado. Nos ha dejado historias en forma de grapas que son joyas por sí mismas y este último número hace honor a ellas. Un buen final de etapa que no gustará a todos pero que se muestra fuerte, afianzándose en sus propias ideas y que solo por eso convencerá a más de un detractor endulzando el regusto amargo que le ha dejado este periodo. Para los que han disfrutado su ciclo, este final les dejará más que satisfechos pues King entrega lo que ha hecho durante toda su etapa y lo hace a gran nivel.
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