Javier Vázquez Delgado recomienda: Wonder Woman – Vuelve junto a a mí
Edición original: Wonder Woman: Come Back to Me núms. 1-6 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guion: Amanda Conner, Jimmy Palmiotti .
Dibujo:Chad Hardin, Tom Derenick.
Entintado: Chad Hardin, Tom Derenick .
Color: HI-FI, Alex Sinclair.
Formato: Cartoné, 160 páginas. A color.
Precio: 18,95 euros.
Julio tenía que ser el mes de Wonder Woman, editorialmente hablando, de preparación para el estreno, el 14 de agosto, de la segunda cinta en solitario del personaje. Y hablamos en pasado ya que de nuevo se ha retrasado (inicialmente tendría que haberse estrenado el 5 de junio) y ahora fija su estreno el día 2 de octubre. Sin embargo, las novedades de ECC han llegado a las tiendas con cuatro puntales a señalar. El Especial Wonder Woman #750 (del que daremos buena cuenta en breve), la revista mensual dedicada a la figura de la amazona, el amplio catálogo de obras dedicadas a Diana del que dispone ECC y el tomo que nos ocupa, que recopila la miniserie escrita por el matrimonio Conner/Palmiotti, con una aventura de Wonder Woman de corte sideral.
La historia arranca con la desaparición de Trevor en medio del Atlántico y la misión de rescate que emprende Diana para localizarlo. Lo que lleva a la amazona a una extraña isla, poblada de todo tipo de fascinantes rarezas y anomalías, que desencadena una serie de acontecimientos que derivarán en un viaje al espacio donde deberán luchar por defender sus vidas en un espectáculo sangriento para diversión de la galaxia.
La trama que construyen Conner/Palmiotti es oportunista, al servicio de sus apetencias, con dos partes muy diferenciadas tanto por tono como por calidad. Los tres primeros números de la serie resultan anodinos, un deambular del punto A al punto B, errático, con una Diana bastante mal caracterizada, sobre todo en los momentos en los que comparte viñeta con Trevor. La historia se siente sobredimensionada artificialmente, con una clara predisposición a dar espacio al lucimiento de los dibujantes, con ideas que no acaban de concretarse, en un entorno que busca aglutinar distintos elementos que están ahí porque así lo desean los guionistas. Con un inicio tan irregular la lectura se hace anodina, pues apenas hay sustancia argumental en lo que parece un juego de plataformas donde solo hay que avanzar para superar niveles.
Diana en manos de Conner y Palmiotti resultado algo infantil en las primeras fases de la historia. Se va notando un cambio progresivo, que parece ser deliberado y buscado, pero que no acaba de entenderse la razón exacta de ese proceder.
Al llegar a la segunda mitad la historia sube un nivel y gana en intensidad e interés. El cambio de escenario resulta beneficioso y que se aclaren ciertos aspectos favorece a poder conectar más y mejor con la trama propuesta. Diana cambia de forma de ser, se intensifica su entrenamiento militar, su innegable liderazgo, asumiendo un papel mucho más intenso y directo que trasmite todo el poder que encierra en su interior.
Este disfuncional equilibrio dentro de la trama acaba por desestabilizarla y lo que podría haber sido una aventura a la vieja usanza, sin mayores pretensiones, eficaz y sincera, acaba siendo un ejercicio que persigue crecerse más de lo que en realidad puede. Se produce un abuso de discursos paternalistas señalando lo obvio, pues a la propia historia le cuesta transmitirlo y Conner y Palmiotti deben recurrir al diálogo explicativo y moralista a fin de dejar las cosas claras. Tal vez demasiado.
Donde la obra si responde con solvencia es en el apartado gráfico en manos de dos solventes dibujantes. Chad Hardin, conocido de sobras por los seguidores de la serie de Harley Quinn, que imprime un aspecto regio e imponente a Diana y demuestra un dominio muy potente del diseño a la hora de plasmar la isla en al que discurre la primera parte de la historia. Por otro lado, con un dibujo más clásico, está Tom Derenick, que mantiene a la perfección el pulso de a trama y narra con solvencia lo que demandan la dupla Conner/Palmiotti.
Una obra menor dentro de lo que se puede esperar de un personaje como Wonder Woman, que se muestra muy desequilibrada y con errores de fondo y forma que la convierten en un mero pasatiempo sin más repercusión en la memoria del lector. Esto lleva a preguntarse si es la obra adecuada para acompañar un estreno cinematográfico del calibre y calidad, presupuesta, de Wonder Woman 1984. Mirar más atrás de Crisis es entrar en terrenos muy resbaladizos a la hora de seleccionar obras de Wonder Woman, por lo que es difícil de valorar y dejo esta cuestión para ser reflexionada por todos vosotros, los lectores.
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