Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseñas DC – Green Lantern Especial 80 Aniversario
Edición original: Green Lantern 80th Aninnversary.
Guion: James Tynion IV, Geoff Johns, Cullen Bunn, Dennis O´Neil, Ron Marz, Pter Tomasi, Charlotte Fullerton, Robert Venditti, Mariko Tamaki, Sina Grace.
Dibujo: Ivan Reis, Gary Frank, Dough Manhke, Mike Grell, Darrly Banks, Fernando Pasarín, Chris Cross, Rafa Sandoval, Mirka Andolfo, Ramón Villalobos.
Entintado: Jordi Tarragona, Oclair Albert, Lovern Kindzierski, Wade Von Grawbadger.
Color: Steve Oliff, HIFI, Luis Guerrero, Gabe Eltaeb, Arif Prianto, Rico Renzi, Ivan Plasencia.
Formato: Tomo, 100 páginas, color.
Precio: 9,99 $.
El 2020 es el año de los aniversarios en DC, pues el año 1940 fue especialmente prolífico a la hora de lanzar al mercado nuevos héroes con los que poder satisfacer la fuerte demanda que existían de este tipo de personajes, tras la irrupción de Superman en 1938 y de Batman en 1939. Han cumplido años Robin, Joker, Dr. Fate, El Espectro, Flash, Hawkman, Catwoman (que está por tener su propio especial) y el primer Green Lantern (Alan Scott) al que nuestro compañero ya le dedicó un exhaustivo texto en su momento. Sin embargo, en DC, han ido un poco más lejos y consideran que el aniversario debe extenderse a todas las encarnaciones de los Green Lanterns, no solo a Alan, sino también a Hal, Kyle, Guy, John, Simón y Jessica, lanzando al mercado un especial de 100 páginas que calca la dinámica de los anteriores con portadas dedicadas a cada una de las décadas desde 1940 hasta nuestros días. Un especial del que merece a pena hablar dado que puede ser el más equilibrado e interesante de todos los que se han ido publicado a lo largo de los últimos meses.
La estructura es la misma, una serie de historias cortas, escritas y dibujadas por un selecto grupo de autores que centran su atención en alguna de las encarnaciones mencionadas, a fin de realizar un recorrido cronológico de toda la vida del personaje. Un personaje que empezó profundamente influenciado por lo místico, con una linterna formada de un extraño metal venido en un meteoro del espacio, que evolucionaria más a su vertiente sideral con un enfoque más centrado en la ciencia ficción, cuando en Estados Unidos la fiebre por lo extraterrestre y este género no dejaba de crecer. Y así ha permanecido hasta nuestros días, sin dejar de evolucionar, sufriendo alguno de los cambios más drásticos vistos en una serie regular, con muertes y regresos, con exilios, con nuevas incorporaciones y nuevos enfoques, más anillos y más colores, para estar siempre a la altura de su juramento.
Además, este especial se convierte en algo mucho más especial pues entre estas historias hay una escrita por el recientemente fallecido, Dennis O´Neil, por lo que se convierte en su último trabajo publicado antes de su triste perdida.
Dicho lo cual, aunque estamos ante 100 páginas de pura creatividad y nostalgia, y globalmente es un cómic que debería ser publicado integro en este país cuando sea adecuado hacerlo, vamos a optar por hablar de cada historia, brevemente, por separado para analizar lo que las hace tan relevantes. 10 historias para poner foco en una de las franquicias más longevas y relevantes del Universo DC.
Pido disculpa por la traducción libre del título de cada historia.
Inaugura el especial el Lantern que si cumple 80 años y lo hace de la mano de dos titanes del cómic, James Tynion IV y Gary Frank. Su trabajo es intimista, sin estridencias, sin buscar grandilocuencia alguna. Todo se centra en la inspiración que Alan necesita para continuar con su labor como héroe portador del primer anillo. Un diálogo entre Alan y la madre de su pareja, fallecido en el tren que descarriló por culpa de un sabotaje, es lo que Tynion necesita para forjar un relato que entra de lleno en la parte emocional de lector gracias al conciso y acertado uso de las palabras… palabras que se ven escoltadas por un Frank magnífico, detallista, capaz de dotar de enorme expresividad cada viñeta para llenar con sus lápices los silencios con los que Tynion viste este momento tan íntimo y potente de la carrera de Alan Scott, el primer Green Lantern.
Le llega el turno a Hal Jordan, el segundo Lantern del Universo DC, el que hunde sus garras en la ciencia ficción de lleno y expande el concepto por todo el Universo DC que, en manos de Geoff Johns e Ivan Reis, se muestra descarnadamente vulnerable gracias a la situación en la que se encuentra desde la primera viñeta. Johns explora a Jordan de manera muy astuta, brillante incluso, poniendo al límite al personaje, con el fin de mostrarlo sin pose alguna y relatar las bases sobre las que se sostiene el personaje.
Un relato que juega a dos bandas y del que poco se ha de decir para mantener la sorpresa que Johns se guarda en la manga y que merece disfrutarse sin saber absolutamente nada más que lo justo y necesario. Lo que hace Reis en estas páginas es algo descomunal y soberbio, su trabajo abruma y dota al conjnto de una épica brutal.
Una de las mejores del especial.
Y otra sorpresa es la que aguarda al lector cuando el siguiente relato se centra en Sinestro, el ex Green Lantern, el proscrito, el portador del miedo, que se erige como protagonista absoluto de la mano de Cullen Bunn y Dough Mahnke.
Bunn, se centra el desarrollar un panfleto en el que Sinestro realiza un monologo directo sobre lo que significa el miedo, lo que permite hacer, lo que es capaz de conseguir en todo ser viviente, lo que analiza a la perfección la personalidad de este megalomaníaco galáctico. Un villano ambiguo, letal, que un día fue el mejor de los Green Lantern, hasta la llegada de Jordan, y que ha gozado de serie propia gracias a su magnetismo y fascinante presencia.
Un manual sobre el miedo.
O´Neil unió en esta historia a los dos Green de DC, como ya hiciera en los años setenta. Si entonces fue con Neals Adams, en este especial unió fuerzas con Mike Grell al que se le notan las costuras, pero que batalla con orgullo el realizar un trabajo digno dentro de este especial.
O´Neil no dejó escapar la oportunidad y escribe una historia que no sorprende por su acción, sino por su enfoque ya que une a Oliver y Hal bajo la excusa de leer un libro en silencio y solo, un libro titulado Walden, de Henry David Thoreau, escritor, poeta y filósofo estadounidense, de tendencia trascendentalista y origen puritano, autor, también, de La Desobediencia Civil.
Fui a los bosques porque quería vivir solo, deliberadamente, para afrontar los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que tenía que enseñar y no descubrir, a la hora de la muerte, que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida, ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y extraer toda la médula a la vida, vivir de una forma tan intensa y espartana que pudiese prescindir de todo lo que no era vida…
Este extracto de Walden podría definir muy bien lo que O´Neil persigue con su historia, en la que los cosas no cambian y lo que cambia somos nosotros. O´Neil lo sabe y así lo plasma gracias al encuentro de estos dos amigos que se ayudan mutuamente en todos los aspectos de la vida. Un relato que es un legado de O´Neil para sus lectores y que es una curiosa carta de despedida para toda una vida detrás de un teclado.
Y hablando de legado, le llega el turno a Kyle Rayner, el Lantern que sustituyó a Hal Jordan, que acabó siendo el único Green Lantern, miembro de pleno derecho de la Liga y que pagó uno de los precios más altos que un héroe puede pagar por llevar esa vida… la muerte de su novia a mano del Mayor Force.
Con un cambio radical de uniforme y una personalidad muy distinta a Hal, portaba el último de los anillos un joven artista que de repente se convirtió en el portador de la luz verde. Su historia, escrita por el guionista que se encargó de darle vida en los noventa, Ron Marz, e ilustrado por el mismo dibujante que lo hiciera en su serie regular de mediados de los noventa, Darryl Banks, Kyle vuelve a encender la llama que recuerda el enorme legado que hay detrás de cada anillo de los Corps.
Una historia en la que se ensalza el valor del equipo, mientras Kyle relata sus miedos y como los acabó superando en compañía de todos los que de alguna forma son parte de los elegidos por la fuerza de la voluntad.
Tomasi y Pasarín, son el dúo de autores encargados de dar forma a una divertida historia, como no puede ser de otra forma, en la que hace equipo el impredecible, pero infalible, Guy Gardner y Kilowog, el Green Lantern encargado de entrenar a los poozer, o novatos, que llegan al cuerpo sin una pizca de experiencia de combate.
Un relato que lo apuesta todo al valor de la familia, el dolor de su perdida y el comprender que, de alguna manera, nunca se pierden si en la vida hay valores sólidos sobre los que poder seguir creyendo. Sus protagonistas, dos duros Lanterns, se muestran a ojos del lector de forma abiertamente emocional, sin traicionar para nada lo que los define.
Una de las historias más tiernas del especial.
Y le llega el turno a uno de los Lanterns más especiales de todos y lo hace en un relato que se muestra algo desequilibrado por su propuesta, pero que esconde un valor oculto que precisa de una segunda lectura para poder ser aprecidado en toda su magnitud.
Lo escribe Charlotte Fullerton (cónyuge del desaparecido Dwayne McDuffie, al que dedica la historia) con la ayuda del propio dibujante de la historia, Chris Cross, para centrarse en la mayor virtud del personaje, su confianza en sí mismo, que también es su mayor defecto. Una aventura centrada en desarmar al Dr. Polaris de un elemento potenciador de poderes, que obligara a Stewart a colaborar con su compañera de misión, Hawkgirl.
Esta historia resuena con poca fuerza si se la compara con las anteriores, pero debajo de su capa exterior hay un mensaje eterno que se agazapa, oculto, tras la aparente superficialidad que desarrolla Fullerton. Una anomalía en la uniformidad del especial que se disfruta igualmente.
Si hubiera que elegir una historia como la mejor de todas, es muy probable que para una gran cantidad de lectores esta fuera la seleccionada. Su valor se esconde en la enorme carga emocional y nostálgica que atesora, su cuidada puesta en escena, gracias a un Rafa Sandoval brillante, y a un Venditti que se muestra cercano, terrenal y muy motivado cuando lleva a los lectores al futuro y reúne a los cuatro Lanterns más importantes, en un viejo bar donde rememoran sus viejas batallas.
Una historia que emociona hasta la médula, que no deja indiferente y que no eres de este mundo si al final de esta no te detienes un segundo a dejar que los sentimientos fluyan de las viñetas directos a tu corazón. Soberbia muestra de talento de sus autores que sabe como tocar la cuerda adecuada para generar todo un estridente maremoto emocional.
Mariko Tamaki y Mirka Adolfo, son las encargadas de dar forma a la historia de Jessica Cruz, una de las últimas incorporaciones al cuerpo y cuya concepción no puede resultar más atractiva.
La historio se centra en los miedos, en las dudas, en como superarlos, en como buscar la mejor parte de uno mismo para poder responder a esa voz manchada de miedo con algo muy distinto y de mucha más fuerza. Un relato íntimo de Cruz, que es descrita a la perfección por Tamaki, capaz de plasmar los matices del personaje en una historia de corte clásico pero profundo.
Y llega el final y lo hace con Simon Baz, el Green Lantern creado por Geoff Johns, que viene a cerrar el especial con relato escrito por Sina Grace (en su primer trabajo para DC tras su estancia en Image y Marvel), con la ayuda de Ramón Villalobos a los lápices.
El trabajo de Grace resulta muy interesante por como plasma los radicalismos culturales de nuestra sociedad a través de un enfrentamiento entre una célula paramilitar que busca atentar contra la comunidad musulmana y la reacción que esto genera en Baz. Un Baz que habla de personas, no de etnias, ni de religiones, ni de ideas, solo personas, a las que proteger por encima de todo y que le demuestran que la valentía no es ir de combate en combate. Un final elegante y cargado de simbolismo, que aglutina a la perfección lo que los Corps representan no solo en la Tierra sino para todo el Universo DC.
Un especial brillante, equilibrado, con un Lantern para cada lector, plagado de sorpresas, de emociones, de historias que no son un mero tramite y que merecen quedarse en la memoria de los lectores para conmemorar uno de los aniversarios más importantes de este 2020 en DC Comics.
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