Javier Vázquez Delgado recomienda: Animosity 3: El Enjambre
Edición original: Animosity 9-13.
Edición nacional/ España: Planeta Cómic.
Guión: Margerite Bennett.
Dibujo: Rafael De Latorre.
Formato: Tomo, 136 páginas.
Precio: 14,95 €.
Repetimos autora y editorial, hace una semana reseñábamos el segundo, y último, volumen de Insexts, la obra de Marguerite Bennett para Aftershock, hoy nos ponemos al día con algo que salió el pasado mes de junio en España, el tercer tomo de Animosity, considerada como la gran obra de la editorial, sin duda es la más larga, a día de hoy han salido veintisiete números, con cinco recopilatorios ya editados en Estados Unidos, más spin-offs y números unitarios, uno pequeñito a modo de especiales y otro llamado Animosty Evolution que veremos próximamente por nuestras tierras, la cual ha durado diez números que serán recopilados por Planeta Cómic en dos tomos. Pero hoy nos vamos a la colección principal, con un tomo que recopila los números nueve a trece.
Con esta serie a Marguerite Bennett le pasa lo mismo que con Insexts, comienzan con ideas muy originales, en este caso el de otorgar las capacidades humanas de pensamiento y reflexión a los animales para comenzar un conflicto que derivará en una especie de apocalipsis, pero según se desarrollan se convierten en algo mucho más normal, en lo referido a Animosity podríamos hablar de miles de historias de supervivencia en mundos hostiles, poniendo como gran referente comiquero a Los Muertos Viviente. Esto puede parecer un problema hasta que lo leemos, observando que Marguerite Bennett se crece y sobresale aun abandonando esa originalidad inicial, sobretodo gracias al cariño con el que se trata a los personajes y el cuidado que se tiene con los diálogos, todo en su lugar adecuado. Digamos que se crece en lo cotidiano.
Animosity es una obra que ha tenido su reconocimiento, sus premios, así como la recomendación de la misma por parte de la crítica, entre estos últimos me incluyo, porque la he recomendado y lo sigo haciendo, pero me pasa algo curioso con ella, si tuviera que hacer una lista con las grandes obras del cómic independiente actual (cosa que a veces me toca) nunca pienso en ella, pero me gusta mucho. Cada uno de sus tomos los disfruto pero, por algún motivo que desconozco (seguramente por esa extraña impronta que deja el arte en nosotros), no la acabo de poner entre lo mejor de lo mejor, a la altura de Saga, Clase Letal o Rumble, por citar algunas. Sin embargo es acabar un tomo y quedar fascinado por todo, guion y dibujo, porque el trabajo de Rafael De La Torre es maravilloso desde el primer momento, pero creo que le falta un poquito para llegar a estar entre las más grandes, lo cual certifica este tomo que, si bien sigue siendo una colección muy recomendable y con grandes momentos, baja un poquito con respecto a los dos anteriores.
Uno de los mayores atractivos que tiene esta serie es la relación entre Sandor, el perro, Kyle, el humano que les acompaña, y Jesse, la niña a la que ambos intentan cuidar, sus diferencias con respecto a qué hacer con Jesse se van agrandando en esta parte de la historia, lo que les lleva a tomar decisiones difíciles, de hecho este tomo va más sobre ello que los anteriores y se nota por dejar al resto de secundarios muy de lado. El otro factor que sobresale de esta serie es la capacidad para mezclar brutalidad y ternura, un contraste que suele ser muy fuerte y que, en cierta medida, no se ve tanto en este arco argumental, aunque los autores lo suplen con bastante imaginación al introducir un elemento nuevo, las abejas.
Hasta ahora habíamos visto cómo los protagonistas se encontraban con peligros de diferente tipo, otros animales principalmente, pero ahora les toca solucionar dos complejos encontronazos con sendas micro-sociedades desarrolladas en este mundo postapocalíptico. La confrontación entre grupos nómadas y los asentamientos que se crean en estos entornos es ya todo un tópico de las historias de este tipo, desde Mad Max, Z-Nation o propiamente Los Muertos Vivientes son claro ejemplo de ello y aquí no hay ninguna novedad al respecto, el grupo de Sandor se encuentra en medio de un conflicto entre dos de ellas, con intereses distintos, violencia y abusos, viéndose obligados a interferir para poder sobrevivir.
A pesar de no ser muy novedosos a la hora de narrar el conflicto y la intervención del grupo, con los clásicos dilemas morales de por medio, sí que hay dos aspectos que me gustaría destacar, por un lado la sociedad creada por las abejas, lo que me parece un buen giro porque hace que, como lectores, lleguemos a subestimarlas incluso cuando sabemos de lo que son capaces los animales en Animosity, pero no profundizaré demasiado en este tema para que sean los propios lectores los que se sorprendan.
El otro es un tema muy interesante del que ya se había hablado en las primeras páginas del anterior tomo, cuando veíamos al plancton deliberando poco antes de ser devorados por una ballena. ¿Quiénes han conseguido el don de la inteligencia?, las abejas certifican que todo llega más lejos de lo que parece y tanto humanos como otros animales se empiezan a cuestionar hasta dónde debe llegar el respeto al resto de especies. La pregunta de si debemos eliminar toda jerarquía llega a los más profundo cuando estos temas hacen peligrar, al menos en apariencia, la misma existencia de todos. Esta parte es la que hace que este tomo siga en un nivel cualitativo muy alto, a pesar de que la historia baja en comparación con los dos tomos previos.
Lo que sí consiguen Marguerite Bennett y Rafael De La Torre son plantar dos semillitas que nos dejan con ganas de leer la continuación, dando pistas sobre misteriosas ciudades amuralladas y lo que sucede dentro más un giro final que nos deja expectantes. Otra cosa que se agradece es ver como Jesse evoluciona, se va haciendo más inteligente, va aprendiendo, ya hay ganas de ver más de su historia. No será de las mejores pero es 100% recomendable sin ninguna duda.
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