Javier Vázquez Delgado recomienda: Head Lopper 2: El Cortacabezas y la Torre Carmesí
Edición original: Head Lopper # 5-8 (Image Comics).
Edición nacional/ España: Norma Editorial.
Guión y dibujo: Andrew McLean.
Color: Jordie Bellaire.
Formato: Rústica, 196 páginas.
Precio: 19,50 €.
El año pasado Norma nos presentaba una nueva serie que resultaba ser una de las sorpresas de la temporada, Head Lopper, en formato tomo rústica, con un tamaño impresionante (cerca del doble de páginas que un tomo normal) y un precio asequible (sí, 23 euros para 280 páginas frente a los habituales 17 euros para 140 páginas es asequible, aunque cueste darlo de golpe). Head Lopper es una serie que nos resulta familiar pero a la vez es diferente, es como si a Conan le metemos un toque de humor desenfadado, no como Groo, nada que ver en ese sentido ya que su objetivo no es ni hacernos reír ni mostrar ese carácter crítico de la gran serie de Sergio Aragonés, es más bien como un Conan exagerado con el que sueltas alguna carcajada, más por ciertas situaciones o personajes secundarios que por la historia en sí. Hay una de sus facetas que incluso me recuerda a Usagi Yojimbo, en el sentido en que nos cuenta historias de tinte muy clásico, historias que nos parece haber leído otras veces, pero de tal manera que nos engancha en su lectura, aunque sin el carácter divulgativo de la obra de Stan Sakai, es como Rumble pero contando historias alejadas de nuestro presente. Con esto quiero decir que Head Lopper es muy buen cómic, uno de esos que sabes que leerás varias veces porque lo que cuenta y la manera en que lo hace se presta a ello, recomendable principalmente para aquellos a los que les entusiasme el género de espada y brujería, pero al que se puede acercar cualquiera, yo mismo no suelo leer ese estilo de historias (salvando cosas que sean algo diferentes como la saga de The Witcher o Rat Queens) y con esta me he quedado pegado al cómic.
Como decía, el primer tomo tiene un tamaño descomunal, la explicación es que Head Lopper comenzó siendo una serie autopublicada por el autor Adrew MacLean, artista completo de la obra y del que podemos encontrar pocos trabajos más, otra obra propia llamada ApocaliptiGirl para Dark Horse y alguna pequeña historia en Marvel y DC. De esta manera MacLean editaba su primer arco de Head Lopper hasta que llamó la atención de Image Comics y se pasaba a la conocida editorial, los cuales reeditaban esos primeros cuatro números en 2015 y, un año después, las recopilaban en un tomo, para dar una continuidad a la colección, de tal manera que vemos aproximadamente un arco por año. A día de hoy han salido a la venta doce números que encontramos recopilados en tres tomos, el tamaño de los números que siguen a los cuatro autoeditados ya se corresponden con el canon habitual del comic-book estadounidense, un poquito más largos pero nada que ver con los anteriores, con lo que este segundo tomo ya es más similar a lo que estamos acostumbrados por parte de Norma.
El anterior tomo nos presentaba a Norgal, un guerrero con diversos apodos, el más conocido “El Cortacabezas”, porque… bueno, eso, tiene tendencia a cortar las cabezas de sus enemigos de un espadazo, de hecho su compañera es la cabeza de Agatha, una bruja inmortal, muy poderosa, muy quejica y muy habladora. Su misión era salvar una isla que estaba repleta de bestias en una historia con muchos elementos del género, monstruos de diversos tipos, reyes, traiciones y hasta el clásico mapa de la zona indicando los movimientos del personaje. Este segundo tomo nos cambia de localización para llevarnos a una misteriosa torre con varios de los personajes que conocimos en la primera parte.
A pesar de que la serie es muy violenta no podemos calificarla de desagradable, el estilo de dibujo de MacLean es muy especial, no en vano lo comparan con Mike Mignola, James Harren o Paul Grist, pero más cercano al estilo cartoon y tiene una narrativa que recuerda a un Stan Sakai modernizado. Esas referencias nos hacen ver que estamos ante un dibujante muy especial, nada convencional pero sin irnos a zonas experimentales, y bastante bueno, las comparaciones hablan por sí mismas, aunque todavía le quedan unos años de experiencia para llegar a la altura de los antes citados. Pero sin duda el dibujo es uno de los puntos fuertes de Head Lopper, que la hacen distinguible, eso sin desmerecer el guion, que es lo que realmente nos engancha. Sí que hay un cambio en lo que respecta al color, Jordie Bellaire entra en sustitución de Mike Spicer, ambos son buenos profesionales, pero es cierto que me gusta un poco más el estilo que le da Bellaire a este tomo, tiene la ventaja de tener localizaciones muy diversas, lo que hace que pueda jugar más con los tonos, pero los cambios que realiza con las diferentes partes de la Torre Carmesí le dan un toque al cómic que lo hace más especial si cabe.
La estructura de este tomo es bastante clásica, hay una torre misteriosa donde los guerreros se van a batir contra grandes peligros, Ulrich, el doblemente condenado y su siervo Berserkr son los enemigos a vencer, pero antes tendrán que superar una serie de pruebas que empiezan con una adivinanza y siguen con la búsqueda de unos orbes mágicos, atravesando puertas que los llevarán a lugares inhóspitos. Una mezcolanza que ya hemos visto pero que hace de esta una historia emocionante gracias a su narrativa y a la fuerza de sus personajes. Así Norgal se unirá a un grupo de valerosos guerreros que no tardan en morir, a excepción de Zhaania y Xho, con las que forma equipo.
Las discusiones entre Norgal y la cabeza de Agatha son constantes, como lo eran antes, y la acción es un no parar de saltos y golpes en cada página, de manera que diálogo y dibujo se funden de una forma que hace que el lector no pueda apartar la vista, con lo que las páginas de este tomo vuelan en su primera lectura, pero produciendo una sensación que nos lleva a repetir, es uno de esos cómics que se releen pasados los años, una aventura de fantasía heroica con reminiscencias a muchas otras y sin un solo fallo que achacar. Mención a parte se merecen el pueblo de la Hoja Fonga y sus tres representantes en la torre, que se llevarán nuestro corazón.
Tras acabar este segundo tomo puedo decir que me ha gustado incluso más que el primero, con una sensación similar a la que me deja Usagi Yojimbo, aun siendo series diferentes, la de una historia épica a la que el paso del tiempo no le va a afectar.
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