Javier Vázquez Delgado recomienda: Todas nosotras


Edición original:Astiberri Ediciones
Guion:Elizabeth Casillas
Dibujo:Higinia Garay
Formato:Cartoné, 64 Páginas
Precio:13€
El aborto es un derecho para todas las mujeres.
Todas nosotras es una novela gráfica de Elizabeth Casillas (Bilbao, 1986) y Higinia Garay (Bilbao, 1978) editada por Astiberri en colaboración con la ONG Fundación Mundubat que lleva trabajando en El Salvador desde 1988. Leyendo lo que cuenta uno tiene la impresión de estar ante una obra editada hace 60 años. Sin embargo, esa impresión no es cierta ya que se trata de una obra que denuncia hechos que suceden en El Salvador de hoy en día, aunque parece increíble. La novela gráfica forma parte un proyecto multimedia, formado además por el documental La historia de todas nosotras dirigido por Itxaso Díaz, en colaboración con Garay y Casillas y una pieza de danza creada por la compañía de danza y teatro Node, que pretende denunciar la inhumana situación que viven en el país centroamericano las mujeres que sufren un aborto. Desde 1998, en El Salvador está castigada la interrupción del embarazo con penas de dos a ocho años, aunque el aborto sea producto de una emergencia obstétrica, pero desgraciadamente las mujeres que lo sufren son acusadas de homicidio agravado que conlleva penas de entre treinta y cuarenta años, la condena más elevada de su código penal.
En Todas nosotras conocemos la historia, contada por ellas, de cuatro mujeres salvadoreñas, Mariana, Cynthia, María Teresa y Elsi, que han estado en la cárcel por un parto extrahospitalario y como se enfrentan a una vida partida por la mitad tras cumplir condena por un delito que nunca debió serlo. Conocemos la historia inidividual de cada una de ellas, pero podrían ser otras cuatro distintas ya que representa la de todas las que han sufrido, y sufren, esa situación. La novela gráfica está compuesta por la traslación gráfica de los testimonios de las cuatro mujeres que recogieron in situ las autoras y una última parte que resume los antecedentes y la situación en El Salvador respecto al aborto además de la génesis del cómic y el trabajo que realiza la ONG. Se trata de cuatro historias que merecen ser escuchadas y con las que es imposible no empatizar ya que vemos como son trasladadas a la cárcel tras pasar un trance terrible como es un aborto, sin darles la posibilidad de superar el duelo. Allí se encuentran solas, maltratadas y vulnerables, culpables únicamente de ser mujeres en un estado machista y retrogrado que está anclado en ideas dictadas por una educación en la que la Iglesia tiene una enorme influencia. Como se trata de mujeres pobres carecen de cualquier garantía judicial en un sistema que se ceba con las más vulnerables, puesto que en el país no hay mujeres ricas encarceladas por interrumpir su embarazo. Así que no solo es un problema de machismo, también es de carácter económico. Tras cumplir las penas, deben enfrentarse con una sociedad que las discriminará permanentemente, algo que provoca que oculten que han abortado para poder reintegrarse y llevar una vida normal, sin sufrir acoso, lo que imposibilite saber cuántas han sufrido ese trance. Sin embargo, queda un rayo de esperanza ya que algunas de esas mujeres valientes se están organizando para luchar contra esas injusticias, liberar a sus compañeras y dar a conocer internacionalmente el problema.
La gran cualidad de este trabajo es servir de altavoz para aquellas mujeres a las que les han robado la voz y denunciar una situación injusta que se lleva prolongando durante demasiados años. Cada uno de los cuatro casos relatados consiguen que sufras con ellas y te sientas impotente a partes iguales por la dureza de lo que cuentan. Al tratarse de obra de denuncia está pensada para que su lectura sea lo más accesible posible para asír poder llegar a la mayor cantidad posible de púbico. Lo que provoca que las autoras hayan optado por una puesta en escena y lenguaje lo más directo y sencillo posible. No hay grandes alardes narrativos, pero sí que vemos dobles páginas brillantes, potentes, impactantes y muy claras que transmiten un mensaje cristalino y necesario. Lo que más llama la atención del dibujo es el color tan lleno de vida como las mujeres protagonistas y es que pese a todo, la obra tiene espacio suficiente para la esperanza. Lo que contrasta con la última parte, mucho más formal y didactica, que es blanco y negro con estructura clásica de rejilla de tres por dos.
La edición como es habitual en la editorial vasca es notable con un trabajo de diseño impecable, sobre todo con las preciosas guardas. Astiberri sigue apostando por obras distintas y solidarias que tratan temas poco habituales como el aborto que todavía sigue considerándose un tema tabú. También cuenta con una edición en euskera.
Todas nosotras es una obra que denuncia una situación injusta, algo que consigue a las mil maravillas, cuenta una historia lo suficientemente potente para no tener que disfrazarla de lo que no es. Por mucho que les pese a las mentalidades más conservadoras, el aborto debe ser un derecho universal y corresponde únicamente a cada una de las mujeres que están embarazadas decidir si quiere ejercerlo, sin necesidad de ningún tipo de tutela y menos de condena, mientras no sea algo universal existirán motivos para luchar y denunciar esa injusticia. Quedamos a la espera de la siguiente colaboración de ambas autoras que verá la luz en 2021 titulado La palabra que empieza por A.
El documental que forma parte del proyecto se puede ver aquí.
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