Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine Marvel España – Septiembre 2020
El final del verano, rezaba aquella mítica canción. Septiembre es mes de cambio estacional, de inicio del curso, de nuevos propósitos, de coleccionables en el quiosco…. y también de novedades comiqueras. Panini Cómics no falla ningún mes del año, a menos que haya pandemia mediante. De entre todo el aluvión de suculentos lanzamientos, destacamos el nacimiento de la línea Must-Have, un proyecto que va a recopilar a un precio muy interesante grandes obras unitarias, mayormente intemporales, que han surgido bajo el paraguas de Marvel Comics. Los primeros títulos asoman a partir de ya en el catálogo, por lo que a ella le dedicamos dos de nuestras secciones fijas, la columna de opinión y el juicio a…. que en este caso versará sobre El Viejo Logan, uno de los reclamos más evidentes del flamante sello editorial.
Por lo demás, la estructura se mantiene intacta. Les mostramos aquellas novedades que nos parecen más interesantes, destacamos el periplo de Ta-Nehisi Coates en Capitán América y andamos algo expectantes con el nuevo macro evento de Marvel, Imperio. No podemos olvidar a los clásicos, pilar básico para sostener nuestra afición, ni tampoco darnos un breve volteo por el recuerdo. Lo que no encontrarán en esta edición son las entrevistas. Hacemos un pequeño impasse postvacacional pero prometemos traerlas de vuelta el mes que viene.
Sin más dilación, os dejamos una vez más con el Magazine Marvel España, edición septiembre. Esperamos que sea de su agrado.
TITULARES
- • Columna de opinión
• Juicio a…. El Viejo Logan, de Mark Millar y Steve Mcniven
• Análisis de novedades
• Debuts del mes
• El cómic destacado del mes
• No te puedes perder…
• Hablamos de clásicos
• Otras reediciones
• Aquellas maravillosas novedades
Columna de opinión
Los lectores que procedemos de aquella lejana época en la que un cómic de grapa costaba 75, 140 o 175 pesetas hemos vivido subidas de precio hasta el estipulado, hoy en día, por 24 páginas de viñetas. Los famosos 3,00 euros han supuesto no solo una gran subida sino que muchos lectores se hayan bajado del carro de diversas series puesto que con el mismo presupuesto ahora compran la mitad. Tiempos difíciles son los que corren y teniendo en cuenta que nuestros bolsillos no se acrecientan sino que se quedan iguales o peor, supone un panorama a medio plazo que podría suponer un decrecimiento en ventas, cuanto menos del formato de grapa.
Esta decisión de Panini Cómics no ha sentado demasiado bien entre el fandom. Si bien, hemos de reconocer que esta editorial no suele caracterizarse por plantear variadas opciones, editando prácticamente todo lo que se puede editar. La compañía, a nivel español, ha ofrecido desde siempre una buena cantidad y variables líneas de edición, y ahora se nos presenta la iniciativa de la creación de la línea Marvel Must-Have, que va a suponer que un surtido de los mejores títulos de los últimos años de Marvel Comics estén a nuestra disposición a un precio absolutamente rompedor: entre 15,00 y 22,00 euros el tomo.
La apuesta de la editorial es potente y muy acertada. No debemos olvidar que muchos de los lectores de Marvel Comics (y del resto de editoriales) comenzamos muy jovencitos comprando grapas a precios razonables. Con las antiguas mil pesetas (6,00 euros) nos llevábamos seis grapas. Es cierto que los tiempos han cambiado, pero también lo es que de esa manera podíamos tener acceso a más series de las que hoy en día un lector más joven puede tener. De seguir en esta tónica, solo los lectores de toda la vida seremos los que enterremos este arte, puesto que no van a introducirse nuevos y más jóvenes amantes de este género. No podemos olvidarnos de los tiempos en los que acudíamos a los quioscos o tiendas especializadas a por nuestra grapa, o grapas, con esa paga minúscula que nuestros padres y abuelos nos daban. Esas revistas grapadas con papel de dudosa calidad construyeron el actual mercado, puesto que los lectores a modo de pilares, o columnas, mes a mes forjamos un edificio en el que convivíamos con el resto de aficionados. Podíamos acceder a muchas series con poco dinero, y eso nos convirtió en los lectores de hoy en día. Con los precios actuales, el lector joven que no tiene un poder adquisitivo normal se limita a una serie o dos con suerte.
La especulación ya destrozó el mercado en los noventa, ahora, camino de la digitalización, precios desorbitados pueden suponer que esos cimientos se caigan y desaparezca este arte que nos ha dado horas y horas de entretenimiento.
Dicho lo anterior, Marvel Must-Have, dentro de las acotadas decisiones de los mandamases, es un completo acierto, puesto que el precio es muy competitivo y contiene arcos argumentales muy llamativos que pueden atraer la atención de nuevos lectores, y por qué no, a los de toda la vida. Los precios que ha anunciado Panini Comics son ciertamente lo que se denomina “chollo”: tomos que no alcancen las 128 páginas con un precio de 12,99 euros, la franja entre las 136 y 300 páginas serán 15,00 euros, y otra franja que va desde las 308 a las 420 páginas por 22,00 euros.
Se trata de un formato de calidad, con tapa dura, incluyendo algunos de los eventos más destacables de personajes como Spiderman, la Patrulla-X, los Vengadores…etc. El listado que hasta la fecha se baraja es muy bueno, empezando con títulos emblemáticos como Civil War (cuya diferencia con la edición anterior es de 10 euros menos), El Viejo Logan, Spiderman: Universo Spiderman, Los Vengadores: Desunidos, entre muchos otros.
En definitiva, una opción que puede llamar la atención de muchos potenciales y futuros lectores que van a acceder al Universo Marvel por la puerta grande, con obras que se han convertido por sí mismas un verdadero Must Have.
Juicio a ……El Viejo Logan, de Mark Millar y Steve Mcniven
Este mes de septiembre, y como punta de lanza de la nueva línea editorial de Panini Cómics, bautizada como Marvel Must-Have, de la que acabamos de hablar en el apartado inmediatamente anterior, El Viejo Logan, la popular obra sobre un Lobezno viejo y cansado, que en su día escribiera Mark Millar y dibujara Steve McNiven, obtiene una nueva reedición.
Es por ello que, como pronto será tradición en esta sección de la redacción de la web, nuestros ya populares polemistas de plantilla han decidido someter a esta obra a juicio. Si quieren conocer su ácida e interesada opinión, ¡pasen y lean!
A favor…. por Robbie R.
Volvemos de nuevo a la carga. Siempre es un placer poder discutir con colega y, sin embargo, amigo como quien ha ocupado la posición contraria y, pese a todo el tiempo y las vivencias compartidas, nada hay tan refrescante y aleccionador como un buen debate. Intentaré, una vez más, llevar algo de razón y algo más de tranquilidad, para hacer contrapeso a las furibundas filípicas de mi compañero de fatigas profesionales.
El Viejo Logan se integra dentro del catálogo de obras que el guionista Mark Millar realizó para Marvel durante la primera década del presente siglo. Después de haber cautivado a crítica y público con su versión ultimate de los Vengadores -a la que debe bastante la adaptación cinematográfica recientemente cerrada- y de la Patrulla-X, el escritor británico tuvo a bien desembarcar en la Tierra 616, la de toda la vida, para presentar una serie de trabajos que, a qué negarlo, llegaron con mucho ruido y no siempre trajeron idéntica cantidad de nueces. Ocioso sería recordar su participación en eventos con tanto impacto como Guerra Civil -también adaptada en otros medios, como el cine o el videojuego-; inútil sería negar su incapacidad para generar indiferencia, pero, igualmente, soy de la opinión de que sería ciertamente injusto despachar su aportación a los personajes de la Casa de las Ideas como meros fuegos de artificio.
El Viejo Logan constituye la segunda de las historias que Millar firma como narrador o cronista de las aventuras o, más bien, desventuras de Lobezno. La primera es “Enemigo del Estado” y, en ella, encontramos acción a raudales. Héroes y heroínas del universo marveliano, luciendo sus colores arquetípicos, se baten contra aquél que es mejor en lo que hace. El dibujo de un veterano como John Romita Jr., gran conocedor de la poblada galería súper-heroica de la editorial, supone la guinda a un pastel que se disfruta sin otro objetivo que el de pasar un rato entretenido. Una historia de acción con toques de intriga y, si me apuran, elementos de suspense que se lee, se consume, se disfruta y se olvida, sin dejar más rastro que la sensación de haber pasado un momento de divertimento intrascendente. Esta obra me permite defender El Viejo Logan porque, más allá de la clásica comparación con cierta obra de naturaleza crepuscular, demuestra el intento y el esfuerzo del guionista por hacer algo diferente con un mismo personaje.
No voy a negar que las semejanzas entre El Viejo Logan y Sin perdón son evidentes, pero, allí donde otras personas encuentran un talón de Aquiles, yo veo una fortaleza. Más que copiar, se podría afirmar que Millar hace con Lobezno un ejercicio equivalente al que Clint Eastwood hace con el personaje que le hiciera célebre: el pistolero a sueldo, el cazarrecompensas, el bueno sin nombre… el mejor en lo que hace, aunque no sea agradable. Alguien que acaba convertido, aún en vida, en una leyenda más grande que él mismo y que no puede escapar de ella. El pasado le persigue y le obliga a empuñar las armas una vez más, pero, siendo justos, esa historia es más antigua que la propia Sin perdón. En 1976, un agonizante John Wayne interpretaba a un personaje similar en El último pistolero, una cinta dirigida por Don Siegel, íntimo colaborador y, en ciertos aspectos, mentor cinematográfico de Eastwood. El concepto, en definitiva, no ha sido inventado por Millar, mas, al mismo tiempo, es de justicia reconocer que la idea del guerrero envejecido que afronta una última aventura a su pesar es parte del catálogo disponible para abordar un viaje de corte heroico
Otra crítica habitual de la obra viene dada por el innegable uso de material «postapocalíptico». El paisaje que se ve durante el viaje de Logan por lo que antaño fueran los Estados Unidos evoca las películas de la serie Mad Max, pero, también, a otros productos de menor calidad, surgidos de la desenfadada explotación italiana de los ochenta o de los infructuosos intentos de los primos de la Cannon de asaltar el olimpo del cine. Millar no propone un material original, pero tampoco nos engaña y, si hay que ser ecuánimes, consigue lo que pocos autores han logrado con estas premisas: que el resultado no acabe siendo una comedia inconsciente aunque, hay que decirlo, ciertas combinaciones simbióticas se acerquen peligrosamente a esa frontera. Del dibujo de Steve McNiven poca queja; simplemente, espectacular. Aquello que la obra necesitaba.
Termino aquí mi intervención, pues no deseo hurtar a quien lea estas líneas la oportunidad de formar su propia opinión a través de la lectura de la obra propuesta. Mi intención, al tomar la posición de defensa, era la de dar a El Viejo Logan un trato justo. Espero haberlo conseguido.
La verdad, nada más que la verdad.
En contra…. Por J.J.J.
El mes pasado, este medio tan extraño y, por qué no decirlo, un tanto pueril que es Zona Negativa, me pidió mi afilada pluma para hablar de uno de esos cómics que tanto les gustan, entiendo que para conseguir más visitas en una web que, de no ser por mí, habría que ir cerrando.
En su momento, me resultó muy divertido hablar sobre estas historias pobres y baratas que son los cómics de superhéroes, pero la verdad es que me ha sorprendido que me vuelvan a llamar. Sobre todo, cuando en esta insignificante web que tanto adora a los enmascarados, que con cobardía ocultan su cara para no tener responsabilidades por sus delictivos actos; ya conocen mi opinión sobre este tipo de lecturas.
Sin embargo, no puedo evitar colaborar con cualquier medio que me lo pida, y es que el periodismo siempre será mi pasión, a pesar de que existan páginas que como ésta que, hablando en plata, no merecen formar parte del prestigioso cuarto poder.
Pues bien, toca hablar este mes de El Viejo Logan, un cómic en el que Lobezno, popular personaje de la Patrulla-X, vive con su familia en un futuro postapocalíptico en el que los villanos controlar los Estados Unidos de América, sin que existan héroes capaces de defender a los ciudadanos de las injusticias que sufren prácticamente a diario.
Con esa mera descripción, creo que se comprende de sobra el contenido de este cómic, que en calidad es equiparable a una hamburguesa del Mcdonalds, en el sentido de que llena el estómago, pero no enriquece el paladar, no te hace sentir mejor tras su ingesta, si no que es olvidado poco después de terminar su lectura.
Mark Millar, no es sino un autor algo tosco, amante de argumentos facilones, que no termina de desarrollar, y de la venta de los mismos a Hollywood. En este caso, la idea que presenta El Viejo Logan, la de un Lobezno retirado que ha decidido no luchar por miedo a perder a su familia, pero que se ve obligado a emprender un peligroso viaje para poder proveer a sus seres queridos, ya fue contada en el genial western crepuscular que fue Sin Perdón, película protagonizada por Clint Eastwood, a la que no le hacía falta ningún mutante con mallas, garras, o ningún secundario empijamados para brillar.
Millar, confunde el homenaje con la referencia redundante, ofreciéndonos una historia que resulta un calco de la película mencionada, pero a la que le falta su carisma. Lo que podría haber sido una historia de análisis de un personaje tan complejo como Lobezno, aprovechándose el envejecimiento del mismo en un mundo que no le respeta y que desde luego no le teme, se convierte en una road trip aburrida en el que cada vez que la historia pierde interés, se introduce un elemento explosivo que trata de encandilar a un lector que, en mi caso, pasa con desdén por dichas escenas, buscando recuperar el atractivo por una historia que no consigue atraparle en ningún momento.
En ese sentido, basta con recordar elementos como el dinosaurio mezclado con el simbionte de Veneno, el coliseo en el que los héroes son tratados como carnaza, o esa especie de paletos gamma que son la familia de Hulk.
Lo único que salva mínimamente a esta historia es, sin duda, el dibujo de Steve McNiven, y es que Mark Millar casi siempre se rodea de ilustradores muy buenos que consiguen que sus historias, al menos luzcan bonitas, aunque eso sí, sin llegar a compensar por un argumento que no es capaz de conquistar ni al mayor fan de este tipo de productos.
Si este medio tiene a bien llamarme, nos veremos el mes que viene, aportando opinión de calidad y no sesgada sobre cómics y novelas gráficas que nunca debieron de ver la luz del sol.
He dicho.
Análisis de novedades (grapas y tomos)
Llegados a este punto, toca hablar de las novedades de este mes, las cuales nos hacen un poco menos amargo el comienzo del curso, con cómics para todos los gustos y pareceres, como ya viene siendo costumbre en la Marvel Comics de C.B. Cebulski.
Debuts del mes
Para dar comienzo al otoño, Panini Cómics nos inunda de una nueva hornada de números uno, con colecciones quizás menos punteras o interesantes que las estrenadas en los pasados meses veraniegos, pero un tanto distintas de aquellas a las que estamos acostumbrados, y muy aptas para aquellos lectores que no saben muy qué leer o qué elegir dentro de la extensa oferta marvelita.
Llega el momento de dar salida a colecciones más personales y un poco menos superheroicas de lo habitual, para encandilar al lector neófito o sacar al fan habitual de su zona de confort.
LANZAMIENTOS TOMO
Los Cuatro Fantásticos. Sol Pródigo
Nuestra primera novedad en tomo a comentar es una serie cerrada y limitada al volumen que nos ocupa. Peter David se hizo cargo de la escritura de algunos annuals interconectados, que dieron lugar a esta historia con protagonismo estelar de la Primera Familia. Y es que, resulta curioso que alguien como David, que desarrolló el grueso de su creación comiquera en la década de los ochenta, no se termine de despedir nunca de la escritura de cómics, y mucho menos del Universo Marvel, al que parece aferrado para aportar su propio e interesante punto de vista sobre determinados personajes.
En este caso, le ha tocado a Los Cuatro Fantásticos, que en Sol Pródigo deben ayudar a un alienígena, que se ha estrellado en la Tierra Salvaje, a volver a casa. Para ello, la Primera Familia contará con la ayuda de Ka-zar, de los Guardianes de la Galaxia y de Estela Plateada, en una serie que interconecta los números únicos que hicieron las veces de annual de las mencionadas colecciones.
Un tomo a buen precio que, estando escrito por Peter David (con el particular dibujo de Francesco Manna), no debería faltar en vuestra estantería.
Morbius 1
Era de esperar. Con una película que pronto verá la luz (y cuyo estreno ha sido retrasado por causa de cierta pandemia que a veces es mejor no mencionar), llega la nueva colección protagonizada por Michael Morbius, el vampiro que Roy Thomas creara sin mordeduras o elementos terroríficos en los tiempos en los que sortear el Comic Code hizo necesario que la ciencia fuera capaz de crear a un no muerto chupasangre que en realidad no era tal, o al menos no del todo.
En este caso, son Marcelo Ferreira y Vita Ayala los encargados de dar vida a este vampiro que en las páginas de su nueva colección, perseguirá la cura a su particular enfermedad, vadeando cuantos peligros sean necesarios para obtenerla. Siendo tratado como un trágico antihéroe para de este manera asemejar su figura en cómic a lo que nos mostrará la película de Sony, merece la pena acercarse a esta nueva colección, aunque solo sea por su flamante equipo creativo.
Doctor Muerte 1
El Supremo Gobernante de Latveria siempre ha sido un personaje muy interesante de leer en el Universo Marvel. Y es que la figura de un dictador europeo, chapado a la antigua, que combina un enorme poder mágico y tecnológico, siempre tiene algo nuevo que aportar y analizar. Tan es así, que me atrevo a decir que se trata de uno de los mejores villanos de este entrañable cosmos de ficción, haciendo tiempo que Muerte ha trascendido de ser la némesis de Los Cuatro Fantásticos para convertirse en mucho más.
En este caso, llega una nueva colección protagonizada por el popular villano, que aquí deberá defenderse de un crimen que no ha cometido, pero que lleva su firma. Christopher Cantwell debuta en Marvel con esta curiosa historia, que cuenta con el apoyo de una figura tan capital para la editorial y para el cómic superheroico como es Salvador Larroca.
Una nueva colección a la que merece la pena hincarle el diente.
LANZAMIENTOS GRAPA
Infernales 1
Otra colección más llega a la parcela mutante marvelita. El relanzamiento de la franquicia coordinado por Jonathan Hickman no conoce límites, y a él se une ahora otra serie nueva. En este caso, se trata de Los Infernales, un grupo mutante que aunque con alineaciones distintas, no es la primera vez que vemos en la Casa de las Ideas.
Para esta nueva cabecera, Zeb Wells y Stephen Segovia se ocupan de contarnos las aventuras de Kaos, Mariposa Mental, Mr. Siniestro, Dientes de Sable y otros personajes, en una serie en la que supuestamente veremos cuál es el papel que tienen los villanos mutantes que han sido aceptados en Krakoa, habiéndose perdonado todos sus pecados pasados.
Una serie con una premisa muy interesante, pero que está por ver si resulta igualmente atractiva en su desarrollo.
Academia Extraño 1
Marvel Comics expande un poco más su universo mágico, sacándolo de su zona de confort, en esta nueva serie en la que los geniales Humberto Ramos y Skottie Young se encargan de presentarnos las vivencias de los jóvenes aprendices de mago de la Casa de las Ideas.
Partiendo de la premisa de que en el Universo Marvel existen amenazas mágicas de calado que el Doctor Extraño, Doctor Vudú, la Bruja Escarlata o Magik, entre otros, no son capaces de controlar por sí solos, llega una serie en la que los mencionados personajes instruirán a los jóvenes magos marvelitas en el uso de sus habilidades.
Harry Potter y el espíritu de los primeros números de la Patrulla X, o de Academia Vengadores, se unen para ofrecernos una serie adolescente distinta de lo habitual en Marvel.
Instantánea Marvels 1
Cerramos el apartado de novedades con un cómic que, a pesar de ser un estreno, sabe a viejo, tanto por su título, como por su equipo creativo, compuesto por Kurt Busiek, Jerry Ordway y Alan Brennert. Estas tres leyendas se unen para narrarnos la historia del Universo Marvel a través de algunos de sus personajes más populares, comenzando por la edad dorada de este universo y terminando ya veremos dónde.
En este primer número, se narra una aventura de Namor a su vuelta de la Segunda Guerra Mundial, y es que el Hombre Submarino no es si no uno de los personajes más antiguos de Marvel, junto al Capitán América, Bucky, la Antorcha Humana Original, Toro y otros caracteres que nacieron bajo la antigua Timely que más tarde se convirtió en Marvel Comics, pasando a ser incorporadas aquellas viejas glorias a la normalidad de la continudad tradicional.
Una grapa que es imprescindible que se encuentre en nuestra estantería.
El cómic destacado del mes
Imperio 0
El nuevo evento marvelita parte con un handicap muy severo. Poco importa que esté escrito por unos guionistas tan solventes como Al Ewing y Dan Slott (si bien el segundo despierta respuestas más dispares entre los lectores, la mayoría está de acuerdo en que la colección dedicada al Coloso Esmeralda que escribe Ewing está entre las mejores que ofrece el panorama actual). Poco importa que su dibujante, Valerio Schiti, haya firmado la que es posiblemente la mejor obra de su carrera, en la que ha realizado una impresionante labor de diseño dotando de nueva imagen a unos personajes tan icónicos y señeros como son los Kree y los Skrull. Poco importa que su argumento hunda sus raíces en la mítica Guerra Kree/Skrull, uno de los hitos más importantes de la historia de la editorial. Imperio llega en un momento en el que la abundancia de eventos tiene saturado al lector medio y, para más inri, lo hace en el año de la pandemia (lo que ha condicionado la decisión de Marvel de cancelar casi un tercio de los spin-offs que se habían planificado a su alrededor, que ya no serán publicados). Sin duda lo tiene complicado para ganarse a los lectores, que hoy más que nunca estudian con cuidado qué comprar y qué no. No obstante, existe al menos un motivo por el que merece la pena darle una oportunidad a Imperio: la posibilidad de ver cómo el destino de Hulkling se hace al fin realidad.
Theodore “Teddy” Altman, alias Hulking, fue introducido en el primer volumen de los Jóvenes Vengadores elaborado por Allan Heinberg y Jim Cheung como una suerte de sosias juvenil de Hulk, de la misma forma que Billy Kaplan, alias Asgardiano (posteriormente Wiccan), era una especie de sosias juvenil de Thor y Elijah Bradley, alias Patriota, era un sosias juvenil del Capitán América. Evidentemente, aquellos muchachos resultaron ser mucho más que meras copias de sus contrapartidas adultas. Como descubrimos más adelante, el parentesco entre Hulk y Hulkling no iba mucho más allá de compartir el mismo tono verdoso de piel. Para conocer el auténtico origen del Joven Vengador sería necesario remontarse hasta la época de la Guerra Kree/Skrull, en la que un soldado Kree y una noble Skrull compartieron un breve affair que daría como resultado su nacimiento. Pero claro, ni su padre era un anónimo soldado Kree ni su madre era una noble Skrull cualquiera: eran nada menos que el legendario Capitán Marvel y la Princesa Anelle, la hija del Emperador Skrull. Como híbrido de las dos especies, Hulking posee las habilidades características de ambas. Como hijo de una princesa, tiene derecho a sentarse en el trono imperial Skrull. De hecho, ese siempre ha sido su destino: gobernar el Imperio Skrull y ser conocido en toda la galaxia como el Emperador Dorrek VIII.
Sin embargo, reclamar aquella herencia imperial estaba muy abajo en la lista de prioridades de Teddy, que no dejaba de ser un muchacho con los intereses propios de su edad. Por ejemplo, le encantaba el batido de fresa y era un gran fan de Juego de Tronos, siendo Tyrion Lannister su personaje favorito. Si bien acabó convertido en superhéroe cuando se formaron los Jóvenes Vengadores, cuando tanto los Kree como los Skrull llegaron a la Tierra y amenazaron con provocar una nueva Guerra Kree/Skrull si no se decantaba por uno de los dos bandos, Hulking hizo todo lo posible para escapar de su destino. Gracias a una pequeña ayudita del Super-Skrull, Teddy pudo quedarse en la Tierra, donde había comenzado un apasionado romance con su compañero Billy. La pareja formada por Hulking y Wiccan no era la primera pareja homosexual de la historia de Marvel, pero llegó en el momento adecuado para ganarse a una considerable legión de seguidores. La mayoría de estos lectores estaban más interesados en el devenir de las vidas de Teddy y Billy como Jóvenes Vengadores que en la posibilidad de que Hulking viajara al espacio para reclamar un legado ancestral, desde luego, pero aquel destino suyo siempre estuvo flotando en el ambiente.
Durante la etapa en la que Hulkling y Wiccan formaron parte de los Nuevos Vengadores formados por Roberto da Costa (etapa escrita precisamente por Al Ewing), ambos viajaron al espacio para encontrarse con un grupo de híbridos Kree/Skrull que se hacían llamar Caballeros del Infinito. Su objetivo era poner a prueba a Teddy para comprobar si era digno de empuñar la espada estelar conocida como Excelsior, un arma mística creada a partir de la fusión de dos espadas antiquísimas, una de origen Kree y otra de origen Skrull. Como un moderno Rey Arturo, Hulking extrajo la espada de la piedra en la que había sido clavada tiempo atrás, ganándose así el respeto de los caballeros y augurando una vez más que su destino era poner fin al eterno conflicto entre las dos razas alienígenas. Su trono seguía esperándole, por mucho que se empeñase en seguir en la Tierra jugando a ser héroe.
En estos momentos, tras los sucesos mostrados en el especial ¡Alerta! ¡El futuro comienza aquí!, la vertiente cósmica de Marvel se encuentra inquieta y cargada de tensión. El papel en el universo de los Kree y los Skrull, condicionado por un conflicto iniciado hace más de un milenio, está a punto de cambiar. La familia Warner, a la que conocimos en Los Skrull: Unidad Familiar, va a jugar un papel muy importante en el futuro de su raza. Los Vengadores y los Cuatro Fantásticos se van a encontrar con una nueva guerra cósmica frente a ellos. Su destino ya no se puede demorar más: ha llegado el momento de que Hulking asuma su responsabilidad como heredero imperial y ponga fin a la guerra interminable entre las dos especies, unificando ambos pueblos y creando así un nuevo imperio estelar. La clave para entender el futuro es conocer el pasado y de ahí surge este primer prólogo para el inminente evento, El Camino a Imperio: La Guerra Kree/Skrull, guionizado por Robbie Thompson y dibujado por Javier Rodríguez (¡qué bien dibuja a los Skrulls clásicos!). Es el momento de repasar las raíces de la guerra entre los Kree y los Skrull, el papel de los Cotati y el legado del Capitán Marvel. Entonces podremos ver por fin a Hulking ocupando su trono y reclamando su título de Emperador. ¿Qué supondrá eso para su relación con Wiccan? ¿Funcionará realmente su intento de unir a los Kree y a los Skrull bajo una misma bandera? ¿Cómo se reorganizará el equilibrio de poder entre las potencias alienígenas cuando el nuevo imperio unificado irrumpa en el tablero cósmico? Y quizá la pregunta más importante de todas: ¿seguirá siendo Hulking el mismo Teddy de siempre después de todo esto o asumir su destino como Emperador Dorrek VIII le cambiará de forma irreversible? Lo sabremos a lo largo de Imperio.
No te puedes perder… Capitan América, de Ta-Nehisi Coates
Cuando empezamos esta sección decidimos dedicar un apartado a aquellas colecciones en grapa que ya están avanzadas pero que merecen la pena, que quien tenga ese corazoncito Marvel no se debería perder, vamos, nuestras favoritas del momento. El principio no pudo ser mejor, el primer mes hablábamos de Daredevil y su magnífica etapa actual con Chip Zdarsky y Marco Checcheto, con algunos números de Jorge Fornés, todo de auténtico lujo, pero el segundo mes nos lanzamos a por el Inmortal Hulk, una de las series del momento, calidad indiscutible por Al Ewing y Joe Bennet. Ambas colecciones reconocidas por público y seguidores, dos nominadas a los premios Eisner de este año, las dos grandes de la Marvel actual, así que surge la pregunta: ¿Con qué seguimos ahora?. Evidentemente no hay más a ese nivel, pero eso no significa que Marvel no este desarrollando otras colecciones muy interesantes, quizás no tan perfectas, pero que merece la pena seguir mes a mes. A estas series les podemos sacar defectos (y lo haremos) aunque ganan las virtudes, por eso hoy no podemos más que recomendar la actual andadura del Capitán América.
El Capitán América es uno de los personajes más icónicos de la casa de las ideas, su carrera ha tenido sus más y sus menos, como todos, aunque es cierto que, en una visión general, el balance es bastante positivo. Sin embargo lleva unos años imparable. No por la fama, las películas de Marvel lo han encumbrado como no podía ser de otra manera, ni por su protagonismo dentro de los diferentes eventos de la editorial, empezando por la Civil War, era precisamente año y medio antes cuando todos nos dábamos media vuelta, quitábamos nuestras manos de otras series y nos agarrábamos al nuevo volumen de Capitán América, con Ed Brubaker y Steve Epting, que nos traía viejos conocidos y nuevos antagonistas. Una etapa larga, que llegaría hasta 2012, y que es considerada una de las mejores del personaje, que no es decir poco, además de marcar un antes y un después.
Los sustitutos fueron Rick Remender, que se movió hacia su género predilecto, la ciencia-ficción, pero sin desdibujar la figura de Steve Rogers, junto a un ya clásico John Romita Jr., dando lugar a una etapa más modesta en tamaño y profundidad, con sus defensores y sus detractores, pero que dejó en general un buen sabor de boca. Pero sobretodo Remender, ya con otros dibujantes, dio inicio al traspaso del escudo en manos de Sam Wilson, no era el primero, ni el segundo, pero sí que tuvo un papel muy relevante durante los siguientes años, incluso cuando Nick Spencer, otro de los grandes guionistas del Capitán América, se hizo cargo de ambos personajes, de Steve y de Sam, en lo que daría lugar al último gran evento, por el momento, protagonizado por tan magna figura, Imperio Secreto. Todo esto es importante porque la actual etapa es heredera de ello, Ta-Nehisi Coates se hace cargo de la serie principal y mira hacia atrás para caminar hacia delante.
Es verdad que entre Spencer y Coates el reconocido guionista Mark Waid escribió diez números, de corte más clásico y bastante olvidables en varios sentidos, Waid se olvidaba de lo anterior y recorría su propio camino, Coates se la devuelve obviando su parte (y nosotros podemos hacer lo mismo).
Con todo ello, Ta-Nehisi Coates iniciaba su nuevo volumen de la colección mostrando a un Capitán América cuya imagen había bajado enormemente en popularidad, por los acontecimientos de Imperio Secreto y los actos de su doble, el conocido como “el Capi Hidra”. El gobierno confía en él lo justo, la gente incluso menos, y el propio Steve se dispone a recorrer, una vez más, el camino del héroe pero con la intención de ganarse la confianza del pueblo americano y, dicho sea de paso, recuperar su propia autoestima. Coates es realista, toma los hechos de la etapa de Spencer y los traslada haciendo este mundo ficticio mucho más similar al nuestro, e incluso se atreve a dar explicaciones sobre algunos agujeros argumentales que el propio Spencer había dejado en su gran evento, como que Estados Unidos se sometiera tan rápido ante Hidra. Es más, llevando a Steve a los pueblos de la norteamérica profunda, se lanza a mostrar las argumentaciones de la gente que se deja llevar por falsas promesas para poder salir adelante, ante un sentimiento de abandono de su gobierno. Es decir, Ta-Nehisi Coates expone el auge de la extrema derecha en el país (extrapolable a otros) a la vez que da fondo a aquello que Spencer obvió.
Pero no solo hace eso, tras una importante muerte, crea un misterio que va creciendo y ¿hacia dónde mira dicho misterio?, hacia la etapa de Ed Brubaker, metiendo a la familia Lukin y la resurrección de cierto villano como motivación de la colección. Y aún así el escritor quiere ir más allá y se recrea haciendo un ejercicio de retrocontinuidad para presentarnos a las nada desconocidas Hijas de la Libertad, nada desconocidas ya que es un grupo formado por personajes como Spider-Woman, La Mujer Invisible, Pájaro Burlón o Misty Knight entre muchas otras, pero también dando una lección sobre la importancia del papel de la mujer para la democracia y el “American Dream”. Con todo, Coates crea una historia, dividida en arcos argumentales, de estas que se cuecen a fuego lento pero que cada cucharada es manjar divino, sin estar exenta de acción, por supuesto.
La serie no es perfecta, este texto comenzaba hablando de Hulk y Daredevil, pero la diferencia de estas con la serie del Capitán América reside especialmente en el dibujo. La primera parte es de una de las grandes apuestas de la editorial, Leinil Francis Yu, un autor que dista mucho de Bennet o Checcheto. Yu no lo hace mal, quizás este se pueda contar entre sus mejores trabajos, pero no acaba de encajar bien con el estilo de guion de Coates. Tras un arco argumental llega Adam Kubert, que realiza un trabajo muy solvente que, por desgracia, solo dura otros seis números y no llega a tener un sustituto directo, sino que un puñado de dibujantes se encargarán de la siguiente parte hasta el actual, Jason Masters, el peor de todos y ya sustituido por Bob Quinn, cuya etapa comienza en España precisamente en el número de este mes de septiembre. El principal problema no es el baile constante sino la poca calidad de alguno de ellos, aunque se hubiera agradecido que a Ta-Nehisi Coates se le hubiera asignado un dibujante regular, dentro de lo que es la regularidad en la Marvel actual, que empastase bien con los escritos del guionista, porque está desarrollando una etapa que ya ha superado a muchas otras y se acerca cada vez más a la de Ed Brubaker. No es perfecta, y si no destaca es por el apartado gráfico, pero ningún fan de Marvel se la debería perder.
Hablemos de clásicos
Ahh, extraños cuentos retumban en mi cabeza. De manera lejana, casi intemporal, puesto que el aroma rezuma sabor a otra época. Strange Tales era una colección que surgió en 1951 con el objetivo de acoger historias terroríficas, rudimentos del horror, que era una de las temáticas en boga de la década, con la producción de la EC de Bill Gaines causando furor en los chavalería de los cincuenta. A Stan Lee le encantaba el género, le apasionaba lo que salía de las oficinas de la EC, y quería replicar eso mismo en la Atlas de Martin Goodman. Con el tiempo, el terror fue perdiendo fuelle, gracias a las restricciones del Comic Code, y Strange Tales tuvo que buscar un sentido. Llegado el inicio de los sesenta, no quedó otra más que ser redefinida como una cabecera contenedor con aquello que triunfaba en el momento, y eso no era otro que el superhéroe. En sus páginas vimos debutar al enigmático Doctor Extraño, simpar creación del talento conjunto formado por Stan Lee y Steve Ditko. El personaje, de raigambre mística, consiguió calar en el público lector, por lo que sus creadores se las prometían muy felices. Pero lo cierto es que la trayectoria del Maestro de las Artes Místicas ha sido demasiado errática, para alguien de su potencial.
Si repasamos las grandes etapas del buen doctor nos quedaría una mezcla de auténticas perlas para el recuerdo (la era Lee-Ditko o la conjunción estelar de Steve Englehart y Marshall Rogers) junto con otras mucho más normalitas. Uno de los pináculos de genialidad creativa fue la regentada por Roger Stern y variados artistas (Paul Smith, Michael Golden, Dan Green, etc.) durante gran parte de los años ochenta. Aun así, a Stephen Strange le costaba mantener la cabecera a flote puesto que las ventas eran muy justas. Debido a esa calidad intrínseca, a un núcleo de seguidores, no muy amplio pero suficientemente fiel, el editor Al Milgrom la mantuvo contra viento y marea, puesto que con los números totales en la mano, Doctor Strange sería clara carne de cancelación.
Imaginen la papeleta del sucesor designado para suplir la salida de Stern, el guionista que más crédito y mejores críticas había arrancado con Extraño. Hablamos de Peter B. Gillis, escritor que se había fogueado en series Marvel alejadas de la primera plana, como Defensores, Eternos o Micronautas. Lo cierto es que era un autor que trataba de alejarse de los tópicos del mainstream del género superheroico, buscando ir un poco más allá en sus temas, trazando una línea clara en busca de temas existenciales (para ello, que mejor que deleitarse con su Strikeforce: Morituri). Pues bien, Gillis recogió el testigo de Stern y se propuso plantear una diatriba, hasta ahora desconocida en el personaje: ¿qué pasaría si Strange abrazara los prefectos de la magia negra? Esta pregunta no es baladí ya que conecta con sus inicios, nada menos, con los primeros números del Strange Tales de Lee-Ditko, donde el mago se nos presentaba como alguien ducho en las artes oscuras. Poco a poco, esa vertiente fue dejada de lado por los creadores originales, pero no dejaba de ser interesante trasladarla a un mundo contemporáneo, con unas evidentes ramificaciones éticas que permiten conectar con la sociedad de finales de los ochenta.
La aproximación de Gillis era arriesgada, a la vez que intensa y exigente para con el lector. Contaba con un acompañante artístico estable, primero en la figura de Chris Warner, sustituido más adelante por Richard Case. Con todo, se sabía que la empresa era muy complicada. Y así acabó siendo, ya que tras unos pocos ejemplares el volumen dos fue cerrado por los altos estamentos editoriales. La providencia quiso que las aventuras del doctor fueran continuadas, que no cayeran en el olvido, gracias al segundo volumen de Strange Tales, una cabecera compartida en la que Gillis y sus dibujantes únicamente disponían de diez páginas para contar la historia de Extraño. Algo debió de funcionar en Strange Tales puesto que tras el cierre de este proyecto compartido, al Maestro de las Artes Místicas se le ofreció una nueva oportunidad titular. Tom DeFalco, a la sazón editor en jefe, autorizó la apertura de Doctor Strange, Sorcerer Supreme, de nuevo con Peter B. Gillis y Richard Case a los mandos del proyecto. Solo se mantendrían cuatro números como titulares en los créditos, pero la transición se hizo de manera calmada, ya que Gillis había narrado lo que le interesaba contar. Un cierre orgánico y un nuevo equipo creativo para esta colección, que se mantuvo abierta hasta el año 1996.
Panini recopila todo el periplo de Gillis en un Marvel Héroes de más quinientas páginas, que transita desde el fin del volumen dos, pasando por el experimento de Strange Tales y el inicio de Sorcerer Supreme. Una etapa muy poco conocida para el usuario hispano y que bien merece ser descubierta, puesto que sus virtudes son muchas y muy interesantes.
No dejamos de lado Strange Tales, dado que también fue el hogar para nuestros siguientes protagonistas. Hemos comentado que Extraño era parte de aquel experimento, pero nos falta por consignar a sus acompañantes, nada más y nada menos que Capa y Puñal, los dos adolescentes creados por Bill Mantlo como secundarios de Spiderman, más concretamente en Spectacular #64. A inicios de los años ochenta, la droga era un problema de peso en la sociedad norteamericana. No solo en los típicos guetos, sino que se había extendido a lo largo de distintas capas sociales. Las fugas de adolescentes, rebeldes y buscadores de sueños imposibles, era otra cuestión que preocupaba y mucho en la sociedad bien pensante. Mantlo supo unir ambas problemáticas, pasadas por el tamiz poético de cierta visita a la isla de Ellis, para dar luz, junto al dibujante Ed Hannigan, a Ty Johnson y a Tandy Bowen, dos chavales jóvenes que son sometidos a experimentos con drogas que a la larga les otorgaran poderes, Capa y Puñal.
Luz y Oscuridad, la eterna dualidad entre opuestos que se atraen. Tandy es una niña de buena posición, acostumbrada a un alto nivel de vida, mientras que Ty, el afroamericano, trae consigo los clichés correspondientes, al asociarlo a entornos marginales. Ambos dos se hacen con poderes que representan esa doble visión enfrentada; Ty se hace llamar Capa y suya es la capacidad de albergar la oscuridad, puesto que su especial atrezo le permite moverse entre distintos espacios y enviar a sus enemigos a vivir sus más espeluznantes terrores. Tandy, Puñal, representa la luz y para hacerlo evidente se le otorga la habilidad de generar mortales puñales lumínicos, que le sirven de arma arrojadiza. Juntos asumen su desgracia y se proponen luchar contra las lacras que subyacen en los bajos fondos, que normalmente representan drogas y abuso infantil.
Mantlo era de los escritores más comprometidos socialmente que pertenecían a la plantilla de la Marvel de los ochenta, quizás compartiendo podio junto a Ann Nocenti. Su visión crítica de la sociedad de la época, sobre todo en cuanto a drogas y delincuencia, supo ser vehiculada a través de estos dos personajes, que rápidamente obtuvieron los favores del público, logrando primero una serie limitada con protagonismo exclusivo, para dar luego el salto a una cabecera bimestral. Esta última, orquestada por Bill Mantlo y Rick Leonardi, no llegó más allá de su #11, ya que las ventas fueron muy tibias, optando los editores por cancelarla. Pero como hemos visto con Extraño, no se quería que los personajes cayeran en el olvido, por lo que se aprovechó para juntarlos con el buen Doctor en Strange Tales, volumen dos. Ty y Tandy ocuparon los números de la revista contenedor, como coprotagonistas junto a Extraño, en toda la andadura de la cabecera, llenando las otras diez páginas disponibles. Tras el cierre de la misma, Cloak and Dagger volvieron a los puntos de venta con un volumen tres, aunque ya sin el gran Bill Mantlo como responsable al procesador de texto.
En el habitual formato 100% HC, que ha tanto ha popularizado Panini recientemente, en este septiembre tenemos el total de su recorrido en Strange Tales, con su creador original dirigiendo los destinos de la joven pareja de superhéroes, además de incluir su primera novela gráfica, “Depredador y Presa”, contemporánea en el tiempo a estas historias. Una excelente manera de recuperar a dos caracteres que gozaron de cierta influencia en los ochenta, que incluso han contado con serie de televisión reciente (totalmente prescindible, hay que decir) y que durante años fueron el reflejo de la marginalidad en los cómics Marvel.
Así, como un especial cuadratura del círculo, la editorial italiana nos brinda la totalidad del volumen dos de Strange Tales, repartido en dos obras independientes, cada una con su tono y propia idiosincrasia, pero siendo ambas muy recomendables.
Antes de cerrar, y ya que hemos nombrado el gueto y demás ambientes marginales, celebramos la salida en Marvel Limited Edition de la serie Luke Cage, Hero for Hire. Archie Goodwin, George Tuska, Billy Graham, Steve Englehart, un diseño surgido directamente de la talentosa cabeza de John Romita Sr….. poca cosa más habría que decir para atraer la atención. Solo que se trata de un intento de mostrar la realidad de un entorno tan complejo como el Harlem de los años setenta, por un grupo de hombres blancos de mediana edad, que poco o nada sabían de la realidad inherente al barrio, más allá de lo que podían obtener a través de vías secundarias (prensa, televisión). Nos encontramos en la era de la Marvel de la diversidad y pese a que personajes de distintas razas eran parte de su universo de ficción desde el práctico comienzo, en el Bullpen pensaron que era el momento indicado para honrar las raíces más urbanas del afroamericano. Eso y la que la Blaixpotation se convirtió en sensación a inicios de los setenta. Este movimiento cultural, principalmente cinematográfico aunque muy apoyado por la industria musical negra, consiguió poner a la comunidad afroamericana en el radar de la cultura de masas, al generar pingües beneficios.
Así que Marvel cogió un poco de lo que le hacía grande, manejar los superhéroes como nadie, y añadir una dosis de lo que mejor definía a la blaixpotation para generar a Luke Cage, un preso inocente, encerrado por un crimen que no había cometido, sometido a un experimento pionero, lo que dará lugar a que su piel se vuelva poco menos que invulnerable. Cage huirá de la prisión y decidirá adoptar un papel hasta ahora nunca visto, el héroe de alquiler, es decir, soluciona problemas de la comunidad previo pago de un estipendio. Este MLE contiene los dieciséis primeros ejemplares de la colección, que para nada es una obra maestra incontestable, pero sí un cómic realizado con mucho oficio, al que se le pueden rastrear trazas de estereotipos por doquier, eso hay que admitirlo, y pese a ello funciona de manera genial como producto de entretenimiento.
Otras reediciones
Llega ahora el turno de hablar de aquellas reediciones marvelitas que Panini Comics lleva a cabo este mes. Sin duda, de todas ellas, las más punteras son aquellas que forman la primera hornada de lanzamientos de la nueva línea Marvel Must Have, esto es, Civil War, El Viejo Logan, Universo Spiderman y Vengadores Desunidos. Sin embargo, de todas ellas ya hemos hablado lo suficiente en la columna de opinión que da inicio a este Magazine, por lo que no merece la pena reiterarse en el apartado de reediciones.
Es por ello que hemos decidido elegir otros cómics cuya reedición se antoja un tanto más esperada o sorprendente que las que componen la ya comentada línea, Marvel Must Have.
Heroes Return. Los 4 Fantásticos
Si algo hay que agradecer a Panini Cómics, es que procura satisfacer los intereses de sus consumidores de carácter más completista, aunque ello suponga inundar el mercado de series que no por ser hoy clásicas, son de gran calidad, lo que sin duda ocurre con la mayoría de los títulos noventeros de la editorial que la misma editó en una época en la que estuvo a punto de entrar en bancarrota.
Este es el caso de la línea Heroes Reborn ya recopilada en tomos en su totalidad, y de la línea Heroes Return, bastante mejor que la anterior en el caso de colecciones como Thunderbolts, o Vengadores pero no tan interesante en otros títulos, como ocurre con Los Cuatro Fantásticos, y ello a pesar de la importancia de la figura de Franklin Richards en lo que supuso el regreso de los héroes “de toda la vida” a las viñetas marvelitas.
En este caso, los legendarios Alan Davis, Salvador Larroca y Chris Claremont, junto con Scott Lobdell narran el regreso de la Primera Familia a la primera línea de batalla en su enfrentamiento con el que fuera su primer enemigo: El Hombre Topo. Además, otros villanos como Ronan el Acusador o el Fantasma Rojo, aparecerán en estas páginas que marcan el inicio de la recuperación de una Marvel Comics que en la época en la que estos cómics fueron editados por vez primera, se encontraba herida de muerte.
Marvel Saga. El Asombroso Spiderman 45. Aprendiendo a Trepar
La línea Marvel Saga es una de las más populares y mejores de Panini Cómics en la actualidad, hasta el punto de que casi todos los meses alguno de sus tomos forma parte de nuestra entrada de Novedades Destacadas, y desde luego, prácticamente todos ellos son reseñados más o menos la tiempo de su salida.
Quizás por ello, no resulta muy lógico incluir a estos tomos dentro de las reediciones del Magazine Marvel España, pero es que hay veces, que Marvel Saga recopila etapas recientes que destacan especialmente sobre otras. En el caso del Spiderman de Dan Slott, que durante casi una década narró la aventuras del arácnido, incluyendo la suplantación de su cuerpo por Otto Octavius, Aprendiendo a Trepar supone un hito que merece la pena señalar.
Y es que, esta historia narra los primeros sesenta días de Peter Parker como lanzaredes, por lo que en ellos, con una ambientación retro magistralmente captada por Ramón Pérez, vemos a un Spidey joven y e inexperto que literalmente aprende como ser un héroe, aprende a trepar, tras la muerte de su Tío Ben, la cual cobra un nuevo sentido en estas páginas al resultar tan reciente en la vida del personaje.
Una historia que vuelve a contar los orígenes de Spiderman pero desde un punto de vista distinto que se aleja del mero reboot de colecciones como Ultimate Spiderman, o del homenaje a los primeros números de Stan Lee y Steve Ditko (mejor no mencionar el pésimo y olvidable Spiderman: Chapter One de John Byrne) para narrar algo nuevo y aportar alguna novedad vía continuidad retroactiva.
Ultimate Integral. Miles Morales 2. Spidermen
Normalmente no solemos hablar en este apartado, de aquellas recopilaciones que ya están iniciadas, razón por la que no he mencionado otros tomos que se publican este mes, como el tercero del Capitán América de Rick Remender, o del tercer tomo del Pantera Negra de Reginald Hudlin.
Este tomo pertenece a dichas novedades, a aquellas que ya llevan bien avanzada su andadura, pero en el caso de Miles Morales, nos vemos obligados a hablar de esta nueva reedición.
Y es que, en ella se incluyen unos cuantos números del Ultimate Spiderman de Brian Michael Bendis protagonizado por Miles Morales todavía dentro del hoy extinto Universo Ultimate, pero especialmente, se incluyen los cinco números del especial Spidermen, aquel evento en el que el Peter Parker de la Tierra 616 (hoy Tierra Primordial) conocía al Spiderman de la Tierra 1610, que no era otro que Miles Morales.
Comenzaba así una suerte de relación de maestro y alumno separada por universos de distancia que más tarde Bendis retomaría cuando Miles tras las Guerras Secretas de Hickman, fuera salvado de la quema y entrara a formar parte de la Tierra Primordial, conviertiéndose en el Spiderman de toda una nueva generación.
El comienzo de aquel hito Marvel nació en las páginas de este magnífico crossover que podéis encontrar en un tomo que no debe de faltar en vuestra pila de lectura.
Aquellas maravillosas novedades
Hay que vivir el presente. No tiene sentido seguir dándole vueltas a un pasado que ya nunca volverá. Ya, claro. Seguro. Eso es lo que dicen los que nunca han tenido la oportunidad de surcar las corrientes del espacio-tiempo sobre una plataforma temporal fabricada en Latveria para revivir algunos de los momentos más apasionantes de la historia de nuestro mundillo. Nosotros lo hicimos una vez, pero por desgracia ahora lo tenemos terminantemente prohibido y tenemos que conformarnos con viajar hacia atrás usando la imaginación. ¿Recuerdas lo que pasó…?
¿… hace un año? En septiembre de 2019 Panini comenzó a publicar dos series. Una nos gustó mucho y la otra… no tanto. Aprovechando el comienzo de la etapa de Chip Zdarsky y Marco Checchetto, Daredevil volvió a contar con una serie en grapa. Nos haría falta una máquina del tiempo para averiguar cuándo había sido la última vez que el diablo de la Cocina del Infierno había contado con una serie en grapa en este país. ¡Y aún aguanta, pese a la que está cayendo! Aquel mes también empezó Salvajes Vengadores, una serie que reunía a unos cuantos personajes conocidos por su carencia de escrúpulos: Lobezno, Veneno, Elektra, El Castigador… ¡y Conan el Bárbaro! En realidad los que no tienen ningún escrúpulo son los que leen semejante gamberrada y nos consta que en la redacción hay al menos una persona que la disfruta con fervor. Todas las familias tienen una oveja negra.
¿… hace cinco años? En septiembre de 2015 nos llegaron las Guerras Secretas de Jonathan Hickman, culminación de su etapa como guionista de los Vengadores. El multiverso había sido destruido y sólo unos pocos personajes habían sobrevivido al cataclismo. Ya sólo quedaba el Mundo de Batalla gobernado por el Dios Emperador Muerte. ¿Cómo íbamos a volver a la normalidad después de todo aquello? Por aquel entonces los rumores decían que la única forma que tenía Marvel de solucionar aquella locura era hacer un reboot total. Nosotros siempre confiamos en que la editorial no iba a renunciar a sus muchas décadas de historia para volver a empezar de cero, pero tenemos que admitir que hasta que conocimos el final de Secret Wars el mero hecho de escuchar la palabra reboot nos hacía apretar las nalgas con fuerza.
¿… hace diez años? En septiembre de 2010 arrancó el enésimo evento de los Vengadores de Brian Michael Bendis: Asedio. Para entonces ya empezaba a percibirse cierto agotamiento tras tanto evento anual en el que todo cambiaba de forma radical sólo para volver a cambiar de forma aún más radical unos cuantos meses después. Asedio supuso el final del Reinado Oscuro de Norman Osborn, dando así comienzo a La Edad Heroica. Por una parte estuvo bien dejar de ver el careto de Osborn en todas y cada una de las colecciones marvelitas, pero por otra algunos nos quedamos con mal cuerpo al saber que la muy disfrutable Vengadores Oscuros llegaba a su final. Pero claro, hay alguien a quien se le quedó peor cuerpo que a nosotros al llegar al final de Asedio: al pobre Ares. Al parecer, todavía no se han encontrado todos sus pedazos.
¿…hace veinte años? En septiembre de 2000, la Patrulla-X se había separado. Después de un cabreo sin ninguna justificación, el Profesor Xavier le había dado la patada a sus alumnos y los había echado de su mansión. Había empezado una historia conocida como La ruptura, en la que los mutantes se dispersaron por el mundo para vivir sus propias aventurillas ligeras. Los lectores criticaron mucho el comportamiento de Xavier en ese momento y no nos cuesta admitir que nosotros creímos que, efectivamente, el viejo estaba chocheando. Sin embargo, ni el viejo estaba chocheando ni aquellas eran aventurillas ligeras. Había un plan tras todo aquello que nos dejó a todos con el culo torcido cuando Lobezno acabó muerto de la forma más inesperada. Y aún quedaba una sorpresa mayor: ese no era el auténtico Lobezno, sino un impostor Skrull. Alan Davis nos había colado una Invasión Secreta años antes de la Invasión Secreta de Bendis y no nos habíamos dado cuenta.
¿… hace la tira de años, en un mes de septiembre como este? En 1996 se publicó por estos lares uno de los crossovers entre editoriales menos recordados de la historia: el que se produjo entre Marvel y Malibú Comics. El especial Ultraforce/Vengadores supuso el comienzo de un pifostio de dimensiones cósmicas en el que apareció una nueva Gema del Infinito con consciencia propia que podía dirigir a las demás. También estaban por medio Loki y el Gran Maestro por el lado de los villanos, mientras que por el lado de los héroes tuvimos a Sersi y al Caballero Negro, que habían pasado de las páginas de los Vengadores a las de Ultraforce tras la adquisición de Malibú por parte de Marvel que se había producido poco antes. También aparecían casi todos los personajes de la editorial de nombre playero, pero por mucho que nos esforzamos no logramos recordar a ninguno. Así de relevantes fueron los pobres. El crossover entre Ultraforce y los Vengadores fue el canto del cisne de Malibú: para cuando se publicó en España el Ultraverso ya estaba muerto y enterrado. La idea de comprar Malibú le había salido genial a Marvel, que unos meses después se declaró en bancarrota. Vaya unos magos de las finanzas.
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