Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman / Superman #1-5

Edición original:Batman/Superman núm. 1 USA, Supergirl Annual núm. 2 USA (extracto).
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guion: Joshua Williamson.
Dibujo: David Márquez.
Entintado: David Márquez.
Color: Alejandro Sanchez.
Formato: Grapa, 24-32 págs. A color.
Precio: 2,25 -2,95 euros

Cuando en tu catálogo tienes dos de los más importantes iconos del cómic de superhéroes, la tentación de unirlos bajo un mismo título es difícil de superar. Fue en 1952, en el Superman #76, con guion de Edmond Harold y dibujo del mítico Curt Swan, cuando los dos héroes se cruzaron para tener su primera aventura conjunta. Los resultados de aquella unión fueron aplaudidos por los lectores y en la editorial se comenzarían a producir cruces entre Kent y Wayne a la primera de cambio. Sin embargo, no compartían cabecera, solo aventura… pero aquello iba a cambiar.

A poca memoria que se haga pronto vienen varias cabeceras en las que los dos personajes comparten título, bien en forma de serie regular o de especial. Algunos ejemplos de ello son el trabajo de John Byrne en su Otros Mundos, Generaciones, y sus sucesivas continuaciones. La serie regular escrita por Jeph Loeb (en sus inicios) acompañado de varios dibujantes (Ed McGuinness, Carlos Pacheco, Michael Turner…). Los especiales World´s Finest de Dave Gibbons y Steve Rude. La que se les dedicó durante los Nuevos 52… Y la que nos atañe hoy, la última en llegar, la escrita por Joshua Williamson, con dibujos de David Márquez, profundamente enraizada con las miniseries del Batman que ríe.

Williamson (Muerdeuñas, Flash) aterriza como amo y señor en la serie que une los destinos de los dos héroes, bajo la premisa de enfrentarlos al Batman que ríe y su maléfico plan de arrasar el multiverso. Como excusa funciona bien, pues ambos se sienten especialmente motivados para frenar dichos planes, aunque las formas e intenciones no sean del todo creíbles.

El californiano, asentado en Portland, escribe la serie de forma muy desconcertante. Por un lado, su tratamiento de la relación que hay entre Clark y Bruce resulta muy interesante por los monólogos interiores que va desperdigando a lo largo de la trama. Monólogos que permiten poder vislumbrar como los dos se respetan, como amigos, pero se cuestionan en la misma medida. Es lo mejor de este trabajo, pues la química que hay en los dos protagonistas hacía mucho tiempo que no se podía disfrutar de una forma tan directa y prolongada.

Como contrapunto están las razones que se narran para evitar la interacción de la Liga de la Justicia, lo que demuestra cómo, Williamson, retuerce demasiado la historia para adecuarla a sus propios intereses. Tanto lo hace que se desgarra en algunos momentos, pues cuesta creer que Superman se pliegue a los deseos individualistas de Batman y no recurra a ayuda para enfrentarse a esta amenaza.

El escritor de la Chapa focaliza esfuerzos en la capacidad de tener todo controlado de Batman para elaborar distintos planes con los que poder vencer al enemigo común. Unos planes que se muestran de forma abierta, que son 100% Batman y que permiten disfrutar mucho de esos momentos en los que todo parece ponerse de cara a los héroes. De ahí que se genere esa sensación desconcertante por estar inmerso en una aventura que se dice (no se siente) es potencialmente muy peligrosa, mientras hay destellos de genialidad en el tratamiento de Batman y Superman.

Williamson no está cerrando su etapa de Flash de forma especialmente brillante, mostrando un sinfín de situaciones que resultan ya monótonas. En su trabajo en esta serie se muestra más fresco, pues concentra toda su atención en la acción, en sus protagonistas y en los villanos, dejando de lado, pues no tiene mucho sentido hacerlo, a todos los secundarios que rodean a Batman y Superman en sus respectivos microcosmos. Con esa libertad, Williamson, se muestra más suelto, menos encorsetado y por tanto más disfrutable. Y, sin embargo, todo resulta artificial, poco natural y forzado, lo que resta interés a la serie… un interés que no acaba por derrumbarse del todo gracias al trabajo de David Márquez.

El dibujante, llegado de Marvel, donde ha firmado obras como All New X-Men o Miles Morales Spiderman, entre otras, le toma el pulso a la colección y a sus protagonistas desde la primera página. Márquez se crece en su interpretación de los dos íconos DC, con su estilo de línea muy fina, para proyectar a la perfección el aura que emanan tanto Batman como Superman. Un aura que se siente distinta y que capta muy bien la personalidad de cada uno. Su trabajo es detallado, fluido, muy dinámico, con un ejercicio muy interesante de diseño que permite alegrar la vista ante los tropezones de Williamson en la historia.

Una serie que arranca de forma incierta, con puntos a favor y puntos en contra que la hace desconcertante. Un buen apartado gráfico, con un trabajo irregular en guion, contrastan con un excelente tratamiento de la relación entre sus protagonistas. Una mixtura de sabores que no amarga, pero no resulta agradable para el paladar.



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