Javier Vázquez Delgado recomienda: Conan: Clavos Rojos
Edición España: Planeta DeAgostini Comics / Timun Mas – 2007
Guión: Roy Thomas, Robert E. Howard (relato original)
Dibujo: Barry Windsor-Smith, Gregory Manchess (ilustraciones del relato)
Entintado: Barry Windsor-Smith
Color: Richard Isanove
Portada: Barry Windsor-Smith, Richard Isanove
Precio: 15 euros (libro en tapa dura de ciento veinte páginas)
La conmemoración de este aniversario de las aventuras en tebeo de las andanzas de Conan de Cimmeria me ha permitido volver a encontrarme con una de las historias más celebradas de cuantas ha protagonizado el personaje creado por Robert E. Howard en su versión en viñetas. No es la primera vez que tengo ocasión de reseñar esta aventura, pues ya lo hace, hace ya unos años, en esta misma página, pero, desde entonces, he tenido ocasión de reencontrarme con Clavos Rojos, a través de otras ediciones y, con ello, disfrutarla desde otra perspectiva.
El caso de Conan ejemplifica como pocos, en mi opinión, las situaciones en las que el personaje acaba siendo más importante que la obra en la que hizo su aparición. Los relatos de Howard son entretenidos y, como buenas historias de revista de a duro, han envejecido un poco mal. Sin embargo, el potencial del cimmerio sirvió para que otras personas lo desarrollaran, convirtiéndolo en la franquicia que es hoy en día y en el arquetipo de protagonista de algo que, desde cierto punto de vista, es un género de la ficción, como es el de espada y brujería.
Hablar de bárbaros en este ámbito, implica inevitablemente evocar la imagen de un guerrero musculoso, de negra melena y vestido con un taparrabos velludo. Esta estampa se ha repetido en el cine -pródigo en sosias de baja calidad de Conan como Ator, Sangraal, Gunan o Tunka- y en los videojuegos -como los co-protagonistas de las franquicias Barbarian y Golden Axe- pasando por la literatura y los propios tebeos. Si consideramos que Conan es más grande que los escritos de Howard, quizá fuera por el hecho de que el propio escritor se consideraba más un cronista de las hazañas de aquél que un creador de relatos. Su temprana muerte dejaría unas cuantas historias y la posibilidad de desarrollar un mundo, el hyborio, de forma similar a lo que acontecía con el tenebroso universo imaginado por H. P. Lovecraft.
Clavos Rojos fue el primer relato de Howard que se publicó póstumamente. La historia cuenta una aventura de Conan junto a la pirata Valeria. Juntos transitan por las selvas sureñas del mundo hyborio, pues ella ha abandonado la tripulación a la que pertenecía y él la ha seguido, deseoso por seducirla. La filibustera desconfía del cimmerio, pero, muy pronto, habrá de hacer equipo con él, para escapar de las fauces de un dragón. Sus peripecias les llevarán a una ciudad fortificada, que parece construida en medio de ninguna parte. No tardarán en descubrir las riquezas de la urbe y la decadencia que la envuelve, mientras los últimos habitantes que moran en ella se matan entre ellos.
La historia combina, como es habitual con autor y personaje, acción, aventura, terror y ciertas dosis de misterio, mostrando con buenos motivos las razones por las cuales Conan desconfía de la civilización y guarda distancias con la brujería. Esta mixtura se reflejará también en la adaptación al tebeo, firmada por dos destacados contribuyentes al desarrollo de la franquicia cimmeria en el cómic: Roy Thomas y Barry Windsor-Smith.
Guionista y dibujante habían iniciado la serie regular dedicada al bárbaro, dando a la industria un redoblado impulso, cuando el género súper-heroico afrontó su primera crisis de la edad de plata. El primero ha velado sus primeras armas a la sombra de Stan Lee, sustituyéndole en varias colecciones -Los Vengadores, La Imposible Patrulla-X- y firmando en las mismas historias memorables. El segundo ha empezado emulando el estilo de Jack Kirby y ha ido evolucionando, hasta conseguir uno propio y convertirse en el prestigioso ilustrador que es, desde hace ya muchos años. Juntos, se embarcan en la tarea de contar una nueva versión de la historia y consiguen un resultado espectacular, convirtiendo su labor en una de las aventuras más memorables y reverenciadas de este medio siglo de bárbaro-en-viñetas.
Clavos Rojos ha sido reeditada en bastantes ocasiones, bien en la forma de obra independiente -como la edición que ilustra esta entrada- bien como parte de alguna de las cabeceras «conánicas». La versión original vio la luz lo hizo en blanco y negro, en la serie Savage Tales y, posteriormente, habría adaptaciones a color, primero con la entrañable cuatricomía y, más tarde, con la aplicación por ordenador.
La publicación en nuestro país de las mismas me ha permitido releer la historia y apreciar cada una de ellas en su justa medida. Así, la edición de aniversario tebeo-relato que publicaron Planeta y Timún Más en 2007 muestra un encomiable esfuerzo de coloreado, con escenas ciertamente impactantes -como la del descubrimiento de la estancia de jade-; por otra parte, el original de Relatos Salvajes permite disfrutar de la adaptación original y dejarse llevar por la atmósfera opresiva, inquietante y maléfica de la ciudad muerta.
Clavos Rojos es una de las historias clásicas de la versión en viñetas de Conan de Cimmeria. Cualquiera de las versiones disponibles es totalmente disfrutable y constituyen una puerta de entrada óptima para introducirse en las entrañas del mundo de espada y brujería fundado por Robert E. Howard hace casi un siglo.
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