Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine Marvel España – Octubre 2020

Ya nos tenéis de vuelta, con las pilas recargadas. Hay que ver que rápido pasa el tiempo. Nada mejor para sobrellevar los cambios de temporada que nuestras amadas novedades. Panini Cómics nos trae el típico surtido Marvel que, como ya viene siendo norma desde hace unos meses, nos proponemos analizar y clarificar, para el buen entendimiento del usuario. Desde el Magazine Marvel España nos hemos buscado esa utilidad como servicio público. Esperamos que el trabajo esté a la altura de vuestras expectativas.

Cabe destacar este mes, dentro del amplio catálogo de la editorial italiana, la salida de los primeros ejemplares de la línea Marvel Young Adult, el sello que trata de buscar un nuevo lector con series realmente atractivas a un precio imbatible. Títulos como Campeones, Spider-Gwen, Kate Bishop o Spiderman ama a Mary Jane están dispuestos a tomar el mercado, unido a la excelente recepción que ha tenido el Marvel Must-Have, que este octubre continúa añadiendo más colecciones, nos indican que esa tendencia hacia el cómic barato, o por lo menos muy asequible, es necesaria mantenerla, por el bien de un tejido lector cada vez má complicado de fidelizar.

Por otro lado, contamos con un regalo muy especial. Os presentamos una amplia entrevista con CAFU, artista que ha logrado recientemente ser nombrado dibujante titular de una colección tan importante como Iron Man. El resultado lo veremos en breve por estas tierras, puesto que en este caso nos adelantamos algo al calendario y os vamos poner los dientes largos de lo que está por venir.

Les llamará la atención un nuevo segmento del Magazine. Inauguramos el quién es quién particular de la sección. ¿Dudas en que personajes forman tal grupo? ¿De donde surge el concepto? Pues bien, nos proponemos responder esas sencillas preguntas con este epígrafe, que no será de salida obligatoria, sino que la tendrán cuando consideremos que es necesaria. Y así ha sido con los muy nuevos Agentes de Atlas, una formación bastante desconocida para el gran público.

Realizadas las aclaraciones de rigor, toca meterse en faena. El magazine les espera. Disfruten.

TITULARES

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Columna de opinión

Panini lleva su tiempo recopilando las abundantes mini-series de Veneno, que tanto proliferaron en los noventa. Este mes tocan “El Hambre” y “Fauces y Garras“, reunidas en un 100% HC, donde el simbionte se juntaba con Lobezno. Se da la circunstancia de que son dos personajes con enorme popularidad en la época. Y Marvel se dedicó a darle al respetable lo que tanto demandaba, un par de tazas extras de Logan y de Eddie Brock. Al abordar la sobreexplotación de dos personajes como son Lobezno y Veneno, no se puede evitar recordar este pasaje de la obra “Manuel Darío“, del grupo argentino Les Luthiers:

Daniel Rabinovich: Al principio los críticos no me comprendían, pero con el tiempo me han ido aceptando cada vez más. Sin ir más lejos el crítico de la «Gaceta del espectáculo» elogió la calidad y la cantidad de mi producción.

Carlos López Puccio: Dice el crítico: «En su obra la cantidad no va en desmedro de la calidad. Todo lo contrario, va en desmedro. Su capacidad de producción es asombrosa, trabaja constantemente como si no pudiera dejar de componer. Y uno se pregunta ¿no podría dejar de componer?»

Este texto viene al pelo para ilustrar la sensación de hastío que, desde nuestro punto de vista de lector, llegó a representar la sobreexplotación a la que se han visto sometidos determinados personajes, a lo largo de los años. Los tebeos de corte súper-heroico se han caracterizado por la presencia de creaciones que son, por sí mismas, una franquicia: Superman, Batman… ¿alguien recuerda algún momento del pasado reciente en el que no tuvieran sino una única cabecera de cadencia mensual? Esta práctica que, desde nuestra humilde visión, tiene el problema de ser pan para hoy y hambre para mañana, se complementa con la de los eventos «intra-franquicia», que obligan a la parroquia lectora a hacerse con todos los capítulos que componen el arco argumental. Esto acaba traduciéndose en un progresivo abandono, al que suele seguir un repliegue, con el fin de volver las cosas a su cauce e iniciar un nuevo ciclo de contención, expansión y contracción. Lobezno y Veneno ejemplifican lo que supone una explotación desaforada, por obra y gracia de los gustos de la audiencia. Sin embargo, sus trayectorias han sido bastante distintas.

La historia de Lobezno y su incorporación a la nueva y diferente Patrulla-X es sobradamente conocida y explica la razón por la cual fue uno de los primeros personajes en ser bendecido con una serie limitada. El resultado es Lobezno: Honor, llamada a convertirse en un clásico del género, merced a la colaboración entre Claremont y Frank Miller. El experimento ha sido un éxito y, a no mucho tardar, se verá seguido de otra, en la que Logan compartirá protagonismo con Kitty Pryde, con los lápices del temido Allen Milgrom. La escudería-X va ganándose el corazón del público y convirtiéndose en uno de los referentes del momento, por lo que las presiones sobre Claremont se redoblan: hay que sacar más cabeceras, hay que aprovechar al colectivo mutante. Por otra parte, si hay que dar a algún «patrulloso» -como decía el Doc Skull- cabecera propia, Lobezno es el primero de la lista.

El patriarca mutante cede, pero mantendrá el control y presentará una línea de actuación muy distinta de la que se ha visto del personaje en la serie principal. Sin embargo, el volumen de trabajo y el deseo de sacar su primera novela acabarán haciendo que el veterano guionista abandone la cabecera y se sucedan historias cortas y equipos circunstanciales, hasta el desembarco de Larry Hama, que firmará la parte literaria de una etapa que, con sus altibajos, será uno de los refugios de la afición mutante, en los tiempos posteriores a la marcha de Claremont. Sin el filtro del escritor y con un equipo editorial pródigo en la metedura de cuchara, Lobezno multiplicará sus apariciones. Ya es personaje fijo en la cabecera antológica Marvel Comics Presents y sus apariciones en los otrora ubicuos tomos-prestigio se multiplicarán. La mayor parte de las historias están olvidadas o son perfectamente olvidables, pero, en honor a la verdad, entre tanto papel se puede encontrar alguna joya, como el Arma-X de Barry Windsor-Smith. La tendencia no ha variado gran cosa con el correr de los años: la ubicuidad de Logan es tan potente como su factor de curación y, bien sea por decisión creativa, por imposición editorial o por clamor popular -que quien paga, manda… hasta cierto punto- le hemos visto unirse a los Vengadores y estar presente en media docena de cabeceras mensuales, incluyendo la propia. No obstante, el personaje sigue teniendo el carisma de antaño, aunque rodeado de historias olvidables, contradictorias o absurdas, que hacen de Lobezno el tipo misterioso con la trayectoria mejor conocida.

El caso de Veneno es, por otra parte, hijo y signo de su tiempo. Creado por David Michelinie -al que siempre se olvida- y Todd McFarlane -al que siempre se recuerda- se convirtió en el villano de la galería arácnida con más predicamento durante los ochenta y noventa. Aquella terrorífica imagen de una sonrisa babosa y puntiaguda resultaba impactante, en unos tiempos en los que al dibujante se le disculpaban sus múltiples carencias. Súmese a ello que son los días en los que los trabajos de Alan Moore y Frank Miller están siendo absorbidos por la industria, un poco de aquella manera. El resultado es un auge de anti-heroísmo «seis-pesetas» donde los fines justifican los medios. Son los tiempos de gloria del Castigador -otro ejemplo de sobre-explotación en la viñeta- y de otros como él. En este contexto, Eddie Brock y su simbionte se convierten en candidatos para cambiar -más o menos- de bando y dejar su lugar a un elemento aún más plano, como es Matanza. El resultado es una sucesión de mini-series sin mucha conexión, que se sucederán hasta que las ventas no aguanten y Veneno retorne al bando del mal, al menos durante otra década. Experimentos posteriores con el bicho y su portador se han saldado con éxito dispar, sin que el concepto haya tenido, hasta ahora, una historia memorable.

Pese a todo lo anterior, el hecho de que uno y otro hayan contado con protagonismo cinematográfico, con una franquicia y la promesa de otra, indica que la sobre-explotación no ha restado a estos personajes su gancho entre el público, de modo que, al igual que Les Luthiers, pueden decir aquello de «sonamos, pese a todo».

Juicio a… Thanos. Origen

La línea Marvel Must-Have comienza a asentarse poco a poco en nuestro panorama comiquero. Uno de los personajes que no deberían faltar en la selección es Thanos, la genial creación de Jim Starlin, que gracias al celuloide ha acabado transmutado en un icono mundial. Panini nos presenta recopilada una mini reciente, datada del año 2013, donde Jason Aaron y Simone Bianchi se adentraban en la peliaguda cuestión de los orígenes. Esto, claro, provocó las iras de ciertos aficionados que pensaban que un malvado como el Titan Loco no necesitaba de falsas motivaciones y menos que fueran maquinadas por otros autores que no se apellidarán Starlin; otros, en cambio, agradecieron que se le dotara de profundidad, de un mayor trasfondo.

Como ven, la polémica está servida. Esas dos visiones contrapuestas se pueden percibir en nuestros ya habituales tertulianos freelance. Tal como es tradición, van a exponer sus pareceres, para que los lectores y lectoras, soberanos de sus propias opiniones, decidan de qué lado están.

A favor….por Robbie R.

Vamos al lío. Me gusta este Thanos Rising, título original de la obra. Me interesa lo que plantea Aaron y cómo enfoca su particular mirada hacia la infancia de un genocida. Me parece valiente y creo que se merece el reconocimiento de los fans más clásicos del personaje.

Thanos se ha convertido en un enemigo, villano, némesis conocido a nivel mundial por personas que nunca han abierto un cómic. Si bien entre los seguidores del Universo Marvel su nombre rivaliza con el de Darkseid, antagonista de los héroes de la Distinguida Competencia. Su aparición en cualquier página es sinónimo de estar delante de una deidad que todo lo puede.

Por todos es sabido que Jim Starlin lo es todo para Thanos, como lo es el propio Titán Loco para el guionista. Cuando un escritor coge el manto elaborado con cariño y precisión de un autor de semejante talla, para bien continuar su legado o iniciar un nuevo camino, se arriesga a caer en un precipicio.

Jason Aaron fue uno de esos guionistas que tuvieron el arrojo de hacerse cargo del eterno con genes de desviante. La apuesta fue arriesgada. ¿por qué se trata de una tarea aventurada u osada? Muy sencillo, Jason Aaron nos cuenta el origen de este poderoso ser entrando en la psique del mismo.

Con una narrativa veloz y amena tenemos entre manos el origen de Thanos de Titán. Magníficamente narrado, somos testigos de cómo en el devenir de su niñez y juventud se convierte en quien es hoy en día. Sin recibir el amor de sus padres, condenado al ostracismo por sus compañeros, con una inteligencia extremadamente alta y una clara incomodidad social, que se manifestaron en el aislamiento. Al estar solo, comenzó a experimentar con la Muerte. Sorprendentemente, Aaron nos descubre que Thanos odia quitar la vida y comienza a matar por la ciencia. Será entonces cuando una mujer extraña entra en su vida, quedando completamente enamorado de ella. Este hecho determina el destino de este poderoso ser, revelándose a sí misma como la Muerte. El guionista, respetando el legado de Jim Starlin, nos narra con un cariño notable hacia el personaje como Thanos inicia el camino que le convierte en la némesis que todos conocemos. Los que disfrutamos de El Guantelete del Infinito, sabemos cuán importante es que Thanos esté enamorado de la Muerte, puesto que hará cualquier cosa por ella, incluso destruir el universo.

El aspecto más impresionante de esta obra es la capacidad de Jason Aaron para capturar el mal y la locura inquietante que emana del eterno de Titán. Los lectores son testigos de cómo Thanos pasa de ser un niño, relativamente normal, a un ser intrigado por los mecanismos de la muerte, recorriendo el camino de la obsesión por el asesinato y, finalmente, casi sentir a un hombre al borde de la locura.

Esta progresión es manejada con maestría por Jason Aaron de una manera muy realista. Consigue el autor que estemos ante la biografía de un asesino en serie.

Simone Bianchi, en la parte gráfica, crea páginas detalladas con su peculiar e interesante estilo único. Su arte consigue que el mundo de Thanos se sienta vivo, pero lo más espectacular de su confección artística es que se sabe como trasladar al lector un ambiente oscuro y espeluznante. El uso perfecto y equilibrado entre luz y sombra da la sensación de estar ante una película de suspense y de terror. La creatividad de Bianchi, que coincide con la naturaleza cósmica de la narración, hace que los mundos que vemos sean experimentados con esa debida impresión que Julio Verne impregnaba en sus obras cuando visitábamos el fondo del océano con el Nautilus. La obra de arte de Bianchi en este volumen consigue con honores facilitar el tono que a nivel de argumento Jason Aaron necesitaba.

Finalmente, decir que la inclusión de esta magnífica miniserie en el formato Must-Have se torna como un acierto. Esta afirmación se basa en que nos encontramos con un imprescindible en una edición económica y editada en una calidad muy acorde con su precio.

La verdad, nada más que la verdad.

En contra…. por J.J.J.

Ejercicio interior. Intentar no ser hiriente, probando, probando…

Vaya por delante que he hecho el esfuerzo (dos veces) de leer esta miniserie y al llegar a la última viñeta lo hago siempre con la misma conclusión, fuegos de artificio bonitos pero poco creíbles. Thanos es un personaje mediatizado por su aparición fílmica. Allí se nos mostraba como un ser despótico y heredó del mejor Jim Starlin su idea de hacer un buen destrozo a las distintas civilizaciones que conforman el cosmos, aniquilando al 50% de los seres vivos. Podremos darle las vueltas que queramos a esta idea, pero no deja de dar cierta grima que se mezclen problemas futuros como la superpoblación y escasez de recursos a largo plazo con un holocausto en toda regla. Con lo que la idea sigue flotando en el aire… ¿a qué se debe esta admiración de Thanos hacia la muerte? Y es justo ahí donde esta miniserie se convierte en un ejercicio bonito – por los lápices de Bianchi – aunque fallido en su ejecución, trasladándose a los años de juventud del titán para enseñarnos que su cambio de ‘chip’ vino motivado por la muerte de unos niños, amigables compañeros de fatigas que quedaron atrapados en una cueva y fueron devorados por unos reptiles. ¿Esa fue toda la explicación que se le ocurrió a Aaron? Sinceramente, para ello casi habría sido mejor no buscar explicaciones donde no las había y haberlo enfocado como que ya de niño era un pequeño hi$% de pu#t& que repudia toda vida.

Si ese paso de niño artista, al que le daba miedo la autopsia de un animal en clase de ciencias, a asesino de masas no era suficiente ridículo, Aaron nos ‘sorprende’ a la hora de desvelar a la Muerte como ese amor de juventud que, susurrándole al oído, le hace cometer actos en su nombre para ganarse sus favores. Y nos volvemos a preguntar, ¿era necesario explicar que esta relación de ‘amor’ venía de la adolescencia? La relación entre Thanos y la Muerte ya lo explicó de forma magistral Starlin y, en estos casos, volver a andar unos pasos que otro ha recorrido mil veces mejor que tú se antoja casi suicida por parte del guionista.

¿Estamos ante un proyecto fallido? Por supuesto, se salva el trabajo de Simone Bianchi, brillante como siempre pero Aaron adolece de una importante falta de ideas propias y una ejecución defectuosa de aquellas que coge prestadas de historias ya contadas.

He dicho.

Análisis de novedades (grapas y tomos)

Este mes las novedades al menos en lo que se refiere a debuts son algo más escasos, pero aún así tenemos varios cómics a destacar, de los cuales os hablamos en lo que dura un eructo de Galactus (osea, ahora mismo).

Debuts del mes

Llegados a este punto, es posible que penséis que nos hemos dejado muchas obras en el tintero, grapas o tomos de importante calado que irrumpen en este maravilloso octubre lleno de novedades marvelitas. Pues bien, no temáis, queridos zoneros, porque le toca el turno a dichos lanzamientos, esos lanzamientos tan importantes, que encuentran aquí su apartado propio.

LANZAMIENTOS TOMO

Agentes de Atlas: Pandemónium

Greg Pak y Nico León vuelven a la carga con un renovado tomo dedicado a las aventuras de los nuevos Agentes de Atlas, entre cuyos miembros podemos encontrar a Amadeus Cho (el ojito derecho de Pak) y a Cindy Moon, y que tras la Guerra de los Reinos, en la que tuvieron una miniserie propia y bastante importancia, regresan con su propia colección. De momento, estos cinco primeros números suponen un aperitivo interesante, para lo que está por venir… Atlantis Ataca.

Veremos lo que les depara el futuro a este curioso grupo Marvel del que nunca terminamos de cansarnos.

Los Vengadores: Gamerverse

Los Vengadores se han convertido en un marca transmedia, que excede el simple mundo del noveno arte. Cine y videojuegos están pujando fuerte, en términos de popularidad. Marvel lo sabe y trata de aprovecharlo. En un curioso cómic en el que participa Jim Zub como guionista, un valor muy confiable de la Casa de las Ideas actual, junto a estrellas del calibre de Ariel Olivetti, Paco Díaz o George Jeanty, llega este tomo que sirve de secuela al videojuego que ha visto la luz muy recientemente sobre los Héroes Más Poderosos de la Tierra.

Así, si os habéis quedado con ganas de más, tras jugarlo, este cómic os ameniza la espera hasta que llegue la más que posible segunda parte.

Además, la existencia de esta publicación deja más o menos claro que el juego está ambientado en el mismo universo que el Spiderman de PS4, lo que siempre es un alivio para los lectores, que sufrimos por la falta de coherencia multiversal…

Universo Spiderman: Spider-Cero

Ryan North y Pere Perez entre otros, nos traen el enésimo tomo sobre el Spiderverso, un concepto que sonaba muy fresco hace unos años cuando Dan Slott gestó su gran saga arácnida y que hoy… hoy simplemente sabemos que está ahí.

No destaca pero tampoco aburre. Un volumen autoconclusivo, muy entretenido, que hará las delicias de los seguidores del concepto multiversal, hara disfrutar a quienes gusten de ver varias arañas en la misma página y no tengan fobias a sus cuerpos de ocho patas…

LANZAMIENTOS GRAPA

Imperio 1

Tras los preludios y prolegómenos propios de este tipo de partidos, llega el evento Marvel del año, a pesar de que se haya retrasado y reducido debido a la actual situación sanitaria. Dan Slott, Al Ewing y Valerio Schitti nos traen Imperio, una aventura en la que los Vengadores tendrán que enfrentarse a la colaboración de los Kree y los Skrull, que han decidido dejar de lado sus diferencias para unirse bajo el mando único de Hulkling, mestizo de ambas razas.

Todo esto unido al regreso de los Cotati al Universo Marvel en un evento que no sabemos qué tal estará, pero que como mínimo despierta nuestra interés al hundir sus raíces en uno de los mejores cómics vengativos de la historia.

Los Cuatro Fantásticos: Grimm Noir

Nos paramos en la grapa del mes referente a los 4 Fantásticos para ver una rara avis, ya que esta vez Panini nos incluye una curiosa historia en la que participan Gerry Duggan y Ron Garney, y que está protagonizada nada más y nada menos que por nuestra adorable cosa de ojos azules, que entra en modo “noir” para investigar un curioso crimen.

¡Vuelve La cosa de gabardina larga y sombrero de ala ancha! No sé vosotros, pero a la redacción ya nos han conquistado con ese simple detalle.

El cómic destacado del mes

La etapa de Nick Spencer al frente de El Asombroso Spiderman ha despertado todo tipo de reacciones. A estas alturas de la historia y con el número especial 850 USA a punto de ser publicado al otro lado del charco, parece que hay dos afirmaciones que se pueden establecer sin temor a error alguno. La primera: es una etapa polarizante muy deudora del pasado, especialmente los años 80 del personaje. La segunda: el arco que empieza este mes en España, Sins Rising, es el mejor que ha tenido la etapa hasta este momento.

¿Qué nos lleva a decir esto? En primer lugar, la calidad como historia individual. Spencer lleva desde el número 1 construyendo el misterio en torno a Pariente, nuevo villano de identidad desconocida (por ahora). Este personaje ha dejado claro que tiene en su punto de mira a Peter Parker y, por fin, estamos viendo cómo ejecuta su plan. Bueno, de hecho lo que vamos a ver en este arco argumental es la primera parte de su plan, consistente en resucitar al Comepecados y volver a enfrentarlo a Spiderman… con mucho más trasfondo del que pueda parecer en primera instancia.

Nick Spencer está creando una verdadera historia de terror que conecta con la realidad actual de nuestro mundo, y muy especialmente con la de la sociedad estadounidense. Un tipo con un pasamontañas y una escopeta se ha convertido en la mayor amenaza que ha pasado por las páginas de El Asombroso Spiderman desde hace mucho tiempo. Pero lo que realmente puede congelar la sangre y hacer que el lector se cuestione muchas cosas es cómo el mundo reacciona ante los actos de alguien que es un villano y lo es a plena luz del día. ¿Qué dice esto de todos nosotros?

Terror, sí, y terror psicológico del bueno. Terror por cuestionarnos quiénes somos y qué es realmente hacer lo correcto. Terror al pararnos, respirar, sentarnos y comenzar a hablar. Terror al ver un clavo ardiendo al que agarrarte… y descubrir que ya es cenizas. Desolación por luchar contra viento y marea, rabia por entenderte solo a medias y una decisión de plantarte firme como un árbol (que diría Straczynski) y luchar por hacer lo correcto incluso cuando tienes hasta el mismo destino en tu contra. Y todo ello con un ritmo hipnótico y demencial que le sienta como un guante.

Este Asombroso Spiderman 21 está realizado por Nick Spencer, Kim Jacinto, Patrick Gleason y Ray-​Anthony Height. Incluye The Amazing Spider-Man: Sins Rising Prelude y material de Red Goblin: Red Death. A simple vista puede parecer que son números menores. Cabe avisar aquí a los lectores de que todos los números van a ser esenciales, incluidos un par de números extra que, a primera vista, pueden parecer prescindibles. El porqué de este sistema de publicación tan extraño, con un par de one-shots, lo encontramos al inicio: se busca que el final de la historia coincida con el 850 USA.

Hablemos del dibujo. Hemos mencionado a Kim Jacinto, Patrick Gleason y Ray-​Anthony Height. Más adelante tendremos a Mark Bagley, Marcelo Ferreira y Federico Vicentini. La labor de todos ellos varía, por supuesto, pero se agradece que todos opten por abrazar por completo el estilo de terror y muevan su dibujo en esa dirección. En esta historia va a destacar el feísmo y lo arrugado, lo crudo y lo violento. También lo desconcertante. De primeras puede costar entrar en la historia debido a ello, pero lo cierto es que les queda como un guante y funciona exactamente tal y como lo necesita Sins Rising. David Curiel es el colorista principal de la historia (también ayudan Jordie Bellaire y Edgar Delgado) y ayuda a homogeneizar todo y a limar las asperezas que surgen de tener a varios dibujantes en un evento de esta categoría.

Finalmente, una última cuestión para poner en valor la historia que comienza este mes. Sins Rising es tan buena que recontextualiza la etapa de Nick Spencer. No le redime de sus errores y no la arregla mágicamente, pero sí permite ver un cuadro casi completo. Es así como entendemos su demolición sistemática de la vida de Peter Parker, los continuos golpes a su alma, su honor y su ser. Es aquí cuando atisbamos los verdaderos objetivos del guionista. Y la maquinaria empieza a funcionar. Ha costado. Se ha sufrido. Pero hemos llegado. Disfrutemos el viaje.

No te puedes perder… Veneno, de Donny Cates y Ryan Stegman

Veneno es un personaje cuanto menos peculiar; no es habitual que un villano de Marvel tenga una carrera tan longeva estando tan presente en diferentes formas y lugares, series, miniseries y eventos que protagonizaba, o co-protagonizaba, durante los últimos más de treinta años, desde que fuera creado como tal. “Creado como tal” porque sí, una de las peculiaridades de este personaje es que es una fusión de dos, el simbionte que aparecía por primera vez en la colección de Spiderman en 1984, con motivo de las Secret Wars, y el periodista caído en desgracia Eddie Brock, cuyo debut se daba en la misma colección dos años después. También dos años hicieron falta para que, en el Amazing Spider-Man #299, ambos personajes encontraran su lugar juntos, dando forma a Veneno, un villano que se lo haría pasar mal al amistoso vecino arácnido, en diversas ocasiones. Sin embargo, el personaje de Veneno se antojaba complejo, tan complejo como aquellos “maravillosos” años noventa donde se alzó la figura del anti-héroe, poniéndose de moda hasta tal punto que logró que no solo los seguidores de las aventuras de Peter Parker se acercaran a él sino que miles de jóvenes querían leer cómics de esa versión oscura y de poca moralidad del icono de Marvel. Así Veneno vivió una época dorada en la editorial, convirtiéndose él mismo en otro icono. Ahora bien, ¿la calidad?, bueno, ese no fue su punto fuerte. Si bien es cierto que al principio tuvo algún que otro acierto relativo, la mayoría de las miniseries de aquellos años y las series posteriores de este dúo no son para tirar cohetes. Por suerte eso se acabó.

Ha tardado pero ha llegado, y no ha sido un camino fácil para Brock y el simbionte. Marvel siempre tuvo claro que tenía en sus manos una figura potente y por ello nunca se deshizo de Veneno, pero el personaje, o mejor dicho, los personajes pasaron por penurias hasta separarse, por eso “los personajes” es más adecuado. Por un lado Brock se quedó sin su simbionte y pasó a un segundo plano, aunque no dejó de existir. Pronto Dan Slott le daría una nueva tarea, primero como el Anti-Veneno, luego como Toxina para enfrentarse a su otra némesis, Matanza, y más tarde otra vez como Anti-Veneno. Siempre presente y siempre con los lectores esperando que volviera al traje negro.

Con el simbionte se hicieron otras cosas por separado pero siempre con un hilo que lo unía al mundo de Spiderman. De Brock saltaba a Mac Gargan, el antiguo Escorpión se convertía en el Nuevo Veneno para forma parte de los Vengadores Oscuros de Norman Osborn, que si bien su papel era más central en el universo Marvel todo lo que le rodeaba estaba cerca del famoso arácnido. Pero no nos engañemos, aunque le dio un punto fresco a la par que sádico, impregnando al personaje de terror y villanía más cercana a Matanza, esto no era Veneno, ni siquiera era uno de los que destacaba entre esos temibles Vengadores.

Mucho más interesante fue el siguiente cambio, donde el simbionte encontraba un portador digno y alcanzaba su máximo potencial. Aunque tampoco era Veneno, fueron ni más ni menos que seis años en los que Flash Thompson portaba el simbionte, ambos se unían de la mano de Fred Van Lente aunque fueron otros guionistas los que aprovecharon su potencial, primero Rick Remender con su serie propia y metiéndolo en los Vengadores Secretos, con un carácter muy Flash, era un soldado, un luchador, pero justo y bueno. Brian Michael Bendis lo llevó al espacio con los Guardianes de la Galaxia, donde triunfó hasta el punto de que Robbie Thompson firmó su serie como Caballero del Espacio. Pero su historia llegó a su final cuando Dan Slott lo mata en la colección de Spiderman. Toda esta época es entretenida, con partes mejores y peores, que lograba dar una vuelta a todos los conceptos, pero tenía dos problemas; que no era Veneno, en el sentido clásico del personaje, sino otra cosa diferente, y que llegó un momento en el que se habían liado tanto con el origen de los simbiontes que uno ya no sabía qué pensar; de hecho ni la propia editorial parecía saber qué pensar.

Ahí es donde entra la nueva serie en grapa, la primera serie regular del personaje que vemos en formato grapa mensual por estos lares, aunque no vamos a hablar de la etapa actual, hay unas previas. Veintiún números, que aquí fueron recopilados en 10 grapas, escritos por Mike Costa devolvían a Veneno a las calles pero con un nuevo portador, Lee Price, que en realidad era un montaje para volver a los orígenes y, apenas cinco números después, el simbionte volvía a unirse a Eddie Brock. Esta colección no estaba mal pero tampoco pasará a la historia, nos devolvía al personaje de los noventa, con cierto entorno modernizado, y copiando historias de Spiderman que acaban convirtiéndose en mini-eventos como Universo Veneno o Venenizados, como celebración del treinta aniversario del personaje y dirigidos por Cullen Bunn. ¿Entretenido?, sí, ¿recomendable?, a ratos, ¿definitorio? no.

En el número 11 de la actual etapa en grapa de Panini encontrábamos una de esas dobles numeraciones que tanto se llevan ahora, y el otro número era un #1. Ahí empieza lo entretenido, recomendable y definitorio, pues los autores encargados le han conseguido dar un poco de todo y dejar una historia que quedará para la eternidad del personaje, además con eventos de alto peso, como en su época de mayor fama o incluso más.

Con lo que en Estados Unidos supuso el volumen cuatro, un nuevo equipo creativo relanza al personaje con la intención de introducir elementos nuevos, partiendo de lo ya creado, y poner orden a la mitología del simbionte. Como escritor está uno de los niños bonitos de la Marvel actual, Donny Cates se encargó de poner fin a la última encarnación de los Inhumanos, a escribir a Thanos, creando a su conocido Motorista Fantasma Cósmico que tendría serie propia, de Guardianes de la Galaxia y, actualmente, de Thor, además de otras cosas para la Casa de las Ideas y para editoriales independientes (como ese God Country o Babyteeth), demostrando como mínimo una buena capacidad para hacer historias entretenidas que casan muy bien en Marvel y logrando su punto álgido cuando se sale de la temática más heroica aquí, en Veneno. La parte gráfica recae en Ryan Stegman, autor que se ha encargado de ilustrar un buen puñado de cómics de Marvel en los últimos años, desde Imposibles Vengadores hasta versiones alternativas o clones de Spiderman, pasando por Lobezno, Hulk o Los Cuatro Fantásticos, y le pasa lo mismo que a Cates, parece que con Veneno ha encontrado su lugar. También es cierto que en el resto de series era rara la vez que pasaba de los cinco números, pero la verdad es que su estilo cargado, muy enmarcado en el mainstream superheroico, con formas exageradas a la hora de trabajar con el simbionte, le queda muy bien para una colección de este tipo, pero sobretodo por sus juegos con la oscuridad. Es uno de esos casos en el que la grandeza llega porque se juntan las dos personas adecuadas.

Se diferencia de otras porque no es Brock vengándose o simplemente haciendo el cafre con su simbionte, realmente quieren crear una mitología en torno al simbionte, pero también darle una vida a Eddie Brock y buscar una redención que se basa más en cambiar para sobrevivir que en intentar hacer el bien. En este sentido la herencia de autores previos sobre el trabajo con Flash Thompson sigue presente, el bien está ahí y se puede hacer, pero cambia por las formas. Con todo ello es una serie con un arranque muy oscuro que bebe de lo anterior para modificarlo. No es rupturista, Brock está mal y no tiene sus metas claras, aún así se agradece que una de las primeras cosas que hagan sea recuperar la faceta de investigador, aunque sea para seguir a sus enemigos y no como periodista en sí. Pero sí que hay una intención clara de hacer avanzar a las dos partes del personaje, una en un plano emocional y la otra al retorcer su origen, hasta tal punto que nos plantean que en la Tierra ya hubo simbiontes antes y pertenecían al ejército.

Aunque seguimos con ese toque de imitación de las sagas de Spiderman, véase ese evento Matanza Absoluta, o con lazos a su mundo y sus enemigos, Cates y Stegman se centran más en Veneno hasta el punto de ser el centro del siguiente gran evento que está por empezar en Estados Unidos, lo que parece la culminación del gran misterio que se inicia ya en el primer número de esta colección.

Para no meternos en spoilers, y porque esta es una colección en la que merece la pena entrar lo más limpio posible, diremos que seas seguidor de Veneno, de Marvel o simplemente te gusta un buen cómic de super-notan-héroes, esta es tu serie.

Quién es quién: Agentes de Atlas

Somos conscientes de que seguir la actualidad puede ser complicado. Cada mes salen muchas colecciones y hay que seguirle la pista a muchos personajes distintos, algunos de los cuales no gozan de la popularidad que tienen estrellas como Spiderman o el Capitán América. A veces viene bien una pequeña ayudita para saber quiénes son algunos de esos personajes secundarios y de dónde vienen, así que hemos pensado en añadir esta nueva sección a nuestro magazine en la que desarrollaremos un pequeño “quién es quién” cada vez que surja la oportunidad. Este mes aprovechamos el lanzamiento del nuevo volumen de Agentes de Atlas para presentar a esta encarnación del grupo y conocer un poco su trasfondo.

Agentes de Atlas

La Fundación Atlas es una sociedad secreta que se originó en los tiempos del Imperio Mongol de Genghis Khan. De hecho, todos sus líderes eran descendientes directos de este personaje histórico y pretendían perseguir su sueño de dominación mundial. Sin embargo, el último de ellos, Jimmy Woo, tenía otros planes y se hizo agente del FBI primero y de S.H.I.E.L.D. después. Woo se convirtió en el líder de la primera generación de los Agentes de Atlas (formada por personajes como Namora, Venus, Marvel Boy, el Hombre Gorila y el robot M-11), cuya misión era descubrir los secretos de la Fundación. El guionista Jeff Parker y el dibujante Leonard Kirk fueron los responsables de la primera serie dedicada a este equipo, publicada en 2006. El concepto, integrado con grandes dosis de retrocontinuidad en la cronología marvelita, estuvo presente durante bastantes años, desarrollándose en varias series regulares y alguna que otra miniserie.

La encarnación más moderna del grupo comenzó a tomar forma gracias al guionista Greg Pak, que en los números 60 a 62 de El Alucinante Hulk (publicados en 2017) introdujo a unos personajes a los que denominó los Protectores. El escritor, de ascendencia coreana, quería reunir en una misma historia a todos los personajes con ascendencia asiática de la Casa de las Ideas que pudiese para así darles mayor visibilidad. De esta forma, los Protectores contaron entre sus filas con Jimmy Woo (chinoamericano), el agente de S.H.I.E.L.D. Jake Oh (coreanoamericano), Seda (coreanoamericana), Ms. Marvel (paquistaní americana) y Shang-Chi (chino). El grupo volvió a reunirse durante World War Hulk II (El Increíble Hulk 74 a 75), la saga que puso fin a la trayectoria de Amadeus Cho como Hulk. La incorporación de Amadeus, ahora utilizando el nombre en clave Vigor, oficializaba de alguna forma al nuevo grupo que, gracias a la presencia de Jimmy Woo, podía reclamar la vieja cabecera de Agentes de Atlas.

El año pasado, durante los acontecimientos de La Guerra de los Reinos, estos nuevos Agentes de Atlas contaron con su propia miniserie (publicada en el tomo La Guerra de los Reinos: Nuevos Agentes de Atlas), en la que el reparto de personajes asiáticos creció con varias incorporaciones como Aero, Ola, White Fox, Luna Snow, Medialuna o Maestro de Espadas. Durante esa aventura, los nuevos Agentes de Atlas liderados por Jimmy Woo derrotaron a la Reina Sindr de Muspelheim, devolviendo a sus ejércitos flamígeros a su dimensión.

Agentes de Atlas

Desde ese momento, la encarnación de los Agentes de Atlas pasó a estar formada por:

Jimmy Woo: Líder del equipo y de la Fundación Atlas, que ya no es la sociedad criminal que fue antaño. Es un ser humano sin poderes, aunque cuenta con su entrenamiento como agente del FBI y de S.H.I.E.L.D.
Vigor (Amadeus Cho): Antiguo sidekick de Hulk y de Hércules, Amadeus tiene una inteligencia privilegiada que le permitió alterar su propia fisiología para convertirse en el Alucinante Hulk. Aunque conserva parte de sus poderes gamma, el hecho de perder el control sobre la parte más salvaje de su personalidad le llevó a renunciar al nombre de Hulk. También forma parte de los Campeones, el grupo de héroes juveniles en el que militan Miles Morales y Kamala Khan.
Seda (Cindy Moon): Cindy fue picada por la misma araña radiactiva que le otorgó sus poderes a Peter Parker y se pasó varios años de su vida encerrada en un búnker para evitar que fuese detectada por los Herederos, unos villanos interdimensionales que se alimentaban de seres con poderes arácnidos. Gracias a la reunión de Hombres y Mujeres Araña de distintos mundos, los Herederos fueron derrotados al fin y Cindy comenzó su propia carrera como la superheroína Seda.
Luna Snow (Seol Hee): El accidente de un reactor de fusión fría de Stark Enterprises provocado por la organización terrorista IMA dotó a la aspirante a cantante Seol Hee de poderes crioquinéticos que le permiten generar constructos de hielo. Este personaje fue creado originalmente para el videojuego Marvel Future Fight.
Aero (Lei Ling): Esta chica originaria de Shanghái es una agente gubernamental y posee poderes elementales de viento. Es capaz de volar y de crear constructos de aire, entre otras cosas, y aparentemente ha gozado de esas capacidades desde que era niña. Se trata de un personaje creado por autores chinos y la serie regular que protagoniza actualmente fue lanzada en el mercado chino meses antes de llegar a Estados Unidos.
Ola (Pearl Pangan): Esta antigua nadadora profesional es una elemental con poderes acuáticos que procede de Filipinas. Puede controlar el agua y nadar a velocidades increíbles. Sus poderes proceden de los experimentos de la empresa criminal AlonTech, que fue desmantelada por la División Triunfo, el equipo de héroes filipinos del que formó parte durante una breve temporada.
Shang-Chi: El principal maestro del Kung Fu del Universo Marvel necesita poca presentación. Hijo del señor del crimen inmortal Zheng Zu, Shang-Chi se ha pasado media vida desmantelando la organización de su padre. A pesar de ser un simple humano experto en artes marciales, ha entrenado a superhéroes como Spiderman y ha llegado a ser miembro de los Vengadores.
Maestro de Espadas (Lin Lie): Este joven de Shanghái es un estudiante de artes marciales (actualmente Shang-Chi es su mentor) que posee una espada mística conocida como Espada de Fu Xi y que busca a su padre, secuestrado por extrañas fuerzas demoníacas. Al igual que Aero, se trata de un personaje creado para el mercado chino. Fue introducido en la serie Warriors of Three Sovereigns y hoy cuenta con su propia serie regular.
Medialuna (Dan Bi): Esta niña de Seúl es una joven prodigio del Tae Kwon Do y cuenta con una máscara mística que le permite invocar a Io, el espíritu mágico de un oso que le concede superfuerza. Se trata de otro personaje creado para el videojuego Marvel Future Fight.
White Fox (Ami Han): Ami Han es la última de las Kumiho, la raza de zorros místicos de nueve colas que pueden adquirir forma humana según la tradición coreana. Al ser una criatura mística, posee la capacidad de cambiar de forma, además de sentidos aumentados, superfuerza, agilidad y la capacidad de comunicarse con los animales. Como White Fox trabaja para los servicios de inteligencia coreanos, pero como Ami Han mantiene una tapadera civil en la que actúa como enlace del gobierno con los superhéroes de Corea del Sur. El personaje apareció por primera vez en 100% Marvel. Contienda de Campeones (2016), aunque también está presente en Marvel Future Fight.

En el volumen de Agentes de Atlas que nos ofrece Panini este mes, el grupo presentará a un nuevo miembro cuya identidad preferimos no desvelar, aunque podemos decir que tiene cierta relación con las famosas Partículas Pym. ¡Y no olvidemos que después de este tomo llegará Atlantis Ataca!

Hablemos de clásicos

Spiderman es el personaje emblema de Marvel, no solo en los EEUU, sino que se puede extrapolar muy fácilmente a nivel mundial. España no es una excepción, puesto que no hay que ser muy avispado para percibir la atracción que despierta el asombroso arácnido. A este respecto, puede ser que nuestro país sí haya conseguido un hito con la publicación del Marvel Gold número diez de Spidey, que coloquialmente se conoce como Omnigold. Ese tomo sirve de puente con la línea Marvel Héroes, que comenzó por la etapa de Roger Stern y que todavía continúa, adentrándose en los farragosos años noventa. Es decir, que cualquier aficionado puede acudir a su tienda preferida y hacerse con los 350 números de Amazing Spider-Man, previo pago por supuesto de un generoso estipendio. Lo que viene a ser veintiocho años de historia rio ininterrumpida, algo que ni siquiera en su nación de origen, a día de hoy, ha sido posible conseguir, debido al síndrome de cortoplacismo habitual del mercado americano.

Dejando a un lado efemérides varias, este volumen, titulado “¿Héroe o Amenaza?”, nos ubica en un momento trascendente de la historia de Spiderman. Recién pasado el #200 de la colección, todo un hito en la carrera del Trepamuros, continuamos con la etapa de Marv Wolfman en la serie. El escritor había sometido a los lectores a todo un viaje emocional, que desembocaba en ese número tan especial, gracias a jugosos giros argumentales y a revelaciones del pasado. Wolfman tenía pensado un ciclo que uniría los destinos de J. J. Jameson y el regreso de la Gata Negra, presagiando grandes tiempos para la cabecera principal de Spidey. Pero la cosa se fue al traste de manera apresurada. La mala relación del escritor con el editor en jefe, el tiránico Jim Shooter, precipitó la salida de Wolfman hacia DC Comics, donde haría historia en la compañía de Batman y Superman. Nos salimos muy rápido del guion, volvamos a Spiderman, que es quien nos interesa.

Shooter se encontraba con una situación de urgencia. Sabía de los planes de Marv, pero apenas había dejado el inicio de la trama protagonizada por el editor del Bugle y la carismática ladrona. Y Big Jim tiró de amistades. De momento, podían seguir contando con Keith Pollard, colaborador gráfico de Wolfman en anteriores episodios. Un punto a su favor. Después le pidió ayuda a su amigo del alma en la redacción, David Michelinie, autor que estaba trabajando en una de las mejores etapas de Iron Man. La cercanía y colaboración en entre los dos es un clásico a nivel editorial. No se trata de un paso de testigo en toda regla ya que Michelinie no tenía previsto cambiar de aires, sino más bien terminar que lo que Wolfman había dejado a medias. Ya se buscaría sucesor para la colección.

Tras solventar esa papeleta, Shooter nombra a Denny O’Neil, veteranísimo del medio que se había fichado de DC para ser editor de la colecciones arácnidas, Marvel Team-Up y Spectacular Spider-Man (falta Amazing, ya que Wolfman era autor-editor), como nuevo guionista titular. Tras un fill in realizado por el imbatible equipo formado por Roger Stern y John Byrne, O’Neil toma posesión del cargo, aunque todavía quedaba decidir la cuestión gráfica. Pollard aguantó un número tras la salida de Marv Wolfman, por lo que la cabecera sufre de cierto síndrome de dibujantes rotatorios, hasta la llegada de John Romita Jr. Nos encontramos en los inicios de su carrera artística, a primeros de 1980, por lo que el pequeño de los Romita debía quitarse el sambenito de ser el hijo del Director Artístico de la editorial. Y a fe que John lo conseguiría. Se puede afirmar, sin ningún género de duda, que la grandeza de su lápiz se cimentó en este periodo fundamental de Spiderman, en el que se mantendría varios años seguidos, llegando a cubrir la siguiente etapa editorial, la de Roger Stern. Este tomo representa una forma privilegiada de ver la evolución de uno de los nombres más influyentes en el cómic de superhéroes americano.

El recopilatorio incluye, además de los episodios de la serie regular, dos anuales que tienen la particularidad de estar dibujados por Frank Miller, por supuesto, con guiones de O’Neil. El primero de ellos, que corresponde al #14 de la numeración canónica, es la enésima colaboración entre Spidey y el Dr. Extraño, los dos personajes más Ditko de la editorial. El #15 supone un nuevo choque entre el Trepamuros y el Castigador, un antagonista que buscaba recrear la moda del justiciero de los 70 y que aparecía de vez en cuando en la serie. O’Neil y Miller le dan una pátina más oscura y comienzan el camino para reconocer a un Punisher más cercano a lo que estábamos habituados, en tiempos actuales.

No dejamos a Spiderman de lado ya que la siguiente recomendación en clásicos son las tiras de prensa del personaje, cuyo volumen dos aparece en el mercado en este mes de octubre. El territorio de las Daily Strips (y por qué no, de las ediciones dominicales) es fundamental para comprender el auge del cómic a inicios del S.XX. Sin ellas, no existiría el comic-book. Pese a que muchos pensaran que el centro del interés se había desplazado hacia esos cuadernillos grapados, durante el transcurso de la centuria, no es menos cierto que continuaba siendo un terreno bastante lucrativo para artistas y editores. Marvel había permanecido ajena a ellas hasta que la primera asociación de la Casa de las Ideas y Register and Tribune Sindicate propició la distribución del personaje a través de toda una red de diarios, en 1977. Pero eso no quiere decir que no hubieran intentonas previas. Stan Lee y John Romita Sr. prepararon unas tiras de prueba nada menos que en 1970 y trataron de venderlas a varias empresas, resultando el intento un fracaso. A mediados de los setenta, la popularidad del arácnido, con series de televisión, de dibujos animados y cómics con grandes ventas, facilitó la llegada de un acuerdo que mantendría al amistoso vecino en los periódicos americanos por más de treinta años, cerrando en el año 2019. Después de la irrupción del arácnido, otros personajes Marvel, como Howard el Pato o Conan el Bárbaro, se subirían al tren de las tiras de prensa, pese a que no es el momento ni el lugar de meterse en tales jardines.

A nivel artístico, tenemos a la ya citada pareja formada por Stan Lee y John Romita Sr. Aquellos que tuvieron la idea primigenia de las tiras formaron equipo hasta el año 1981, fecha en que Romita fue sustituido por Fred Kida. Es un dato relevante ya que Lee permanecía apartado de las labores creativas desde 1972, año en que ascendió al puesto de Publisher. Muy raramente, y por motivos especiales, accedía a volver a las labores de guionista. Sin embargo, con la tira de prensa se mantuvo al píe del cañón, escribiéndola hasta su práctico final, aunque si hacemos caso a Roy Thomas (y a Roy hay que tenerle muy en cuenta), el antiguo pupilo escribió muchas de esas historias, nunca acreditadas. Los motivos, solo Thomas los sabe, pero probablemente el delicado estado de salud de Stan le hacía imposible tales menesteres. No estamos hablando de finales, sino de principios, por lo que vamos a ver que tenemos en este segundo ejemplar de las poco reconocidas strips de Spidey.

Nos ceñimos al arco cronológico que va de enero de 1979 a enero de 1981, momento de la salida de Romita. Tras un comienzo titubeante, donde ambos autores tuvieron que adaptarse a un nuevo formato, algo que se notaba y mucho, tanto en la concepción de las historias como en la narrativa gráfica, este segundo volumen se siente mucho más rodado. Stan y John cuentan con uno de los mejores elencos de secundarios del mundo de las mallas; Mary Jane, Tía May, Harry Osborn, etc., sin contar con los arquetípicos villanos, como Kingpin o Mysterio, por citar solo a dos. El equipo artístico decidió que las tramas iban a estar muy pegadas al nivel de calle y no se iba a abusar del resto del Universo Marvel, lo que nos deja una tira que se disfruta por su sentido de la aventura frenética, pero también por el tratamiento de personajes. Cierto es que, por el tipo de formato, las tiras necesitan mucha información en muy poco espacio para que generar interés en el lector. Lo que da a lugar a que, leídas de corrido, nos encontremos ante un cómic de gran intensidad, muy divertido y con una calidad artística sublime. Romita reparte unas buenas lecciones de dibujo, para todo aquel que quiera disfrutarlas.

Un último apunte; sirva este pequeño texto como acicate para cualquier indeciso que no tenga estos dos volúmenes de las tiras de prensa. La edición es magnífica, superando en calidad a la versión anterior, publicada por la misma Panini. Quizás el pensar que se hallan fuera de la continuidad puede echar hacia atrás a los seguidores más puristas, pero aquí Lee tenía planes a largo plazo, ocurrían cosas relevantes de verdad para el personaje. Sirva el ejemplo del matrimonio entre Peter y Mary y Jane, que surgió de las tiras de prensa y luego fue adoptado por el cómic, generando no pocos enredos, a lo largo del tiempo.

Terminamos cerrando etapas. En la línea Marvel Limited Edition nos presentan el tomo que concluye la recopilación de Deadly Hands of Kung Fu, con las historias protagonizadas por Puño de Hierro (y otros, entre ellos las biografía gráfica de Bruce Lee). En el año 2016, se solventaron los problemas contractuales con los herederos de Sax Rohmer que mantenían en un cajón a la serie de Shang-Chi, santo y seña de las artes marciales en la editorial. En el paquete también se incluía la no publicación de Deadly Hands of Kung Fu, el magazine para adultos del apartado Curtis que se ocupaba de airear historias en blanco y negro acerca de estos aguerridos luchadores. Con el fin de la prohibición, Panini y SD Distribuciones nos han ido haciendo llegar todo este material a nuestras tiendas.

Deadly Hands of Kung Fu era una revista contenedor en la que se incluían seriales varios junto con una gran cantidad de artículos y reportajes. Para la edición española, se decidió en su momento que la mejor manera era publicarla por personajes. Así, los primeros en llegar fueron los Hijos del Tigre, para luego pasar al Tigre Blanco y al propio Shang-Chi. Nos faltaba el Iron Fist, el bueno de Danny Rand, con sus peripecias por el territorio adulto de Marvel. Puño de Hierro es una creación de Roy Thomas y Gil Kane que venía a aprovechar el boom de las artes marciales en los USA. Dio sus primeros pasos en una cabecera contenedor para luego iniciar su serie en solitario, prueba fehaciente de que había pasado el juicio del público. Poco después hizo sus incursiones en Deadly Hands, material que estamos prestos a disfrutar.

En este volumen contamos con grandes nombres, habituales de las revistas de la época, como David Anthony Kraft o Tony Isabella. Pero destaca sobre todos la figura de Chris Claremont. Suya es la mejor etapa de Danny en comic-book (junto a John Byrne) y eso mismo trata de trasplantarse al blanco y negro, con la calidad gráfica de un especialista como Rudy Nebres.

Siempre es una gran noticia completar etapas deseadas, ciclos artísticos o colecciones completas. Por alguna razón, octubre se ha prestado a ello. Ya solo nos queda, como fieles creyentes, disfrutar de lo que se nos ofrece.

Otras reediciones

En cuanto a las reediciones de este mes, son tantas que ha costado escoger a las elegidas, y es que solo la hornada de títulos de la línea Marvel Must-Have, consistente en reediciones todas ellas, dignas y como su propio nombre indica con el estatus de compra obligada, más la llegada de los títulos de la línea Young Adult, ya nos dan siete tomos imprescindibles. Pero aún así hay que tratar de elegir y en eso tratamos de ayudaros.

Marvel Saga. El Asombroso Spiderman 46. La Suerte de estar vivo

Panini continúa con la recopilación en tomo del Spiderman moderno, constituyendo el grueso de esta colección la etapa de Dan Slott, que tantos años duró y tanto ha significado para el personaje.

Todos los meses tenemos una nueva entrega de esta colección, pero solo algunos destacamos a los tomos que la integran. En esta ocasión, no es para menos, y es que con este tomo se recopilan los ocho primeros números del nuevo volumen de Amazing que Slott acometió, una vez que Peter Parker resurgió de sus cenizas tras recuperar su cuerpo, robado a manos del Superior Otto Octavius.

Esta recopilación supone el comienzo de una nueva época, no solo por la recién recuperada independencia del único e intransferible arácnido original, sino porque con el comienzo del volumen tres, asistiríamos con Peter al corto camino que le quedaba al Universo Marvel tradicional, conocido como 616. La sombra de Secret Wars no tardará en aparecer en el horizonte y este vez, sí lo cambiará todo para siempre.

La vida de Peter ha sido puesta patas arriba durante su ausencia, pero si por algo destaca nuestra araña favorita, es por su espíritu resiliente que le hace salir airoso de todo cuando se propone.

Marvel Young Adults 1. Campeones

Cómo hemos dicho antes, cualesquiera de los cuatro títulos que se lanzan este mes dentro de la recién estrenada línea Marvel Must-Have merecen ser adquiridos, y podríamos haber recomendado a todos ellos. Sin embargo elegimos a Los Campeones de Mark Waid y Humberto Ramos.

¿La razón? Pues porque fue el regreso de la editorial a preocuparse por el lector más joven tras las Guerras Secretas, por un lector que no siempre quería leer a Los Vengadores o a la Patrulla X, y que no sentía tan identificado con esos títulos, más dirigidos en ocasiones, a lectores un poco más experimentados y de más edad.

Así, nace esta división de Jóvenes Vengadores que no son tales, que se postulan como más cercanos al ciudadanos y que tratan de ayudar al prójimo, sin que les afecte un pasado de desunión, diezma, guerra civil o conflictos similares. El nuevo y jovencísimo Nova, Amadeus Cho como el nuevo Hulk, el joven Cíclope sacado fuera de su tiempo, Miles Morales y Viv Vision, sin olvidar a Kamala Khan, la nueva Miss Marvel, llegaron a este nuevo escenario para dar que hablar, y vaya si lo consiguieron.

Marvel Omnibus. S.H.I.E.L.D. de Jonathan Hickman y Dustin Weaver. Integral

Panini Cómics se ha propuesto desde hace dos años recopilar toda la Marvel de Jonathan Hickman en tomo (salvedad de sus actuales X-Men que por su novedad, lógicamente se publican primero en grapa, y de sus Ultimates a los que todavía no se ha llegado en la reedición de este material), teniendo muy avanzadas sus tomos referentes a su trabajo en las dos series de Vengadores que llevó a cabo, así como en Los Cuatro Fantásticos. Pues bien, poco queda por publicarse, y a falta de Guerreros Secretos que lleguen en tomo a nuestra estantería (y que seguro que no tardaremos mucho en ver reeditados), se publica este integral que reune la totalidad del SHIELD que orquestó junto a Dustin Weaver.

Como siempre, Hickman utiliza lo que conoce del Universo Marvel para retorcerlo y pasarlo por su particular punto de vista. En esta ocasión, le llega el turno a S.H.I.E.L.D., la famosa organización de espionaje superheroico, cuyos orígenes sitúa en una antigüedad muy pero que muy anterior a Nick Furia e incluso al Capitán América, con Isaac Newton, Galileo Galilei o Imhotep entre sus miembros más destacados, a lo largo de los siglos.

Pasado y presente se dan la mano en esta serie tan fresca y genial que por fin podremos disfrutar en un único y práctico tomo.

Marvel Must-Have. Daredevil: El Hombre Sin Miedo

Finalmente, toca el turno de recomendar la nueva reedición, en tapa dura y a un precio más económico, de este colosal cómic, que ya pudimos ver en la Biblioteca Frank Miller hace cinco años. Y es que hablar de Daredevil y de Frank Miller es hablar de Must-Have en toda regla, lo diga el tomo en su portada o no.

Además, en este caso, estamos ante una obra que funciona como Año Uno del personaje, dedicándose Miller a contar el origen del héroe desde su punto de vista, y haciéndolo conectar con todo lo que ha escrito sobre el mismo, a lo largo de las décadas, a pesar de que cronológicamente fuera lo último que escribiera sobre él. Si a ello le añadimos que es Romita Jr. quien se encuentra a los lápices, poco más hay que decir sobre este cómic tan recomendable y de obligada adquisición.

Revive junto con Miller la primera cita de Matt y Elektra, los primeros meses de Murdock como un invidente que no comprende sus dones y que ha perdido recientemente a su padre, el comienzo del entrenamiento con Stick, y la primera vez que decide convertirse en el vigilante de La Cocina del Infierno. Una obra que antes costaba mucho conseguir en nuestro idioma, y que ahora va por su segunda reedición en tomo por parte de Panini.

Admitidlo. Ya no tenéis excusa.

Hablamos con CAFU

Tu primer trabajo para una de las grandes fue en DC Comics para Manhunter, ¿cómo fue aquel primer encargo?

Lo recuerdo como un encargo muy cortito pero tremendamente emocionante por ser mi primer trabajo para DC. Aunque ya había hecho unos cuantos cómics para Image, esta vez fue la primera vez que tuve una sensación real de haber entrado en el cómic americano. Hice estas páginas con mucha ilusión.

Posteriormente alternaste trabajos en Marvel Comics y DC Comics: Pantera Negra, Vixen, Captain Atom… ¿cómo recuerdas esta etapa?

Fue una etapa muy intensa, en la que iba saltando de serie en serie prácticamente de un mes a otro, así que en pocos años pude tener una idea bastante general de las características de cada editorial y de cada grupo de editores. Aprendí un montón en estos primeros años y me sirvió muchísimo para ganar experiencia y rapidez en mi estilo.

Has tenido también la oportunidad de dibujar a personajes tan icónicos como Superman, ¿que tiene que tener en cuenta un dibujante cuando se enfrenta a dibujar a un personaje como este?

Bueno, este fue un momento clave en mi carrera porque Superman es uno de mis personajes favoritos de toda la vida, así que tener la oportunidad de dibujarlo fue increíble. Siempre cuento que Superman es un icono tan enorme mundialmente, y yo le tengo tanto respeto, ¡que cuando lo tengo de dibujar siempre me pongo nervioso!

Cuando uno trabaja con personajes tan conocidos y con tanto peso en la cultura pop, tienes que aprender a gestionar esa presión y a intentar estar tranquilo para hacer el mejor trabajo posible.

De DC Comics dices el salto a Valiant Comics donde tuviste la oportunidad de trabajar en varias series. Rai, X-O Manowar, Unity, eventos como Rapture… Valiant apostó fuerte por tu trabajo ¿qué nos puedes decir de esta época?, ¿qué libertad creativa tenías en la editorial?

La verdad es que los años en Valiant fueron una gozada. Aunque había tenido bastante libertad creativa en DC, la libertad y confianza que me dieron en Valiant era total, y a lo largo de los años que trabajé con ellos cada vez tenía más la sensación de que confiaban plenamente en mi trabajo.

Y cuando esto sucede, se nota una barbaridad a la hora de trabajar y mi estilo evolucionó muchísimo en pocos años. Hoy en día mi estilo es como es gracias a mi paso por Valiant y les estaré siempre agradecido.

¿Hubo algún personaje o serie de Valiant en la que te gustaría haber participado y no pudiste?

En esos cinco años creo que hice prácticamente todos los proyectos y personajes con los que me apetecía trabajar. Sobre todo en el último año, en el que pude volver a trabajar con Joshua Dysart (uno de mis guionistas favoritos) para cerrar toda su etapa desde Harbinger en la miniserie THE LIFE AND DEATH OF TOYO HARADA.

Fue un sueño hecho realidad. Y precisamente por eso decidí que ese podía ser el mejor momento para cambiar de editorial después de tantos años y cerrar mi etapa en Valiant con el mejor sabor de boca posible.

¿Con quién más has trabajado allí es con Matt Kindt, ¿cómo era la relación con él?, ¿cómo es tener un guionista que también es dibujante?

Fue una de las mejores colaboraciones que he tenido nunca con un guionista. Todo el proceso era muy natural y fluido y además, por ser también dibujante, Kindt escribe unos guiones tremendamente visuales y que se apoyan mucho en los puntos fuertes de cada dibujante con los que trabaja.

Lo último que hemos leído de esta editorial fue Vida y Muerte de Toyo Harada, uno de los mejores cómics de la editorial, si hacemos un repaso desde el principio hasta esta historia tu dibujo ha evolucionado mucho ¿a qué se debe este cambio?, ¿consideras que hubo un proceso de aprendizaje?

Sí, totalmente. Como he comentado antes, en los años que trabajé en Valiant tuve un aprendizaje casi acelerado gracias a que los editores siempre me dejaban probar cosas e ideas nuevas en cada número. Si coges un cómic de los que hice en el 2013, cuando llegué a la editorial, y lo comparas con la miniserie de TOYO HARADA, parece que están hechos por dos dibujantes diferentes.

Y fue en esta miniserie donde de verdad encontré el estilo que quería para mis páginas, y es el estilo que aún hoy mantengo desde que volví a Marvel hace un par de años.

Fichaste por Marvel más o menos cuando Valiant cambiaba de dueños, lo cual acabó afectando a la publicación en España ¿sentiste algún descontento con este cambio?

La verdad es que desde dentro de la editorial no noté ningún cambio cuando llegaron los nuevos dueños y editores, ya que la línea editorial de Valiant estaba totalmente asentada, y creo que decidieron seguir exáctamente por el mismo camino que marcó Warren Simons en 2012. Tuve una gran experiencia con unos y con otros, y fui feliz trabajando con ellos desde el primer al último día.

¿Cómo fue tu regreso a Marvel Comics tras tu etapa en Valiant? ¿A quien tenemos que agradecer tu regreso?

Bueno, eso se debió a que, después de tantos años alejado de las dos grandes, el cuerpo me pedía volver a dibujar a los personajes que he leído desde niño haha. Necesitaba un cambio de aires y sobre todo me apetecía volver a hacer algo con Marvel.

Tras hablarlo con mi agente, David Macho, empezamos a movernos y tuve la gran suerte de encontrarme con un proyectazo como Valkyria.

El proyecto que te asignaron fue Valkyria, ¿que te pareció cuando te explicaron de qué iba este proyecto?

En un primer momento me impactó porque no sabía si mi estilo iba a encajar con un personaje de la Marvel más cósmica y mágica, pero luego nos dijeron que JANE FOSTER (personaje que me encanta) iba a ser la nueva Valkyria, y que encima esta nueva etapa iba a estar escrita por Jason Aaron. Era un proyecto tremendo y me puse a documentarme como loco para empaparme bien del universo asgardiano antes de empezar la serie.

Tiene la particularidad de que cuenta con dos guionistas muy tops: Jason Aaron y Al Ewing, ¿cómo se reparten ambos las tareas en esta serie?

Sí, los dos son unos pesos pesados dentro de Marvel. Me tocó la lotería! haha

No sé cuál fue exactamente su proceso creativo para escribir cada número, pero desde dentro tenía la sensación de que los dos escribían a cuatro manos todo el argumento general de cada arco y luego Ewing remataba los guiones y los diálogos.

Tu estilo de dibujo en Valiant ya era espectacular y aún así en tu etapa en Marvel has conseguido superarte, ¿esta mejora en el estilo refleja tu ilusión por tu vuelta a Marvel?

Sí, totalmente! haha. Con la vuelta a Marvel puede decirse que recuperé de nuevo la ilusión de mis primeros años trabajando en el cómic americano, y creo que se nota que las páginas son bastante más elaboradas que en mis trabajos anteriores.

Además estoy teniendo mucha suerte con los proyectos que me están tocando dentro de la editorial, así que estoy intentando dar el 200% en cada número.

De Valkyria has dado el salto a Iron Man, a todas luces es un nuevo salto de calidad en tu carrera profesional, ¿como te llega esta oportunidad?

De nuevo, como en Valkyria, no sé por qué se decidió que mi estilo podría encajar bien con el personaje, pero sí que es verdad que siempre me ha gustado dibujar estas series un poco más ancladas en el mundo real, en el presente y con una estética más urbana, así que iba a ser algo más natural para mi.

Y el concepto e ideas que propuso Christopher Cantwell (el guionista de la serie) me volaron la cabeza. No podía esperar a dibujarlo.

¿Qué nos puedes contar del proyecto Iron Man?¿Qué es lo que más te está sorprendiendo?

Pues además de todo lo que se ha dicho de que estamos intentando devolver a IRON MAN a sus raíces y hacer un enfoque mucho más clásico, te puedo decir que ahora mismo estoy dibujando el quinto número y me está alucinando como Cantwell está manejando la tensión número a número, y como la escala es cada vez mayor.

Mientras dibujo cada cómic estoy totalmente ansioso por saber lo que va a pasar en el siguiente. ¡La sensación de crescendo es brutal! Espero que los lectores sientan lo mismo cuando empiecen a leer la serie.

Obviamente no es lo mismo dibujar a Valkyria, en la que has doctorado dibujando a caballos por ejemplo, que un personaje más tecnológico como es Iron Man, ¿qué dificultades encuentras a nivel creativo en esta serie? ¿Qué es lo que más estás disfrutando dibujar?

Mi mayor reto era sobre todo dibujar la tecnología y la armadura, y que lucieran lo mejor posible. La armadura me daba mucho respeto porque ya la sufrí un montón cuando tuve que dibujar la armadura EXTREMIS en mis primeros años en Marvel. Pero, contra todo pronóstico, es lo que más estoy disfrutando en esta nueva etapa.

Y hay que reconocer que el diseño que ha hecho Alex Ross es una pasada. Me lo estoy pasando pipa con esta versión.

¿Cuáles crees que son tus puntos fuertes narrativos? ¿Qué crees que te convierte en el dibujante apropiado para Iron Man? ¿Cómo ves tu estilo evolucionando?

Siempre tiendo a pedir proyectos cuyo enfoque sea lo más “cinematográfico” posible. Es el enfoque que más me gusta y en el que más cómodo me siento. Y Christopher Cantwell es un pedazo de guionista, además de director de cine y series de televisión, así que es un regalo llovido del cielo! haha

No sé si con otro tipo de guionista o historia de IRON MAN hubiera encajado tan bien mi estilo, pero para este proyecto en concreto creo que todo está funcionando perfectamente y estamos muy contentos con el resultado.

Aunque nos encantaría verte durante muchos años dibujando Iron Man es evidente que en los tiempos actuales las etapas creativas cada vez son más cortas, en cuanto a duración, ¿cuál sería tu sueño de serie o personaje una vez concluya esta etapa?

¡SPIDERMAN, siempre Spiderman! Es una meta en mi carrera y es una de las razones por las que siempre quiero trabajar con Marvel. Si no pudiera, también me encantaría dibujar una etapa larga de CAPITÁN AMÉRICA o de DAREDEVIL.

Como autor, ¿prefieres etapas menos extensas al frente de un título o por el contrario te gustaría afianzarte en una serie y estar un periodo largo de tiempo? ¿Qué ventajas e inconvenientes le ves a ambas opciones?

Hace unos años te hubiera dicho que prefiero etapas más cortas y cambiar de aires más a menudo, pero desde mis últimos años en Valiant me he dado cuenta de que la conexión que se llega a tener con una serie o personaje con el que se trabaja durante una etapa larga es muchísimo más profunda. Y creo que eso se nota cuando lees un cómic y sientes que el equipo creativo no está de paso, sino que quiere tomarse su tiempo para contar la mejor historia que pueda, y cocinar bien todas las tramas y la evolución de los personajes.

Es algo que me ha pasado con TOYO HARADA, con JANE FOSTER y creo que ya está empezando a pasarme con TONY STARK.

Sepadarador Magazine Marvel

Aquellas maravillosas novedades

Bueno, ya basta de hablar sobre el presente. Charlar sobre la actualidad y repasar las novedades de cada mes está muy bien, pero algunos seguimos viviendo en el pasado y preferimos dedicarnos a recordar antiguas glorias. Qué le vamos a hacer si somos unos dinosaurios y estamos obligados a vivir en el presente cuando lo que más nos gustaría es coger una máquina del tiempo y volver atrás a rememorar los buenos viejos tiempos. Por desgracia, como tenemos prohibido el uso de semejante artilugio sólo podemos viajar hacia atrás con la imaginación. ¿Recuerdas lo que pasó…?

¿… hace un año? En octubre de 2019 nos llegó el final de la cabecera en la que Spiderman y Masacre compartían protagonismo. No era la serie más brillante del mundo, desde luego, y tampoco es que fuese el colmo de la popularidad. De hecho, empezó a publicarse dentro del tomito mensual del trepamuros y pronto acabó siendo exiliada al formato 100% Marvel. En su favor hay que decir que su último arco se tituló ¡La crisis de la dinastía infinita de la todavía secreta invasión! y que sólo por eso ya merece un aplauso. La historia enfrentaba a los dos personajes contra un enemigo con un poder temible: el de restaurar la cuarta pared. Si a Masacre le quitas la capacidad de romper la cuarta pared para dirigirse a los lectores, ¿entonces qué le queda? Para averiguarlo había que leer esta historia que se tomaba a pitorreo buena parte de los anteriores eventos marvelitas y que, obviamente, prometía que después de su final el Universo Marvel nunca, nunca, nunca, pero nunca, volvería a ser el mismo.

¿… hace cinco años? Hablando de eventos que lo cambian todo, en octubre de 2015 estábamos inmersos en las Secret Wars de Jonathan Hickman, así que a Panini le pareció una buena ocasión para lanzar un integral con las Secret Wars originales, las de los años ochenta. Imagina a un joven e impresionable lector que viene de alucinar con las movidas cósmicas más-grandes-que-la-vida de Hickman y entonces se pone a leer las primeras Guerras Secretas. ¿Qué opinaría de esa clásica viñeta en la que Ben Grimm jugaba a palmas palmitas con Klaw? ¿O de esa otra viñeta en la que Spiderman convertía su nuevo traje negro en algo más apropiado para el verano? Leer las Secret Wars originales es una experiencia única, ya que en ellas conviven momentos que son historia viva de Marvel con momentos que son, cuanto menos, hilarantes. Así es la magia de los cómics.

¿… hace diez años? Allá por octubre de 2010 nos llegó un pequeño tomo que recopilaba una miniserie titulada S.W.O.R.D., en la que la Bestia le echaba una mano a su pareja de aquel entonces, la Agente Abigail Brand, en su trabajo protegiendo el planeta de potenciales amenazas alienígenas. Kieron Gillen se encargó de escribir este título que derivaba directamente del éxito que habían tenido los Astonishing X-Men de Joss Whedon y John Cassaday. Nos parece interesante recordar esto porque hace apenas unos días que Marvel anunció una nueva colección titulada S.W.O.R.D. en la que un puñado de mutantes le echarán una mano a la Agente Brand en su trabajo protegiendo el planeta de potenciales amenazas alienígenas. No estamos diciendo que la editorial nos venda las mismas ideas cada pocos años, pero sin duda la editorial nos vende las mismas ideas cada pocos años.

¿…hace veinte años? Aprovechando el estreno de una modesta película titulada X-Men que se basaba en ciertos personajes marvelitas de los que quizá hayas oído hablar, se lanzó un coleccionable para kioscos que comenzó en la Segunda Génesis de la Patrulla-X y abarcó cuarenta y cinco entregas hasta llegar a La caída de los mutantes. La primera entrega costaba 195 pesetas (o 1,17 euros para aquellos que no recuerden lo que eran las pesetas), mientras que las demás valían algo más, unas 495 pesetas (o 2,98 euros). Aquel coleccionable tenía un papel de una calidad paupérrima, carecía de las portadas originales, cortaba los números a la mitad para apurar la cantidad de páginas, mezclaba los números originales con las versiones de Classic X-Men… en fin, que hoy en día, con lo mal acostumbrados que estamos con los Omnigold y las ediciones de lujo, un coleccionable así nos parecería un insulto y un motivo para salir a la calle con las antorchas y las horcas. Fíjate cómo habrán cambiado las cosas que hace veinte años nos pareció que ese mismo coleccionable era auténtica ambrosía caída de los cielos.

¿… hace la tira de años, en un mes de octubre como este? En 1993 vivíamos el estallido de la dinomanía, una forma de locura colectiva que llevó a niños y a adultos a obsesionarse de forma desmesurada con los dinosaurios tras haber visto Parque Jurásico en las salas de cine. Ni siquiera los tebeos de Forum se libraron de ella. Por aquel entonces alguien tuvo la brillante idea de reunir en un único volumen los tres números de la colección de Lobezno en los que el mutante de las garras visitaba la Tierra Salvaje y se enfrentaba al hombre-pterosaurio Saurón. Se dibujó una nueva portada doble para la ocasión, se escribió un pequeño texto introductorio y listo: en octubre de 1993 nos llegó el especial Lobezno: Triassic Park. En su defensa hay que decir que la historia original, obra de Larry Hama y Dwayne Turner, ya se titulaba así aunque poco o nada tenía que ver con la película, por lo que el descarado título no fue una invención de Forum. No obstante, para las jóvenes mentes de los muchachos de los noventa que leyeron aquel tebeo en plena dinomanía esa historia se convirtió automáticamente en una especie de precuela apócrifa de Parque Jurásico. Y que nos perdone Spielberg por decir esto, pero Parque Jurásico hubiese sido mucho mejor si el bueno de Lobi hubiese estado ahí repartiendo raciones de snikt a los reptiles prehistóricos.



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