Javier Vázquez Delgado recomienda: Monstruos de Gotham

Edición original:Gotham City Monsters núms. 1-6 USA
Edición nacional/ España:ECC Ediciones
Guion:Steve Orlando
Dibujo:Amancay Nahuelpan
Entintado:Amancay Nahuelpan
Color:Trish Mulvihill
Traducción:Felip Tobar Pastor
Formato:Rústica, 144 págs. A color.
Precio:14,95 €

“Solo un tonto clamaría por vivir a un hombre muerto” Frankenstein.

Monstruos de Gotham nace de las consecuencias del Incidente Leviatán, donde el antiguo Manhunter, ahora Leviatán, ha destruido todas las agencias de espionaje e inteligencia del universo DC. Esta circunstancia se deja notar en el que puede ser considerado protagonista de esta obra, Frankenstein, sin oficio ni beneficio ante el desmantelamiento de S.HA.D.E. Otro gran evento palpable en las páginas del tomo es Ciudad Bane, de la etapa de Tom King con Batman, donde el imponente antagonista del murciélago ha conquistado la ciudad, que rige con mano de hierro, empleando villanos como policías para el cumplimiento de su ley. Pero no es así en el barrio de Monstertown, a Bane no le interesa un distrito donde los monstruos puedan prosperar. Realmente ninguno de los dos acontecimientos editoriales es importante para el desarrollo de la trama, sin más, sirve de punto de partida para una historia donde monstruos olvidados, o no tan habitualmente visibles, se unen en contra de un enemigo colosal.

El vampiro Andrew Bennett (conocido por los seguidores de la JL: Dark de N52) pelea contra sus acólitos, monjes vampiros, pues ahora adoran a un nuevo rey. Killer Croc tras ser liberado del Escuadrón Suicida por los eventos acontecidos en el número cincuenta de la serie, trata de ganarse la vida honradamente. Frankenstein está finiquitando (nunca mejor dicho) el último trabajo de S.H.A.D.E, con su inconfundible retórica siempre presente. Grace Balin, antigua bióloga marina, ahora Orca, está perdida. Sondra Fuller agente de Kobra, se encuentra en la misma posición que Frankenstein tras la maniobra de Leviatán y se ha quedado sin agencia a la que servir. Lady Clay (face) está tan perdida como Orca.

Una ópera en el Magus Theatre será el punto de conexión entre los monstruos que contemplan el renacimiento del poderosísimo Melmoth. Aquí asistimos a la creación de un nuevo personaje, Red Phantom. Protector del teatro, omnipotente dentro de él, no ha dejado sus paredes en un siglo. Es capaz de escuchar los pensamientos de cualquiera que pise el recinto, además de revelarse como un fuerte demonio capaz de apalizar las tropas del villano, que han dejado de ser monjes vampiros para ser simios evolucionados. Este tono rocambolesco se deja notar a lo largo de la trama, lejos de incordiar sienta bien al cómic. El enemigo volverá a cambiar de soldados en el transcurrir de la historia, como él mismo dice es raro verle sin una horda asesina. Ningún crimen se ha cometido en el teatro en cien años (desde el nacimiento del “ente” rojo) hasta la llegada de Melmoth, el fantasma jura venganza y se une al grupo de monstruos contra la amenaza multiversal.

Melmoth se deja ver por primera vez en el universo DC, tras el reinicio del New 52, en esta miniserie. Personaje creado por Grant Morrison, cuya primera aparición consta en Seven Soldiers: Klarion #2 (2005), cómic que se puede encontrar en 7 Soldados de la Victoria #2 editado por ECC. El personaje tiene una historia complicada, inicialmente proclamado como el último rey gobernando a los Sheeda al final de la vida en la tierra, mil años en el futuro. Sin ser muy específico, mediante viajes en el tiempo y calderos mágicos, elemento presente en este tebeo, Melmoth se convierte en un vampiro inmortal de impresionante poder. Antiguo enemigo de Frankenstein vuelve ahora con ansias por “salvar” el multiverso a costa de millones de vidas.

Es en el número 4 cuando Batwoman se une al grupo, a Frankenstein le gustan los grupos de siete personas. El porqué se une al equipo está tan bien o tan mal motivado como el resto de adquisiciones, con lógica en los motivos de los personajes pero sin tiempo para dotarlos de veracidad, el cómic no se preocupa de esto lo más mínimo. El lector debe aceptar que lo que prima es la acción y el género de monstruos, notándose el propio guion consciente de la complicidad del aficionado, abrazándola y exprimiéndola sin pudor. Una maniobra arriesgada pues aquel que se acerque al cómic debe tener muy claro a lo que atenerse para no verse defraudado. La premisa es básica, un grupo de monstruos debe salvar el universo y la ejecución es acorde al planteamiento inicial

Del dibujo se encarga Amancay Nahuelpan, que se luce en escenas de lucha, siempre con una gran cantidad de sangre u ocasionalmente vísceras o cerebros, el artista destaca en el cómic. Su estilo y diseño de personajes casa muy bien con lo que se quiere contar y es un apoyo innegable al guion de Orlando. Trish Mulvihill al color realiza un buen trabajo con un acertado equilibrio entre luz y oscuridad aunque un tono general más tenebroso hubiese potenciado los tintes de terror de los que goza el cómic aun cuando el trazo de Nahuelpan no resultara tan apreciable. Se ha primado el dibujo por encima de la atmósfera, no necesariamente es mala opción. Mención especial para el rotulista Tom Napolitano que dota a cada personaje de su propia tipografía ayudando a conseguir una voz propia para cada uno de ellos.

Como curiosidad, es de los pocos cómics (a ritmo ECC al menos) donde se ha jugado con el concepto de metaverso, implementado por Geoff Johns en Doomsay Clock. Sin embargo no lo hace de una forma demasiado acertada, la trama divaga y se vuelve difusa cuando se centra en tratar de explicar la tesis multiversal. Cuando Orlando se enfoca en sus protagonistas y en el género de la serie, esta se vuelve entretenida y disfrutable, con unos personajes atractivos que llevan a querer saber más sobre ellos en anteriores o próximas apariciones. Especialmente Frankenstein o Red Phantom. Pero a medida que avanza la trama el interés por el título decae debido a una continua y excesiva pose con frases grandilocuentes sin mucho sentido. Un comienzo prometedor, con mucha violencia y algún toque de terror, que otorga exactamente lo que esperas de él, sabe dotar de interés a los personajes, pero se diluye en un devenir errático que puede dejar un sabor agridulce incluso para aquel que sabe muy bien lo que ha venido a leer aquí; un cómic que mezcla las historias clásicas de monstruos con el universo DC.



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