Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNSeries – Sangre de Zeus. Primera Temporada

Dirección: Shaunt Nigoghossian.
Guion: Charley Parlapanides, Vlas Parlapanides.
Música: Paul E. Francis.
Duración: 8 episodios.
Productora: Powerhouse Animation Studios. Distribuida por Netflix.
Nacionalidad: Estados Unidos.

“Hay muchos destinos peores que la muerte. Fortaleza en esta vida, felicidad en la próxima. Recuerda quién eres.”

El magnetismo que los humanos sienten por la mitología griega continua vigente como sucediera milenios atrás. Así, no es de extrañar que de tanto en cuanto aparezcan productos de diversos medios que tengan a los Dioses del Olimpo entre sus personajes principales. Por poner algunos ejemplos, en el séptimo arte tenemos Furia de Titanes, Inmortales o Hércules (tanto la cinta de animación que Disney llevó a la gran pantalla como la serie protagonizada por Kevin Sorbo), mientras que en el mundo de los videojuegos destacaron la fraquicia God of War, con Kratos a la cabeza, y Apotheon, pequeña joya indie que salió para PS4 y PC. Con semejante curriculum, solo era cuestión de tiempo que las viejas leyendas helenas desembarcaran en Netflix.

Para llevar el proyecto Blood of Zeus (título en su versión original) a buen puerto, el estudio encargado fue un viejo conocido de la plataforma streaming. Powerhouse Animation Studios, fundado en el año 2001, repitió la fórmula utilizada en Castlevania para presentarnos un producto estéticamente muy similar. Tres nombres propios sobresalen del resto en Sangre de Zeus. Los guionistas, y mandamases de la producción, Charley Parlapanides y Vlas Parlapanides (responsables del libreto de la mencionada cinta dirigida por Tarsem Singh que estuvo protagonizada por Henry Cavill), así como Shaunt Nigoghossian, quien ya había puesto su firma en series de animación como Transformers Prime y La Liga de la Justicia en acción.

En los prolegómenos de Sangre de Zeus se pone de manifiesto que los cuentos de la mitología griega se transmitían de forma oral, pero que muchos no fueron transcritos. Toda una declaración de intenciones para subrayar la originalidad de la serie, aunque, como iremos comprobando, el resultado final sea una amalgama de viejas leyendas. Herón es un hijo bastardo de Zeus que se antoja clave en el destino del mundo. Así pues, nos encontramos ante un viaje del héroe de manual que queda ligeramente lastrado por la falta de carisma de su protagonista. Por suerte, la serie se beneficia de que otros personajes tengan casi tanta presencia como él.

Esta serie de animación de Netflix nos presenta la eterna lucha entre la luz y la oscuridad. Aventuras en la Grecia clásica con escenarios de lo más atractivos como son el Olimpo, el laberinto del minotauro, el Campo de los Muertos o el Inframundo. Sangre de Zeus exuda épica a raudales y lo hace, principalmente, gracias a la sobresaliente banda sonora compuesta por Paul Edward Francis. La poderosa partitura, salpimentada con coros, mejora absolutamente todo lo que vemos en pantalla. Como ya ocurriera con su prima hermana Castlevania, Sangre de Zeus está enfocada a un público adulto. Altas dosis de violencia que incluye todo tipo de decapitaciones, desmembramientos, sangre y casquería. Crudeza y brutalidad sin ningún tipo de censura al servicio de la acción que es prácticamente constante.

Más allá del origen de los Gigantes (que pondrán en jaque al mismísimo Olimpo) y los mortales creados para la serie, en Sangre de Zeus no se pierde el tiempo presentando a las archiconocidas divinidades. La galería de Dioses es cuantiosa, pero, quitando unos pocos, la mayoría de ellos están de atrezo. Sin embargo, no deja de ser divertido tratar de reconocer sus pequeños cameos en pantalla (como es el caso de Dionisio y sus mejillas sonrosadas). Los poderes de los Dioses griegos les convierten en los primeros superhéroes de la humanidad. Viendo en acción a Poseidón o a Hermes, ¿Quién no ve su alargada sombra en Aquaman y Flash?

A pesar de que, teóricamente, los Dioses no pueden intervenir en el mundo terrenal, las Polis se convierten en el tablero de juego donde dar rienda suelta a sus traviesas maquinaciones. En la serie nos muestran un muy blanqueado (y enamorado) Zeus. Una decisión harto discutible puesto que parece justificar sus continuas infidelidades a Hera. A esta última nos la presentan como la villana de la historia, dispuesta a lo que haga falta con tal de consumar su venganza acabando con la vida de Herón, el hijo bastardo de Zeus. Si bien en el mito de Hércules ya se nos proponía este esquema, lo cierto es que en esta ocasión la serie peca de maniquea. Con personajes más grises, la trama habría ganado en profundidad.

No sé quién es esa Diana de Temiscira. Yo me llamo Alexia.

Si comentábamos que Herón resulta un tanto sinsorgo, su némesis Seraphim encandila en todos los aspectos. A nivel estético tiene ciertas semejanzas con los Caminantes Blancos de Juego de tronos. Por arma tiene un bidente que, como si de un Jedi se tratara, puede atraer a distancia con no sabemos muy bien qué. Por si esto fuera poco, surca los cielos a lomos de una mantícora. Seraphim lidera un grupo de demonios que se comportan a modo de vampiros, convirtiendo a quienes se cruzan en su camino y desean unirse a la causa en vez de encontrar el descanso eterno.

A diferencia de la serie escrita por Warren Ellis, que contaba con Richard Armitage para poner voz a Trevor Belmont, en Sangre de Zeus no destaca ningún nombre sobremanera. En su versión original son Jason O’Mara, Derek Phillips, Jessica Hemwick, Elias Toufexis y Claudia Christian quienes prestan sus voces a los personajes principales. En lo que sí se parecen ambos productos de Powerhouse Animation Studios es en el apartado visual. La animación de corte clásico, aunque correcta, vuelve a resultar un tanto estática. No obstante, viendo el resultado conseguido en otras series de animación de la plataforma con el uso del 3D, aplaudimos que se haya apostado de nuevo por el proceso menos innovador. En definitiva, aunque nos hubiese gustado que Sangre de Zeus luciera más a nivel visual, la animación cumple con lo que se le manda. Por otra parte, al finalizar cada episodio, si decidimos ver los créditos al completo recibiremos como recompensa un pequeño tesoro oculto. Una serie de bocetos y diseños para que podamos contemplar la gestación de los diferentes personajes y enclaves.

Ataque a los titanes

Además de los Dioses, a poco que tengamos conocimientos básicos de mitología griega, reconoceremos a otro tipo de criaturas y personificaciones. Cerbero, Centauros, Caronte, Las Parcas o Los Oniros aportan pequeñas pinceladas de fantasía en un lienzo que destaca por su cantidad de detalles. Titanes, Gigantes que parecen Kaijus surgidos del mar… elementos a los que enfrentarse que facilitan lo heroico del desenlace.

La previsibilidad de la narrativa no deja lugar para las sorpresas. De hecho, el gran giro de guion que se nos cuenta a mitad de temporada se huele a kilómetros de distancia. No obstante, ello no es óbice para que podamos disfrutar de su visionado. Sangre de Zeus es una entretenidísima serie que se ve en un santiamén y hará las delicias de cualquier amante de la mitología griega. Los hermanos Parlapanides dejan la puerta abierta para una posible continuación con un final en el que aparece un Dios al que habíamos echado de menos en esta primera temporada. Por el momento, lo que ya está confirmado es el estreno en 2021 de Master of the Universe: Revelation, serie creada por Kevin Smith que tiene a Powerhouse Animation Studios en el proyecto y que podrá verse en Netflix. El poder de Grayskull está con nosotros, pero eso ya será otra historia…



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