Javier Vázquez Delgado recomienda: Las Tortugas Ninja 1, de Kevin Eastman, Tom Waltz y Dan Duncan

 

Edición original: Teenage Mutant Ninja Turtles núms. 1-6 USA, Teenage Mutant Ninja Turtles Microseries núm. 1 (Raphael), Teenage Mutant Ninja Turtles Microseries núm. 2 (Michelangelo), Teenage Mutant Ninja Turtles 30th Anniversary Special USA (extracto A lot to learn)
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guion: Bobby Curnow, Brian Lynch, Kevin Eastman, Tom Waltz
Dibujo: Andy Kuhn, Dan Duncan, Franco Urru, Kevin Eastman, Mateus Santolouco
Formato: Rústica, 208 páginas
Precio: 20,50€

 

La semana pasada os traíamos a Zona Negativa la reseña de Las Tortugas Ninja: La serie original, un tomo que, al fin, acerca las primeras aventuras de las Tortugas Ninja al mercado español de la mano de ECC Ediciones; pero la apuesta de la editorial no se queda ahí. Están decididos a conseguir que la tortugamanía vuelva a instaurarse por estos lares y, para ello, también nos traen el sonado reinicio de la franquicia que IDW y Kevin Eastman (cocreador de las Tortugas) pusieron en marcha en 2011.

Algo a destacar de la edición que ECC aquí nos presenta es que no tiene un equivalente directo en el mercado estadounidense. La edición se fundamenta en Teenage Mutant Ninja Turtles: The IDW Collection, unos tomos en tapa dura de unas 400 páginas que empezó a publicar IDW en el 2015 y que continúan saliendo a día de hoy para mantener la serie al día en este formato. ECC utiliza esta edición como base, solo que ha decidido dividir cada uno de esos volúmenes en dos y publicar cada parte en tomos en formato rústica, con una portada elegida por ellos y cuyo número de páginas se reduce a la mitad. Dado que el objetivo de la editorial es que muchísimos lectores se suban al carro de esta serie, considero que han tomado una decisión acertada. De este modo, cada tomo rondará la mitad del precio que tendría en el caso de mantenerse su formato original, además de que será posible publicar tomos más periódicamente sin saturar a los lectores. Así, la serie parecerá más asequible, dará una mayor sensación de regularidad y, todo ello, sin renunciar a los criterios recopilatorios de la IDW Collection, que exponen la historia de la forma más ordenada y completa posible.

Pasando ya a hablar de la trama del cómic mientras me deleito con un mantecado, lo que aquí tenemos consiste en un reinicio de los personajes, una reinvención de las Tortugas Ninja y su mitología tal y como las conocíamos hasta el 2011. Llama la atención que esta reinvención esté orquestada por uno de sus creadores originales, Kevin Eastman, quien lejos de mostrarse como uno de esos autores puristas que sacan la antorcha ante cualquier intento de modificar su obra —¡Alan Moore! (coff* coff*) Ay, perdón, que me atraganto con el mantecado—, es él mismo quien se anima a coger todo lo que creó y plantearlo desde un nuevo punto de vista, incluso reconociendo e incluyendo elementos introducidos por series y películas que han tenido mucho calado en el público, aunque él no haya participado directamente en su realización.

Y es que en esta reimaginación de los personajes no se mantiene ni su origen. Si en la serie original este asunto se resolvía con una breve secuencia inspirada en el personaje de Daredevil —en la que una serie de inverosímiles casualidades llevaba al nacimiento de las Tortugas Ninja y su maestro—, aquí observamos un origen radicalmente distinto, mucho más elaborado y extenso, que se narra de forma intercalada con los eventos del presente. Otra diferencia fundamental en el planteamiento de este reinicio, revelada en las primeras páginas del cómic, es que la historia no comienza con todas las Tortugas juntas, sino que Rafael (cómo no) será en principio un personaje que vaga en solitario por la ciudad; y sus hermanos, quienes se separaron de él desde antes de adquirir consciencia propia, se hallan en una cruzada por encontrarlo.

El guion de Kevin Eastman, acompañado por otros autores como Tom Waltz, es muy interesante de leer desde un punto de vista comparativo porque Eastman retoma la tarea de escribir a las Tortugas Ninja 27 años después de crear su primer cómic. Todos los artistas evolucionan con el paso del tiempo, pero pocas veces se encuentra una comparación tan directa y evidente de ese progreso como la de esta ocasión. Si Eastman daba la impresión de ser un joven autor con ganas de vomitar conceptos molones en la serie original, un autor con ganas de escribir a personajes que siempre tengan los dientes apretados y busquen su gran frase lapidaria, en el reinicio del 2011 la cosa cambia. Se siguen notando las reminiscencias de aquel estilo, pero el resto de factores que las enmarcan son propios de un escritor mucho más maduro.

Lo primero que notamos es un esfuerzo por escribir diálogos más profundos y naturales. Gracias a ellos, los personajes resultan más realistas y las escenas son capaces de establecer su tensión en torno a las conversaciones, en vez de únicamente en torno a la acción. La estructura de la trama es mucho más sólida y se nota cómo desde el principio se plantan semillas con la intención de desarrollarlas posteriormente. Esto no significa que no haya mucha acción y momentos lapidarios, porque los hay, pero quizás estén mejor preparados y distribuidos, de modo que cada uno de ellos tenga más peso y se sustente en una base emocional construida gracias a la narrativa, en lugar de a la más pura chulería. No obstante, algo que sí se mantiene es el marcado afán poético que a menudo reflejan los recuadros de narración, un detalle que ya sorprendía para bien en el guion de la serie original y que volvemos a ver aquí en una versión más refinada. No sabemos hasta qué punto estos cambios se deberán al crecimiento natural de Eastman o a la influencia de los autores que lo acompañan, pero resultan un interesante ejercicio comparativo, en cualquier caso.

El dibujo no sigue a cargo del propio Eastman o de su compañero Peter Laird en esta nueva serie, sino que se recurre principalmente a otro artista con un estilo más comercial y cercano al del cómic estadounidense actual como lo es Dan Duncan. Este dibujo pierde parte de la magia alocada que hacía tan especial al de Eastman y Laird en la serie original, pero en general se mantiene acorde al espíritu de la serie, narra con eficacia e incluso sorprende con algunos de sus recursos. También se agradece el color, que aporta una claridad y viveza extras a la historia. En conjunto, estamos ante un apartado artístico que cumple con creces, narrando con dinamismo, expresividad, limpieza y originalidad por momentos.

En general, esta reinvención de las Tortugas Ninja es una lectura muy disfrutable y recomendable tanto para antiguos seguidores como para quienes tengan ganas de acercarse por vez primera a estos personajes. Eso sí, considero pertinente avisar de la enorme extensión que alcanza la serie, que ya va por el número 114 en su edición estadounidense… y no tiene pinta de que vaya a terminar pronto. Para ponerlo en perspectiva, si la edición española divide en dos cada tomo de la IDW Collection y esa edición ya lleva 13 tomos en el mercado estadounidense, estaríamos hablando de que la serie completa de ECC se compondrá de un mínimo de 26 tomos (una cantidad que sin duda acabará siendo mayor) similares a este primero.



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