Javier Vázquez Delgado recomienda: Mera contra la marea

Edición original: Mera: Tidebreaker USA.
Edición nacional/ España: Editorial Hidra.
Guion: Danielle Paige.
Dibujo: Stephen Byrne.
Entintado: Stephen Byrne.
Color: David Calderon.
Formato: Tomo rústica, 152 páginas, color.
Precio: 14,95 euros.

Fue en el Aquaman #11 donde hace su primera aparición un personaje destinado a cambiar el estatus de la serie, al propio Aquaman y a perdurar en el tiempo de forma contundente. Nos referimos a Mera.

Mera es sin duda un personaje clave para entender a Aquaman. Su creación fue enteramente realizada por Nick Cardy que la diseño por completo sin recibir referencia alguna por parte del guionista Jack Miller. Cardy se dejó llevar y la diseñó con un mono ajustado de color verde y una larga melena pelirroja, así como con una mirada de felina agresiva que pronto se convirtió en la seña de identidad más característica del personaje. El destino de Mera, reina de otra dimensión, con poderes capaces de manipular y controlar el agua, iba a quedar irremediablemente sellado al microcosmos de Aquaman, al convertirse en el interés romántico de Aquaman y Aqualad, que libres de tener que proteger identidades secretas, le declararon su afecto de forma muy clara. Sin embargo, cuando Aquaman es coronado rey de Atlantis debe someterse a la norma de tomar por esposa a una atlante y al ser Mera una extranjera, varada en nuestra dimensión, la posibilidad de que fuera su reina parecía algo imposible. Fue el propio Aqualad el que dio con la solución al recordarle al nuevo rey que, como tal, entre sus capacidades estaba la de poder nombrar a Mera atlante honoraria por lo que podría darle un hogar, Atlantis, y ser su reina. Y en el Aquaman #18 (1964) se produjo la boda entre ambos.

La idea de casar a Aquaman se fraguó en la mente del editor, George Kashdan, que fue capaces de vencer la resistencia editorial ante este enlace matrimonial predestinado a hacer historia cinco números más tarde. Y es que en el Aquaman #23 (1965) se produjo un acontecimiento sin precedentes en el mundo del cómic norteamericano, la llegada de un hijo al seno familiar formado por Mera y Aquaman. Que un héroe del calibre de Aquaman, con serie regular, fuera el primero en entrar en el club de la paternidad rompía con los cánones impuestos hasta entonces y abría una puerta que hasta entonces había estado cerrada para este tipo de género.

Todo cuanto vino después de aquello, con la pedida del niño a manos de Manta Negra, la llegada de Crisis, los varapalos de continuidad sufridos por el personaje, las Crónicas de Atlantis, la llegada de Peter David, de Geoff Johns, han ido moldeando al personaje y por supuesto a Mera, que ha pasado de sr un mero iteres romántico, a ser un personaje con personalidad propia, de enorme calado entre los aficionados. Un personaje que ha asumido la regencia de Atlantis, y que ahora se ve trasladad su historia más reciente a una novela gráfica escrita por Danielle Page y dibujada por Stephen Byrne.

Cuando hablamos de historia reciente es que traslada la idea de Mera como princesa de Xebel, un mundo acuático penal de antiguos atlantes separatistas de otra dimensión (algo que se explicó en 2011 en El Día más Brillante), que envía a su futura reina a matar a Arthur, el futuro rey de Atlantis, como represalia del exilio sufrido a manos de Atlantis.

Y es sobre esta premisa, adecuadamente retocada para simplificarla, sobre la que pivota la trama que planea Page para este trabajo en el que Mera debe cumplir con un destino para el que tal vez no esté preparada. Un destino que pasa por cambiar el paradigma establecido entre xebelianos y atlantes, mientras su propio futuro queda alterado por completo.

Hasta la llegada de esta obra, sus predecesoras, Wonder Woman, Raven, Canario Negro y Harley Quinn, se han movido con acierto entre las rendijas de lo establecido en el Universo DC convencional y lo planteado en cada nueva propuesta logra tener voz propia. En Mera nos encontramos frente a un trabajo procedimental, lleno de tópicos, sin apenas innovación, en la que las caracterizaciones son muy simplonas, cercanas a un mal telefilm de sobremesa. Mera se muestra rebelde, altiva, alocada, confundiendo madurez con fiereza, independencia con desobediencia, en una escalada emocional que hace de toda la trama algo previsible, aún con la necesaria lectura posicionada en el lector tipo al que va dirigida la obra.

Page trata con condescendencia a los personajes, los inserta en un todo donde el final de Mera y Arthur es el de acabar tenido una relación sentimental que hubiera funcionado mucho mejor de haber sido algo centrado en la amistad sincera y profunda, que los hubiera alineado para llegar a ser, en un futuro, los unificadores de todas las colonias marinas. Mover la historia en estos términos es más exigente, pues es necesario un control mucho más detallado de los personajes. Page no demuestra tener el talento necesario para ello y se queda en la posición cómoda, haciendo que tanto Mera como Arthur sean solo sombras de sí mismos. Y no vale la excusa de que se trata de una historia de sus inicios adolescentes. De ser válida, no tendríamos trabajos tan sólidos como Wonder Woman o Harley Quinn, que si asumen riesgos y apuestan por ir un paso más lejos en lo que a trama y profundidad argumental se refiere.

Por tanto, estamos frente a una obra fallida por no tener voz propia, caer en caracterizaciones muy unidimensionales, con un desarrollo y desenlace previsible hasta para los lectores con poco rodaje. Un trabajo que tampoco brilla en su acabado gráfico dado que Stephen Byrne aporta su trazo limpio a la historia, sin apenas mostrar interés por romper la dinámica narrativa impuesta por Page. Su trabajo queda enterrado por la falta de vida de la historia y el uso de un color ,por parte de David Calderón, en tonos verdes, salvo el pelo de Mera, que no acaba de funcionar bien al crear un efecto monocromático muy fuerte.

Un trabajo decepcionante, poco inspirado, que se lee en automático, sin aspiraciones reales, al que se le ven las costuras en una trama sin imaginación alguna. Una lástima para una de las obras que más parecía prometer del actual catálogo.



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