Javier Vázquez Delgado recomienda: Santa Bárbara, una macabra ficción inspirada en un caso real

Edición original: Svatá Barbora, 2016.
Edición nacional/ España: Santa Bárbara (Reino de Cordelia, 2020).
Guion: Marek Sindelka, Vojtech Masek.
Dibujo: Marek Pokorny.
Formato: Cartoné, 208 páginas.
Precio: 23,95€.

¡Es una ecuación con miles de incógnitas!

INTRODUCCIÓN

El pasado 4 de diciembre se celebró la festividad de Santa Bárbara. Fruto de la casualidad, me encuentro escribiendo hoy estas líneas. A comienzos del siglo III nació Bárbara de Nicomedia y tras convertirse al cristianismo murió a los 33 años. La iglesia católica beatificó su figura como respuesta a su tremendo martirio. Entre medias, su padre la encerró en una torre para evitar que se casara joven y evitar que aceptase dicha religión. Aprovechando la ausencia de su progenitor, Bárbara decidió adoptar lo inadoptable. Al rechazar el matrimonio propuesto por su padre y refugiarse en su fe, Bárbara fue apresada. Posteriormente fue atada a un potro en el cual se la desgarró con un rastrillo de hierro y fue quemada con el mismo metal. Finalmente, fue su propio padre quien la decapitó. Santa Bárbara es considerada patrona de la artillería y la minería. Pero ¿tiene algo que ver el prólogo de esta reseña con un cómic inspirado en hechos reales que tuvieron lugar a comienzos del Siglo XXI? Por increíble que parezca, la respuesta es un rotundo sí.

Santa Bárbara es representada con una espada en la mano. Al fondo, la tormenta propia de su simbología.

EL CASO REAL

El 7 de mayo de 2007, un vecino de la localidad de Kurim, al norte de Brno, descubrió de manera casual, mientras observaba el monitor de su bebé, un niño desnudo y atado en la casa de sus vecinos. Al acudir, la policía se encontró con el horror escenificado. Dos pequeños de 7 y 9 años que resultaron ser los hijos de la propietaria, Klara Mauerova, llevaban encerrados Dios sabe cuánto en lamentables condiciones habiendo sido víctimas de todo tipo de vejaciones y torturas. Un martirio similar al sufrido por Santa Bárbara pero, en este caso, infligido por su madre, su tía (Katherina Mauerova), Jan Skarla, Jan Turek y Barbora (variante checo de Bárbara) Skrlova. Esta última, que se había hecho pasar por una niña de 13 años cuando en realidad tenía 35, se escapó del centro de protección de menores la misma noche de autos. Como explicaba La Vanguardia al comenzar el juicio en julio de 2008, tanto la impostora como las hermanas Mauerova pertenecían a la secta del Movimiento Grial. El caso de Kurim contó con más de mil páginas y conmocionó profundamente a la sociedad checa.

Oskar Ernst Bernhardt, fundador del Movimiento Grial también conocido como Abd-ru-shin
EL CÓMIC

LA ADAPTACIÓN

Pasada más de una década de lo ocurrido y con seis años de ardua documentación, los autores publican Santa Bárbara con una nota aclaratoria. Por respeto a las víctimas reales de la historia (los pequeños Jakub y Ondrej) habían decidido cambiar su idea original. Así pues, en ningún momento este cómic, que en nuestro país edita de manera notable Reino de Cordelia, pretende tener un formato documental. Los niños son eliminados de la historia y su lugar lo ocupa Bárbara. Por supuesto, no se trata de un mero cambio de cromos trivial y ventajista. Como veremos más adelante, la fusión entre realidad y ficción llevada a cabo por sus autores da como resultado una absoluta genialidad. A pesar de que este cómic consiguió los premios a la mejor novela gráfica checa y a la obra mejor dibujada en el 2018, han tenido que pasar dos años para que esté disponible en las librerías de nuestro país.

LOS AUTORES

Marek Sindelka, nacido en 1984, estudió Humanidades en la Universidad Carolina de Praga y Cinematografía en la academia de cine de la capital. Fue allí donde se especializó en la escritura de guiones. Sin llegar a cumplir los 30 años, Sindelka gana el premio Jirí Orten por su colección de poesía. Desde entonces ha publicado dos novelas y un par de colecciones de cuentos, ganando dos premios Magnesia Litera. Junto con Vojtech Masek es el responsable del guion de Santa Bárbara.

Como comentábamos en el párrafo anterior, Vojtech Masek fue el otro encargado de elaborar el libreto del cómic que hoy nos ocupa. Nacido en 1977 en el curriculum de este autor checo nos encontramos guiones tanto de cine como de narrativa tradicional, representaciones teatrales y cómics. Precisamente, en el noveno arte Masek ha conseguido ocho premios Muriel. Además de esto, ha cosechado un tremendo éxito gracias a Recykliteratura, que se basa en la tradición vanguardista de montajes asociativos asociativos utilizando textos y fotografías que toma de todo tipo de libros y revistas.

Nacido en 1983, Marek Pokorny comenzó a llamar la atención con la publicación de una serie de historietas autobiográficas a través de internet. Tras formarse en el taller de dibujo figurativo dirigido por Boris Jirků y Radek Petříček, estudió animación clásica en la Escuela de Cine Zlín. Con el grupo Ašta šmé, creó los cómics Silnější než někdo (Más fuerte que algunos) de la serie Nejisté domovy (Hogares inciertos) sobre educación institucional y de acogida.

LA RESEÑA

Con aroma a los mejores thrillers nórdicos, como si se tratara de una entrega más del malogrado novelista sueco Stieg Larsson, la trama de Santa Bárbara arranca en Tromso (Noruega). Sin embargo, será Centroeuropa el escenario principal donde tendrá lugar un enredo que, pese al descoloque de su presentación, tendrá un crescendo continuo, convirtiendo su lectura en pura adicción. La protagonista de la historia, Andrea, es una joven periodista que resulta ser la personificación de los autores del cómic. Así pues, el retrato de la obsesión que nos muestran resulta sospechosamente real. Nosotros, como lectores, somos los ojos de Andrea. Todos los descubrimientos de su laberíntica investigación también son los nuestros, consiguiendo los autores un cordón umbilical emocional a ambos lados de la cuarta pared.

Si llegamos sin los deberes sin hacer, vírgenes de conocimiento, puede que nos sintamos abrumados con la ingente cantidad de información que se nos proporciona en las primeras páginas. Un extraño y complejo caso en el que, a priori, no se entiende muy bien el móvil del mismo. Como diría Daniel Clowes, paciencia. Según se va levantando la neblina, todas las piezas del gigantesco puzle irán encajando con una precisión casi quirúrgica. La retorcida trama nos lleva por caminos tan oscuros como la pornografía infantil, las sectas o el tráfico de armas. Todo ello acompañado de, se deja entrever, varios miembros de las capas más altas de la sociedad checa. Como ocurre con historias de este tipo que tienen su inspiración en casos reales (ya sean en Austria, España o Estados Unidos), da la sensación de que solo atisbamos la punta del iceberg. Lo oculto, que se encuentra escondido en las más oscuras profundidades, resulta absolutamente aterrador.

Como ocurriera en la primera temporada de True Detective, el hombre que se encuentra tras la cortina goza de total impunidad. Como en aquella, la religión es utilizada a modo de instrumento con la que doblegar las mentes de los más débiles. En Santa Bárbara se da un paso más con el papel predominante del Movimiento del Grial, secta creada en Alemania por Oskar Ernst Bernhardt en el periodo de entreguerras. Este singular individuo, rebautizado así mismo como Abd-ru-shin, existió realmente pese a parecer un personaje sacado directamente del Hellboy de Mike Mignola. Su obra A la luz de la verdad funciona a modo de El Rey Amarillo, transformando a todo aquel que se acerca en pos de la iluminación. Tomando el testigo de Bernhardt, en el cómic nos encontramos a Josef F. (AKA Chan), principal villano de la función (aunque se antojan varios) y que parece una mezcla imposible de David Koresh, el coronel Kurtz y El Fumador, aquel siniestro personaje de Expediente X que manipulaba a su antojo desde las sombras. En sus pocas apariciones, el sombrero de Chan siempre le tapa los ojos y, por tanto, su mirada. Chan es un extraordinario jugador de cartas que parece llevar siempre la mano ganadora. Su gusto por el ocultismo concuerda con su gusto por ocultar sus planes. Chan se encuentra en el ojo del huracán de la investigación y conseguir desenmascararle significaría descifrar esa ecuación con miles de incógnitas.

Pero si perturbador es el personaje de Chan, lo de Bárbara alcanza cotas tan altas como las montañas de la locura de H. P. Lovecraft. Esta camaleónica mujer sería capaz de que el mismísimo Hannibal Lecter torciera el gesto. Evitaremos spoilers para no lastrar su lectura, pero aún conociendo los hechos reales, la versión de los autores checos trae sorpresas a granel, proporcionando unos giros magistrales. El guion es un enorme tapiz tejido con un hilo finísimo, pero funciona a las mil maravillas. Sindelka y Masek se toman la licencia de regalarnos un What if en toda regla antes de llegar al desenlace para mostrarnos una realidad alternativa si el caprichoso azar hubiese soplado en otra dirección el día D. A pesar de lo sórdida de la trama, sus autores no solo se alejan del amarillismo sino que lo señalan con el dedo como un mal enfermizo de la sociedad.

Si sobresaliente es la escritura, el apartado gráfico no se queda atrás. Marek Pokorný se suelta la melena dando rienda suelta a su inmenso talento claramente influenciado por Chris Ware. Pero los patrones propios del genio de Omaha no son aquí replicados a lo largo de toda la obra por el artista checho. Pokorny varía su estilo en función de quién sea el protagonista de cada capítulo, de cada viñeta. Los colores planos y los tonos fríos con los que comienza la historia dejan lugar a los sepias con los que se nos narran hechos del pasado relacionados con el Grial para luego volver a cambiar. De lo clásico a lo contemporáneo y de nuevo a lo cásico. El nivel de detalle y la composición de página también varía constantemente, demostrando diferentes registros. Pokorný huye de la monotonía para darle un empaque visual a la altura de uno de los más grandes.

Ante la ingente cantidad de publicaciones comiqueras en la recta final del año, Santa Bárbara corre el riesgo de pasar desapercibida para la gran mayoría de los lectores. Craso error. Nos encontramos ante una obra con mayúsculas que cuenta con una poderosa narrativa. Aunque se desmarque de los hechos reales, no lo hace de la realidad. La caníbal de Kurim o el monstruo de Amstetten son una buena muestra de que algo huele a podrido en el viejo continente. Sindelka, Masek y Pokorny lo ponen de relieve gracias a unos complejísimos perfiles psicológicos, pero también abordando nuestras carencias como sociedad. Como en otras muchas historias, en esta ocasión el peso de la investigación recae en una periodista que parece dispuesta a todo con tal de desenmarañar la madeja. Si hasta ahora solo nos acordábamos de Santa Bárbara cuando tronaba, a partir de ahora lo haremos mucho más a menudo gracias a este soberbio cómic procedente de la República Checa.



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