Javier Vázquez Delgado recomienda: Escuadrón Suicida, de Tom Taylor 1-6

Edición original:Suicide Squad núm. 1-6 USA.
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guion:Tom Taylor.
Dibujo:Bruno Redondo.
Letrista:Wes Abbott.
Color:Adriano Lucas.
Formato:Grapa, 32 págs. A color (primera),Grapa, 24 págs. A color (siguientes).
Precio: 2.95 (primera), 2,25 € (siguientes).

Cuando uno piensa en Tom Taylor y su trayectoria en DC lo hace a través de viñetas y momentos impactantes fuera de las cabeceras principales de la editorial, ya sea en DCsos o Injustice, ambas con sus propias reglas y línea argumental. Si nos tenemos que apegar a la continuidad, creo que Escuadrón suicida es la colección ideal para desplegar sus virtudes como escritor.

Él mismo ha descrito perfectamente cuáles son estas en lo que respecta a la historia. Le encanta que el lector se sienta cómodo con el personaje y su viaje, disfrutando con comodidad del tebeo para, de repente, hacer algo que nadie pudo haber visto venir. ¿Dónde desarrollar esto mejor que con la Fuerza Especial X? Especialmente, si te puedes cargar a más de uno…

El dibujo corre a cargo de un colaborador habitual suyo, Bruno Redondo. No solo resulta acertado, sino que le da un valor extra a los números en los que está verdaderamente inspirado como en la quinta grapa. El color que le acompaña, cortesía de Adriano Lucas, da en el clavo y demuestra cuán importante es este apartado artístico en el conjunto de una obra.

Lo conveniente cuando uno llega a una cabecera es coger las reglas de la misma, las que han funcionado en el tiempo, estudiarlas a fondo y, finalmente, decidir cuáles puedes romper. El pilar que ha sostenido al grupo históricamente es Amanda Waller, un monstruo conocido pero un monstruo a fin de cuentas. Aquí tenemos el primer eslabón que el escritor australiano va a romper, presentándonos como reemplazo en las veces de director a Lok. Tanto en apariencia como en personalidad me recuerda a Herr Starr, villano central de Predicador, una de tantas obras maestras del sello Vértigo.

Ese tipo de personalidad que tan bien ha sabido escribir a lo largo de los años Garth Ennis: alguien tosco, peligroso y sádico que, no obstante, si le tuvieras a tres metros apuntándote con una pistola podría hacerte estallar en carcajadas por algún aspecto de su patetismo. Taylor, confeso admirador del irlandés malhablado, recoge el guante y construye un personaje a la altura.

Lo más sorprendente del arco es lo liviano que resulta para la cantidad de temas que toca, así como los numerosos giros que tiene el guion. Para el escenario, el autor de Lobezna regresa a su hogar, Australia, y lo hace para presentarnos a los Revolucionarios, grupo que jugará una importancia capital para la trama. Lo más interesante es que, éticamente, el motivo de sus acciones no es controvertido. Se les muestra acabando con una flota de guerra, exagerándose por parte del guionista los rasgos del jefe militar para que no nos caiga simpático en absoluto. ¿Por qué será?

En cuanto a la nueva alineación del Escuadrón tenemos a un grupo de Hermanitas de la Caridad en comparación con la fuerza que han desplegado en las páginas previas sus rivales. Me gusta el humor para hacerlo, definiéndose como la peor encarnación jamás vista del mismo. No tardarán en verse las primeras muertes y con ellas las verdaderas intenciones detrás de este enfrentamiento.

Bajo la dirección de Lok, el grupo tomará una cruzada por “restaurar “la democracia en un país soberano. Y es que, se dice en el propio número, “¿cuál es el punto de amañar unas elecciones si no se respeta el resultado por el que has pagado?”. Todo con socarronería y mayor profundidad de la que puede aparentar como es habitual en la bibliografía del de Melbourne.

Es muy acertado tomar estos primeros seis números para hacer un primer análisis ya que, llegados hasta aquí, hemos podido disfrutar de una descripción exacta de los personajes. Osita es, para mí, la principal sorpresa y un verdadero acierto de guion en cuanto a su relación con Deadshot, con buenos diálogos y química instantánea. Me gusta también lo referente a Fin y nuestro Tiburón, lo bien que sabe Taylor reducir sus intervenciones para que estas sean mejores y más productivas.

Harley Quinn merece un párrafo propio. Leyendo entrevistas he comprobado que tengo una visión muy parecida a la de su guionista. Me gusta cuando es un personaje libre, que cuestiona el poder y es capaz de mostrar su propia opinión. Aquí lo es, teniendo además otro factor positivo a tener en cuenta: no es la protagonista única. Para mí, un personaje como ella funciona mejor en segundo plano, donde no se revele de primeras su verdadera intención. Al darle poder, peso y profundidad a otros personajes se permite quitar la carga de la acción a la hija de Dini y Timm.

En último lugar, hay que hacer una mención al murciélago, que ya disfrutó de acercamientos en clave sentimental por parte del (segundo) Tom más famoso de DC en el Anual 3 de Batman y el número 1017 de Detective comics. Aquí, al menos en apariencia, vemos un enfoque morrisoniano de poder, la persona más peligrosa del mundo, aquel al que muchos han querido vencer para quedarse en el intento.


Sin embargo, le guarda un sensacional chiste para el final, dejando en el lector un buen sabor de boca, con ganas de los próximos números.



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