Javier Vázquez Delgado recomienda: Jóvenes Titanes: Segunda temporada – Problemas paternales

Edición original: Teen Titans núms. 30-38 USA, Mysteries of Love in Space núm. 1 USA (extracto Crushed)
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion: Adam Glass, Andrea Shea,
Dibujo: Bernard Chang, Amancay Nahuelpan, Sean Chen
Color: Marcelo Maiolo, HI-FI, Iván Plasencia, Trish Mulvihill
Traducción: Bárbara Azagra Rueda
Formato: Rústica, 224 págs. A color.
Precio: 21,50 €

¿Los Titanes? ¡Me importan una m@#&, rajados!

“Para alguien que dice luchar por el bien, eres extraordinariamente cruel”

Tras la excelente carta de presentación que supuso el tomo de la primera temporada de estos Jóvenes Titanes llega ahora el turno de su segunda entrega. Es el momento de que Adam Glass conteste a alguna de las preguntas que persigue a este grupo. ¿Quién es el otro? ¿Cómo reaccionará el resto del equipo cuando descubra la cárcel secreta que tiene Robin en el sótano? La verdad es que los compañeros de Damian ya lo han descubierto, pudo leerse en Deathstroke: Primera Temporada-Arkham. Si no has leído la serie del mercenario, desde ZN la recomendamos efusivamente, pero eso no quita que sea un error por parte de la editorial llevar la revelación a otra cabecera distinta de la propia. No solo esto se han perdido los lectores de Robin y sus compañeros, también un acercamiento entre Djinn y Damian o, sobre todo, la insinuación por parte del Exterminador de que hay un traidor entre las filas del equipo, trama que se desarrolla en este Problemas paternales. El tomo de la primera temporada de los jóvenes contiene los números 20-26 y el Annual 1, el citado tomo del tuerto incluye del 27 al 29 que unen con estos 30-38 de este segundo tomo. Cierto es que Slade Wilson y el final de la etapa de Priest tiene mucho que ver con los Jóvenes Titanes y la propia idiosincrasia del sistema de publicación de temporadas conduce a estos inconvenientes, como se ha dicho menores, por la calidad de las series inmiscuidas en el cruce. En mi caso, comencé con esta serie de Los Titanes por lo leído en Deathstroke cuyo libro mencionado queda excelente como lectura unitaria aunque no por eso deje de lastrar a quien siga únicamente la serie de los Jóvenes Titanes.

Así, el cómic comienza con Robin acusado por algunos de sus amigos. Kid Flash no es tan vehemente y el resto lo tacha de inmoral siendo suave. Emiko lo apoya, pero ella acaba de matar a Deathstroke, tiene su propia ración de reproches dedicada. Los ánimos están inevitablemente caldeados. Djinn conversa con Robin, ambos defienden su postura hasta que Crush se harta y comienza una guerra civil en el equipo, todos contra todos. Cuando la ancestral genio pone mínimamente en orden las cosas, aparece el elemento más “agradable” de la galaxia, Lobo, y todo se descontrola definitivamente.

Lobo es tan implacable como se espera de él, dejando en segundo plano su vis cómica o su lado más cooperador visto en aquella Liga de la Justicia de América del Renacimiento, junto a Batman, escrita por Steve Orlando. Aquí es el Lobo que debe ser, ese que se sabe poderoso, actúa con suficiencia y ningún sentimiento le aleja de su objetivo. La pelea entre padre e hija es basta y dura, con un Bernard Chang en estado de gracia otorgando viñetas espectaculares.

Los Titanes también deben enfrentarse a un conflicto histórico del grupo. La existencia de un infiltrado o traidor. Las investigaciones en su búsqueda son detonadas por el robo de un objeto de incalculable valor y ponen a Damian a interrogar a todos sus compañeros. Con elegancia, Adam Glass, interesa en cada arco argumental que plantea homenajeando el pasado, sin tan solo copiarlo o ponerlo en la palestra sin talento, ambición o ideas propias.

La revelación del traidor no es del todo satisfactoria. La adoración inicial que siente por cierto compañero en los primeros números de la serie no casa con la resolución del misterio. El Lex Luthor de Perpetua, Mamut y Shimmer o alguna que otra sorpresa tienen su aparición. El calvo con poder cósmico y su Año del Villano se trata de integrar en la trama, su aparición coloca a Lobo en un lugar extraño que no termina de cuajar, pero que sirve como conducto para llevar la trama por donde conviene para lo que se quiere contar. Unas páginas menos entonadas que la tónica general del cómic que no agrian el conjunto, tan solo no mantienen el excelso nivel.

Bernard Chang es el encargado del arte de la gran mayoría de páginas del tomo.
Con un estilo limpio, caracteriza bien a los personajes y sabe dotar de dinamismo las escenas de acción. Cuenta con la ayuda de Sean Chen que no desentona y el color mayoritario de Marcelo Maiolo, sólido y apropiado a los protagonistas y entornos.
Al final del tomo se incluye un relato sobre Crush con Andrea Shea al guion de una historia que complementa lo contado por Glass sobre la hija de Lobo. Dibujado por Amancay Nahuelpan de forma sobresaliente, es un buen complemento.

En definitiva la serie de los Jóvenes Titanes sigue en muy buena forma. Esta segunda temporada no es un tomo tan redondo como el primero, quizás las revelaciones que se otorgan no estén a la altura de lo esperado, pero sigue exhibiendo las mismas virtudes que le hicieron colocarse como una de las mejores encarnaciones recientes de los Titanes, nada que ver con la estereotipada, sin alma o carente de interés, serie de sus hermanos mayores, Titanes. Los diálogos, las acciones e impulsos de los personajes están perfectamente justificados, el guion de Glass se retroalimenta continuamente siendo coherente en casi todo momento sin dejar de sorprender por ello. Una grata lectura por el dominio de la trama que tiene su guionista, la buena caracterización que hace de los jóvenes héroes o el acierto del lápiz de Chang, espléndido en su labor. Hace mucho que no se leían unos buenos Titanes y ya no es casualidad, sus autores llevan, al menos (por lo publicado en España), 18 números haciéndonos disfrutar de este joven y extraño grupo. En el próximo tomo (con fecha de publicación incierta) asistiremos a un cambio de guionista, esperemos que Robbie Thompson mantenga el nivel de su predecesor y podamos continuar disfrutando con la ¿tercera generación de Titanes? que forman estos Red Arrow/Emiko, Kid Flash/Wallace West y Robin/Damian Wayne, acompañados de Crush la hija de Lobo, Djinn la poderosa genio y Roundhouse el simpático azul de poderes increíbles.

Lo mejor

• Los personajes, lo bien construidos que están, tanto ellos como sus relaciones.

Lo peor

• Alguna resolución a los misterios puede no gustar demasiado.



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