Javier Vázquez Delgado recomienda: Un fantasma, de Arnau Sanz

Edición original: Un fantasma (Astiberri, febrero 2021)
Guion: Arnau Sanz
Dibujo: Arnau Sanz
Color: Arnau Sanz
Realización técnica: Arnau Sanz y Alba Diethelm
Formato: Cartoné. 120 páginas. 16,00€

¿Qué harías por sobrevivir?

“Lo importante es que yo sobreviva. No me mires así. Tú harías lo mismo.”

Aunque haya aparecido en plena pandemia, Un fantasma se empezó a gestar en el 2019, cuando el COVID todavía no asomaba en nuestro horizonte. Se trata del nuevo trabajo de Arnau Sanz en el que nos presenta un futuro distópico en el que el mundo es azotado por un virus, del que ni los lectores ni los personajes sabemos apenas nada, que diezma a la población. Los militares deciden “limpiar” las zonas afectadas cazando a los supervivientes para eliminarlos. Es en este contexto en que se mueve la joven protagonista que está en una huida perpetua por una ciudad arrasada por la naturaleza y se tiene que convertir en un fantasma para sobrevivir al exterminio y a un mundo en el que el orden establecido se ha colapsado e impera la ley del más fuerte. Comparte protagonismo con el capitán encargado de limpiar la ciudad, que cumple con su misión aparentemente sin remordimientos.

Estamos ante un tema que puede resultar algo manido, pero Sanz sabe darle un toque de originalidad al mostrarnos la peor cara del ser humano, sin caer en la tentación de convertir a los personajes en villanos, simplemente son humanos enfrentados a una situación que no saben cómo afrontar, ya que solo importa sobrevivir. Aunque al comienzo de la obra parece que nos encontramos ante dos personajes antagónicos, según avanza la trama descubrimos que ninguno es lo que nos parece al principio y las diferencias entre víctima y verdugo se van difuminando. Ambos deben cuestionarse a qué están dispuestos a renunciar moralmente para garantizar su propia supervivencia. Unas preguntas que se trasladan al lector y que logran que se sienta incomodo y perturbado, siempre que quiera entrar en la propuesta del autor, ya que resulta inevitable preguntarse como actuaria uno en una situación similar. Quizás se encuentra a faltar algún personaje que actuara de una forma menos individualista para dar una visión más real y menos pesimista.

La obra tiene varios saltos temporales, que se pueden diferenciar gracias a los cambios en el color, en los que vamos viendo como los personajes principales van modificando su forma de pensar, adaptándose a un mundo en el que la piedad no tiene sitio. Además, en el caso de la joven vemos los estragos que el virus, la falta de higiene y las malas condiciones de vida van haciendo en su cuerpo.

Tampoco resulta cómodo para el lector el papel que los militares juegan en la crisis, erigiéndose como autoridad absoluta y tomando decisiones con la cruel lógica militar, sin que ningún mando intermedio cuestione esas órdenes. A la cabeza del ejército está un general al que parece que el poder se le ha subido a la cabeza y se ha convertido en algo similar al demente líder de una secta religiosa. Un abuso del poder de los militares que ha sido una constante en la historia de la humanidad.

Gráficamente Sanz ha dado un giro total con respecto a sus trabajos anterior ya que ha optado por prescindir de las líneas negras para que sean las masas de colores planos las que compongan todos los elementos de la historia. Lo que le da a la obra un acabado muy original y potencia la importancia del color como elemento narrativo, tanto a la hora de reflejar las distintas franjas temporales en las que se desarrolla la historia como para reflejar las emociones de los personajes. Narrativamente es un cómic que funciona muy bien y tiene algunos elementos de diseño muy destacados como la forma de representar las caras de los militares similar a una calavera, ya que en la obra son la personificación de la muerte. El estilo adoptado es muy arriesgado ya que puede alejar a un tipo de lectores acostumbrados a un dibujo más realista.

Arnau Sanz es un historietista nacido en Barcelona en 1984 que cuenta con una carrera larga, aunque sus obras no han obtenido el reconocimiento de las de otros compañeros de generación. La posible causa puede ser que trataban temas alejados de los cómics más convencionales. Cursó estudio de arte gráfico en la escuela Joso y comenzó a publicar a publicar fanzines como Tito, que reedito en una integral en su editorial AIA en 2016. Su debut editorial se produjo en 2013 con Albert contra Albert editado por De Ponent con los que también publico Llavaneres. Entre ambas obras publico Nacatamal con Apa-Apa. Posteriormente publico Tibirís (Trilita) la historia de un tío de su abuela. Su último trabajo hasta Un fantasma había sido Línea editorial (AIA), un cómic sobre el mundo editorial del cómic. Además de estos trabajos también ha participado en revistas, fanzines y álbumes colectivos.

Astiberri hace una buena edición con un diseño muy acorde a la estética de la obra.

Un fantasma es una historia que en estos días se nos antoja bastante verosímil y que nos hace pensar sobre lo que estaríamos dispuesto a hacer con tal de sobrevivir. Un cambio de estilo de Arnau Sanz muy arriesgado, pero con un buen resultado global.

Lo mejor

• Una historia dolorosamente real.
• El paralelismo entre los personajes principales que nos sirve para reflexionar sobre la condición humana.

Lo peor

• El estilo gráfico puede alejar a los lectores acostumbrados a otras propuestas gráficas menos arriesgadas.



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