Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine Marvel España – Abril 2021

Las ruedas del tiempo giran y giran sin cesar. Donde hace dos días celebrábamos la llegada del nuevo año, ahora decimos adiós al frío y bienhallada una nueva primavera. Abril, además conviene recordar, es el mes en el que se celebra el día del libro, por lo que urge estar atentos a suculentos descuentos y apuntar la llegada de caras nuevas en los estantes. Como flores que buscan el calor de los rayos del sol, las novedades que nos trae Panini Cómics tratan de llamar la atención de los curiosos lectores. Es que, al igual que el implacable paso del tiempo, Marvel no se detiene, cerrando asuntos pendientes y sembrado nuevos pastos para los siguientes meses. Destacamos a este respecto el debut del evento que se centrado en el entorno de Venom y la llegada de un nuevo arco, que promete sorpresas, en Vengadores.

Ambas dos situaciones se han hecho merecedoras de nuestra atención, por lo que sobre ello charlaremos en alguna de las secciones habituales. En la Columna de Opinión nos centraremos en el Veneno de Donny Cates y Ryan Stegman, cómo ha sido el recorrido hasta llegar a Rey de Negro, una recapitulación de lo que ha supuesto la última gran aportación de la pareja creativa al entorno del simbionte. Para el gran arco que se inicia en los Vengadores de Jason Aaron, hemos pensado en algo distinto. Con la cantidad de avatares que ha ocupado el Fénix, en el transcurso de los años, hemos preferido utilizar el espacio del Quién es Quién para recordar aquellos portadores de la Fuerza Fénix más relevantes, en previsión de lo que está por venir.

El corazón de esta publicación continúan siendo las novedades, por lo que nos dedicamos a ellas, como siempre, seleccionando aquello que consideramos de importancia capital. Así, hemos destacado como cómic del mes al primer ejemplar de S.W.O.R.D., a cargo de Al Ewing y Valerio Schiti, una nueva serie regular que une lo cósmico y lo mutante, de manera natural. Incidimos en lo bien que está resultando el Iron Man de Cantwell y CAFU, del que ya recomendamos su número de lanzamiento, y que cada mes que pasa va mejorando, como el buen vino. Planteamos el juicio alrededor del Marvel Knights Spiderman, de Mark Millar, una autor que suele dividir bastante a la parroquia. Y para finalizar, recordamos lo más importante en clásicos (¡¡nuevo Omnigold de la Patrulla-X de Claremont!!) y nos sumergimos en las aguas de la nostalgia, con Aquellas Maravillosas Novedades.

Con el buen sabor del trabajo terminado, solo queda entrar en materia. ¿Les parece un contenido a su gusto?¿Alguna falla en el menú? Solo dejen sus impresiones en comentarios.

TITULARES

Columna de opinión
Juicio a…
Análisis de novedades
El cómic destacado del mes
No te puedes perder…
Quién es quién
Hablemos de clásicos
Otras reediciones
Aquellas maravillosas novedades

Magazine Marvel España logo

Columna de opinión

La etapa de Donny Cates y Ryan Stegman al frente de Veneno ha sido la mejor que ha tenido el personaje en toda su historia. Con esta frase que cabe en un tuit habríamos dicho ya todo lo necesario para entender la importancia de este Rey de Negro con el que se va a poner punto y final a esta etapa. Pero, como hay que argumentar los porqués, vamos a lanzarnos a escribir unas palabras más al respecto.

En su simpleza, un personaje como Veneno puede ser muy complicado. Y puede serlo porque, una vez realizado su primer y más poderoso truco, redirigirle es una tarea ardua y difícil. Veneno era, hasta 2018, un personaje muy simple. Bueno, sería justo añadir un matiz a esa frase. Veneno con Eddie Brock era, hasta 2018, un personaje muy simple. No es de extrañar que tras una década saltando de miniserie en miniserie, explotando su popularidad sin mayor ambición, se llegara a un momento en el que se decidió separar los designios de ambos. El simbionte y Eddie experimentaron desarrollo de personaje cada uno por su lado, ya sea con la figura de Flash Thompson o con la creación del Antiveneno. Se intentaron cosas buenas que acabaron funcionando bien.

Pero, como todo cómic de superhéroes, las aguas volvieron a su cauce y la editorial se volvió a encontrar en el punto cero, con el destino de ambos siendo el mismo de nuevo. Eddie y Veneno, juntos como el Protector Letal… en una de las series más aburridas previas a Marvel Fresh Start. Porque eso es lo que hacía falta: algo fresco de verdad.

En 2018 llegaron Donny Cates y Ryan Stegman al personaje y lo pusieron todo patas arriba. ¿Cómo lo lograron? Se separó al personaje del área de influencia de Spider-Man y se le otorgó una mitología propia que conectara con el cosmos más profundo y primigenio del Universo Marvel. El simbionte pasó de ser una pieza arácnida más a descubrir nuevos horizontes que le han convertido en una pieza inseparable del tablero general. Basta ver cómo ha recibido dos eventos en estos dos años para entender su importancia. Desde Knull hasta el Dios de la Luz, pasando por los dragones simbiontes y su relación con Thor y los asgardianos. Todo ello compaginando y arrojando nueva luz a todo lo ya establecido sobre los simbiontes, agrupando todo con mucho talento para tejer una historia coherente.

En medio de ese maremágnum de conceptos de alto nivel, el equipo creativo jamás ha perdido de vista el objetivo real: convertir a Eddie Brock en un personaje tridimensional por quien preocuparse de verdad. Es así como se ha redefinido su relación con el resto de héroes, con quienes se ha cruzado más que nunca. Es así como se añaden capas a su relación con el simbionte, mucho más sentimental y definida. Y es así como se crea a Dylan Brock, pieza fundamental de la historia que se ha narrado hasta este momento. Eddie Brock pasa de ser un arquetipo a ser un humano, alguien con inquietudes y problemas definidos fácilmente entendibles. En un mundo en el que se siente incapaz de ser un héroe del nivel de Spider-Man o los Vengadores, él solo quiere que Dylan esté a salvo y que no se lo lleven por delante sus propios errores y pecados.

Esos son los sólidos pilares bajo los que se erige esta etapa del personaje. A partir de ahí, el aspecto gráfico es sensacional. Ha habido otros dibujantes por el camino, como el Stormbreaker Iban Coello, pero la estrella de la función es un Ryan Stegman en absoluto estado de gloria. Tras años en las series arácnidas, ya sea la principal o las periféricas, el paso adelante que ha dado aquí el artista es increíble. Esto ha sido un nuevo nivel, nuevas cotas de calidad en las que su composición de página ha mejorado hasta el absurdo y su nivel de detalle se ha adaptado para dar exactamente lo que necesitaba este nuevo acercamiento al personaje. La presencia de Stegman en la colección no debe ser minusvalorada, y sus contribuciones son igual de importantes que las del guionista.

No obstante, el propio Cates está de dulce en esta serie. La pilló en pleno ascenso dentro de la editorial y la va a dejar en plena cresta de la ola, siendo su trabajo más longevo para la Casa de las Ideas. A pesar de todo el intimismo mencionado, lo cierto es que no se puede hacer tampoco de menos el “metal” y el “rock & roll” marca de la casa con el que el escritor ha bañado cada guión. Este acercamiento al personaje tampoco hubiera funcionado si no hubiera sido por el estilo que le caracteriza.

Con todo esto tenemos las razones principales por las que esta serie ha sido la mejor de Veneno jamás hecha. Un equipo creativo en estado de gracia que ha sabido entender a la perfección cómo elevar al personaje y darle una nueva cosmología con la que jugar. Y exactamente todo eso es lo que se va a poder encontrar en Rey de Negro. Pero más, mejor, más alto y más fuerte. Es la traca final, y se van a marchar por todo lo alto.

Juicio a… Spiderman. Entre los muertos

Mark Millar fue uno de esos guionistas que dejaron su impronta en Marvel a primeros de este siglo. El autor escocés, siempre provocativo, siempre excesivo, trató de reinventar unos juguetes que ya llevaban una larga carga de continuidad a sus espaldas. Spiderman no fue una excepción. Dentro del sello Marvel Knights, un apartado que se había labrado un cierto prestigio, Millar decidió organizar una macrohistoria en doce partes que iba a llevar al Trepamuros hasta el máximo extremo. A vueltas con la identidad secreta, y lo peligroso que puede resultar que alguien la descubra, Spidey deberá lidiar con la amenaza que va a acechar a sus seres queridos, por culpa de su afición superheroica.

Los presupuestos no pueden ser más sencillos. Spiderman queda al descubierto y un cónclave de su galería de villanos se alía para hacerle la vida imposible. Todo ello en una docena de números, dibujados por Frank Cho y Terry Dodson. ¿Qué puede salir mal? Desde luego, pinta a acción sin control y muchos, muchos golpetazos. Los amantes de de este tipo tebeo quedarían encantados, pero aquellos que buscaban algo más, un poco más de caracterización de personajes, de sentido a la historia, de contexto, pues a lo mejor no tanto… Si ya sabemos, es difícil contentar a todo el mundo, y mucho más si te llamas Mark Millar, un autor que no se puede negar que divide a la parroquia. No pasa nada. Para eso estamos aquí, para enfrentar opiniones encontradas y así extraer una síntesis de las mismas. Qué comience el juicio.

A favor …. Robbie R.

En unos tiempos en los que la casa de las ideas boqueaba, sumida en una crisis económica de grandes dimensiones, el sello Marvel Knights vino a suponer un soplo de aire fresco, primero a nivel creativo y, posteriormente, a nivel organizativo. Después de la fallida experiencia de Heroes Reborn y el regreso a las esencias de Heroes Return, la nueva aventura tuvo como consecuencia el regreso al primer plano de personajes como Daredevil y la renovación de otros como Pantera Negra, los Inhumanos o el Castigador. Marvel Knights se convirtió rápidamente en sinónimo de tebeos interesantes, equipos creativos con gancho y, en resumidas cuentas, en un sello que había que seguir con atención. Así las cosas, no resultó en modo alguno extraño que, poco a poco, la Casa de las Ideas empezara a plantearse la posibilidad de que algunos de sus personajes principales tuvieran alguna publicación bajo este emblema. Primero fueron los Cuatro Fantásticos, que contaron con una serie limitada firmada por Grant Morrison y Jae Lee y, pocos años después, le tocaría el turno a Spider-Man, con esta maxi-serie cuyos responsables serían Mark Millar y el matrimonio compuesto por Terry y Rachel Dodson, con algún apoyo puntual de Frank Cho.

La serie se desarrolla a lo largo de doce números, publicados originalmente entre junio de 2004 y mayo de 2005. Si se hace memoria, se podrá recordar que es el período en el que la primera franquicia arácnida de Sony Pictures lanza su primera secuela, en la que el Trepamuros de Tobey Maguire se ve las caras con el Doctor Octopus interpretado por Alfred Molina. Después de décadas de proyectos fallidos, decepciones y productos de medio pelo, la escudería marveliana puede presumir de que sus principales personajes tengan, por fin, unas versiones cinematográficas en condiciones, aunque sea en otras manos. Aún falta tiempo para que el universo fílmico de Marvel que conocemos sea una realidad y en ese momento solamente hay rumores en torno a una película del Hombre de Hierro, protagonizada por un actor al que se daba por irrecuperable, si bien ésa es historia para otro momento. El caso es que las contrapartidas en celuloide de la Patrulla-X y de Spider-Man se convierten en escaparates en los que vender sus respectivos tebeos. Ya se ha dado un primer paso con las versiones «ultimate» así que ¿por qué no brindar al público una historia cerrada en la que entrar o recuperar el gusto por el lanzarredes clásico? Eso es lo que se intenta con esta maxi-serie, publicada bajo el sello Marvel Knights.

La historia contenida en la cabecera se presenta con todos los típicos tópicos que definen la franquicia arácnida: la doble vida de Peter Parker como tu amigo y vecino Spider-Man, su relación -matrimonial, en aquellos días- con Mary Jane Watson, su vínculo con su tía May y la extensa y paradigmática galería de villanos, aliados y secundarios que se ha conformado alrededor del lanzarredes blaugrana a lo largo de las décadas. Ni más ni menos, hasta el punto de que no sería desacertado afirmar que era un buen punto de acceso al universo arácnido de esos años. Hoy, diecisiete años después, es buen material para hacer repaso del estado de la escudería artrópoda de entonces, disfrutando además del talento gráfico de la familia Dodson, con Frank Cho como artista invitado. Un envoltorio notable para un relato más que aceptable.

La verdad, nada más que la verdad.

En contra …. J.J.J.

A veces ocurre en la vida que, ante unas altas expectativas, cuando nos encontramos frente a un producto ubicado en el altar de las supuestas obras maestras, el choque con la realidad es de tal calibre que se produce una sensación de frustración y desencanto.

Esto es lo que ocurre con Marvel Knights Spiderman de Mark Millar. Cuando llevamos ya el primer número de la serie descubrimos con total claridad que estamos ante un guion horrible, empezando por la caracterización de Peter Parker, Spiderman, y demás secundarios, acabando con una trama totalmente caótica y sin fundamento alguno.

A pesar de lo anteriormente dicho, esas expectativas que menciono me llevaron a seguir con la lectura para intentar descubrir la trama, y llegué a una terrible conclusión. Por un lado, el argumento es una majadería de muchos quilates, y por otro tenemos un producto idéntico a Batman: Silencio. El guionista de Kick-Ass, Ultimates, Jupiter´s Legacy,entre otras, se dedica a meter un montón de personajes y enemigos del trepamuros haciéndose el traje a medida para que su rocambolesca historia case y le siente a las mil maravillas.

Tenemos que hablar de Mary Jane. Llegamos a una parte dolorosa de estos doce números cuando percibimos que la pelirroja, mujer de armas tomar, es tratada como asistente o mujer florero de Peter. Creo que Mark Millar es amigo de Joe Quesada puesto que parecen tenerle manía a las pelirrojas. Luego está el Duende Verde. El guionista “bestseller” no conoce a Norman ni lo quiere conocer. Hace su versión del villano por antonomasia de Spiderman (que me perdonen los amantes de Doctor Octopus) que no es el que debiera ser. Por favor, señor Millar (y de paso posteriores guionistas del trepamuros), Norman Osborn solo quiere hacer que la vida de Peter sea una pesadilla, y no quiere ayudarle ni que le ayuden (toc, toc señor Spencer).

¿Cuál es el problema principal de Marvel Knights Spiderman? Sencillamente su guionista. No todo en sí es aborrecible o malo per se, puesto que ciertas partes son realmente entretenidas, pero en su conjunto es una construcción que hace aguas por su inconsistencia y carencia de interacción, y de transversalidad entre los planteamientos expuestos. La trama general es muy genérica además de estar abarrotada de inclusiones frívolas. Además, el diálogo es muy forzado y no fluye. A modo de antítesis los diálogos de Chip Zdarsky o Saladin Ahmed.

Finalmente, la parte gráfica. No podemos despreciar el trabajo de Terry Dodson. En estas páginas hace un magnífico trabajo, unido a un maravilloso coloreado. Pero se queda en eso, un trabajo notable, pero sin alma. Terry Dodson no es dado a transmitir mucho en sus personajes. Todos sus figuras son iguales, y todas sus mujeres son voluptuosas. Siempre se le achacó ser un clon de Adam Hughes, y tampoco es que sea una afirmación descabellada. Lo cierto es que dibujar a Spiderman es complicado porque se trata de un superhéroe de extrañas composiciones y movimiento incesante, por lo que asignar a Dodson a esta colección es un error. Pensemos un Spiderman dibujado por Jim Lee, estaríamos ante un impecable dibujante que no encaja para nada con el trepamuros.

Por todo lo expuesto, debo decir que Marvel Knights Spiderman es una obra hija de su tiempo, un trabajo de los típicos Mark Millar, sobrevalorada, y que desde luego no deberá quedar en el recuerdo de las sagas memorables del Asombroso Spiderman.

He dicho.

Análisis de novedades (grapas y tomos)

Lanzamientos en Grapa

Rey de Negro: Simbionte Spiderman 1 de 3

Esta es la única grapa que destacaremos este mes, en esta sección, pero no porque no existan más grapas interesantes, sino porque los dos grandes lanzamientos en este formato, el primer número de S.W.O.R.D. y de Rey de Negro serán reseñados a parte con el ornato y la pompa que merecen.

Sea como fuere, entre la ingente oferta de grapas mensual, Panini publica este mes un especial de Rey de Negro, pero que en sí mismo no constituye un tie in al uso, aunque en el fondo sí que lo sea. Me explico. Rey de Negro es como todos sabemos el evento simbiótico pertenecientes a Veneno en el que Eddie Brock se enfrentará en una batalla final contra Knull dios de los simbiontes. Por ello, teniendo en cuenta que montones de estas criaturas de pesadilla invadirán la tierra en los próximos meses, es lógico que las distintas colecciones marvelitas se vean afectadas por ello.

Sin embargo, en el caso del Simbionte Spiderman de Peter David, en el que PAD está acompañado de Greg Land, pertenece a ese conjunto de miniseries que nos lleva a la fantástica época del traje negro del arácnido, con el que volvió de las Guerras Secretas, y que supuso el nacimiento de Veneno. El autor se atreve a llevar el concepto de Knull, muy reciente en la historia Marvel, a dicha época ya pasada de Spiderman, por vía de continuidad retroactiva.

Un ejercicio narrativo interesante que, sin duda, lo es más por ser PAD, el autor que se encuentra detrás del mismo.

Lanzamientos en Tomo

Marvel Premiere. El Asombroso Spiderman 1. Regreso a las Esencias

Ya hemos hablado en esta casa largo y tendido (y de hecho en este Magazine dedicándole un apartado específico) del maravilloso formato Marvel Premiere de Panini Cómics que, imitando el TPB americano, nos trae las series mas candentes de la Casa de las Ideas, en tapa blanda y a un precio imbatible.

Pues bien, dicho formato continúa, y a las series objeto del mismo se une el comienzo del Spiderman de Nick Spencer, y por tanto el inicio de la actual etapa arácnida. Descubre por primera vez (si no has leído las grapas) como el autor que derribó el mundo del Capitán América, recoge, de las manos de Dan Slott, a un Spiderman que cambió quizás como nunca antes para volver a ser el de siempre.

Spencer comienza aquí una etapa irregular llena de aciertos, pero también de fallos y números anodinos que solo podremos juzgar con certeza el día que finalice.

Vota a Loki

El estatus de Loki en la Casa de las Ideas ha cambiado mucho en los últimos años, sobre todo desde su aparición en el Universo Cinematográfico Marvel. Y es que, poco a poco, ha pasado de ser uno de los más pérfidos villanos del cosmos marvelita a una divertido y socarrón antihéroe. Ello se ha dejado notar en las viñetas, y fruto de este cambio y de la serie de estreno inminente que protagonizará en Disney+, se recupera Vota a Loki, una miniserie que, en su momento, versaba sobre el complejo modelo electoral de los EEUU .

Un cómic de Christopher Hastings y Langdon Foss en el que el recién ungido Rey de Jotumhein decidirá presentarse a las elecciones presidenciales de la Tierra en un tomo que, aunque parezca intrascendente, en cuanto a su lugar en el Universo Marvel, sin duda resultará muy divertido para los lectores que gusten del Loki cinematográfico.

Hombre Hormiga: Mundo Colmena

Tras una larga ausencia, Scott Lang, el segundo Hombre Hormiga vuelve a las viñetas, en un divertido cómic de Zeb Wells y Dylan Burnett , en el que el personaje, ahora con una renovada popularidad gracias a su aparición en el MCU, encontrará un nuevo trabajo, que no es lo que parece.

Como casi siempre que hablamos de Zeb Wells, podemos asegurar que estaremos ante un cómic muy divertido que nos arrancará más de una sonrisa, lo que en síntesis es Scott Lang, un Hombre Hormiga más cercano a la Marvel cómica que a la épica.

Los 4 Fantásticos: Antítesis

Mark Waid. Neal Adams. Los Cuatro Fantásticos. ¿Realmente necesitáis alguna excusa más para haceros con este tomo? ¿De verdad? ¿En serio? Dos titanes de las viñetas llevan a cabo una nueva aventura de la Primera Familia que no puede saber más a clásico.

Esperen muchos de los tropos habituales del lore de los 4 Fantásticos, tratados con cariño por parte de un equipo creativo que busca honrar el sabor más clásico de la Primera Familia.

Un auténtico must para esta primavera.

El cómic destacado del mes

S.W.O.R.D. 1, de Al Ewing, Valerio Schiti y Marte Gracia

SWORD PaniniLa nueva etapa de S.W.O.R.D. nace de dos eventos: Imperio y X de Espadas, uno de ellos centrado en la vertiente cósmica del Universo Marvel y el otro en la cada vez más expansiva franquicia mutante. Esto es así porque la intención de esta colección pasa por convertirse en una especie de nexo entre los sucesos recientes acontecidos en la nación mutante de Krakoa y la nueva era espacial inaugurada con la formación de la Alianza Kree/Skrull bajo el mandato del Emperador Hulkling. Este planteamiento parece interesante y con mucho potencial, pero es comprensible que los lectores, ya bastante saturados de eventos, sientan cierta reticencia a acercarse a la serie. Después de todo, su inicio es consecuencia directa de dos eventos y ya en su segundo número se cruzará con un tercero: El Rey de Negro, en el que Knull y sus simbiontes llegarán a la Tierra. ¿Quedará pues espacio para que la propuesta desarrolle una identidad propia o se quedará en un simple subproducto del evento del momento? ¿Merece la pena subirse al carro de esta nueva colección? Vamos a intentar responder a estas preguntas echando un vistazo a su primer número.

El principal escenario de la nueva serie es la Estación Uno de S.W.O.R.D., también conocida como “El Pico”. Situada en órbita geosincrónica sobre la isla de Krakoa, la antigua estación espacial ha sido actualizada con tecnología krakoana y cuenta con una nueva tripulación formada exclusivamente por mutantes. Abigail Brand (recordemos que se trata de un híbrido, en parte mutante y en parte alienígena) ha retomado su puesto como directora y ha reorganizado S.W.O.R.D. en seis divisiones. Al frente de estas divisiones nos encontramos con algunos rostros conocidos, como el del joven Cable como director de seguridad o el del antiguo Vengador Eden Fesi, alias Distribuidor, como responsable de logística. El resto del reparto está compuesto por secundarios de la franquicia mutante, algunos de los cuales llevaban años sin dejarse ver. Por ejemplo, el ingeniero y tecnólogo de la estación no es otro que Takeshi Matsuya, alias Genio, recordado por haber formado parte del grupo ochentero de adolescentes mutantes conocido como los X-Terminadores. En la estación también encontramos a una buena colección de antiguos villanos, muchos de ellos relacionados con Magneto, como Fabian Cortex, Joanna Cargill (Frenesí) o Peter Quinn (Mirón). No es extraño, por tanto, que el Concilio Silencioso de Krakoa envíe precisamente al Amo del Magnetismo al espacio a supervisar las actividades de S.W.O.R.D.

La historia arranca con la llegada de Magneto a la Estación Uno, lo cual sirve como excusa para presentar a los personajes y conocer sus roles dentro del organigrama. Siendo esta una colección de la franquicia mutante, dicho organigrama se nos presenta directamente en una de esas páginas de datos que ya se han convertido en seña de identidad de la línea, pero ocultando cierta información al lector para reservarse sorpresas futuras. La serie comparte el gusto de la Patrulla-X de Jonathan Hickman por la segmentación y la especialización, con distintos mutantes centrados en tareas concretas que forman parte de un todo mayor. Esto se hace evidente cuando llega la primera misión oficial de esta nueva S.W.O.R.D., en la que se explora uno de los conceptos introducidos por Hickman: el de los circuitos de poder. En Krakoa, cualquier mutante fallecido puede ser resucitado gracias a la acción de los Cinco, cinco mutantes cuyos poderes trabajando la unísono crean un circuito que les permite llevar a cabo acciones imposibles para cada uno de ellos por separado. Pues bien, S.W.O.R.D. cuenta con los Seis, un circuito de poder en dos etapas que permite la exploración a un nivel nunca antes visto. La primera de estas etapas la constituye el equipo de teleportadores de la estación (formado también por rostros conocidos: Destello, Pórtico, Lila Cheney, Desvanecedor y Amelia Voght) mientras que la segunda está compuesta por seis mutantes (Genio, Armadura, Fabian Cortez, Mirón, Risque y Distribuidor) que al unir sus poderes atraviesan las barreras dimensionales y pueden desplazarse hasta cualquier lugar del multiverso.

De hecho, su primera misión consiste en adentrarse en otra dimensión para obtener (¿o quizá es para robar?) un objeto en forma de pirámide al que llaman Mysterium Tremendum, de la expresión latina Mysterium tremendum et fascinans que se usa en teología para referirse a la experiencia misteriosa y sobrecogedora que siente el ser humano ante la divinidad. Este objeto, posiblemente el gran misterio de la serie, se introduce en el primer número pero tendremos que esperar al menos hasta el sexto para conocer más detalles. No obstante, el manejo de este tipo de conceptos abstractos recuerda a otro de los trabajos anteriores del guionista de S.W.O.R.D., Al Ewing, en concreto a su etapa escribiendo las aventuras de los Ultimates. Parece que la ciencia ficción de alto nivel y la exploración de los rincones más extraños del multiverso serán dos de las constantes de su propuesta.

Pero no sólo la vertiente conceptual se ha trabajado con mimo, pues también la caracterización de los personajes resulta muy interesante. Sin renunciar a resultar accesible a nuevos lectores, la serie referencia la rica historia de la franquicia mutante y construye sobre ella. Por ejemplo, los lectores de los noventa reconocerán en Fabian Cortez al mismo chaquetero adulador que en un número se proclamaba el más leal acólito de Magneto y en el siguiente traicionaba sin ningún pudor a su señor (el reencuentro con Magneto en este primer número, por cierto, está especialmente bien resuelto). De hecho, puede que Cortez sea la gran sorpresa de la colección gracias a su inesperado carisma, ausente en su versión original noventera.

Más allá de los mutantes, el vínculo de S.W.O.R.D. con el espacio permite traer como invitados a diversos embajadores alienígenas, siendo el primero de ellos Paibok, el Energo-Skrull, ahora representante de la Alianza Kree/Skrull. Ewing utiliza al personaje hábilmente para ofrecer una visión externa a la organización y demostrar que hay algunos puntos en los que los intereses de S.W.O.R.D. y de Krakoa chocan de forma frontal. Al menos uno de ellos podría dar mucho juego en el futuro: mientras que la Alianza Kree/Skrull tiene en alta estima a la Bruja Escarlata (madre de Wiccan, el consorte del Emperador Hulkling), en Krakoa es considerada una persona non grata.

Otro aspecto en el que el primer número brilla con luz propia es en el diseño y la estética. El dibujante Valerio Schiti venía de hacer uno de sus mejores trabajos en las páginas de Imperio y aquí ha jugado un papel fundamental diseñando los nuevos uniformes de los miembros de S.W.O.R.D. (uniformes que además cuentan con sus propias funcionalidades, como la capacidad de modificarse para actuar como trajes espaciales) y adaptando la Estación Uno a la característica tecnología orgánica krakoana. Apoyado por el color de Marte Gracia, el arte de Schiti luce espectacular, otorgando una segunda vida a personajes secundarios que en manos de otro dibujante quizá no habrían resultado tan frescos y actuales. Si a eso le sumamos la expresividad de su dibujo y el dinamismo de sus escenas de acción nos encontramos con un aspecto gráfico por encima de la media.

En resumen, podríamos decir que S.W.O.R.D. es una especie de híbrido entre la Patrulla-X de Hickman y los Ultimates de Ewing: una serie que ha sido minuciosamente pensada en la que se exploran conceptos de alto nivel que bordean la frontera entre la ciencia ficción y lo sobrenatural. La colección empieza fuerte, planteando un gran misterio que se explorará más adelante, y estará al pie del cañón durante la futura invasión de los simbiontes de Knull. Además, cuenta con un reparto de secundarios de lujo y viejas glorias de la historia mutante, pero todos ellos han sufrido una considerable reformulación y cuentan con una estética fantástica gracias a los diseños de Schiti. La caracterización de estos personajes, apoyada en unos muy buenos diálogos, resulta sorprendente, dotando de carisma a quiénes en el pasado no nos decían gran cosa (en serio, hay que prestar atención a Fabian Cortez en esta serie). Finalmente, el primer número es una excelente introducción a la propuesta de los autores y en él se explica con detalle cómo está organizada la nueva S.W.O.R.D. y cómo funcionan los Seis. Aquellos que tengan dudas sobre la cabecera por su relación con tantos eventos recientes o por ser la enésima serie regular mutante harán bien en darle una oportunidad a su primera entrega, pues es la mejor carta de presentación posible.

No te puedes perder… Iron Man de Christopher Cantwell y CAFU

La de Iron Man es una de las colecciones más longevas de Marvel, pero para ser sinceros su calidad media es más baja que la de algunos de sus camaradas de armas, como puede ser Thor o el Capitán América. Aun con grandes momentos en su carrera, desde la Guerra de las armaduras hasta Extremis, y con unas etapas en el presente siglo dignas de mención (ahí quedan Kieron Gillen, Matt Fraction o Brian Michael Bendis), lo cierto es que Tony Stark necesitaba volver a brillar, especialmente después del desastre que resultaron las últimas series firmadas por Dan Slott, Jim Zub, y un diverso plantel de dibujantes, desde que se hicieran cargo del Vengador Dorado allá por 2018. Pero ya está, ya se acabó y lo que nos está llegando no tiene nada que ver. Pero tampoco es de extrañar con los dos autores como son Christopher Cantwell y CAFU.

Llegado del mundo de la televisión, donde realizó Halt & Catch Fire y está adaptando Paper Girls (el cómic de Brian K. Vaughan y Cliff Chiang), Christopher Cantwell mostraba su talento en el noveno arte con dos series, llamadas Podía Volar y Everything, que estaban amparadas por Dark Horse en el sello controlado por Karen Berger, lo cual ya es decir mucho. Su paso a Marvel le llevó a Latveria con la Guerra de los Reinos, lo cual le dio paso a escribir la serie de Doctor Muerte, con bastante éxito e incluso nominada a los Eisner, así que no era raro que Marvel confiase en él para una serie potente y Iron Man necesitaba a Cantwell para volver a despegar.

Por otro lado de CAFU hemos hablado bastante por esta página, siempre teniendo buenas palabras a su trabajo, tanto por su extensa labor en diversas series de Valiant como por su entrada como autor exclusivo en DC, pero también con la llegada a Marvel de manera regular gracias a la serie de Valquiria, protagonizada por Jane Foster y con Jason Aaron a los guiones, apoyado por Al Ewing en los primeros números. Precisamente la evolución de CAFU en dicha serie fue impresionante, su dibujo ya era muy bueno, pero ahora da un detalle y una definición a los personajes que llega a cotas más altas. Con Iron Man va aún más allá, solo hay que ver la cara de Gata Infernal en el cuarto número, pero qué bien le quedan las peleas y qué bien se le dan las partes calmadas, con un manejo de los tiempos en ambas que es sublime.

Lo que nos proponen los autores es una nueva vuelta a los orígenes, un nuevo comienzo que si no es de cero, porque sí que se tiene en cuenta su pasado, Tony Stark trata de bajar de su pedestal para empezar de nuevo buscando un rumbo diferente, su sitio en el mundo. Es verdad que esto no es original, Iron Man es uno de los personajes que más veces a subido al Olimpo de los héroes para luego caer a lo más bajo, desde su alcoholismo, sus supuestos fallecimientos o las pérdidas empresariales, pero la justificación de los autores, que se basa más en el aspecto moral, como se hiciera en los propios inicios del personaje, está muy bien hilada, sobre todo porque nos separa de manera absoluta de la anterior etapa, la cual ni se menciona.

Tiene grandes momentos en los que el propio Tony se plantea su papel como ser superpoderoso, el bien, el mal y por qué escoger el supuestamente correcto, hasta duda en unos segundos por qué debe regirse por las leyes de los simples humanos en unas brillantes páginas en las que lucha contra uno de sus primeros villanos, Fundidor, porque le había destrozado el coche. Precisamente los villanos son un punto interesante, Iron Man se enfrenta continuamente a malhechores bastantes clásicos de su pasado y de una manera rápida, sin que aparentemente tengan algo que ver con la trama general. Y, siguiendo con los antagonistas, el hecho de tomar como principal a Korvac es bastante atrevido, es cierto que después de su famosa saga en Los Vengadores había regresado en otras series de Marvel (Estela Plateada, Capitán América o Academia Vengadores) pero meter a alguien tan poderoso contra un Tony Stark que no está en su mejor momento, y con un séquito a tener en cuenta, resulta muy atractivo. Especialmente por la forma tan mundana con la que lo hacen los autores.

Y hablando de atrevimientos, Patsy Walker es uno de ellos y se alza como una elección buenísima. La Gata Infernal juega un papel fundamental que se mueve entre secundaria y co-protagonista, como si de un Team-up se tratase, ejerciendo de guía moral de Stark en este nuevo camino a recorrer. Buenos diálogos, frases lapidarias y ciertas dosis de acción hacen que este personaje sea el complemento perfecto, el contrapunto que la serie necesitaba para ser más redonda.

Llevamos solo cuatro números y todavía hay un largo camino para saber en qué lugar dejarán CAFU y Cantwell a Iron Man en el ranking de la actual Marvel, pero nos es suficiente para decir eso de “no te puedes perder Iron Man”.

Quién es quién: Los huéspedes del Fénix

El Final de Todas las Cosas, el Portador del Caos, el Ave de Fuego Cósmico, el Devastador de Mundos, el Halcón del Vacío, el Guardián de la Creación, Fuego y Vida Encarnada, la Fuerza Fénix: muchos son los nombres de esta entidad cósmica que representa el incesante ciclo de creación y destrucción. Nacida del vacío e hija del universo mismo, la Fuerza Fénix es la manifestación máxima de la vida en toda su salvaje pasión. Su propósito consiste en quemar aquello que ha quedado estancado para reanudar el ciclo eterno y proporcionar así nuevas oportunidades para la evolución de la vida. Precisamente por eso es una criatura temida, ya que en todo el cosmos es conocido que el surgimiento de un nuevo huésped de la Fuerza Fénix es la antesala del Juicio del Fénix; un juicio de fuego, caos y, con frecuencia, muerte. El Fénix ha visitado la Tierra en numerosas ocasiones y ha elegido a muchos de sus huéspedes pasados entre sus habitantes… y ahora ha vuelto. Tal y como podemos ver este mes en la colección de los Vengadores de Jason Aaron y Javier Garrón, la Fuerza Fénix está buscando un nuevo huésped y todos los componentes del equipo están entre los candidatos. ¿Quién será el elegido?

Vengadores Fénix

Aprovechando el nuevo arco, titulado muy apropiadamente Llega el Fénix, vamos a recordar a algunos de los huéspedes más destacados de esta entidad cósmica a lo largo de la historia. Nuestra intención no es hacer un repaso exhaustivo de la carrera de todos estos personajes, sino explicar su relación con la Fuerza Fénix para intentar comprender un poco mejor a este complejo ser y, quién sabe, quizá también buscar pistas sobre quién será su nuevo huésped.

Pelo de Fuego Fénix

Pelo de Fuego, el Fénix de hace un millón de años

Hace un millón de años nació una niña pelirroja que fue abandonada por su padres al considerar que el color de su pelo era la prueba de que estaba maldita. Rescatada por una manada de lobos, la niña creció como uno de los suyos hasta que conoció a la Tribu Sin Miedo, un grupo de mutantes prehistóricos que también habían sido abandonados por sus familias a causa de su aspecto. Durante su estancia con ellos, Pelo de Fuego descubrió que ella misma era una mutante con habilidades psíquicas. Sin embargo, sus poderes no le sirvieron para proteger a sus amigos del ataque de una tribu humana que, temerosa de sus vecinos mutantes, decidió acabar con ellos. Fue entonces cuando quiso acabar con su vida, lo que atrajo a la Fuerza Fénix hacia ella. Sus ansias de venganza estuvieron a punto de imponerse y de convertirla en Fénix Oscura, pero logró mantener el control y decidió usar sus poderes para proteger a los indefensos. De esta forma, Pelo de Fuego se unió a una alianza de seres superpoderosos junto al dios asgardiano Odín, el hechicero Agamotto, la primera Pantera Negra, el primer Jinete Fantasma, el primer Puño de Hierro y el portador de la Marca Estelar: todos juntos fueron los Vengadores de hace un millón de años. Pelo de Fuego y Odín compartieron algo más que una amistad en aquel tiempo y es posible que pronto sepamos más sobre los frutos de esa relación.

Jean Grey Fénix

Jean Grey, la hija de la luz y de la oscuridad

Probablemente el huésped del Fénix más conocido de todos y el que ha tenido un contacto más íntimo con este ser cósmico. Jean Grey, la Chica Maravillosa de la Patrulla-X, decidió sacrificarse para salvar a sus compañeros mientras regresaban de un combate en una estación espacial. Mientras ellos permanecían en un compartimento escudado contra la letal radiación, ella usó sus poderes para protegerse mientras pilotaba la lanzadera en la reentrada. Sin embargo, su esfuerzo fue insuficiente. Mientras moría, Jean lanzó un grito psíquico de ayuda que convocó al Fénix. La criatura se sintió fascinada por la mutante, a la que dejó en animación suspendida mientras tomaba sus recuerdos y ocupaba su lugar en la Patrulla-X. El Fénix ayudó a salvar el universo reparando el Cristal M’Kraan, pero acabó siendo corrompido por las maquinaciones del Círculo Interno del Club Fuego Infernal. De esta forma, Fénix se convirtió en Fénix Oscura y acabó con millones de vidas al devorar la estrella del sistema D’bari. Finalmente, decidió acabar con su propia vida en el Área Azul de la Luna. La Patrulla-X lloró su muerte durante años, sin saber que la auténtica Jean seguía en animación suspendida. Por supuesto, Jean Grey acabó regresando y con el tiempo volvió a la Patrulla-X. También su vínculo con el Fénix acabó regresando con mayor fuerza que nunca: la Fuerza Fénix es el nexo de toda la energía psiónica del universo, por lo que los psíquicos más poderosos siempre acaban acercándose al fuego del Fénix.

Madelyne Pryor Fénix

Madelyne Pryor, el reflejo distorsionado

Tras la muerte de Fénix Oscura, la Fuerza Fénix regresó junto a Jean para devolverle “la parte de su alma que había tomado prestada”, pero Jean la rechazó. La criatura buscó entonces un nuevo huésped y lo encontró en Madelyne Pryor, un clon de Jean Grey creado por Mister Siniestro. El villano consideraba que su experimento había sido un fracaso, pero entonces la Fuerza Fénix le proporcionó a Madelyne la chispa de la vida y ese fragmento del alma original de Jean. Quizá fue el hecho de poseer parte del alma de Jean lo que llevó a Cíclope a enamorarse, a casarse y a tener un hijo con Madelyne, aunque el regreso de la verdadera Jean Grey le llevó a abandonar a su esposa y a su hijo. Tiempo después, Madelyne fue corrompida por los demonios del Limbo y se convirtió en la Reina Duende, desencadenando un infierno sobre Nueva York. Cíclope y Jean Grey, ya como miembros de Factor-X, se enfrentaron a ella en un combate que acabó con la muerte de Madelyne y con Jean recuperando ese fragmento de su alma que el Fénix le había quitado. No obstante, la consciencia de Madelyne sobrevivió y con el tiempo encontró la manera de regresar para atormentar a los mutantes. De hecho, pudimos ver a la Reina Duende hace poco en las páginas de Infernales.

Rachel Summers Fénix

Rachel Summers, la huérfana de otro tiempo

Hija de Jean Grey en un futuro alternativo en el que los mutantes eran cazados y exterminados en campos de concentración, Rachel Summers viajó hasta el presente en un intento por evitar su futuro. Su llegada se produjo durante la época en la que Jean se creía muerta tras suicidarse como Fénix Oscura, por lo que Rachel se propuso reclamar el poder del Fénix para redimir los pecados de su madre y, al mismo tiempo, los suyos propios como antiguo sabueso cazador de mutantes en la realidad de la que procedía. La Fuerza Fénix acudió a su llamada y se unió a ella, lo que le permitió llevar a cabo hazañas tan destacadas como enfrentarse al Todopoderoso y a Galactus. Rachel fue parte de la Patrulla-X además de uno de los miembros clave de la primera alineación del supergrupo británico Excalibur. Su cronología, ya bastante compleja por proceder de un futuro alternativo, se hizo aún más enrevesada cuando se desdobló en dos encarnaciones diferentes: una de ellas viajó al futuro lejano para convertirse en la Madre Askani (la líder del culto religioso que entrenó al hijo de Madelyne Pryor cuando fue desplazado en el tiempo, convirtiéndole en el hombre llamado Cable) mientras que la otra volvió al presente en una nueva encarnación para reincorporarse a la Patrulla-X tras separarse del Fénix. Hoy en día podemos verla usando el nombre de Prestigio como parte de Factor-X.

Emma Frost Fénix

Emma Frost, la reina de hielo con corazón ardiente

Jean Grey regresó de su supuesta muerte como Fénix Oscura y Cíclope corrió de nuevo a su lado. Años después, Jean volvió a convertirse en Fénix y murió a manos de un impostor que se hacía pasar por Magneto. Sin embargo, con su muerte ascendió hasta convertirse en un Fénix Blanco de la Corona, un avatar puro del Fénix, y le concedió a Cíclope la libertad para perseguir un futuro junto a Emma Frost, la antigua Reina Blanca del Club Fuego Infernal. Ya convertidos en pareja, Scott y Emma tuvieron que enfrentarse al regreso de Jean cuando una nave Shi’ar intentó acabar con la Fuerza Fénix para siempre, obligando a la entidad cósmica herida a habitar de nuevo el cuerpo de Jean. Resucitada en contra de su voluntad, Jean trató de resistirse mientras se enfrentaba a sus amigos. Finalmente, con ella fuera de combate y la vida de Cíclope en juego, Emma se ofreció a sí misma como nueva huésped. Su vínculo duró poco, pues el Fénix había enloquecido y no fue capaz de contenerlo. De hecho, ya ni quiera Jean era capaz de contenerlo. Entonces Emma enlazó telepáticamente a Jean con sus amigos de la Patrulla-X para que pudiese experimentar el amor que todos sentían hacia ella, lo que le permitió sanar al Fénix y ascender de nuevo al estado de Fénix Blanco de la Corona. Entonces Jean pudo seguir descansando en paz, mientras que Emma y Scott prosiguieron con su romance.

Hermanas Cuco Fénix

Celeste, Irma y Phoebe, el arma esperando ser disparada

No obstante, el ataque de aquella nave Shi’ar había provocado que varios fragmentos del Fénix se separasen de la entidad de fuego cósmico. Tres de ellos acabaron en el interior de Celeste, Irma y Phoebe, las Tres-En-Una, también conocidas como las Hermanas Cuco. Sin que la Patrulla-X lo supiese, las pupilas de Emma Frost eran en realidad el producto de un experimento del Programa Arma Plus. Criadas a partir de óvulos extraídos de Emma Frost mientras estaba en coma, las Hermanas Cuco formaban parte de Arma XIV, un arma viviente capaz de destruir a todos los telépatas del planeta. Para evitar que el Programa Arma Plus utilizase el poder del Fénix que contenían en su interior, las hermanas encerraron ese poder en el interior de sus corazones de diamante, renunciado a cambio a su capacidad para sentir emociones. De esta forma, su vínculo con el Fénix se rompió. Parece que esta criatura, que es producto de la emoción, no es capaz de prosperar en un entorno carente de ella.

Cinco Fénix

Los Cinco Fénix, el accidente imprevisible

Años después, el Fénix volvió a manifestarse y comenzó a recorrer el espacio en dirección a la Tierra, arrasando planetas a su paso. En ese momento los Vengadores se encontraban en pleno conflicto con la Patrulla-X, que se había escindido de Estados Unidos para fundar la isla nación de Utopía. Mientras los mutantes creían que el regreso del Fénix era una señal para su especie, que en esos momentos estaba en peligro de extinción, los Vengadores temían que pudiese nacer una nueva Fénix Oscura. Iron Man trató entonces de destruir al Fénix con su tecnología, pero lo único que consiguió fue dividirlo en cinco partes que eligieron a cinco huéspedes: Cíclope, la Reina Blanca, Namor, Coloso y Magik. Bajo el mandato de los Cinco Fénix, Utopía se convirtió en un paraíso mientras los Vengadores eran declarados enemigos de la especie mutante y perseguidos en consecuencia. Namor llegó a usar el poder del Fénix para arrasar el reino de Wakanda, demostrando que los Cinco Fénix estaban empezando a perder el control. Los huéspedes restantes se volvieron los unos contra los otros hasta que sólo quedó Cíclope esgrimiendo el poder de la Fuerza Fénix. Convertido en Fénix Oscuro, Scott llegó a acabar con la vida de su mentor, el Profesor Xavier, antes de ser derrotado. En ese momento el Fénix quedó libre para unirse al fin con el huésped al que estaba buscando desde el principio.

Hope Summers Fénix

Hope Summers, la esperada mesías mutante

Las famosas tres palabras de la Bruja Escarlata, “no más mutantes”, habían llevado a la especie al borde de la extinción. Desde el llamado Día-M no se habían producido nuevos nacimientos mutantes hasta la llegada de una niña llamada Hope. Perseguida por innumerables enemigos, Hope fue puesta al cargo de Cable, que se encargó de protegerla y entrenarla para que algún día desempeñase el papel que le había reservado el destino: el de mesías que salvaría a la especie mutante. Fue ella quien despertó los poderes de las Cinco Luces, cinco jóvenes que vieron despertar sus poderes mutantes después del Día-M. Sin embargo, su momento de gloria llegó tras la derrota de los Cinco Fénix. Cuando la Fuerza Fénix abandonó a Cíclope se unió a Hope, transformándola en un Fénix Blanco de la Corona. Inmediatamente, Hope utilizó su poder para deshacer tanto el daño provocado por los Cinco Fénix como el hechizo de la Bruja Escarlata, permitiendo así que la especie mutante continuase su evolución natural. Habiendo cumplido su tarea tras completar el Juicio del Fénix, la entidad cósmica abandonó a Hope, desvaneciéndose para renacer en otro lugar. Hoy en día podemos encontrar a Hope en Krakoa como parte de los Cinco, los encargados de llevar a cabo los Protocolos de Resurrección que permiten que los Hombres-X escapen de la muerte.

Quentin Quire Fénix

Quentin Quire, el desvergonzado iconoclasta

Quentin Quire, Chico Omega, fue uno de los alumnos más prometedores de la Escuela de Xavier, pero también uno de los más rebeldes… hasta el punto de provocar una revuelta de estudiantes en la que acabó perdiendo su propia vida. Sin embargo, sus crecientes capacidades psíquicas le acercaron al fuego del Fénix. De hecho, cuando Jean Grey ascendió a Fénix Blanco de la Corona por primera vez, contempló a Quentin convertido en un futuro avatar del Fénix. Renacido tras un tiempo en estado incorpóreo, Quentin fue reclutado por Jane Foster en su papel de Thor para una guerra cósmica. Desafiada por los dioses Shi’ar, Sharra y K’ythri, la diosa del trueno había salido victoriosa del combate sólo para comprobar que las deidades alienígenas habían convocado a la Fuerza Fénix para que destruyese el cosmos en venganza. Con la ayuda de Quentin, Thor pudo derrotar al Fénix, pero la guerra entre Asgard y los Shi’ar no llegó a su fin hasta que Chico Omega negoció con la entidad cósmica y se convirtió en el huésped de uno de sus fragmentos. No obstante, su tiempo como avatar fue corto. No mucho después, Quentin agotó su poder como Fénix para rescatar a su compañera Júbilo de una muerte segura, eliminando el vampirismo que había sufrido y restaurando sus poderes mutantes perdidos. Eso no quiere decir que la relación de Quentin con el Fénix haya concluido para siempre: hemos podido ver al menos un posible futuro en el que un Quentin adulto sigue siendo huésped del Fénix.

Thane Fénix

Thane, el retoño rebelde

Aunque resulte irónico, Thanos, el Titán Loco, el más fiel servidor de la muerte, tuvo mucha descendencia. En un momento determinado, recorrió el universo demandando las cabezas de sus hijos perdidos junto a su Orden Negra. Su verdadero objetivo era encontrar a su hijo Thane, producto de su unión con una mujer inhumana, y eso acabó provocando un combate entre Thanos y el rey inhumano Rayo Negro. Thane, ayudado en secreto por uno de los generales de la Orden Negra, fue fundamental en la derrota de Thanos en esa ocasión, pero su conflicto con su padre estaba lejos de acabar. Buscando la manera de acabar con Thanos para siempre, Thane encontró la manera de convertirse en el nuevo huésped de la Fuerza Fénix. Sin embargo, la Muerte aprovechó la ocasión para influir en Thane y utilizar los poderes del Fénix para sembrar la destrucción. Finalmente, Thanos se enfrentó a su hijo, derrotándolo y permitiendo que el Fénix le fuese arrancado. Desde entonces Thane se encuentra prisionero, sufriendo el castigo por atreverse a desafiar la voluntad de su padre.

Con esto termina nuestro repaso y ya podemos sacar algunas conclusiones. Sabemos que la Fuerza Fénix se siente atraída por aquellos que poseen algún talento psíquico y que suele manifestarse cuando su futuro huésped está a punto de morir. También sabemos que el Fénix es una criatura nacida de la pasión, por lo que uno de los requisitos de sus huéspedes es que experimenten fuertes emociones. Otro detalle importante es que el Fénix tiene cierta tendencia a intoxicarse por las emociones extremas, lo que hace que sea vulnerable a poderes externos y fácil de manipular. Cualquier huésped corre el peligro de perder el control y convertirse en un Fénix Oscuro consagrado a la destrucción. Sólo aquellos capaces de vencer a su propia oscuridad interior pueden alcanzar el estado de Fénix Blanco de la Corona, la más alta manifestación del Fénix. Para acabar, conviene recordar que la Fuerza Fénix es capaz de escindir su esencia y que múltiples huéspedes pueden convivir de forma simultánea, aunque parece que la entidad tiene tendencia a enfrentar a sus huéspedes entre sí en busca de un huésped definitivo. Parece que eso es justo lo que vamos a ver a partir de este mes en las páginas de los Vengadores con el comienzo de Llega el Fénix. Pronto conoceremos a su huésped definitivo.

Hablemos de clásicos

No hay duda de que cada vez que sale al mercado un nuevo tomo de la Patrulla-X de Chris Claremont, es necesario darle relevancia. Se trata de una de las cumbres de genialidad de la Marvel de finales de los setenta y de los ochenta. Publicada de manera errática en formato Omnigold, nos encontramos con su número siete como disponible en abril. Hablemos un poco de los mutantes y sus tribulaciones.

El concepto de X-Men surge a inicios de los sesenta, de manera muy modesta. Seres que portan poderes, de manera intrínseca, por las especificidades de la genética. Tras un tiempo en el candelero, la colección fue cancelada, lo que llevó a un relanzamiento, algunos años después, cayendo el título en manos de Chris Claremont, en el año 1975, y desde ese punto se convertiría en el alma mater de una revolución sin igual en las filas de la Casa de las Ideas. La Patrulla -X se posiciona como la colección a seguir, mes a mes, con una mezcla de aventura trepidante, temas trascendentes y desarrollo de personajes. Los lectores caímos rendidos a los pies de una autor que, acompañado de un buen puñado de artistas de calidad, supo convertir un tebeo de superhéroes en algo mucho más importante para una comunidad.

Nos trasladamos directamente a 1986, donde el guionista había introducido cambios de gran calado. Miembros como Lobezno, Coloso o Rondador, continúan siendo vitales desde los tiempos de la Segunda Génesis. Por el camino, hemos visto la increíble evolución de Tormenta, con su estética punki y elevada a líder natural del equipo, o el crecimiento natural de la joven Kitty Pride, convertida ya en una heroína de pleno derecho, Gata Sombra. También nos presentó la complicada integración en la agrupación de Pícara, que comenzó como villana, y la paulatina conversión de Magneto en alguien de bien. Todo ello llevado de manera orgánica e interesante.

El volumen que tenemos entre manos se titula “La Masacre Mutante” en honor a un ciclo que la mayoría de críticos consideran como el giro definitivo hacia el dramatismo de la colección. Los mutantes se habían ganado enemigos poderosos, a lo largo de los años. Uno de los grupos de antagonistas más curioso fue el de los Merodeadores, puesto que eran un puñado de mercenarios al servicio de otro mutante, Mr. Siniestro. Este fundó un escuadrón de la muerte para proveerse de portadores del gen X que fueran de sencillo secuestro, para experimentos varios, al gusto del científico loco. Básicamente, hablamos de desclasados, huérfanos, gente abandonada, que servían a Nathaniel Essex para los más crueles ensayos. Curiosamente, se establece que en los túneles de la ciudad de Nueva York se han refugiado un grupo de mutantes que se sienten rechazados por la sociedad, vistos como monstruos o rarezas por el resto de sus conciudadanos. Se hacen llamar los Morlocks, honrando así a las criaturas infrahumanas de la novela de H.G. Wells, “La Máquina del Tiempo”. Pues bien, el escuadrón de Merodeadores es enviado por Essex a los túneles Morlocks para provocar el caos y la destrucción. La Patrulla tratará de implicarse en esa problemática, pero lo cierto es que la pelea no será sencilla, y no quedará sin consecuencias.

Nos encontramos ante una de las sagas más recordadas de Claremont. Unas historias que conservan el dramatismo, la crudeza y el impacto, como si lo estuviéramos leyendo por primera vez. Al dibujo tenemos a un grandísimo artista de aquella década, que ha marcado una época, como John Romita Jr. Decir que ya solo por este ciclo, el tomo es totalmente recomendable, pero es que además nos sirven un par de platos extras para degustar. Dos miniseries que cuentan con el modo versus como principal reclamo y en ellas, la Patrulla-X se torna fundamental. A mediados de los ochenta, Shooter ya tenía un modelo de publicación algo más extendido y los especiales o series limitadas se volvieron populares, contando además de que solían maquetarse con mejor papel (por tanto, de mayor precio en puntos de venta).

Es evidente que ante un proyecto de tal magnitud se busca de un gancho comercial. El protagonismo de los mutantes implicaba una ración extra de expectación, un foco de atención importante. El hecho de que los X-Men se enfrentaran a los 4 Fantásticos y a los Vengadores, no dejaba de ser todo un acontecimiento para cualquier lector de superhéroes. Para estos dos proyectos tenemos nombres de una importancia capital para la Marvel de aquellos días, a saber, Chris Claremont, John Bogdanove, Roger Stern y Marc Silvestri. Un plantel de lujo que otorga a estas miniseries un sello de calidad, subiendo la valoración general del tomo de la Patrulla-X.

En las historias que corresponden a la Masacre Mutante, vimos la incorporación al grupo de algunos personajes, en apariencia modestos, pero que con el tiempo fueron cogiendo cierta relevancia. Caracteres como Mariposa Mental, Dazzler o Longshot. Vamos a quedarnos específicamente con este último.

Para empezar, el bueno de Longshot no está catalogado como mutante. No nació como tal y no surgió en ninguna cabecera de su entorno. Longshot es un proyecto tremendamente personal de la guionista y editora Ann Nocenti, junto al talento artístico de Arthur Adams, entonces un novato en el negocio. Para Nocenti, después editar incontables tebeos y guionizar por encargo variadas colecciones, había llegado el momento de aportar algo de savia nueva al Universo Marvel. La autora confeccionó todo un memorándum con ideas acerca de la construcción de este novedoso personaje; pensó en su origen, proveniente de un mundo alternativo, a lo que añade el dato de que fuera amnésico, un detalle nunca visto en el mercado norteamericano, además de dirigir sus habilidades hacia el terreno de la suerte. De ahí extraemos su nombre de guerra, Longshot, porque la misma Ann sabía de la dificultad para su implantación en el imaginario lector. Su diseño externo se lo debemos a Arthur Adams, que le dio un toque acorde a la moda de los años 80 y ese característico ojo brillante, guiño requerido por la guionista como homenaje a su animal de compañía, un gato tuerto.

Cualquiera del Bullpen que leyera la sinopsis arquearía su ceja de estupor, ante un proyecto tan arriesgado. Un superhéroe nuevo, amnésico, con un aspecto y comportamiento casi infantil…. No casaba en ninguna franquicia de la casa. Louise Simonson supo ver el potencial de la idea. La editora logró ver unos mimbres que el resto del staff prefirió ignorar, por lo que ella misma apadrinó la serie ante Jim Shooter. El gran jefe dio el visto bueno, por lo que a Simonson le tocó buscar un artista para llevarlo a término. Fue la propia Nocenti la que sugirió a Arthur Adams, un recién llegado a la editorial, tras la negativa de la totalidad del staff de dibujantes de hacerse cargo del título. En sus quehaceres de editora, Ann había visto páginas de muestra del talento de Adams y este aceptó encantado su primer gran proyecto en Marvel.

Para la estructuración y composición del título se buscó el formato miniserie de seis números, bastante utilizado en la época. Durante esos ejemplares, asistimos el viaje de autodescubrimiento de Longshot, perdido en un mundo nuevo, a la vez que se introducen conceptos tan potentes como Mojo y su desquiciado mundo televisivo. Algo que ha caracterizado a Ann Nocenti, como autora, ha sido su compromiso social, por lo que aquí no hará una excepción. Los secundarios servirán de vehículo para las inquietudes de la guionista, en el Nueva York característico de los ochenta, pero sin poner todos los huevos en la misma cesta; igual tenemos contenido social que contamos con ciencia ficción compleja, y de vez en cuando algo del género de superhéroes, con invitados especiales del Universo Marvel, lo que deja a esta obra en un territorio interesante como obra de culto, ya que no es, para nada, lo que se hacía para triunfar en la editorial.

La miniserie, además de disponer de un guion trabajado y con aristas, viene firmada en el aspecto gráfico por Arthur Adams, uno de esos dibujantes que arrastran una legión de seguidores a sus espaldas, por motivos evidentes. A pesar de que aquí Adams es un novato en la industria, se nota su calidad intrínseca y un trabajo de caracterización muy importante para que el bueno de Longshot gozara de su propia personalidad. De hecho, el personaje llamó la atención de Chris Claremont, fichándolo para los X-Men, pese a que no hay nada que lo relacione con el entorno mutante en su cómic de debut.

Uno de los grandes fenómenos del año en curso ha sido la recepción de Wandavision, cuyo último episodio lo tuvimos hace no mucho. La serie de Disney + se convirtió en un fenómeno a nivel mundial, provocando un interés en el aficionado casual acerca de la Bruja y el sintezoide que Panini se ha propuesto capitalizar. Hay que decir que la mayor parte del material sobre la pareja ya había sido puesto sobre la mesa por parte de la editorial italiana. Pero viendo el impacto del show televisivo, ha decidido empaquetar, darle un toque de novedad a algunas de esas obras, que se irán publicando a lo largo de 2021. La primera de ellas la tenemos este mes de abril.

Nos referimos a la miniserie de cuatro números orquestada por Bill Mantlo y dibujada por Rick Leonardi a mediados de los ochenta, La Visión y la Bruja Escarlata. En ella los autores recogían al entonces matrimonio tras su salida oficial de los Vengadores, auspiciada por el editor en jefe, Jim Shooter. Mantlo tenía un especial cariño hacia los personajes y decidió presentar un proyecto en solitario sobre los mismos. En él, pondría sobre el tablero algunos temas muy candentes y sería de vital importancia para la ascendencia de Wanda y Pietro Maximoff.

Nos encontramos ante una obra que merece la pena resaltar. Son cómics muy bien hechos, en cuanto a guion y dibujo, pero es que además son de una trascendencia casi obligada para la comprensión de ambos vengadores. Como bonus track, se incluye un momento histórico en la formación vengativa, el Giant Size en el que se produjo la gran boda doble, con Visión y Wanda, por un lado, junto al Espadachín y Mantis, por otro. Un episodio mítico, a cargo de Steve Englehart y Don Heck, donde pudimos ver la materialización de un amor que se había ido gestando a lo largo de la serie regular. En un formato HC en tapa dura, se torna el momento indicado para hacerte con esta recopilación, si no dispones de anteriores ediciones en tu biblioteca.

Otras reediciones

Marvel Héroes. Secret Wars

Mike Zeck, Bob Layton y Jim Shooter, nos enseñaron, en 1984, que los eventos superheroicos podían ser mucho más de lo que eran. Más grandes, más masivos, con muchos más personajes por página, trascendiendo el entonces ya superado concepto del mero team-up.

Lo que no era si no un acuerdo con la juguetera Mattel para vender muñecos de los héroes y villanos de Marvel Comics, se convirtió en el primer gran evento de la editorial, el cual recordaremos una y otra vez por la importancia que tuvo a nivel editorial y ficcional, y sobre el que de alguna u otra manera, en forma de nuevos cómics, películas, series animadas o de imagen real, siempre volveremos.

Porque nos encantan las Guerras Secretas, porque Secret Wars es Marvel, os recomendamos una vez más, esta obra imperecedera que este mes, después de algún tiempo agotada, conoce una nueva reimpresión.

Marvel Héroes. El Asombroso Spiderman: El Nacimiento de Matanza

En los noventa, los simbiontes conquistaron las colecciones arácnidas. Venom y su popularidad daban para mucho, y en una época que muchos queremos olvidar pero por la que en realidad sentimos un enorme placer culpable, Marvel explotaba a Spiderman y a su nueva némesis hipervitaminada, tanto como podía. Pero no bastaba. Veneno ya era un personaje al que el lector estaba acostumbrado y había que hacerlo más malvado, más temible.

David Michelinie, Al Migrom y Mark Bagley se pusieron a trabajar y entre todos alumbraron a Matanza, el nuevo simbionte nacido de Venom que poseía al psicópata Cletus Kasady.

Con no mucha fortuna, pero con una popularidad que Marvel nunca llegó a imaginar, había nacido un nuevo villano para Spiderman y su importancia se dejaría sentir durante décadas, siendo ahora un personaje capital para el universo arácnido.

¿Su nacimiento? En este imprescindible tomo.

Marvel Now! Deluxe. Invencible Iron Man 1. Reinicio

Aunque haga ya casi cuatro años que Bendis no forma parte de la Casa de las Ideas, su sombra en Marvel es muy alargada, y se dejará sentir durante muchos, muchos años. No podía ser de otra manera, y es que, el guionista de Cleveland fue durante diecisiete años el máximo responsable de la dirección que tomaban los cómics de Marvel, convirtiéndose en el arquitecto de dicho universo para el Siglo XXI y en el responsable de muchas de sus colecciones. Algunas de ellas siguen estando hoy entre lo mejor de Marvel, y otras, es mejor olvidarlas.

Sin embargo, sin importar detalles de calidad, Panini Cómics recopila toda la era Marvel Now! en tomo, y ahora le toca al Iron Man de Bendis, en una etapa en la que el bueno de Brian se atrevió a romper ciertos cánones ya establecidos del personaje, como por ejemplo, el origen de Tony Stark, llegando incluso a buscar una sucesora para el Hombre de Hierro.

El origen de todo aquello, en el que participaron los lápices del genial David Marquez, comienza en un tomo que, no sabemos si os gustará o no, pero que desde luego no os dejará indiferentes.

Sepadarador Magazine Marvel

Aquellas maravillosas novedades

Esta entrega de nuestro magazine ha llegado a su final y con ella hemos cumplido nuestro compromiso mensual con la actualidad. Ahora tenemos carta blanca para hacer lo que más nos gusta: viajar hacia atrás en el tiempo para recordar viejas anécdotas del mundo de los tebeos. Ha llegado el momento de dejar a un lado el presente para echar un vistazo a las novedades de antaño. ¿Recuerdas lo que pasó…?

¿… hace un año? En abril de 2020 no hubo novedades. Alguien debió darse cuenta de lo mucho que había crecido nuestra pila de lecturas pendientes y decidió que era buena idea que nos pasáramos una temporada metidos en casa para ponernos al día con ellas. Con las librerías cerradas, no nos quedó más remedio que tirar de cómics viejos. Pero claro, podría haber sido mucho peor: podríamos haber pasado el tiempo aprendiendo a amasar nuestro propio pan o incluso montando espectáculos musicales cada tarde en el balcón.

¿… hace cinco años? En abril de 2016, la serie mensual de los Cuatro Fantásticos alcanzó el nada desdeñable hito de los cien números publicados. Ya entonces era poco frecuente encontrar números tan elevados en la portada de un cómic y con el paso del tiempo esa circunstancia se ha hecho más y más rara de ver. Lo que no ha cambiado mucho ha sido la forma en la que se celebran estos acontecimientos: metiendo una buena cantidad de relleno para engordar la grapa y que el número “especial” sea también especialmente caro. Si bien es cierto que el relleno que eligió Panini en ese momento era difícil de criticar (un What If? hecho por el mismísimo Jack Kirby y otro por el añorado Mike Wieringo), siempre nos parecerá difícil justificar que se celebre el aniversario de una colección sacando un número “especial” en el que no se incluye ningún contenido perteneciente a esa misma colección.

¿… hace diez años? En abril de 2011 nos llegó la nueva colección de la Patrulla-X, que retomaba el viejo título de X-Men a secas y enfrentaba a los mutantes contra Drácula y sus hijos chupasangre. Esta serie ignoraba todo lo que se había hecho antes con el Señor de los Vampiros en la editorial (“¿La Tumba de Drácula? ¿Qué es eso? No me suena”) para introducir una moderna y descafeinada versión de Drácula. Y claro, qué mejor sitio para presentarla que una nueva cabecera mutante que sólo por su título ya se iba a vender sola. Menuda decepción nos llevamos cuando nos compramos este tebeo pensando que nos iba a aportar una buena dosis de nuestros mutantes favoritos y lo que nos encontramos fue una versión cutre de Juego de Tronos protagonizada por unos vampiros que no le importaban a nadie. Y lo que fue aún más triste: a un Drácula que carecía de la elegancia y el carisma de su versión clásica.

¿… hace veinte años? En abril de 2001, John Byrne seguía explorando los años perdidos de la Patrulla-X. Por aquel entonces ya teníamos claro que el bueno de John estaba de vuelta de todo y que la continuidad le importaba más bien poco. Él tenía clarísimo que iba a contar la historia de la Patrulla-X como le viniese en gana y si tenía que cruzar al equipo original con Tormenta en una historia situada mucho antes de la mítica Segunda Génesis… pues a ver quién era el guapo que se atrevía a llevarle la contraria. Por eso tuvimos esta historia en la que la Patrulla-X original se encontraba con Tormenta en su etapa de “diosa” africana, desafiando cualquier justificación cronológica. En su momento fue algo bastante criticado y la colección acabó cerrando poco después por sus malas ventas… con el consiguiente enfado de Byrne. Hoy, veinte años después, harto de la cronología, de los editores y de los lectores sabelotodo, el bueno de John sigue haciendo exactamente lo mismo que entonces: contar la historia de la Patrulla-X… pero a su manera. Un día de estos tendríamos que hablar de su X-Men: Elsewhen, porque tienen el mismo respeto por la cronología que sus historias sobre los años perdidos.

¿… hace la tira de años, en un mes de abril como este? En abril de 1993, hace veintiocho años, Forum lanzó una miniserie dedicada al Nómada que… bueno, digamos que fue hija de su tiempo y que no puede entenderse sin entender lo que fueron los años noventa. Apenas un año antes se había estrenado una serie de televisión titulada Renegado, protagonizada por Lorenzo Lamas en el papel de un policía acusado falsamente de asesinato que se convertía en cazarrecompensas y recorría Estados Unidos en su moto (siempre con su larga melena al viento) para limpiar su nombre. Una broma recurrente de aquella época era que la moto era más expresiva que el actor que la montaba, pero el hombre fue inmensamente popular en aquellos años. Ese debió ser el motivo por el que alguien dentro de la Casa de las Ideas decidió que ya iba siendo hora de que el Universo Marvel tuviese a su propio Renegado… y por eso al pobre Nómada le tocó convertirse en el primo pocho de Lorenzo Lamas.

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