Javier Vázquez Delgado recomienda: Rorschach #1-3

Edición original: Rorschach núm. 1-3 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion: Tom King
Dibujo: Jorge Fornés
Color: Dave Stewart
Traducción: Felip Tobar Pastor
Formato:Grapa, 24 págs. A color.
Precio: 2,25 €

Más King que Rorschach

“Hay que salvar el mundo. Aquí perdemos el tiempo”

Rorschach. El personaje de Watchmen inspirado por The Question es uno de los vigilantes con mayor magnetismo de la obra maestra de Alan Moore. La profunda rabia que lo invade, el sentimiento de venganza, una insaciable búsqueda de la verdad y un carisma sin igual colocan al de la máscara, sombrero y gabardina como uno de esos personajes que todos recordamos. Un mito del que, tarde o temprano, se realizaría una serie propia. Pocos activos rentables no son explotados por una empresa.

La maxiserie no podía encargarse a cualquier autor y se ha recurrido a uno de los guionistas estrella de la editorial, no es el que más vende pero sí es el que más premios gana. Con gran cantidad de fieles lectores, Tom King es considerado por muchos uno de los mejores escritores de su generación y a menudo ha sido comparado con el mago de Northampton. A priori, la elección del guionista es todo un acierto. Jorge Fornés, artista español que ya trabajara con King en otras ocasiones, se encarga del dibujo. Un estilo clásico que casa muy bien con una serie como Rorschach. Para el color, Dave Stewart, reputado y experimentado colorista, una apuesta segura para el arte del cómic.
Ante el regreso de Rorschach de la mano de estos grandes autores solo queda expectación. Es hora de comprobar lo que podemos leer en esta esperada cabecera.

El cómic comienza con el asesinato de Rorschach mientras grita el nombre de Laura. La extraña pareja había tratado de perpetrar un atentado en un mitin político. A continuación pasa a narrarnos la investigación del caso. De entrada, ya choca la falta del protagonista en este primer capítulo, la ausencia de su diario y su intenso monólogo interior. King no sigue a Watchmen, ni al Rorschach original. Al igual que con otras maxiseries de éxito del autor, como pueden ser Mr Miracle o Strange Adventures, el ex de la CIA se vale de elementos comunes al mundo que escribe pero siguiendo su, siempre inamovible, propio camino.

Así, tras leer el primer número, sabes que vas a leer una historia policíaca, bien narrada y muy bien dibujada con cualquier parecido con Rorschach o Watchmen sintiéndose casual, aunque obviamente no lo sea. Rorschach es un título impactante que atrae al lector a otra historia de Tom King que no se centra en su protagonista, que se vale de él para interesar sin otorgar lo que el gran público había venido a buscar en un principio. King aprovecha el reclamo del justiciero para contar su novela negra con tintes políticos.

Esto puede suponer una decepción para no pocos aficionados. Ni que decir tiene que no gustará a los detractores del guionista de Omega Men, pero que ante la salida al mercado de uno de los personajes más reverenciados del mundo del cómic hayan decidido leer esta serie. Superada la posible decepción del primer episodio, llegamos al segundo con renovadas esperanzas, ya sabemos la tónica general y no esperamos leer la historia que cada uno de nosotros tenga en la cabeza para Rorschach.

La investigación se traslada al edificio de la víctima donde charlas con los vecinos ayudarán a personificar más en nuestro Rorschach fallecido. ¿Es Will Myerson una representación de Steve Ditko? King se muestra inspirado, representa hechos reales en los que se basa el cómic de Myerson. Si no queda claro con la frase coincidente al lanzar las últimas patadas, queda constancia con el 14B del casco y apartamento. Se consigue un mayor grado de cercanía por parte del lector con la trama, elementos de Watchmen salen a relucir como guiño al lector y Fornés está espectacular con un dominio soberbio del lápiz.

El tercer capítulo nos muestra la infancia de Laura. Es interesante, pero con dos números a la espalda posiblemente no es el capítulo más conveniente. Es una dinámica de King plantear las historias poco a poco. Desde luego en esta colección se lo toma al pie de la letra. La trama avanza lenta y aun siendo válido e intrigante lo que se cuenta, estas tres grapas tienen un espeso ritmo. Es interesante los destellos del mundo Watchmen que se dejan ver, cómo afectó el suceso del calamar a la humanidad. Bien tratado, pero escasamente explotado, es un recurso que ayuda a mantener la expectación por la serie.

Jorge Fornés se muestra brillante en la concepción de las páginas. El 3×3 no es predominante, contrariamente a lo que se pudiera pensar de un trabajo que referencia la obra de Moore, escrito además por King, habitual gustoso de la cuadrícula. Fornés narra de forma pausada, alternando muy bien las escenas preeminentes del pasado y presente. Un estilo clásico que ayuda muchísimo a la percepción que se obtiene del cómic, representando fabulosamente el noir y dando la sensación de estar ante un clásico del noveno arte. Dave Stewart potencia con su color la atmósfera que consigue crear Fornés, siendo el arte lo mejor de estos tres primeros capítulos.

Tom King y Jorge Fornés cuentan su propio cómic alejándose de la obra primigenia de Moore y Gibbons. Contrariamente a Doomsday Clock, Rorschach no se esfuerza por homenajear Watchmen ni ser respetuoso, entregando algo nuevo, pero probablemente alejado de las expectativas que pudieran tener los aficionados. De una serie que lleva por nombre Rorschach, esperas más del personaje que leíste, aunque sea una encarnación distinta. De momento, tras tan solo tres grapas, es pronto para valorar la colección, cien por cien hija de su guionista; desarrollo lento con una preciosista narración y una caracterización de personajes única. Una interesante historia policial con un ritmo pausado a la que le queda mucho para terminar y cuyo trascurrir puede voltear, para bien o para mal, cualquier consideración que se tenga de ella después de leer estos tres primeros capítulos.

Lo mejor

• El dibujo de Fornés
• La interesante novela negra que plantea.

Lo peor

• El ritmo lento.
• Lo poco que recuerda a Rorschach.



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