Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNBoardgames X-Men: Insurrección Mutante
Volvemos a ZNBoardgames, esta sección todavía nueva y en fase todavía incipiente en la que los redactores de Zona Negativa os hablamos de aquellos juegos de mesa basados en cómic y galaxias cercanas que resultan de nuestro interés.
En esta ocasión, y como siempre gracias a Asmodee Spain, fantástica tienda online con la que colaboramos, os hablamos de mutantes, mutantes Marvel o como comúnmente se les conoce, de los X-Men o La Patrulla X, el grupo de inadaptados de Gen-X a los que el profesor Xavier educa para vivir en sociedad y luchar contra el mal desde que en Septiembre de 1963, Stan Lee y Jack Kirby crearan este concepto para disfrute del común de los lectores.
Pues bien, estos populares personajes de cómic, protagonistas además de películas, videojuegos, series de televisión, que también podemos encontrar en nuestras camisetas favoritas y en las tazas con las que tomamos nuestro café de cada mañana, son ahora también parte de X-Men: Insurrección Mutante, un entretenido juego de mesa del que procederemos a hablar a continuación.
Lo primero que llama la atención de X-Men: Insurrección Mutante desde su portada y sobre todo cuando abrimos por primera vez la caja que lo contiene, es el diseño del juego, que nos recuerda a varias etapas mutantes, pero que sobre todo bebe de la serie animada de los noventa de la que tan buen recuerdo guardamos y de dibujantes como John Cassaday que, siguiendo esa inspiración noventera que hoy en día consideramos clásicas, consiguieron devolver las mallas y la licra al lugar que les pertenecía en un Siglo XXI en el que parecía que solo el cuero negro y la ausencia de distintivos superheroicos conseguían hacer a los héroes lo suficientemente molones.
De este modo, no veremos aquí ilustraciones más propias de la etapa de Grant Morrison o de las primeras películas de la franquicia realizadas por Fox y Bryan Singer, hemos venido a jugar con La Patrulla X y así se nos da ésta a conocer, en todo su colorido y esplendor.
Lo segundo que debemos tener en cuenta a la hora de afrontar nuestra primera partida a este entretenido juego de mesa, es que como Marvel United, o el fantástico Marvel Champions (actual joya de la corona de los juegos basados en personajes Marvel y uno de los buques insiginia de Fantasy Flight Games del que os hablaremos algún día), es que X-Men: Insurrección Mutante es un juego cooperativo para entre uno y seis jugadores.
De este modo, los jugadores se enfrentan al juego y no entre ellos. O el juego gana y la raza mutante es condenada, o los jugadores consiguen derrotar a la Hermandas de Mutantes Diabólicos o a los Centinelas y salvan la tierra para unos humanos que jamás confiarán en ellos lo suficiente.
La estructura de juego es sencilla y muy básica, pero no por ello exenta de divertimento. Primero, elegiremos los personajes con lo que vamos a jugar de entre varios disponibles (Lobezno, X-23, Hombre de Hielo, Pícara, Cíclope, Fénix, Forja, Armadura, Júbilo, Tormenta, Gambito, Kitty Pryde, Bestia, Magik, Coloso o el Ángel), sin que la elección en sí misma nos suponga mucho de cara al tipo de partida a afrontar.
Así, cada personaje tiene sus debilidades y flaquezas, así como sus puntos fuertes (básicamente puntos de salud y número y tipo de dados disponibles), que los harán más aptos para un tipo de misiones y menos para otras, por lo que nuestra elección debería en realidad depender de nuestras preferencias como fans y no de otros aspectos más estratégicos de los que este juego, por desgracia, carece.
Una vez que cada jugador elige al héroe con el que desarrollará la partida, se elige así mismo un plan al que enfrentarnos, el cual tan pronto como resolvamos las distintas misiones requeridas, nos permitirá junto con la carta de historia a la que va unido, resolver el enfrentamiento final que marcará el final de la partida.
La partida comienza con la fase de despliegue, en la que decidiremos si queremos partir desde el Pájaro Negro de una de las casillas de la Mansión Xavier (Cerebro, la Sala de Peligro o el Despacho de Xavier) que nos permitirán recuperar diversas estadísticas perdidas, o si por el contrario queremos partir de una misión a completar.
Normalmente, comenzamos en una casilla de misión, que podremos resolver solos o con la ayuda de otro jugador (lo que nos añade cartas y dados adicionales que nos hacen más fácil la misión en cuestión).
Las misiones son el verdadero núcleo del juego. Cuantas más resolvamos, más fichas de éxito obtendremos, y cuando obtengamos un determinado número de fichas impreso en la carta de historia asociada a nuestro plan principal a derrotar, se habilitarán las misiones especiales del villano y, resueltas estas, el enfrentamiento contra el villano principal en cuestión.
En nuestro caso, por ejemplo, jugando con El Ángel y X-23 al principio, hemos elegido el plan Hermandad de Mutantes Diabólicos, asociado a la carta de historia El Sueño de Xavier, que nos permitirá una vez completadas tantas misiones como número de jugadores + 2, enfrentarnos al amo del magnetismo en persona.
Las misiones se completan lanzando los dados disponibles de cada personaje que constan en su carta principal. Si los resultados obtenidos coinciden con los impresos en la carta de misión, la resolveremos con éxito (pudiendo repetir hasta dos veces las tiradas con el número de dados que elijamos y que no se correspondan con los valores necesitados) y si no, con fracaso.
El éxito nos permitirá determinadas mejoras (establecer un vínculo con otro personaje lo que supone tener determinadas ventajas o recuperar vida, por ejemplo) además de añadir la correspondiente ficha de éxito a la carta de historia. Por su lado, el fracaso no ignorará los objetivos que ya hayamos completado en esa misión, pero no solo hará daño a nuestros personajes, de una vida limitada, si no que además subirá el indicador de amenaza que tenemos en la parte central de la mesa de juego en el número de indicadores impresos en la parte superior derecha de cada carta de misión.
Si el indicador de amenaza sube a quince, los jugadores pierden el juego automáticamente. Sin embargo, si un personaje muere, puede sustituirse por otro disponible hasta que todos mueran.
Por otro lado, hay distintas misiones (repartidas en hasta cinco mazos de continentes geográficos) que pueden verse reforzadas con determinadas cartas de Centinelas de Bolivar Trask, por lo que lo lógico suele ser concentrarse en una misión cada vez y, a poder ser con la ayuda de otros compañeros para que el juego no se descontrole y llegar cuanto antes a la fase de enfrentamiento con el villano.
Dicho enfrentamiento, cuando llega, se juega igual que una misión, con la tirada de dados azules, rojos y amarillos (en función del color la probabilidad de lograr según que tipo de resultados es mayor o menor y en función de cada jugador se tienen más dados de unos colores y menos de otros) hasta completar los objetivos requeridos.
En ese sentido, el juego puede hacérsenos un tanto monótono, por tener una mecánica que es idéntica en cada fase, si bien más difícil según vamos avanzando.
Como punto a favor, el que la amenaza se incremente no solo acerca el final de la partida por derrota para los jugadores, si no que hace dicha partida más difícil, porque las misiones a afrontar son más complicadas o con más refuerzo de los enemigos y menos aliados por nuestra parte.
Todo ello hace que X-Men: Insurrección Mutante (que no habría podido entender ni jugar con propiedad de no ser por mi gran amigo Fermín Lobera) sea un juego muy entretenido que si bien, no es el mejor de su clase, tampoco resulta aburrido o simplón y que es ideal para aquellos que busquen una dificultad moderada y sobre todo, aunar su afición por los cómics mutantes con su pasión por los juegos de mesa; o quizás iniciarse en estos a través de su amor a La Patrulla X.
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