Javier Vázquez Delgado recomienda: Alpha Integral #5 de Jigounov, Herzet, Lamquet y Queireix
Edición original: Alpha #13-#15 (Le Lombard, 2018 – 2020)
Edición nacional/España: Alpha Integral #5 (Dolmen Editorial, 2021)
Guion: Youri Jigounov, Emmanuel Herzet
Dibujo: Chris Lamquet, Alain Queireix
Color: Chris Lamquet, Didier Ray
Traducción: Francisco Pérez Navarro
Realización técnica: Nuria Aina Bonel
Formato: Cartoné. 152 páginas. 29,90€
El espía con conciencia
La Editorial Dolmen lleva años haciendo un interesante ejercicio de recuperación de series emblemáticas de la BD a través de diferentes colecciones. Es especialmente loable el trabajo que han hecho con las series de corte humorístico en el sello Fueraborda al cual hemos dedicado numerosas reseñas. Quizás el éxito de esta línea ha eclipsado otras iniciativas como la colección Al Límite dedicada a recuperar series de acción y espías. Para compensar esta ausencia vamos a hablar de una de las series más emblemáticas de esta línea: Alpha de Pascal Renard, Mythic y Youri Jigounov, aprovechando la publicación de su quinto tomo integral.
Alpha surgió como un proyecto conjunto entre el guionista Pascal Renard y el dibujante Youri Jigounov. Éste último era un artista nacido en Rusia que aprovechó el final del régimen comunista de la URSS para salir del país y buscar fortuna en Belgica. Allí presentó su trabajo a varias editoriales y fue Yves Sente, director editorial de Le Lombard, quien apreció su trabajo y le publicó su primera obra: Les lettres de Krivtsov (1995). El mismo Sente fue quien le presentó a Renard y juntos desarrollaron la idea de Alpha, cuyo primer álbum vería la luz en 1996.
El Intercambio (L’échange), el primer álbum de Alpha, nos presenta la historia de un joven agente de la CIA, cuyo nombre código es Alpha, que es enviado a Francia haciéndose pasar por un artista para hacer contacto con la mujer de un militar soviético relacionado con la mafia rusa y el tráfico de divisas. Alpha juega un papel secundario en una compleja trama de corrupción que implica a altos cargos de la CIA, varias facciones de la mafia rusa y al ministerio de interior ruso. Gracias a su implicación y su sentido de la justicia, Alpha acabará teniendo un rol determinante para desmantelar la conspiración.
Renard y Jigounov plantean un interesante escenario de intriga y espionaje ambientado en los años posteriores al final de la guerra fría y el desmembramiento de la URSS. La confrontación entre bloques es cosa del pasado pero la desconfianza mutua se mantiene y nuevos actores surgen para tomar el poder. La lucha geopolítica se convierte en una guerra económica y los servicios de inteligencia han de encontrar su lugar en esta nueva era. Ahí es donde entra Alpha, un protagonista diferente a los espías clásicos surgidos en las décadas anteriores y caracterizado por un profundo sentido de la justicia que se sobrepone al patriotismo ciego de otras épocas. En estos primeros compases de su historia el personaje de Alpha tiene más en común con el Jack Ryan de Tom Clancy que con el James Bond de Flemming o el Bourne de Robert Ludlum.
El desarrollo de la trama se sustenta en un reparto coral y combina numerosas escenas de diálogos, donde se revela mucha información importante, con fogonazos de acción retratada siempre de forma realista. Este enfoque realista se ve reforzado por el dibujo de Jigounov, muy detallado y basado en referencias fotográficas (usadas para fondos, vehículos y localizaciones) que dotan al conjunto de una excelente ambientación y caracterización.
El primer ciclo de la serie está formado por tres álbumes (el ya mencionado El Intercambio, Clan Bogdanov y El salario de los lobos) donde se desarrolla toda la trama de la mafia rusa. La prematura muerte de Pascal Renard en 1996 hizo que el tercer álbum de la serie fuera guionizado por Mythic (pseudónimo de Jean-Claude Smit Le Bénédicte) a partir del argumento de Renard y Jigounov.
A partir del cuarto álbum Mythic se encarga de los guiones y mantiene la tónica de la serie con tramas que implican complicados complots que implican a las altas esferas de la política y de la CIA. Su primer álbum, La lista, es una historia autoconclusiva sobre la fuga a occidente de alto mando de la antigua Alemania Oriental. Una historia que le sirve al guionista para tomar el pulso al personaje e introducir algunos personajes secundarios que serán fijos en la serie.
El siguiente arco argumental, formado por tres álbumes (Sanciones, El emisario y Blanca Nieves, 30 segundos), tendrá como trasfondo el conflicto de Irlanda del Norte. Por aquella época (2002) todavía estaban recientes los acuerdos de Viernes Santo que pusieron fin al sangriento conflicto. Mythic sube las apuestas tanto a nivel formal (con dos álbumes cuya acción se desarrolla prácticamente en paralelo) como en el contenido y la acción lleva a una trepidante conclusión en la que Alpha salva la vida al mismísimo presidente de los EEUU convirtiéndose así en una estrella dentro de la Agencia.
El trabajo de Mythic en los guiones se prolongará durante un arco argumental más, formado por los álbumes séptimo y octavo de la serie (Juego de poderosos y Scala), en la que una nueva conspiración relacionada con Venezuela y los intereses estadounidenses en la zona, permitirá la presentación de un nuevo personaje clave en serie. Se trata de Scala una implacable asesina a sueldo que se convertirá en la némesis de Alpha y tendrá varias apariciones en los siguientes álbumes.
A estas alturas la serie está plenamente consolidada, los guiones son sólidos y se mantienen dentro de los parámetros realistas de la primera historia y el estilo gráfico de Jigounov se encuentra en su plenitud, manteniendo el estilo realista que le caracteriza pero sin ser demasiado estático. Tras el cierre de este ciclo se producirá un importante cambio propiciado por la salida de la serie de Mythic y la toma del control total por parte de Jigounov.
El décimo álbum de la serie (Mentiras) es un experimento formal que mezcla páginas de cómic con falsos dossiers de la CIA y sirve para poner de manifiesto el auténtico origen de Alpha. En este álbum es donde descubriremos el auténtico nombre del protagonista, Dwight Delano Tyler. También se descubre la verdadera ascendencia de Alpha, desconocida por él mismo, ya que su madre es descendiente de una noble rusa huida durante la Revolución Rusa y su padre un agente soviético infiltrado en los USA. Se trata de una entrega floja comparada con el resto de la serie pero que marcará todo el siguiente arco argumental.
A partir de undécimo álbum comienza un extenso arco argumental de cuatro álbumes (Jodido patriota, Pequeño viaje con Malcom, El síndrome de Maracamba y Dominó) que cambiará la serie de arriba a abajo. El principal cambio es que Jigounov se hará cargo tanto del guion como del dibujo, aunque esto no se mantendrá durante todo el arco. Las desavenencias del artista con el editor de Le Lombard le hará abandonar la serie, siendo su último álbum el número 13 y del que ya solo se encarga del guion. A partir del álbum número 14, el que cierra este arco, el guion correrá a cargo de Emmanuel Herzet y el dibujo pasará por los lápices de Chris Lamquet y Alain Quereix.
Argumental la serie también sufrirá importantes cambios ya que Alpha se convertirá en un fugitivo perseguido por varias agencias de espionaje falsamente acusado de cometer un terrible ataque terrorista. Se mantienen las conspiraciones a alto nivel pero aumenta la apuesta por la acción y en algunos momento el personaje recuerda al Jason Bourne visto en el cine. Un cambio importante que no desvirtuaba la serie (no estamos ante un salto del tiburón) pero que llevaba al personaje a territorio desconocido, con un nuevo estatus y equipo creativo al mando.
Cambio de ciclo para el veterano espía de la CIA
“Estás al tanto de mis aventuras, incluso de mi muerte. Pues estoy vivo”
El quinto tomo integral de Alpha incluye los álbumes El síndrome de Maracamba, Dominó, y Roadies de la serie francesa y se pone al día con la edición en el país vecino.
La historia continua allí donde se había quedado en el tomo anterior con Alpha prisionero de Scala y dado por muerto por la CIA. El plan de Scala consiste en subastar la cabeza de Alpha al mejor postor mientras la CIA y los servicios secretos rusos intentan encajar las piezas para conocer la verdad tras el atentado del avión. Mientras tanto el jefe del Departamento de Seguridad de los EE.UU. y el jefe de operaciones de la CIA intentan eliminar a Alpha para cubrir su conspiración para hacerse con el poder.
En el último álbum con implicación de Jigounov, el guionista cierra un capítulo importante en la historia de Alpha mientras sitúa las piezas para el gran final que dejará en manos de su sucesor. En este álbum la historia se centra en la extraña relación que ha establecido entre Scala y el protagonista, un giro difícil de aceptar teniendo en cuenta la trayectoria previa de ambos personajes y que acaba resuelto de forma contundente aunque poco satisfactoria.
En el último álbum de este largo arco, Emmanuel Herzet se dedica a cerrar todas las tramas abiertas y de llevar al personaje a una situación que podríamos calificar de borrón y cuenta nueva. Además de liquidar la trama principal Herzet también toma la cuestionable decisión de quitar de en medio buena parte de los personajes secundarios. Esto le sirve para retomar la serie en el siguiente álbum dándole a Alpha un nuevo estatus como agente encubierto en misiones alejadas del cuartel central de la CIA. Un giro con ideas interesantes (como la de mostrar la sección de maletines diplomáticos del servicio consular) pero que contrasta demasiado con la línea que había llevado la serie hasta este momento. Como se trata de una historia autoconclusiva falta por ver si el actual equipo creativo mantendrá estas directrices en las siguientes entregas o si la serie retomará las señas clásicas del personaje.
A nivel gráfico tenemos dos artistas en este tomo, Chris Lamquet y Alain Quereix. Ambos mantienen el estilo realista y detallado impuesto por Jigounov pero con pequeñas diferencias. Para quien busque la precisión en la ambientación y en la recreación de vehículos y armas, el trabajo de los dos artistas está a la altura del de su predecesor manteniendo las señas de identidad visual de la serie, aunque el trabajo de la figura humana varía un poco, siendo Quereix ligeramente más rígido y convencional es sus composiciones. Donde sí se aprecia un cambio más notable es en el coloreado a cargo de Didier Ray, quien abandonan los colores saturados que usaba Jigounov y apuesta por una paleta más acorde con la ambientación con tonos fríos para las escenas nocturnas y tonos cálidos para las escenas ambientadas en la isla africana de Mayotte.
Con estas entregas nos encontramos con una situación habitual de las series de BD de largo recorrido en el que se aprecia un agotamiento de la fórmula con la que nacieron y el abandono de los equipos creativos originales. Una situación que deriva en nuevos enfoques y cambios que no siempre son del agrado de los seguidores habituales. Falta por comprobar si Emmanuel Herzet es el revulsivo que necesita la serie y si es capaz de consolidar el rumbo presentado en el último álbum. El tiempo lo dirá.
Lo mejor
• La tensión que se mantiene durante todo el relato.
• El dibujo de Lamquet.
Lo peor
• La deriva de la serie hacia los postulados de la saga Bourne.
• La relación entre Scala y Alpha no tiene mucho sentido.
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