Javier Vázquez Delgado recomienda: Home Time, de Campbell Whyte
Edición original: Home Time USA (Top Shelf Productions, 2017)
Edición nacional/España: Home Time (The Rocketman Project, 2021)
Guion: Campbell Whyte
Dibujo: Campbell Whyte
Formato: Cartoné. 228 páginas. 25,00 €
Los niños perdidos de verdad
El último día de curso ha llegado para nuestros protagonistas. Ante ellos se encuentra un verano lleno de diversión, aunque también de incertidumbres. En unos meses pasarán al instituto y el grupo de amigos se separará. Algunos están seguros de que seguirán juntos, otros piensan lo contrario, pero todos se sienten un poco asustados ante la incertidumbre que les aguarda al final de las vacaciones. Lo que ninguno de los chicos de este grupo podría imaginar, sin embargo, es que al caer a un río iban a verse transportados a un lugar extraño, tan repleto de criaturas fantásticas y peligros temibles como misterioso y lejano a su hogar.
En Home Time se parte de la clásica premisa de los niños perdidos en Nunca Jamás, solo que en, vez de centrarse en la trama de aventuras que los lleva a volver a casa, se centra en el desarrollo de unos personajes preadolescentes que quedan atrapados en un mundo que no conocen y no saben qué hacer. Unos preadolescentes que deberán afrontar la situación más extraordinaria en medio de la etapa más extraordinaria y definitoria de sus vidas. Escrita y dibujada por el australiano Campbell Whyte, Home Time se publicó originalmente por Top Shelf Productions en el 2017 y ahora llega al mercado español de la mano de The Rocketman Project.
Home Time es una obra distinta, con mucha personalidad. Campbell Whyte realiza en ella un trabajo titánico en todos los sentidos; con mayor o menos acierto según el apartado en el que nos centremos, pero titánico siempre en cuanto a la escala de todo lo que vemos y el mimo que se pone en ello.
Puede que no sea una historia de esas que enganchan de principio a fin. No es su intención. El guion de Home Time se cuece a fuego muy lento, se centra en hablar de sus personajes y de su mundo, más que en avanzar la trama. Es como si Peter Pan se convirtiera en un slice of life; y ahí radica gran parte de su interés. En lugar de ofrecernos una trama de aventuras más, o de quedarse en el shock inicial de los protagonistas al llegar a esa tierra fantástica, aquí se va un paso más allá y se muestra lo que ocurre cuando los niños pasan meses en ese nuevo mundo; cómo se adaptan a la vida en él; cómo empiezan a temer que nunca regresarán; cómo empiezan a aceptar una posibilidad tan intimidante… que no les desagrada del todo.
Porque nuestros protagonistas no se topan de lleno con la parte más intimidante de este nuevo mundo —que la hay—, sino que aparecen en el poblado de los duraznos, una curiosa civilización de pequeñas criaturas que trata a los niños como las deidades a las que llevan toda la vida esperando. Desde el principio se les adora, se les da buena comida, cobijo o cualquier otra necesidad que manifiesten.
Es importante considerar que Home Time se compone de dos tomos y, como esta es solo su primera mitad, puede permitirse situar el foco principal sobre la profundización en los personajes y el mundo de fantasía. Esto es algo que se lleva muy bien. Los diálogos son entretenidos y el detalle con el que se presenta el mundo es enorme. Hay varias páginas en forma de enciclopedia ilustrada que se dedican a hablarnos únicamente de aspectos de ese mundo, desde los pilares más básicos hasta una guía sobre las distintas plantas con las que se prepara el té local. Por eso, estamos hablando de un aspecto que se puede considerar tanto una virtud como un defecto de un álbum que. Quizá, se haga un poco pesado para quien tenga ganas de una lectura más directa y ligera. Sobre todo porque el ralentizado ritmo de la narración no es lo único que puede densificar la experiencia.
Aunque se entiende la intención que hay detrás de contar la historia de esta manera concreta, creo que hay elementos mejorables desde el punto de vista de la escritura. No hay ningún problema en que las cosas se narren con calma, pero incluso en la calma se debe buscar un conflicto, algo de picante que sostenga el interés de las escenas más allá de nuestra curiosidad por saber más de ese extraño lugar. Esto se ve potenciado por unos personajes que quizá no reaccionan de la forma más verosímil para unos chavales de su edad, y por los continuos saltos temporales y la falta de conexión entre muchas escenas, que a menudo parecen faltas de coherencia y sin la intención de llevar a nada más que la propia contemplación. Y es una pena, porque para nada es el caso.
Toda la información dispuesta es relevante, solo que como lectores no lo entendemos hasta llegado cierto punto de la lectura. Ahí es cuando empezamos a atar cabos y a entender a dónde se quería llegar todo lo anterior, pero lo que hemos experimentado hasta ese momento es un viaje que confía demasiado en la fascinación por lo que nos muestra y se olvida de elementos importantes en toda historia como la construcción de expectativas, el contraste o la tensión. No estamos ni mucho menos ante un mal guion, es solo que, como los niños protagonistas, acaba perdiéndose en su extenso y rico mundo.
Pero lo que más deslumbra de Home Time es sin duda su apartado artístico. Desde un punto de vista narrativo, estamos ante un trabajo impecable, un dibujo que dota de entidad propia a cada página gracias a la enorme expresividad de los personajes y a la minuciosidad con la que se ilustra cada detalle. El asunto no se queda ahí, ya que también es tremendamente original gracias a que, para cada uno de los capítulos que divide la historia, se varía drásticamente el estilo artístico empleado. De un dibujo a lápiz en blanco y negro, a otro mucho más psicodélico y rebosante de color, pasando por un maravilloso fragmento hecho en pixel art y sin dejar de lado también un estilo más propio de un cómic juvenil de este tipo. El resultado es una auténtica y sorprendente delicia de principio a fin.
Lo mejor
• El original y fantástico apartado artístico.
• El detalle con el que desarrolla a sus personajes y su mundo…
Lo peor
• …Ese mismo detalle hace que el guion flojee en algunos puntos.
• A veces los personajes no parecen comportarse de forma natural.
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