Javier Vázquez Delgado recomienda: La familia de la casa de muñecas (Hill House Comics)
Edición original: The Dollhouse Family núms. 1-6 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion: M. R. Carey
Dibujo:Vince Locke, Peter Gross
Color:Cris Peter
Traducción: Albert Agut Iglesias
Formato: Cartoné, 160 páginas. A color.
Precio: 18,95 €
Evadirse de la realidad jugando con esta casa conlleva fatales consecuencias.
“Lo único que tienes que hacer es pedirlo”
La familia de la casa de muñecas es la segunda obra del sello Hill House Comics que ECC publica en nuestro país. El sello de terror del autor de Locke and Key debutaba con Un cesto lleno de Cabezas del propio Joe Hill. Un entretenido cómic que sin embargo no aportaba el nivel de terror esperado para una línea de este género. Con la obra que nos ocupa, esa carencia no se ve subsanada del todo, sin embargo, la inquietud e incertidumbre que despierta el libro sí están a la altura de lo prometido.
Mike Carey es un escritor inglés que ha trabajado en Marvel, con cómics relacionados con los X-men o los Fantastic Four de la línea Ultimate. En DC ha estado ligado a la extinta línea Vertigo con obras como Lucifer, galardonada para el Eisner o una extensa etapa en Hellblazer. Junto a Peter Gross se encarga de The Unwritten donde la magia tiene su papel, algo que también ocurre en este La familia de la casa de muñecas. Guionista y dibujante, junto a Vince Locke, hacen gala de su sinergia y se complementan a la perfección en este tebeo de suspense con tintes mágicos y de terror. Esta circunstancia y el hecho de que el cuento gire alrededor de una casa, hace que el tomo pueda recordar en cierta forma a Locke and Key.
Este cómic no es la trepidante sucesión de acontecimientos que resulta ser la primera obra de la línea, aquí todo tiene un poso distinto. Narrada en dos tiempos, la trama cuenta como Alice juega con una casa de muñecas para evadirse de la difícil situación que vive en su hogar, con un padre que maltrata a su madre verbal, psicológica y físicamente. Semejante abuso marcará el futuro de la niña, a la que nada bueno le espera desde que recibiera en herencia el maldito juguete. Una casa de muñecas que es mucho más de lo que aparenta y que trasforma la vida de todo aquel que se ve relacionado con ella.
El relato avanza en la vida de sus protagonistas, tanto en los del pasado como en los del presente, haciendo de la amenaza una inevitable e infinita, lo que aumenta el desasosiego intrínseco a todo el cómic. El terror sigue sin ser excesivamente patente, algo extraño pues ya hemos podido leer dos entregas de este, en principio, temible sello sin que el horror y el miedo calen en los huesos del lector. Es cierto que este ejemplo es más terrorífico que el anterior y probablemente satisfaga más en este sentido a los seguidores del género.
La historia es severa y áspera, llena de injusticias, fechorías y calamidades. Los personajes aceptan el devenir de sus vidas, sobreponiéndose a duras penas al dolor y al sufrimiento con algún destello de optimismo natural que adereza y da un respiro a la castigada percepción del lector. Aquellos que se sumerjan en la lectura sentirán desasosiego por una obra que realmente consigue provocar sensaciones. Los capítulos cierran con potentes cliffhanger, cada final impulsa la historia hacia la siguiente situación requiriendo cada vez un mayor esfuerzo por parte de su protagonista. El cómic cumple creando expectación y la amenaza parece realmente insuperable. La conclusión puede sentirse apresurada o no todo lo bien construida que debería una historia que cuenta con seis capítulos para desarrollarse, dejando una trama que te ha logrado meter en ella despertando tu interés pero que no deja plenamente satisfecho. Como guiño, el chubasquero amarillo vuelve a estar presente en esta obra, al igual que lo estaba en Un cesto lleno de cabezas.
Peter Gross y Vince Locke son los encargados del dibujo. El estilo casa bien con una historia de este tipo, el diseño de personajes convence, también la expresividad de los rostros, los paisajes están bien logrados, así como el nivel de detalle en algunas páginas. La narración es buena, pero plana, ninguna página sorprende. Un dibujo similar al guion, está bien, muy correcto, pero no acaba de ser deslumbrante. Cris Peter utiliza un color apagado, conveniente y distinto, según la época narrada, que ambienta muy bien y crea la atmósfera necesaria.
Un cómic con una medida dosis de terror que logra inmiscuirte en el transcurso de la historia, bien estructurado, con unos personajes sutilmente perfilados, buenos diálogos y un dibujo apropiado que potencia la incertidumbre. Los autores sin duda logran provocar la inquietud necesaria en un cómic de este tipo, aunque nunca llegue el esperado susto. El resultado puede no satisfacer plenamente dejando una sensación incompleta, seguramente motivada por su abrupto final que no cierra la trama todo lo bien que se espera. El transcurso promete más de lo que ofrece finalmente, dando un trabajo profesional sin el brillo que augurabas al empezar a leer el tomo. Con todo, ni mucho menos es un mal cómic y es muy capaz de gustar a aquellos que se acerquen a sus páginas.
Lo mejor
• La trama te atrapa entre sus páginas.
Lo peor
• No concreta todo lo que promete.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario