Javier Vázquez Delgado recomienda: Manor Black, de Cullen Bunn, Brian Hurtt y Tyler Crook
Edición original: Manor Black 1-4 USA (Dark Horse)
Edición nacional/España: Manor Black 1 (Norma Editorial, 2021)
Guion: Cullen Bunn y Brian Hurtt
Dibujo: Tyler Crook
Color: Tyler Crook
Traducción: Hernán Migoya
Realización técnica: Joan Moreno
Formato: Rústica. 112 páginas. 16,50€
La casa de la sangre y la casa del fuego
Finalizamos el conjunto de reseñas dedicadas a las obras de Cullen Bunn en los últimos años, a excepción de las de Aftershock (Unholy Grail, Dark Arc y Knights Temporal) y las de Valiant (Punk Mambo y Shadowman) de las que habíamos hablado hace poco, con una novedad que nos llega desde Norma el treinta de abril y de la que habíamos hablado en la entrevista con el autor: Manor Black.
En principio ya es una obra interesante porque se acompaña de los dos autores con los que realizó las que se pueden considerar sus dos grandes obras, Brian Hurtt y Tyler Crook. El primero es un artista que conocimos gracias al Queen & Country de Greg Rucka, donde realizó el segundo arco e ideó el spin-off Declassified junto al guionista, del que dibujó la historia inicial. Con Cullen Bunn comenzó haciendo Los Malditos (The Damned), una historia de varias miniseries de la que en España vimos la primera, y The Sixth Gun, la colección más larga de Bunn, que constó de 50 números y está inédita en nuestro país. Ambas son de Oni Press, sin embargo para esta Manor Black se han movido a Dark Horse, editorial en la que Bunn hizo su famoso Harrow County. Ahora ambos vuelven a trabajar juntos pero con una diferencia considerable, Brian Hurtt no ejerce de dibujante sino que es co-guionista de la obra junto a Cullen Bunn.
Con respecto a Tyler Crook basta con remitirse al texto que acabamos de publicar sobre Harrow County, pues es el dibujante de ambas. Y sigue con el mismo estilo característico pero a la vez se consigue separar de lo realizado en la otra obra, desaparece ese tono juvenil de Harrow County para dotar a este cómic de una atmósfera mucho más oscura y adulta. El color es uno de sus puntos fuertes, el artista sigue con su estilo de acuarelas pero, a diferencia de la anterior obra, predomina lo oscuro, con muchas más escenas de noche o en paisajes nublados, y resaltando la magia con diferentes colores vivos, según los tipos de hechizos. Porque la magia jugará un papel importante en esta serie.
De hecho esta Manor Black guarda unas cuantas similitudes con Harrow County, ambas se desarrollan en un entorno rural, dando bastante importancia a este, y la familia es uno de los principales temas a tratar, pero se separan mucho en el tono con el que se tratan los temas, el sentir general de la obra y su acercamiento a lo mundano, con un mundo creado que se antoja muy grande, aunque lo que aquí vemos es muy poco de él. Pero coinciden sobre todo en lo más importante, ambas demuestran un cariño enorme hacia el trabajo realizado en ellas, que se cristaliza en un tomo de mucha calidad. Si Harrow County resultaba la mejor obra de Cullen Bunn, capaz de rivalizar con las más punteras de la actualidad, Manor Black sigue los mismos pasos.
Manor Black nos presenta un mundo donde la magia existe y es dominada por distintas familias, cada una de ellas con un tótem propio que les da diferentes poderes, pero todos regidos por antiguas leyes. Se trata de una historia con tres protagonistas, y un buen puñado de secundarios, cuyos caminos se cruzan en el pueblo donde vive la familia Black, con fuertes lazos con la magia. El primero de ellos es Roman, patriarca de los Black y de edad muy avanzada, más de lo normal, cuyo destino está sellado y debe escoger a su sucesor, a aquel de sus hijos que sea capaz de dominar la magia de sangre y liderar a la familia a la antigua usanza. Es un hombre recto y serio hacia los demás, pero nosotros veremos también una faceta temerosa y dubitativa que lo enriquece más allá de estereotipos del genero. Su sucesión creará disensiones que serán un motor importante de la obra.
Seguimos con las sucesiones cuando conocemos a Ari, la última de una familia poderosa encargada de dominar la magia del fuego. Su historia es la más trágica y, aunque queda en un segundo plano ante la grandeza de Roman, resulta bastante interesante porque a través de ella conocemos más de este mundo, con las leyes, las casas y la magia libre y descontrolada. Por último está Harvey, un oficial que tendrá que asumir el manto de sheriff del pueblo tras el repentino fallecimiento y se verá envuelto en un cúmulo de situaciones que no comprende. Su investigación irá en paralelo a las acciones de los otros dos personajes y no interactúa mucho con ellos, pero lo cierto es que le da un toque policíaco rural que encaja muy bien en la obra, precisamente por dar un contrapunto a la historia principal y ofrecer variedad.
Al final lo que nos viene a contar Manor Black es una historia sobre la familia pero desde diferentes puntos de vista, donde el legado y la sucesión resultan muy importantes. Está muy bien contada y consiguen crear un mundo muy interesante, que bebe de muchas obras que tratan temas sobrenaturales pero a la vez consigue un aire propio. Es cierto que no se habla mucho de ello, solo se soslayan temas porque lo importante es el desarrollo de la persona con su entorno. La fuerza de la historia está en la evolución de los personajes, en la manera en que se unen y se separan, con sus diferentes experiencias y puntos de vista, consiguiendo aprender unos de otros. Eso y el mencionado dibujo de Crook, porque siempre es un placer disfrutar de él y porque da gusto ver como, en un mismo entorno y con una temática similar, logra cambiar las sensaciones que recibimos para dar un vuelco a la historia.
La única pega que le pondría es que estos cuatro números saben a poco, originalmente esta historia se publicó en Dark Horse hace dos años y no ha habido más movimiento, aunque el propio Cullen Bunn nos ha confirmado en la entrevista que veremos mucho más. Básicamente se podría decir que quien haya disfrutado de Harrow County hará lo propio con esta historia, y eso que son bastante diferentes en muchos aspectos, pero se nota el mismo amor hacia los personajes que en la anterior.
Lo mejor
• El arte de Tyler Crook es impresionante, merece la pena echar un ojo a lo que haga.
• El mundo creado por los autores es muy rico y sus personajes atractivos.
• La historia de Harvey añade un tono diferente al habitual.
Lo peor
• Se queda algo corta.
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