Javier Vázquez Delgado recomienda: Medea a la deriva, de Fermín Solís

Edición original: Medea a la deriva (Reservoir Books, Mayo 2021)
Guion: Fermín Solís
Dibujo: Fermín Solís
Formato: Cartoné. 144 páginas. 17,90€

Medea contra todo y todos.

“La capacidad que tiene el ser humano de poder amar es su mayor gloria, pero para mí ha sido la mayor de las tragedias.”

En los últimos años Fermín Solís ha estado centrado en el público infantil, con sus series de cómics Astro-ratón y bombillita (Bang) y La tribu chatarra (Beascoa) y la serie de novelas ilustradas Las colosales aventuras de Harry & Cerdon (Montena). Aunque hemos podido leer algunas historias breves de carácter intimista en algunas revistas como La resistencia o Usted está aquí, desde la aparición de Mi organismo en obras (La Cúpula) en 2011 no habíamos podido disfrutar de un cómic suyo de larga duración. Han pasado diez largos años que tenían que haber sido nueve, ya que Medea a la deriva iba a publicarse en mayo del año pasado con una portada distinta, pero como sucedió con tantas cosas se cruzó la pandemia en su camino y no ha sido hasta esta semana cuando Reservoir Books la ha traído a nuestras librerías. Por fortuna, la espera a merecido la pena, ya que estamos ante un gran trabajo que rompe con todo lo que había hecho hasta la fecha el autor tanto temáticamente como en el apartado visual, con un resultado magnífico en todos los aspectos.

Se trata de una obra que llevaba en la cabeza de Fermín Solís desde hace más de diez años, cuando durante la promoción de Buñuel en el laberinto de las tortugas (Reservoir Books) leyó una noticia en un periódico que trataba sobre un bloque de hielo que se había desprendido, con unos científicos a bordo que estuvieron a la deriva hasta que pudieron rescatarlos, según confeso en una entrevista de Gerardo Vilches para la web caninomag. En esta novela gráfica ha cambiado a los científicos por la Medea de la mitología griega. Una mujer a la que los dioses han condenado a vagar a la deriva en un solitario tempano de hielo que va menguando cada día. No tiene ninguna posibilidad de escapa, ya que, además los dioses la han vuelto inmortal y sus intentos por suicidarse fracasan, ya que se vuelve a despertar en el tempano. Una terrible condena a vivir hasta el fin de los tiempos para pagar por sus pecados. Su día a día consiste en contar los pasos que puede dar en el tempano mientras reflexiona en un soliloquio sobre su vida poblada de sus alegrías y tristeza, sus triunfos, sus miserias y sobre lo humano y lo divino.

La obra toma como base la interpretación de la leyenda de Medea que hizo Eurípides en su tragedia. Medea era la princesa maga de la Cólquida, hija de Eetes y de la ninfa Idía. Tras ayudar a Jason a conseguir el Vellocino de oro tuvo que huir de su reino y acompaño al héroe en sus aventuras posteriores convirtiéndose en pieza clave en sus éxitos, mientras huían de la ira de su padre. Jason se casó con ella y le prometió que siempre le sería fiel. Tuvieron dos hijos que ella asesino para hacer sufrir a Jason por haberla traicionado. Lo que provocó que tuviera que huir de la furia de humanos y dioses por todo el Mediterráneo. Al igual que sucede con la interpretación de Eurípides la Medea de Solís es una mujer fuerte, independiente y capaz, a años luz del prototipo de la época. Como todas las feministas se rebeló ante el rol al que las mujeres estaban condenadas, y al igual que sucede ahora, la sociedad patriarcal la juzgo y culpabilizarlo por atreverse a cuestionar un sistema que las convertía en ciudadanas de segunda clase, siempre dependientes de un hombre.

Medea a la deriva es una obra que aleja a Solís de las historias intimas con claro un componente autobiográfico que han caracterizado su carrera, igual que sucedió con Buñuel en el laberinto de las tortugas, aunque en este caso se trata de un trabajo mucho más disruptivo, ya que supone un cambio que va más allá de lo temático, apostando por un estilo gráfico todavía más sintético y dotando de mayor importancia a las pausas y los silencios. Algo que le permite ampliar el público al que se dirige y descubrir nuevos caminos que transitar en su carrera. Como sucedía con el nuevo coloreado de Buñuel, Solís opta por usar una paleta de colores apagados, aunque en esta ocasión es bastante más reducida con únicamente azules y gris además de algunas pincelas de rojos para destacar algunos elementos como la sangre, el fuego y el sol.

La obra es un largo soliloquio de Medea, que es el único personaje de la obra, deudor de las tragedias griega de la antigüedad, que acerca al cómic al teatro, pero sin perder la esencia del lenguaje del cómic. En su soliloquio la protagonista se cuestiona tanto sus actos, como los de los dioses, ya que ella está en un punto de intersección entre ambos. También indaga sobre la justicia, cuestionando el distinto trato que da según el origen y el género del presunto criminal, además de otros temas como la venganza o el perdón. Temas de gran calado que nos obligan a una reflexión sobre la sociedad actual, algo que siempre ha caracterizado a las grandes historias de ficción, sea cual sea el medio elegido para transmitirlas.

Reservoir Books hace una edición con la calidad habitual que acostumbran a tener sus productos, siempre pensando en el formato más apropiado para cada obra, en esta ocasión se trata de una obra de un tamaño reducido, pero perfecto para el estilo gráfico empleado por Solís.

Medea a la deriva es una obra muy esperada, en la que Fermín Solís ha asumido muchos riesgos, pero que ha obtenido con un gran resultado. Una reflexión profunda sobre lo divino y lo humano y sobre el papel de las mujeres en la historia.

Lo mejor

• La reinterpretación del mito de Medea.
• El fantástico uso de las pausas y los silencios.
• El final.

Lo peor

• Se hace corto.



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