Javier Vázquez Delgado recomienda: Romeo muerto, de Santiago Sequeiros
Edición original: Romeo muerto (Reservoir Books, 2021)
Guion: Santiago Sequeiros
Dibujo: Santiago Sequeiros
Realización técnica: Santiago Sequeiros
Formato: Cartoné. 80 páginas. 34,90€
Vuelta a La Mala Pena.
“Mire… llevo aquí, enterrado… casi dos décadas…”
Acercarse al universo creativo que Santiago Sequeiros (Buenos Aires, 1971) nos propone en Romeo muerto, al igual que en sus anteriores cómics, no es nada fácil, ya que es un autor que siempre firma trabajos oscuros, densos y que exigen al lector y en los que vuelca todas sus obsesiones, rebelando las partes más oscuras de su alma. Desde que oímos hablar por primera vez de esta obra en 1997 han transcurrido más de veinte años, una tardanza que le ha otorgado a este trabajo de una aureola de cómic maldito, que se fue convirtiendo con el paso de los años en una especie de proyecto imposible de finalizar, aparentemente destinado a no ver nunca la luz. Sin embargo, cuando casi todo el mundo lo parecía haber olvidado Reservoir Books lo ha publicado en una monumental edición que hace justicia al esfuerzo y talento plasmado en sus páginas. Parece que era un trabajo que solo podría salir en medio de una pandemia como la que vivimos que está asolando el mundo y sacando a la luz algunos de los instintos más oscuros de la humanidad, que se enfrenta a un futuro incierto, tal vez, tan oscuro como la historia que encontramos en este portentoso trabajo.
La historia comienza con el funeral de la recientemente asesinada La Mamá Grande la antigua dirigente de La Mala Pena. Mientras se llevan a cabo las exequias la ciudad está en plena celebración de la Semana Santa, plagada de nazarenos y procesiones mientras llueve orujo. Los encargados de investigar el asesinato son el policía Sansón Jonás y el detective Ambigú, un masoquista que viste una máscara negra de cuero. Mientras llevan a cabo la investigación conocemos los secretos y los barrios más oscuro de la ciudad además de a multitud de personajes que habitan la ciudad como Romeo Resuello, el portero alcohólico del ruinoso hotel Sod que es el alter ego del autor.
Definir Romeo muerto es una tarea tan ardua como explicar su argumento, puesto que estamos ante una historia turbia que bajo la apariencia de un relato de género negro y terror nos transporta a una experiencia de lectura que varía en función de la implicación del lector con la propuesta de Sequeiros. Pero de lo que no cabe ninguna duda es que se trata de un cómic absorbente, denso y por momentos incomodo, ya que, a pesar de que se trata de una obra muy personal en la que ha exorcizado muchos de los demonios que le provoco su adicción al alcohol durante más de veinte años, despierta en quien se acerque a él sentimientos y emociones que le obligan a mirar hacia su interior y es posible que no le guste lo que se encuentra.
No es la primera vez que Sequeiros nos invita a visitar La Mala Pena y a conocer a sus principales habitantes, puesto que todos sus cómics han transcurrido en esa ciudad expresionista, sórdida y lúgubre, un purgatorio repleto de nazarenos macilentos, pederastas, tullidos, pirómanos, enanos volatineros y profanadores de cadáveres. La primera visita fue en el año 1994 en el cómic Ambigú (Camaleón Ediciones), un año después volvimos en Nostromo Quebranto (Camaleón Ediciones). To apeirón (La Cúpula) fue la siguiente visita por la que fue galardonado con el premio al autor revelación en el Salón Internacional del cómic de Barcelona de 1996. Ahora volvemos a la ciudad por la puerta grande con este Romeo muerto donde volvemos a ver a Ambigú Rebis, Susi Patíbulo o Fanny Pelopaja, personajes ya aparecidos en sus obras previas, aunque esta historia estaría situada cronológicamente entre Ambigú y Nostromo Quebranto. Parece que no será la última visita, ya que Sequeiros ha dicho que es la primera parte de un arco de cuatro números que evocan a algunos elementos de la filosofía de Nietzsche relacionados con la negación del cristianismo, por eso este volumen lleva por subtítulo la expresión alemana Nein sagen (decir no) y los siguiente serian Nein tun (hacer no), Nein wollen (querer no) y Nein denken (pensar no). Así que, por suerte, todavía nos quedan por leer muchas páginas situadas en sus oscuras calles y muchos de sus habitantes por conocer.
Romeo muerto es una historia llena de capas que gana en cada relectura. Se puede leer y disfrutar sin tener que haber leído las obras previas del autor, aunque si se conocen se pueden disfrutar más ya que así conocemos previamente toda la iconografía y obsesiones de Sequeiros que siguen presentes en esta obra. Además de un ejercicio de autoanálisis sobre su alcoholismo, en Romeo Muerto también encontramos temas como el desamor, la pena, la culpa, el pecado y el vacío existencial. Un relato poético y onírico, repleto de metáforas escritas y dibujadas, que aparentemente alejan y ocultan a la historia de la realidad, pero, que, a pesar de todo, desbordan verdad. No estamos ante una obra convencional en la que se no cuente una historia de manera lineal, con un inicio, nudo y desenlace, ni lógico, puesto que lo que pretende llegar al lector a través de otros sentidos.
Gráficamente es un trabajo soberbio desde la fabulosa portada, una increíble versión de El ahorcado del Tarot, pasando por cada una de las páginas. Romeo muerto es una perfecta representación del estilo expresionista que siempre ha cultivado Sequeiros, similar al de compañeros de generación como Javier Olivares. Su trabajo está influido en lo gráfico por pintores como Picasso o George Grosz o dibujantes de cómic como el argentino José Muñoz o el español Keko. En las páginas de la obra vemos la personal iconografía que ha ido creando con los años, repleta de símbolos y personajes que reflejan los aspectos más sórdidos y depravados de la humanidad. La obra, salvo las guardas y la portada que usa el rojo, es en blanco y negro rotundo, con un dominio de la mancha pasmoso que llena a las figuras de rotundidad y expresividad, y que le permiten recrear la atmosfera de una ciudad que es un purgatorio en el que conviven todos los pecados.
La edición que ha hecho de Reservoir Books está a la altura de un trabajo de esta envergadura, con un tamaño enorme (tamaño A3) y una gran reproducción que permite detenerse en cada uno de los detalles que Sequeiros ha dibujado, además cuenta con un diseño espectacular que va desde a la portada a las guardas. Un lujo de edición que esperemos sea el preludio de la reedición de sus trabajos previos.
Romeo muerto es un trabajo madurado durante más de veinte años y eso se nota en cada una de sus páginas. Es una obra que no resulta fácil, ya que exige al lector un esfuerzo, algo nada habitual en estos tiempos de obras facilonas y que se ofrecen ya mascadas al lector, pero si se consigue entrar en la propuesta la recompensa es enorme. Un trabajo que perdurada en el tiempo y del que se seguirá hablando dentro de muchos años.
Lo mejor
• Gráficamente es un prodigio.
• La edición es fantástica.
• Una obra que se te acompaña mucho tiempo tras su lectura.
Lo peor
• No es una obra cómoda, ni sencilla y puede incomodar a algunos lectores.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario