Javier Vázquez Delgado recomienda: No siento nada, de Liv Strömquist

Edición original: Den rödaste rosen slår ut SUE (Ordfront/Galago 2019)
Edición nacional/España: No siento nada (Reservoir Books, Mayo 2021)
Guion y arte: Liv Strömquist
Traducción: Alba Pagán
Formato: Cartoné. 184 páginas. 18,90€

Malos tiempos para el amor.

Hace años que el cómic se ha despojado de la consideración de medio únicamente ideado para contar historias de aventuras o humor, ahora podemos encontrar todo tipos de historias de no ficción en formatos como el reportaje periodístico o el ensayo. Es en esta última categoría donde podríamos situar No siento nada de Liv Strömquist (Lund, 1978). Un ensayo en formato cómic sobre la concepción del amor en la actualidad, con mucho sentido del humor y una visión feminista, pero también excelentemente documentado. Un tipo de cómic que la autora sueca ya había cultivado en sus dos obras publicadas con anterioridad en España, El fruto prohibido, en el que nos hablaba sobre historia cultural de la vulva, y Los sentimientos del príncipe Carlos, centrado en derribar los mitos sobre las emociones asociadas a roles masculino y femenino en la sociedad occidental, ambas publicadas por Reservoir Books al igual que la obra de la que nos ocupamos en esta ocasión.

Esta obra surge por la curiosidad que a Liv Strömquist le generaba la larga lista de novias de Leonardo Di Caprio en los últimos, todas respondían al mismo perfil: modelos mucho más jóvenes que él, con las que acaba cortando al de pocos meses por una aparente incapacidad de conectar con ellas. El actor le resultaba el perfecto ejemplo de una nueva actitud que tenemos en la actualidad con respecto al amor en la que parece importa más el yo que el tú. Algo que va totalmente en contra de la idea clásica del amor romántico. Una actitud que en ningún momento la autora pretende criticar o juzgar, pero que le llevó a cuestionarse como ha cambiado la concepción del amor en estos tiempos, sobre todo porque tiene más presencia en nuestras vidas que antaño. Así que para abordarla ha creado este ensayo en el que explora y radiografía los cambios que ha sufrido la sociedad en los últimos años tratando de analizar las causas sociológicas, psicológicas, culturales y económicas que han llevado a ese cambio, además de mostrarnos algunos de los antecedentes históricos. Una reflexión desde el humor más mordaz, pero muy bien argumentada que resulta muy reveladora y puede llevarnos a cuestionarnos algunos aspectos de la sociedad actual, aunque la autora sueca también nos deja claro que lo de antes no era mejor, simplemente distinto, con una enorme lista de factores negativos, siendo el principal que cuando alguien se casaba lo hacía de por vida.

No siento nada se cuestiona algunos de los cambios más reciente que se han producido con respecto a amor, en particular los relacionados con la tecnología, que, además de cambiar la forma de relacionarnos con el mundo, de alguna manera ha potenciado un punto de vista cada vez más narcisista de nosotros mismos. Un individualismo y necesidad de tener el control que podemos observar en casi todos los aspectos de la sociedad que también se da en la forma de entender el amor, lo que nos obliga a redefinirlo bajo las nuevas maneras de pensar en las que los sentimientos quedan en un segundo plano. Una de las preguntas que trata de aclarar es si con la nueva libertad individual que, por suerte, tenemos todos los que vivimos en países democráticos no nos estamos perdiendo algo en nuestras relaciones amorosas.

Otro de los temas más interesantes que trata es como está cambiando la manera de tener hijos, desligándose de las relaciones de pareja. Algo que a lo largo de la historia ha causado mucha infelicidad, o algo peor, con parejas obligadas a mantener vida una relación por el “bien” de sus hijos.

Para el ensayo ha tomado como referencias los trabajos de la socióloga Eva Illouz, los filósofos Byung-Chul Han, Nietzsche, Kierkegaard, Sócrates y Platón, la escritora y poetisa Hilda Doolitlle, el psicoanalista, psicólogo social y filósofo Erich Fromm, además de versos de Emily Dickinson y del poeta sufí Rumi, por citar algunas de las principales, pero no duda en mezclarlos otras referencias culturas pop como la cantante Beyoncé, los Pitufos o El Principito de Saint-Exupéry. Todas esas referencias y citas están adaptadas al lenguaje del cómic creando varias escenas cuando es necesario. Una mezcla que consigue dotar de sencillez a los conceptos más profundos.

Gráficamente estamos ante una obra que no resulta llamativa, simplemente tiene un estilo funcional, muy heredero del underground, ya que lo importante es el mensaje. Sin duda, la parte gráfica ayuda a transmitir el mensaje de manera muy eficaz, aunque la obra difícilmente funcionario igual de bien con un estilo más virtuoso y realista, que tal vez distrajera del fondo para centrarse en la forma. A diferencia de otras obras resulta muy difícil imaginar los trabajos de Liv Strömquist con otro estilo.

La edición de Reservoir Books tiene la calidad habitual en sus publicaciones, es toda una suerte que nos traigan obras como esta que ofrecen una lectura distinta a lo que solemos encontrar en las tiendas especializadas.

No siento nada es una obra muy interesante que sabe hacer accesibles temas complejos con una muy necesaria dosis de humor. Su lectura invita al lector a reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos ofreciendo una visión amplia, plural y documentada sobre un tema siempre en boga como el amor.

Lo mejor

• Una reflexión muy lucida e interesante sobre un tema de permanente actualidad.
• Esta muy bien documentada.

Lo peor

• El aspecto gráfico, aunque correcto para lo que la autora quiere contar, no resulta brillante y puede alejar a algún lector de la obra.



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