Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine Marvel España – Junio 2021
Vivimos en una sociedad cambiante. Nunca sabes cuando te va a llegar una pandemia para romper en mil pedazos todos tus planes a corto plazo. A veces, el cambio es estimulante te permite dar un salto hacia adelante; otra veces, provoca recelos y te atasca en un punto de no retorno. El ocio ha ido evolucionando, la forma de disfrutar nuestro tiempo libre cada vez depende más de la tecnología, lo que no invalida formas ancestrales de entretenimiento. Entre ellas están nuestro amado cómic en formato físico, que tan buenos ratos nos ha dado en momentos de flaquezas. Una vez más, inasequibles al desaliento, Panini Cómics nos presenta su surtido de novedades Marvel para este mes y otra vez más, aquí nos tienen para contarlo.
Para abrir la temporada del calor, contamos un menú refrescante. Reflexionamos en nuestra columna de opinión sobre Proscritos y el papel de los héroes jóvenes en la editorial. Seguimos sometiendo a juicio una de las obras más personales sobre la Bruja Escarlata y Visión, realizada en los años 80 por Steve Englehart y Richard Howell. El cómic destacado del mes es el final del evento “Rey de Negro“, la culminación de las historias de Donny Cates sobre el simbionte Veneno. En el “No te puedes perder” apostamos por Academia Extraño, una serie de corte juvenil con un elenco de personajes que se hacen de querer. Aprovechamos la salida de un nuevo Marvel Saga guionizado por Jonathan Hickman para recordar a los Guerreros Secretos, en nuestro “Quién es quién” particular, ya que esta formación consta como no operativa en el Universo Marvel actual.
Por lo demás, cuenten con todas las novedades más interesantes del mes, un vistazo a los clásicos y el viaje en el tiempo más comiquero que encontrarán en las redes. Es hora de que comience el espectáculo, es hora del Magazine Marvel España.
TITULARES
• Columna de opinión
• Juicio a…
• Análisis de novedades
• El cómic destacado del mes
• No te puedes perder…
• Quién es quién
• Hablemos de clásicos
• Otras reediciones
• Aquellas maravillosas novedades
Columna de opinión
El Universo Marvel cambió sustancialmente desde Civil War. Los tonos grises pasaron a ser lo predominante, frente a posiciones claramente diferenciadas. Lo que antes quedaba claro ya no lo iba a estar con tanta nitidez.
Por otro lado, al igual que nuestra sociedad, el ciclo de noticias de 24 horas y las reacciones instantáneas de las redes sociales comenzarían a aflorar hasta lo que vivimos hoy en día, una vorágine de información, en muchos casos sin contrastar.
La acción del Congreso en Civil War se produjo rápidamente, pero no tan rauda como las reacción y la aprobación de una ley que afecta a los jóvenes héroes del Universo Marvel. La diferencia con hace 15 años es que hoy con un simple re twitteo nuestras vidas pueden cambiar, sin tiempo siquiera poder asumirlo. Igualmente una turba escondida detrás de una pantalla puede ser muy peligrosa, y a la vez muy susceptible a la manipulación.
Los eventos legales narrados en Proscritos fácilmente podrían haber abarcado múltiples temas políticos, en el que derechos, superhéroes y los medios de comunicación entraran en liza. Pero esa no es la historia que cuenta Al Ewing. Su historia trata sobre lo que sucede después de que los adultos toman las decisiones. ¿Son esas decisiones mejores que la de nuestra sociedad más joven? ¿Vemos los adultos las cosas desde una perspectiva contaminada con los años de expectativas frustradas?
En el Universo Marvel ocurre lo que tantas veces vemos en el mundo real. Por un lado, los superhéroes veteranos fiscalizan a las nuevas generaciones, mirando en muchos casos con recelo a los mismos. Dicho recelo proviene de considerar la experiencia como algo que supone la predominancia sobre la juventud, carente de esos conocimientos que se supone dan los años.
Si bien, de la lectura de Proscritos vemos que este planteamiento rápidamente se convierte en un asunto completamente diferente. Ewing juega con el flujo cronológico de la historia para mostrar cómo un desastre conduce a una investigación gubernamental que critica la mínima supervisión de los superhéroes adolescentes.
Las comparaciones con Civil War son inevitables, y creo que Ewing lo reconoce manifiestamente y juega con ello. Los eventos que aquí se narran son el punto de inflexión para ilegalizar a todos los héroes jóvenes.
Aquí es donde radica la actualidad social que viviremos.
Los cómics siempre han tenido un gran componente político y social, y Marvel Comics siempre ha abanderado esta premisa. Normalmente, son una vía para que los autores intenten utilizar tramas para abordar temas de actualidad e influir de alguna forma en nuestra sociedad. Siempre se ha dicho que Marvel es el mundo fuera de la ventana y ese es el caso de esta serie.
En este caso la temática de las leyes injustas, las corporaciones poderosas que influyen en su desarrollo, los lobbies, los políticos que promulgan leyes duras sin saber / preocuparse por las consecuencias, y la lucha que tienen los jóvenes contra la estructura de poder que los detiene, siguen siendo muy relevantes.
Lamentablemente, son temas que probablemente serán relevantes durante algún tiempo, pero los jóvenes del mundo real deben dar ese paso esperanzador sobre el cambio, al igual que los Campeones. Como adultos que percibimos las cosas de manera distinta, sin recordar que hace poco (algunos de nosotros) éramos adolescentes idealistas, debemos dar paso a esa juventud. No debemos apartar esa visión, y no debemos desde luego considerarnos por encima de ellos. Por otro lado, como padres debemos dejar que nuestros hijos se caigan para que aprendan. Miles, Kamala, Samuel…tendrán que equivocarse y no por ello ser censurados, apartados y estigmatizados. Recuerdo a Peter Parker cuando cometía, sin parar, errores como un chaval suele hacer para así aprender y madurar.
No por ser adulto, tener experiencia en la vida, significa que nuestras acciones sean mejores, muy al contrario, puede que de la juventud podamos sacar más sustancia de la que pensamos.
Juicio a… La Visión y la Bruja Escarlata
La Visión y la Bruja Escarlata son una de las parejas vengadoras más apreciadas. No solo porque observamos su romance en las páginas de la colección, sino también porque se trata de dos personajes muy imbricados en los Vengadores. Su razón de ser se encuentra ahí. Tras muchos años como parte destacada de la alineación, llegó el momento de la renovación. Jim Shooter pensó que había que dotar de sangre nueva en el equipo, dejando a la Bruja y a Visión en una especie de limbo editorial. Con el cariño que habían generado a lo largo de los años, no tardaría el momento en que algún guionista se hiciera cargo de sus destinos. El primero de ellos fue Bill Mantlo, que en una miniserie de cuatro números, cerrando muchos cabos sueltos de la pareja.
El siguiente fue Steve Englehart, en 1985, que tenía muy claro que la mutante y el sintezoide daban más que para cuatro ejemplares. Y para ello montó una maxiserie de doce números en la que recogería el mismo escenario dejado por Mantlo, pero elevado a la máxima expresión. El guionista, junto al dibujante Richard Howell, monta una mezcla de comedia de situación, con toques de culebrón y género de superhéroes. Fue un proyecto bastante divisorio en su momento, lo que nos ha hecho pensar en ella como una obra perfecta para someterla a juicio. Y en esas estamos, presentando argumentos para estar a favor o en contra, según el interlocutor que pregunten.
A favor …. Robbie R.
Imagino a algunos aficionados de Marvel en 2007, con el rodaje de Iron Man cerca de terminar, pensando si ésta sería la película que pondría a su universo de ficción favorito en el lugar que le correspondía. Habría quien se relamería en las posibilidades de un universo Marvel en el cine. Habría quien se quejaría de que, sin Spiderman y los X-Men, esto no podría ocurrir. Y luego estarían los aficionados que pensarían que ni el cine ni la televisión se atreverían con la mitad de las historias Marvel. Historias como el amor entre un sintozoide y una mutante. Hoy sabemos que Marvel también se atreve con estas historias en su versión audiovisual. Hoy, también, deberíamos honrar a los cómics que hicieron posible estas maravillosas locuras.
La segunda miniserie protagonizada por la Visión y la Bruja Escarlata es recordada con cariño por muchos fans, y no es para menos. Con la perspectiva del tiempo, podemos apreciar mejor todo lo que hizo especial a estos números, empezando por la maravillosa relación entre los dos héroes protagonistas. ¿Puede haber una simbiosis más lograda entre cómic de superhéroes y novela romántica? Yo, sinceramente, lo dudo. En estos números vemos la mejor versión de ambos héroes, una personalidad y una relación que seguimos añorando después del destrozo que hizo John Byrne con ellos.
Si bien es cierto que el dibujo podría ser más vistoso, es innegable el talento de Steve Englehart para hilvanar una historia-río estructurando cada número en un mes del año, enlazando con festividades, principalmente de Estados Unidos como Halloween, Acción de Gracias, Navidad, San Valentín, etc. (chupaos esa, Loeb y Sale). Además, la parte superheroica de cada número introduce temas tan interesantes como la xenofobia, el embarazo, la infidelidad… la construcción de una familia aparentemente imposible. Ni la Visión ni la Bruja Escarlata son presentados como héroes en la serie, sino más bien como una pareja que solo quiere llevar una vida normal. Los problemas que se encuentran son ocasionados por sus familias o sus vecinos. Más parecido a la realidad de lo que nos gustaría admitir.
Tenemos acción y desarrollo de personajes. Aparecen muchísimos personajes invitados. Cuenta con momentos antológicos como la cena familiar con Magneto. Inspiró Wandavision y la serie de Tom King sobre nuestro sintozoide favorito. Uno de los mejores matrimonios que ha dado la historia del cómic (y qué decir del monólogo de Wanda en el #3 cuando cree que va a morir junto al hombre que ama). ¿Hace falta decir más?
La verdad, nada más que la verdad.
En contra …. J.J.J.
Decía cierta sabia que, cuando se buscaba en el baúl de los recuerdos, cualquier tiempo pasado parecía mejor. Vista a través del cristal de la nostalgia las obras atesoradas en la memoria se ven mejor, hasta un punto en el que lo más recomendable es no hacer cotejo entre esa versión idealizada y la que junta polvo en los estantes. Sin embargo, hay obras cuya evocación no trae consigo ese grato recuerdo sino, más bien, la memoria de algo que sería mejor olvidar. La maxiserie dedicada a la Visión y la Bruja Escarlata es una de ellas.
La reciente Bruja Escarlata y Visión ha rescatado de un olvido bastante merecido a esta serie de doce números que, en su momento, sirvió de munición a los detractores de Steve Englehart, en su segundo paso por la franquicia vengadora. El guionista había retornado a la casa de las ideas, portando aún la vitola de ser uno de los escritores de referencia de la serie de los héroes más poderosos de la Tierra, en un momento en el que ésta había recuperado el interés del público, de la mano de Roger Stern. Después de unos años de deriva, los Vengadores volvían a ser una colección de referencia y afrontaban su expansión a la costa oeste estadounidense. La Visión había asumido la presidencia del grupo, ante la ausencia de la Avispa y de la alineación principal -oportunamente abducida por el Todopoderoso y depositada en las primeras guerras secretas- aprovechando para llevar a cabo un plan para salvar el mundo, poniéndolo bajo su control. La intención de Stern era revertir el proceso de humanización del héroe sintético, llevándole de nuevo a sus más fríos orígenes, pero los designios editoriales, a veces inescrutables, apuntaban en otra dirección. La Visión y la Bruja Escarlata se verían forzados a un retiro que les llevaría fuera de Nueva York y, a no mucho tardar, a la órbita de los Vengadores Costa Oeste, donde Englehart se había hecho con los mandos, llevándose consigo al dibujante Allen Milgrom. Compartiendo guionista, no resulta extraño que los primeros números de ambas series se configuraran como un cruce entre las mismas, dejando patente lo que habríamos de encontrar después: folletín con pijamas.
La maxiserie intenta aprovechar el riquísimo bagaje de la pareja protagonista y de cada uno de sus componentes, desarrollado a lo largo de los veinticinco años anteriores. Un año en la vida de un matrimonio que, al poco, descubre que la familia crece, sirve de excusa para que por la casa de Wanda y Visi pasen amigos, conocidos, familiares y enemigos, en unos términos que recuerdan a los culebrones de éxito a mediados de los ochenta, como Dinastía, Falcon Crest o Santa Barbara y no precisamente para bien. Después de ver a la Visión al borde de la conquista mundial o de comprobar el poder de la Bruja Escarlata, verlos reducidos a tramas tan mundanas resulta sumamente decepcionante. Tampoco resulta de ayuda la parte gráfica, pues Richard Howell no era el dibujante más adecuado para un cómic de corte superheroico, por mucho que se acercara a otros géneros en los que su trazo encajaba a la perfección. Englehart no tuvo mucha suerte con sus partenaires en estas colecciones, pero no hay que quitarle en modo alguno el mérito de que sus guiones eran un auténtico desmadre.
En conclusión, esta maxiserie tiene más importancia como una de las fuentes de una exitosa serie de televisión que por otra cosa. Fallida en su momento, no se puede decir que el paso del tiempo le haya sentado mejor.
He dicho.
Análisis de novedades (grapas y tomos)
Este mes de junio, que da inicio al verano que tanto tiempo llevamos esperando, viene con novedades muy interesantes, tanto en grapa como en tomo que llevarnos a la playa o que simplemente leer en nuestros días de vacaciones.
El Asombroso Spiderman 34
La excesivamente larga y anodina etapa de Nick Spencer al frente de Spiderman continúa, con arcos argumentales que nos hacen recuperar ligeramente la esperanza como Cazado, la saga de Pariente y Restos Mortales.
En este caso, el asunto de Pariente, que en mi opinión ha resultado muy pero que muy decepcionante de cara a lo que realmente prometía, ha llegado a su fin, y tenemos ante nosotros una grapa que, sorprendentemente resulta muy interesante.
Y es que, en este trigésimo cuarto número de la actual colección arácnida, Peter y Mary Jane aprovechan su último enfrentamiento, como dúo bien avenido, con un villano de Spiderman que, nuevamente, ha venido a poner patas arriba la vida privada de ambos, para repasar cuáles son sus fortalezas y debilidades como pareja, construyéndose con dicha premisa un número unitario muy pero que muy interesante.
Si algo ha hecho Spencer bueno por Spidey es recuperar la relación con Mary Jane, y al menos esto no nos parece impostado ni poco desarrollado sino que al contrario, nos lo creemos bastante.
Veneno 30
El fantástico Veneno de Donny Cates sigue su curso, y en esta ocasión ya muy próximo a su final, con ese número #200 que parece que va a cambiarlo todo para el personaje.
Rey de Negro, el último evento llevado a cabo por Cates para su Venom, que llega a su fin este mes, ha puesto el mundo de Eddie Brock (y al Universo Marvel) más patas arriba que nunca, y aprovechando la ocasión, y el duro golpe físico y mental que Brock sufrió el mes pasado, Cates se para un poco y realiza su propia retrospectiva sobre el personaje, contándonos a su manera sus orígenes y datos de su pasado que sospechábamos, pero que no terminábamos de conocer y que hacen a esta etapa aún más interesante.
Shang-Chi: Hermanos y Hermanas
Tras el estreno de Viuda Negra, que por fin, tras más de un año de retraso debido al Covid19, veremos en cines y en Disney+ el mes que viene, la maquinaria de hacer dinero de la casa del ratón sigue funcionado y llegará en unos pocos meses Shang-Chi, la película que adaptará el mítico cómic marvelita de artes marciales a la gran pantalla.
Por ello, éste es un buen momento tanto para rescatar durante los siguientes meses contenido antiguo del personaje, como para dar vida a nuevas series sobre el mismo. En esta ocasión le llega el turno a este tomo autoconclusivo, en el que Dike Ruan, Gene Luen Yang y Philip Tan nos dan su particular visión del artista marcial definitivo.
Un cómic distinto y diferente para quienes sin querer alejarse del Universo Marvel, buscan algo nuevo.
Marvel Saga. Guerreros Secretos 1. Nick Furia. Agente de Nada
Otro nuevo mes y una nueva colección que, en esta ocasión, tras el final de The Pulse, se une a la familia Marvel Saga. En esta ocasión, le llega el turno a la esperada y añorada Guerreros Secretos que por fin llega en tomo a nuestras librerías. La obra comenzada por Brian Michael Bendis y Jonathan Hickman, y después continuada en solitario por este último, con diversos dibujantes entre los que destaca Stefano Caselli.
Con la publicación de Guerreros Secretos, Panini Cómics riza el rizo y nos trae ya por fin todo el material de Jonathan Hickman para el Universo Marvel. Sin embargo, esta historia podríamos decir que, aunque con un tono más simplista que S.H.I.E.L.D., es más parecida a ésta última que a sus Vengadores o sus Cuatro Fantásticos.
Hickman nos da aquí su visión de Nick Furia y del contraespionaje, haciendo un magnífico uso de personajes secundarios del Universo Marvel.
Para ello, y al menos en este tomo que da comienzo a la serie, se une a Bendis, autor muy distinto a Hickman pero que siempre supo alumbrar grandes ideas y conceptos que luego otros autores como en este caso Hickman sabían explotar mucho mejor. Y si no, que se lo digan a los Illuminati.
Un imprescindible para los que como yo, somos Hickmanianos hasta la médula.
El cómic destacado del mes
Rey de Negro 3 (de 3), de Donny Cates, Ryan Stegman, J.P. Mayer, Frank Martin y Jason Keith
La presencia de Knull, el dios de los simbiontes, ha sido una constante en el trabajo reciente de Donny Cates. Algunos lectores incluso han acabado cansados del personaje, al que -reconozcámoslo- le ha faltado desarrollo para que pudiese ser algo más que otro villano del montón. El evento Rey de Negro que este mes llega a su fin concluye las andanzas de Knull hasta el momento, ofreciendo un buen compendio tanto de las fortalezas como de las debilidades de la etapa de Cates en Veneno. En un lado de la balanza tenemos a un villano un tanto vacío, con unas motivaciones genéricas y un plan aún más genérico -la típica invasión alienígena que hemos leído mil veces-, mientras que en el otro tenemos interesantes aportaciones al trasfondo y la mitología de los simbiontes marvelitas, un toque de terror poco habitual en los eventos de la Casa de las Ideas, escenas de acción palomitera que resultan muy impactantes y, sobre todo, una historia diseñada para mayor gloria de Eddie Brock. Si bien los Vengadores, la Patrulla-X y el Doctor Extraño tienen su momento para brillar en las páginas de Rey de Negro, en todo momento el auténtico protagonista es Veneno. La conclusión de la saga, que coloca al popular personaje en una nueva e inédita posición dentro del Universo Marvel, es buena prueba de ello.
A lo largo de su etapa, Cates ha ido ascendiendo a Eddie en el escalafón de este cosmos de ficción, continuando la propia trayectoria que ha mantenido desde sus inicios: primero pasó de villano recurrente a antihéroe, luego de antihéroe a héroe reticente y, finalmente, Rey de Negro lo ha consagrado como héroe completo y lo ha elevado aún más, hasta un rol cuyas implicaciones aún no están del todo claras y que se explorará debidamente en el epílogo del evento, ese esperado Venom #200 USA que reorganizará de nuevo el statu quo de los simbiontes y determinará el futuro rumbo de la colección. También será el último número de la etapa actual y la despedida de Cates de la serie.
El final de Rey de Negro supone el último giro de una montaña rusa cargada de monstruosidades de dientes puntiagudos, muertes desagradables y regresos heroicos. En ese sentido, hablamos de un final satisfactorio… como satisfactorio ha sido el propio evento, en definitiva. El trasfondo desarrollado por el guionista durante los últimos años por fin se ha cohesionado, desvelando su auténtica finalidad, mientras que el dibujo de Ryan Stegman, deudor de los primeros tiempos de Todd McFarlane, se muestra totalmente cómodo alternando entre las escenas de acción sin complejos y los momentos que juguetean con el gore y el terror. Este es un cómic que sus autores se han divertido haciendo; un cómic honesto que busca contagiar esa diversión al lector. Es un cómic que ama a Veneno y que transmite ese amor de la mejor forma que sabe: dándole al personaje un triunfo memorable y una merecida palmadita en la espalda.
Hay muchas ideas imaginativas en Rey de Negro, pero en última instancia el disfrute del evento dependerá de la afinidad del lector hacia Eddie Brock. Esta es una historia para aquellos a los que les gusta Veneno y, para los que además han disfrutado de la etapa de Cates, es la guinda del pastel; el gran fin de fiesta que reivindica a Veneno como un personaje que puede contar con su ecosistema de series derivadas y eventos propios dentro de la editorial. Puede que haya sido promocionado como el nuevo gran evento del Universo Marvel, pero Rey de Negro es un evento de Veneno y habría funcionado igual de bien si se hubiera circunscrito al entorno de los simbiontes -ahorrándonos de paso algún que otro cruce superfluo-. En cualquier caso, basta con leer la miniserie central y la serie protagonizada por Eddie para tener la imagen completa del plan de Cates para cerrar su etapa por todo lo alto. Ya llegará el momento de valorarlo en su conjunto y de juzgar su impacto futuro, pero de momento parece que el bueno de Donny se ha salido con la suya y Eddie se ha acabado convirtiendo en la estrella que siempre quiso ser.
No te puedes perder… Academia Extraño de Skottie Young y Humberto Ramos
Se necesita sangre nueva. Cada cierto tiempo Marvel lanza una llamada a la que acuden jóvenes héroes, dispuestos a involucrarse en la ardua tarea de hacer el bien, en ocasiones juntándose bajo un propósito (desde los Nuevos Guerreros hasta los Jóvenes Vengadores, pasando por los Runaways) y otras para ser educados, pues tienen un gran poder que aprender a utilizar con, bueno… es el momento de usar la conocida frase, una gran responsabilidad. Esto nos ha llevado a tener series muy diferentes, algunas de las cuales han logrado pasar a la historia de la editorial. En lo que se refiere a estudiantes, hay dos precedentes muy interesantes. El primero son los Nuevos Mutantes, obviemos aquí que los propios X-Men empezaron como parte de una academia, en la que Chris Claremont sentó un importantísimo precedente del que muchos beberían. El segundo es mucho más reciente, y es que hasta los héroes más poderosos del mundo necesitaron de una cantera con la que poder mirar al futuro. Es cierto que esta segunda dio lugar a muchos personajes que acabaron en el olvido, pero Academia Vengadores nos lo hizo pasar muy bien durante unos años. ¿Ahora? Es el tiempo de la magia.
Precisamente, la facción más dedicada a la hechicería del Universo Marvel siempre se ha visto relegada a un segundo plano frente Vengadores, X-Men o incluso los poderes cósmicos, pero el pasado año la Casa de las Ideas se atrevió a formar una academia de artes místicas, dirigida por el mismísimo Stephen Strange, aunque sus apariciones tienden a ser más bien testimoniales, con un elenco de profesores como el Doctor Vudú, El Anciano o Agatha Harkness, más algún invitado especial de la serie propia de Extraño, como Zelma Stanton, y colaboraciones estelares entre las que encontramos a algunos de los personajes más conocidos de la parte mágica de Marvel, como la Bruja Escarlata, Loki o Magik, pero también de los confines del universo, que justo este mes aparecen Groot y Mapache Cohete. Eso sí, no nos engañemos, uno de los grandes alicientes de esta divertidísima serie son los autores.
Humberto Ramos lleva una década imparable en Marvel; se estableció como uno de los principales dibujantes de Spiderman, junto al escritor Dan Slott, pero lo conocemos de mucho más atrás, además con colecciones de protagonistas muy jóvenes, Impulse, en DC, Gen 13 o DV8, para el estudio de Jim Lee, cuando era parte de Image, pasaron por sus manos y le dieron la oportunidad de hacer su propia serie, Crimson, justo cuando Wildstorm estaba entrando a formar parte de la Distinguida Competencia, serie de vampiros que tuvo muy buena acogida (y varias ediciones en España). Los Runaways y Los Campeones son otras dos series que han caído en sus manos, esta última recientemente, con lo que se alza como una buena apuesta para una colección de estas características. Por si fuera poco, los guiones son de Skottie Young. A este autor se le conoce mucho por sus portadas para Marvel donde pone a los personajes de la editorial como bebés, pero además de ser un estupendo dibujante su faceta como guionista nos ha dado más de una alegría (muy recomendable su serie Middlewest) y que también ha guardado una importante cercanía con las historias de jóvenes. Con ambos al volante, Academia Extraño ya es una serie a la que subirse, y sí, ahora que han pasado unos meses, con parones por en medio, que nos han dado cinco grapas, con nueve números americanos, es el momento de que aparezca en esta sección.
Ya las primeras páginas dan cuenta de que estamos ante dos autores que saben lo que hacen. Las perspectivas de Humberto Ramos dotan a los jóvenes del protagonismo necesario y, aunque los adultos tienen su hueco, solo hay que ver la primera aventura, donde el Doctor Extraño llega para salvarlos a todos, al enfatizar las imágenes de los alumnos, dotándonos de la capacidad de ver a los profesores con ese halo de autoridad pero sin el papel principal que juegan en otras series. Muy en consonancia con los guiones de Skottie Young, que nos llevan a este viaje de la mano de Emily Bright, una niña que vive una vida normal pero que nota una conexión especial con la magia. Con ella, y Zelma, nos internamos en la Academia Extraño para conocer al resto de alumnos, entre los que se encuentran otros humanos, asgardianos, hadas, gigantes de hielo, demonios, seres del Reino Salvaje y hasta el hijo del mismísimo Dormammu, personaje carismático donde los haya. Juntos vivirán aventuras en los diferentes parajes mágicos del universo Marvel.
Academia Extraño es una serie de carácter juvenil que sigue mucho la línea de las colecciones dedicadas a los miembros más jóvenes de los X-Men, bebe de la tradición mutante en estilo, pero se distancia por desarrollarse en un entorno menos tratado dentro de la editorial. Un cómic de aventuras, emociones y diversión al que merece la pena acercarse.
Quién es quién: Guerreros Secretos
La publicación del primer Marvel Saga dedicado a los Guerreros Secretos nos sirve como excusa para adentrarnos en el complejo mundo del contraespionaje en busca de información sobre estos elusivos personajes. Creados por Brian Michael Bendis y presentados durante Invasión Secreta en 2008, los Guerreros Secretos sirvieron de carta de presentación a un Jonathan Hickman recién llegado a la Casa de las Ideas tras sus éxitos iniciales en el mercado indie. Apadrinado por Bendis, con quien colaboró durante las primeras entregas de la colección que protagonizaron poco después, Hickman hizo suyos a los miembros del equipo y dio forma a una enrevesada historia sobre sociedades secretas y conspiraciones dentro de conspiraciones que nos mantuvo enganchados desde el primer momento. Y además lo hizo utilizando a personajes de segunda y tercera fila, lo cual tiene bastante mérito.
El origen de estos personajes se encuentra en los Archivos Oruga, una base de datos secreta elaborada por Nick Furia en la que se recogía a diversos seres superpoderosos emparentados con héroes o villanos conocidos. Con el mundo sumido en una invasión Skrull y S.H.I.E.L.D. comprometida, Furia pensó que recurrir a agentes semidesconocidos reducía las posibilidades de que uno de ellos fuese en realidad un alienígena infiltrado. Los Guerreros Secretos debían gozar de cierta anonimidad para la difícil tarea que les tenía reservada: liberar de una vez por todas a S.H.I.E.L.D. de la influencia de la organización terrorista Hydra… destruyendo a ambas organizaciones. ¿Pero quiénes son los Guerreros Secretos?
El superespía por antonomasia del Universo Marvel necesita poca presentación. Creado por Stan Lee y Jack Kirby en las páginas de Sgt. Fury and his Howling Commados en 1963, Nick Furia se ha reinventado en varias ocasiones. Tras esos cómics bélicos iniciales pasó luego a vivir aventuras de espionaje pulp y, más recientemente, ha ocupado el rol que antes ejercía Uatu, el Vigilante. Lo que nos interesa de cara a la lectura del Marvel Saga de Guerreros Secretos es saber que esta historia se ubica poco después de Secret War, miniserie orquestada por Brian Michael Bendis en 2004. Según se nos narró entonces, tras descubrir que la nación de Latveria estaba equipando a criminales con su tecnología, S.H.I.E.L.D. quiso actuar pero el gobierno le denegó el permiso por motivos políticos. Por tanto, Furia recurrió por su cuenta a varios superhéroes para contraatacar en suelo latveriano. Pese a que borró cuidadosamente sus huellas e incluso manipuló los recuerdos de los participantes, el asunto se acabó descubriendo y como consecuencia Furia tuvo que abandonar su puesto como director de S.H.I.E.L.D. para ocultarse. Entonces creyó que podría recuperar el tiempo perdido con su vieja amante, la Condesa Valentina Allegra de la Fontaine, pero esta resultó ser una Skrull infiltrada que intentó acabar con su vida. Sin contar con los recursos de S.H.I.E.L.D. para hacer frente a la inminente invasión alienígena, Furia supo que debía reunir y entrenar a un nuevo equipo en el que pudiese confiar. Así se abrieron los Archivos Oruga.
Creada por Brian Michael Bendis y Gabriele Dell’Otto en Secret War #2 en 2004, Temblor es uno de los personajes más importantes de la colección. Esta agente de S.H.I.E.L.D. con poderes sísmicos es producto de la unión entre Calvin Zabo, el supervillano conocido como Mister Hyde, y una mujer con genes inhumanos. Pese a que requería del uso de unos guanteletes especiales para poder enfocar sus poderes con precisión, pronto demostró ser uno de los mejores agentes de la organización. Participó en la Guerra Secreta contra Latveria y, tras la marcha de Furia, fue forzada a abandonar el servicio activo a causa de su cercanía al antiguo director. Aún así, colaboró con los Vengadores en un enfrentamiento contra Magneto, al que derrotó induciendo vibraciones en su cerebro hasta dejarlo sin consciencia. Poco después, Furia reclutó a Daisy para afrontar la invasión Skrull. Sin embargo, su verdadero cometido llegaría tras la derrota de los alienígenas: liderar a los Guerreros Secretos para poner fin al eterno conflicto entre S.H.I.E.L.D. y sus enemigos de Hydra.
Presentada por Brian Michael Bendis y Alexander Maleev en Mighty Avengers #13, primera aparición de los Guerreros Secretos durante Invasión Secreta, Yo-Yo es una supervelocista con una característica muy particular: después de utilizar sus poderes siempre se ve arrastrada automáticamente al punto de inicio, como si fuese la goma de un tirachinas. Esta mujer puertorriqueña es en realidad la hija de John Horton, el criminal conocido como el Grifo, y sus poderes se deben al ADN mutado heredado de su progenitor. Cuando fue reclutada por Nick Furia, Yo-Yo sabía que iba a ser arriesgado, pero entonces no podía aventurar cuánto le iba a costar ser parte del grupo.
Presentado también en Mighty Avengers #13, al igual que los siguientes personajes de nuestra lista, Jerry Sledge, el músculo del grupo, procede de un trasfondo trágico. Su madre fue atacada y violada por Carl “Aplastador” Creel, el supervillano conocido como el Hombre Absorbente. Como consecuencia, su hijo nació dotado con fuerza y resistencia sobrehumanas. No obstante, su verdadero potencial aún estaba latente y en las páginas de la colección sabremos más al respecto… si es que Muro de Piedra sobrevive a su primera reunión familiar, claro.
Hijo del místico conocido como Doctor Druida, que en el pasado había sido miembro de los Vengadores, Sebastian Druid pensaba que poseía un talento natural para la magia. Sin embargo, con el tiempo descubrió que en realidad sus poderes (que incluyen levitación, proyección de energía, generación de campos de fuerza y teletransportación, entre otros) tenían un origen genético. Puede que su padre fuese un hechicero, pero su madre era… otra cosa, algo no humano. De entre todos los Guerreros Secretos, Druida es el que parece menos preparado al principio. Sin embargo, nos reserva alguna que otra sorpresa.
Nieto del Jinete Fantasma, un antiguo héroe del oeste americano, J.T. tiene el poder de manipular el mismísimo fuego del infierno. Para hacerlo utiliza como foco una cadena, que en sus manos se rodea de llamas místicas. Su trayectoria dentro de los Guerreros Secretos va a ser ajetreada, incluyendo un intenso romance y una oscura profecía sobre su futuro.
Este es el único personaje de los Guerreros Secretos que Bendis tomó prestado en lugar de ser de creación propia. Fue introducido en 2006 por Michael Avon Oeming y Travel Foreman en Ares #1, primera entrega de la primera miniserie dedicada al dios olímpico de la guerra. Hijo de un dios y de una mujer mortal, Alex es un semidiós dotado con ciertas capacidades precognitivas y con el poder de proyectar miedo en los demás a través de su mirada. Ya en su historia de presentación fue secuestrado siendo apenas un niño por la deidad japonesa Amatsu-Mikaboshi para utilizarlo como arma contra el Olimpo. Algún tiempo después, liberado de la influencia de su secuestrador y enemistado con su padre, fue reclutado por Furia para sus Guerreros Secretos, recibiendo el nombre código Fobos (conviene aclarar que, pese a ello, Alex y el dios olímpico Fobos son dos personajes distintos). Se trata de uno de los miembros más interesantes del grupo y protagoniza algunos de los momentos más recordados de la colección.
Hasta ahora hemos visto la alineación inicial de los Guerreros Secretos, pero el grupo no tarda mucho tiempo en expandirse para incluir a nuevos reclutas como Eden Fesi (Distribuidor). Además, los Archivos Oruga de Nick Furia esconden muchas sorpresas, como es lógico esperar de un superespía que esconde secretos dentro de secretos. El primer Marvel Saga no es más que el principio de la guerra entre S.H.I.E.L.D., Hydra y una enigmática tercera organización, Leviatán, con los Guerreros Secretos justo en medio. Nuevos reclutas, misterios que salen a la luz, duros sacrificios, muertes inesperadas y sorprendentes giros de guion nos esperan en las próximas entregas.
Hablemos de clásicos
Este mes es poco pródigo en material clásico para la sección. Si exceptuamos el tomo de la Visión y la Bruja Escarlata, del que hemos tenido juicio líneas arriba, nos queda Conan para salvar los muebles. El Cimerio continúa con su recopilación, a dos bandas, tanto de la versión en comic-book como la del magazine. En cuanto a esta última, tenemos doble ración para los aficionados a la espada y brujería. Completamos el año 1979 en Marvel Limited Edition, con los habituales Roy Thomas y John Buscema (más un poco de Sal Buscema y Tony DeZuñiga) inasequibles al desaliento. De la versión para adultos del bárbaro más famoso de la compañía hemos hablado largo y tendido en estas columnas. Ya pasó la locura en la que estos tomos, co-editados entre Panini y SD Distribuciones, volaban de las estanterías. El hecho de que circule en paralelo la Biblioteca Conan ha atemperado los ánimos, a ese respecto.
Y aquí viene la dualidad, puesto que en un mismo mes, con apenas días de diferencia, se pone a la venta otro volumen de la Espada Salvaje de Conan, en la citada edición de Biblioteca. Panini reúne en un mismo volumen el ciclo conocido como “La Hora del Dragón”. Este argumento fue pensado, en su momento, como una novela unitaria por su autor, Robert E. Howard. Acostumbrado al proceder de publicar en revistas, se propuso una trama que podría sacar de manera unitaria, a modo de libro exento, sobre el Cimerio. De salida, no consiguió el objetivo previsto, por lo que no tuvo más remedio que recurrir a las susodichas revistas. Entre 1935 y 1936, la historia fue apareciendo en Weird Tales, en forma de novela por entregas, en cinco ejemplares. No sería hasta años después de la muerte de Howard, cuando la editorial Gnome Press cumpliría los deseos del autor, al publicarla de manera autocontenida en un libro, en el año 1950. Eso sí, decidieron cambiarle el nombre a “Conan The Conqueror”, quizás en un intento mercantilista de llamar la atención. De ahí que ambas nomenclaturas hayan coincido, tratándose de la misma historia, aunque poco a poco se fue imponiendo el título original pensado por su creador.
A la altura de 1974, en Marvel se da por sabido cualquier aspecto referente a la creación de Robert E. Howard. Roy Thomas se estaba encargando de gestionar la licencia, trabajando en una versión de la vida del bárbaro de manera cronológica en cómic mensual, mientras trataba de homenajear y trasladar la obra del escritor tejano en los magazines para adultos. Editorialmente, nos hallamos también en un momento interesante, con la prueba de nuevos formatos. Uno de ellos era el Giant Size, una revista a color con mayor paginación y precio, lanzada como un gran evento. Conan se subió también al nuevo formato, con cuatro especiales Giant Size escritos por Thomas. Para una ocasión tan especial, Roy optó por ir a la adaptación de “La Hora del Dragón”, la historia más larga publicada sobre el cimerio, nada menos que la crónica de una las mayores derrotas de nuestro protagonista y como este se propone resarcirse de ella.
Como decimos, al ser especiales con más páginas, era factible un desarrollo orgánico de la trama. Thomas, unido al talento de un grande en el apartado gráfico como Gil Kane, fue dando salida al ciclo, hasta que en el Giant Size #5 los lectores recibieron una extraña sorpresa, un ejemplar repleto de reimpresiones y además, se anunciaba que se cancelaba de manera definitiva el formato en la editorial, dejando la traslación inconclusa.
No sabemos muy bien el desarrollo de los acontecimientos. Es bien conocido que en las altas instancias decidieron cerrar los Giant Size, por ser un formato costoso. Pero queda en la neblina el por qué ese #5 se rellenó con material ya publicado. Ni siquiera Thomas, en sus detalladas introducciones a los tomos de la Espada Salvaje, hace referencia a ello. Solo que se buscó un nuevo acomodo a la historia, para poderla cerrar la trama en buena lid.
Así pues, pasamos del territorio a color al mundo de los magazines en blanco y negro. Dos formatos bien distintos. Y nos olvidamos de Kane y recurrimos a John Buscema, amo y señor de La Espada Salvaje de Conan. En los números 8 y 10, Thomas y Buscema concluyeron la larga trama de un cimerio curtido como rey, que pese a ser vencido por oscuros trucos de magia, quiere recuperar lo que es suyo.
En este ejemplar de la Biblioteca Conan contamos con todo este argumento, recopilado en un único tomo, que contiene material de los Giant Size y la Espada Salvaje, más un par de anuales de la colección en comic-book. La promoción hace hincapié de que es un especial a color precisamente por eso, por contener episodios que no son específicamente del magazine. Pero es que además, la editorial ha decidido añadir color las dos últimas partes de la historia, que originariamente iban en blanco y negro, en una recopilación reciente, por lo que todo el contenido es a color. Las dificultades de producción de la Marvel de la época han obligado a soluciones creativas. Pese a que suene algo chusco esa alteración de las esencias, es un volumen muy recomendable, por tratarse del máximo esfuerzo de Howard con el personaje, por lo que se convierte en una pieza muy apetitosa, el tener toda “La Hora del Dragón” dispuesta para ser degustada de un tirón, sin tener que ir cambiando de tomo para la ocasión.
Si de Conan es algo que nos hemos habituado a hablar en el Magazine Marvel España, no ocurre lo mismo con nuestro siguiente protagonista. Este mes de junio se publica el segundo Marvel Limited Edition del Motorista Fantasma, por lo que viene bien hacer un pequeño recordatorio sobre el personaje. Volvemos a inicios de los años setenta, con el levantamiento del veto sobre las criaturas del horror, por parte del Comic Code Authority. En Marvel estaban deseando ponerle las garras encima a los monstruos por lo que organizaron un plan de publicación que cubriría cómic mensual y revistas en blanco y negro. Esa sucesión de acontecimientos, la llegada del género del terror a Marvel, coincidió en paralelo con la creación de cierto enemigo para la colección de Daredevil. Roy Thomas, gran fan de un pistolero del oeste conocido como Ghost Rider, le propuso a Stan Lee la adquisición de ese carácter de finales de los años 40, ahora libre de derechos. Dado que uno de sus creadores originales, Dick Ayers, era fijo de la plantilla, la operación fue más simple de lo pensado. Con este Ghost Rider se propuso una serie del lejano far west, en plena era Marvel, dibujada por Ayers y guionizada por Thomas.
Las cosas no salieron según lo planeado. Lee no dejó que Thomas escribiese la serie, encargándole otros proyectos, por lo que Roy cedió las riendas del nuevo título a su colega Gary Friedrich y la colección del Ghost Rider se puso en marcha… para durar apenas ocho números. ¿Era el final del personaje? Obviamente, no, ya que se abría un nuevo camino con la llegada del terror. En 1972, Friedrich era el guionista de Daredevil y Thomas su editor. El escritor le propuso para un número crear un villano en motocicleta, teniendo como referencia al Especialista, un personaje además creado por el propio Roy Thomas. Pero Gary quiere darle una vuelta de tuerca y le comenta que quiere reutilizar el concepto de Motorista Fantasma, como un villano moderno, olvidando la caracterización del salvaje oeste. Friedrich ya había creado un malvado de esta guisa en la pequeña editorial Skywald, donde había ideado a Hell-Rider, basado en la moda motera de la época, por lo que para el autor era un paso natural. Aquí comienza la creación de la concepción del Ghost Rider.
Gary y Roy, después de las discusiones de rigor acerca del origen y las motivaciones del personaje, admiten que tienen algo más grande que un simple villano. Deciden probar a presentar el proyecto como un nuevo héroe y para ello necesitan a Stan Lee, para que les apruebe la nueva dirección. Fue el gran editor el que impuso el nombre de Johnny Blaze, para el alter ego del protagonista, y le dio luz verde, sin más complicación. Thomas y Friedrich, después de conseguir los servicios de Mike Ploog en el apartado artístico, se percataron de que el Comic Code pasaba a permitir a las criaturas de la noche en las revistas a color, por lo que optaron por ese enfoque, dejando al dibujante manga ancha para darle esa apariencia demoniaca. Hablamos de un especialista que vende su alma al diablo para salvar la vida de su padre adoptivo, asediado por una enfermedad incurable. De este relato inferimos que la creación del Ghost Rider asociado al terror fue obra de varias manos, de distintas mentes y esto es importante consignarlo.
La idea y concepción del personaje quedó repartida en los créditos, según la propia Marvel, entre Gary Friedrich, Roy Thomas y Mike Ploog. El Motorista fue haciéndose su hueco en el imaginario de los lectores, llegando a ser alguien de gran popularidad, sobre todo a partir de los años noventa, generando dividendos que, por motivos evidentes del negocio, nunca llegaron a los creadores originales. Llegado el momento, Friedrich decidió que ya era suficiente y demandó a Marvel por los derechos del Ghost Rider, generando un largo litigio en los tribunales, que con los complicados vericuetos del “work for hire“, ya pueden suponer que no fue una problemática sencilla de resolver. El nombre de Friedrich quedó vetado para los altos mandatarios de la editorial, hasta su misma defunción.
Volviendo a la obra original, a inicios de los setenta, Friedrich y Ploog iniciaron la andadura del Ghost Rider en cabecera contenedor, Marvel Spotlight, lo habitual para probar conceptos nuevos. Ocupó el encabezado de la revista desde el #5 al #11, pasando a conseguir su propio título en septiembre de 1973. El guionista primigenio dejó la colección en su #4, por lo que el trabajo de consolidación quedaba en manos de otros autores.
El segundo tomo, que está presto a debutar, ya es el material posterior a Friedrich, que tras un par de fill-ins, incluidos en el volumen anterior, nos introduce en la etapa de Tony Isabella. El buen Isabella era un autor que había entrado en Marvel en 1972 como editor (aspecto que mantendrá durante gran parte de su colaboración con la Casa de las Ideas) y que poco a poco haría sus probaturas con la escritura creativa. No se puede decir que sea el guionista favorito de nadie; se trata de un escritor mediocre, del que apenas se recuerda gran cosa. Puede ser que su etapa en Ghost Rider sea la más interesante de su carrera, junto con la creación de Black Lightning, en DC Comics.
Con este volumen, tenemos el total de la etapa Isabella, que utilizará diversos elementos para consolidar a este nuevo carácter, además con el inconveniente de que el género del terror ya estaba de capa caída en la editorial, por lo que era necesaria una reinvención. Ahora más que nunca, podemos decir que la colección está basada en los rudimentos del superhéroe, con unos pequeños añadidos de terror, obligatorio por la misma concepción del personaje. Dibujan Jim Mooney, Sal Buscema, Frank Robbins, George Tuska o Bob Brown. Contamos con un cruce con Daredevil o la típica aparición en Marvel Two-In-One. Se trata de un recopilatorio pensado para entusiastas del personaje, como mucho, de la parte clásica de Marvel; no es la mejor serie de la época, pero es indudable que el influjo del Ghost Rider continúa fuerte en la actualidad.
Otras reediciones
En este apartado, tenemos este mes el fantástico Marvel Premiere que recopila el segundo arco argumental de la actual etapa de Los Cuatro Fantásticos, comandada por Dan Slott, al que se une en este mismo formato, el comienzo de Los Vengadores de Jason Aaron. Opciones muy económicas para acceder a las actuales series marvelitas que en un estado más avanzado, podemos encontrar en grapa.
Además, dentro de la línea Marvel Must-Have, tenemos Capitán América: El Soldado de Invierno, un tomo que además de suponer el comienzo de la etapa de Ed Brubaker al frente del Centinela de la Libertad, funciona muy bien cómo volumen autoconclusivo, pues este fue el cómic que devolvió la vida a Bucky, en lo que no fue sino toda una reinvención del abanderado y de su mundo para el Siglo XXI.
Y dentro también de Must-Have, podemos encontrarnos otra necesaria reinvención para el Siglo XXI, siendo en este caso la de Spiderman, que como Joe Michael Straczynski, irrumpió en el nuevo milenio con un magnífico arco argumental titulado “Vuelta a Casa“, con el que el mentado escritor, acompañado de John Romita Jr. al dibujo, llevaba al arácnido a la treintena.
A gusto del consumidor queda la elección de si utilizar estos dos tomos Must-Have para comenzar las correspondientes etapas que inauguran, o si prefieren utilizarlos como historias autoconclusivas y entretenidas que sirven como buenos ejemplos de saber hacer en las cabeceras superheroicas.
Además de lo ya comentado, destacamos especialmente, estas reediciones:
100% Marvel HC. Capitán América: La Verdad. Rojo, Blanco y Negro
El mes pasado pudimos conocer en la pequeña pantalla a Isaiah Bradley, el Capitán América Negro, gracias a su inclusión dentro del MCU en El Halcón y El Soldado de Invierno. Su llegada a esta serie nos resultó tan sorprendente e inesperada como necesaria, en un Hollywood en el que todavía impera el racismo y en el que cada vez se hacen más necesarios personajes como Isaiah dentro de las grandes superproducciones estadounidenses.
Pues bien, como era de esperar, el bueno de Isaiah no es una creación de Disney, ni se trata de un personaje de nuevo cuño para el Universo Marvel, sino que tiene su origen en las viñetas, en concreto en este cómic de Robert Morales y Kyle Baker en el que se nos presentó a este personaje, utilizado como conejillo de indias para el suero supersoldado cuando no se conocían los efectos que éste podía tener en sus sujetos de pruebas.
Un Steve Rogers al que nadie rindió homenaje cuando todavía no existía Steve Rogers.
Una lectura magnífica e imprescindible.
Marvel Integral. Ojos de Halcón de Jeff Lemire y Ramón Pérez
Y finalizamos nuestra recomendación de reediciones con Ojos de Halcón, el integral que recopila por primera vez en un solo tomo la etapa al frente de la serie Hawkeyes de Jeff Lemire y Ramón Pérez. El escritor canadiense fue el elegido para sustituir a Matt Fraction en lo relativo a narrar las aventuras de Clint Barton y Kate Bishop, en una etapa que no es si no una heredera directa de aquella.
Quizás por eso, solo sea apta más que para fans de Lemire, para fans del trabajo previo de Fraction y Aja, pues el estilo de Ramón Pérez aquí es más deudor del de su predecesor que propio.
Ello no es en sí mismo ni bueno ni malo, siendo ésta una novedad más que recomendable, pero debiendo tenerse en cuenta dichos aspectos de cara a su compra.
Aquellas maravillosas novedades
Bueno, pues aquí estamos otra vez. Otro mes que empieza, otro magazine que da buena cuenta de la actualidad sobre la Casa de las Ideas en el mercado nacional. Ya está todo hecho, así que ya nos podemos ir, ¿no? Vamos a ir recogiendo y… ¿Cómo? ¿Qué aún falta una sección? Vale, vale, antes de acabar vamos a hacer nuestra habitual visita al baúl de los recuerdos. Es la hora de hablar de las novedades del pasado. ¿Recuerdas lo que pasó…?
¿… hace un año? En junio de 2020, la celebrada Historia del Universo Marvel de Mark Waid y Javier Rodríguez llegó a su fin. Fue una obra fantástica en todos los aspectos, con una compilación muy estudiada de la compleja (¡y cambiante!) línea temporal de la Casa de las Ideas y un apartado gráfico para quitarse el sombrero. No tenemos ninguna queja sobre Historia del Universo Marvel, pues es la Biblia marvelita que tanto estábamos esperando. ¡El problema es que no ha tardado ni un año en quedarse obsoleta! Lo que ha sucedido últimamente en el entorno de los Cuatro Fantásticos contradice el futuro al que apuntaba Historia del Universo Marvel. ¿Qué sentido tiene hacer una recopilación enciclopédica de la historia marvelita y proporcionar un atisbo de su futuro si luego todo ese trabajo se va a ignorar por completo? ¿Acaso contradecir a la Biblia no es blasfemar? ¿Son los autores actuales unos herejes? Es más, ¿deberíamos ir preparando las hogueras?
¿… hace cinco años? En junio de 2016, nos llegó el primer volumen de la esperada serie dedicada a la Visión de Tom King y Gabriel Hernández Walta; otra colección estupenda a la que le podemos poner muy pocas pegas. El problema es que después de conocer las angustias matrimoniales de la Visión seguimos leyendo otros cómics de Tom King, como ese otro en el que se narraban las angustias matrimoniales de Mister Milagro y ese otro en el que… bueno, se narraban las angustias matrimoniales de Batman. Ahora tenemos una pregunta muy seria: Tom, ¿estás bien? ¿Hay algo que quieras contarnos? ¿Quieres que te recomendemos a un buen terapeuta?
¿… hace diez años? En junio de 2011, Lobezno se fue al Infierno… literalmente. No a un sucedáneo fantástico como el Limbo de Belasco o la dimensión de los N’Garai, sino al Infierno de verdad, el de Satán, el lugar en el que arden eternamente los pecadores. La verdad es que nosotros nos saltamos demasiadas clases de catequesis como para entender cómo funcionan estas cosas, pero le tenemos cierto respeto a esta historia que planteó Jason Aaron cuando aún era una naciente y prometedora estrella. No como hoy, que el pobre va camino de acabar estrellado. Hoy en día entendemos mejor que nunca lo que tuvo que sentir Lobezno entonces, pues a ver quién se atreve a decir que, después de tanto tiempo leyendo la etapa actual de Aaron en los Vengadores, no estamos en el Infierno. ¡Y ojo, que por ahí asoma Heroes Reborn!
¿… hace veinte años? En junio de 2001, los Vengadores y los Thunderbolts se enfrentaron al regreso del Conde Nefaria en un pequeño evento titulado Los Protocolos Nefaria. Por aquel entonces estábamos en plena etapa de Kurt Busiek y George Pérez, disfrutando como locos. Pero a Busiek no le bastaba con haberle devuelto el brillo perdido a los Héroes Más Poderosos de la Tierra: además tenía que atar todos los cabos que se habían quedado sueltos durante las etapas anteriores del grupo. Así, decidió recuperar una trama semiolvidada en la que la Viuda Negra recibió un disco con información sobre Madame Máscara. Aquello le sirvió como excusa para “corregir” todas las “incongruencias” sobre el personaje de Máscara que hubo en la etapa anterior… a costa de reescribir por completo el trabajo de los autores previos, claro. Es cierto que dicho trabajo era malo hasta decir basta, pero Busiek pasó por encima de él como una apisonadora. ¡Y no era la primera vez que lo hacía!
¿… hace la tira de años, en un mes de junio como este? En junio de 1996, hace veinticinco años justos, comenzó una de las peores sagas de la historia de los Vengadores: La Encrucijada. Es posible que el nombre ya se haya mencionado antes en esta sección, pero es que sentimos cierta obsesión malsana hacia esta historia. En su día la seguimos mes a mes sin dar crédito a lo que estábamos leyendo, pero aún así caímos en su trampa e incluso compramos los números especiales con portada cromada y brilli-brilli metalizado. No había por dónde coger la historia (Iron Man convertido en un asesino, los hijos de la Bruja Escarlata volvían transformados en dos culturistas supermazados, Kang ideaba una compleja trama que no tenía ningún sentido, la Avispa se convertía en un bicho…), pero no nos la pudimos sacar de la cabeza durante años… y parece que a Kurt Busiek le pasó lo mismo, porque en cuanto tuvo la ocasión de reescribirla en Siempre Vengadores lo hizo sin dudar un segundo. Sobre todo esto tenemos una opinión impopular: vale que los guiones de Busiek estaban a años luz de los de La Encrucijada, ¿pero de verdad esa saga se merecía ser reescrita de una forma tan contundente? Por malo que fuese, ¿el trabajo de sus autores no merecía un poquito de respeto? Venga, vamos a atrevernos a plantear la gran pregunta: ¿podría ser que a Busiek se le hubiese subido un poco a la cabeza su papel de “guardián de las esencias” de los Vengadores? Es que re… ¡Oh! ¿Qué es eso que viene hacia aquí? Parece una piedra… o varias…
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