Javier Vázquez Delgado recomienda: Rooster Fighter, de SAKURATANI Syu

Edición original: Niwatori Fighter (ニワトリ・ファイター), Hero’s Inc.
Edición nacional/ España: Ivrea.
Guion: SAKURATANI Syu.
Dibujo: SAKURATANI Syu.
Entintado: SAKURATANI Syu.
Traducción: Christian Caccioppoli.
Formato: Rústica con sobrecubierta, tamaño B6.
Precio: 8,50€

La senda del gallito

“Soy un ave errante. Una vida de paz y tranquilidad no es para mí”

Cada vez que sale al mercado un manga raro y excéntrico, siempre soy yo el que levanta la mano y se ofrece a reseñarlo en la sección de manga. No es que me esté especializando en este tipo de mangas, ni quiera hacerlo, pero es cierto que me suelen llamar la atención especialmente. Y, como pasa siempre en estos casos, y en cualquier disciplina, conlleva un riesgo. A veces descubres obras maestras incomprendidas, series de culto, y otras son simplemente pasadas de rosca e idas de olla de un andoba en particular al que no le presto más atención a posteriori. Normalmente no es ni una cosa ni la otra, sino simplemente son series extrañas y asombrosamente entretenidas que se convierten en placeres culpables, como por ejemplo Kakegurui. El caso que hoy nos ocupa, Rooster Fighter, se queda en tierra de nadie. No es ni una obra maestra por supuesto, ni un placer culpable, ni una ida de olla, aunque desde luego esta más cerca de esto que de otra cosa, sin llegar a ser, al menos de momento, un desastre de obra.

La humanidad está siendo atacada y sus ciudades destruidas por unos gigantescos y amorfos monstruos llamados kijuu, que entendemos viene de kaiju, y al contrario que en otras historias de este tipo, no hay ningún superhéroe o justiciero que la defienda. Bueno sí, hay uno y solo uno: un gallo. Tal cual, un gallo, no de pelea, pero desde luego podría serlo, que se enfrenta a estos monstruos cien veces más grandes que él con su pico, sus patas y sus alas, y sobre todo, con su poderoso graznido. Es todo un héroe samurái a la vieja usanza: frío, distante, serio, mujeriego, implacable y valiente. Pero es un gallo, tal cual, que no habla ni se comunica con los humanos, aunque sí con otros animales, y que se dedica a viajar por el mundo salvando a la gente cuando aparece uno de estos monstruos, mientras busca su venganza personal contra uno en concreto que acabó tiempo atrás con la vida de su querida hermana.

Es la clásica historia del héroe y la venganza que tantas veces hemos visto, con una curiosa y surrealista vuelta de tuerca que llama poderosamente la atención, y que es una constante humorística que se repite durante estos primeros cinco números recopilados. Porque sí, en el fondo aquí los protagonistas son los animales, y los humanos son, o bien personajes secundarios, o bien directamente antagonistas, como si de una película estilo Babe el cerdito valiente se tratase. Pero no hay que confundirse, eso no le otorga un tono infantil, más bien al contrario, puesto que las situaciones que ocurren a lo largo de estos primeros números son, en muchos casos, parodias de las típicas escenas de las historias de acción.

En cada número, Keiji, que así es como se llama el gallo en la traducción española de Ivrea, visita un lugar diferente y se encuentra con una comunidad distinta de animales o personas que necesitan ayuda porque otra persona se ha convertido en monstruo y empieza a destruir todo hasta que el gallo salva la situación. Esta es la estructura que se repite en cada uno de los cinco números. Y aquí es donde aparece el problema: no hay ninguna trama, al menos de momento, y los elementos humorísticos, al contrario que en One-Punch Man, serie en la que se inspira ligeramente en su tono surrealista, no sostienen esta estructura narrativa. Y si eso no ocurre ni siquiera al principio de la historia, no quiero imaginar que ocurrirá cuando lleven veintipicos tomos, como la serie de One y Murata.

De momento, y puesto que acaba de empezar, ya que en Japón se ha empezado a publicar en una revista online hace literalmente seis meses, vamos a darle el beneficio de la duda al autor, que puede que nos sorprenda y lleve la serie por unos derroteros que puedan resultar, a parte de cómicos y surrealistas, también interesantes.

El apartado artístico es, sin lugar a dudas, lo mejor de la obra. SAKURATANI Syu tiene un estilo depurado y en cierta forma realista, algo especialmente destacable en los diseños de los personajes, que son sencillamente animales corrientes y molientes con muy poca humanización, salvo en determinados detalles como algunos gestos del gallo, algo absolutamente comprensible, ya que es complicado expresar emociones y sentimientos que no son propios de los animales sino de humanos. Es de alabar la valentía del autor al representar a sus personajes como animales directamente, y no como seres antropomorfos, que facilitaría la narrativa mucho más.

Se nota que está acostumbrado a ilustrar escenas de acción, y aunque está lejos de MURATA Yusuke, del que se pueden extrapolar algunas similitudes, sale muy airoso en las viñetas de lucha, fuego y destrucción que provocan los kijuus, y en los ataques especiales, que por otra parte son de momento muy básicos, de nuestro intrépido gallo.

Si algo se echa en falta en estos primeros números es más variedad en los diseños de los monstruos, que parecen cortados todos por el mismo patrón, aunque quizás es una decisión consciente por motivos argumentales, algo que parece intuirse pero que de momento no sabemos con certeza.

Lo mejor

• Las espectaculares escenas de acción.
• En general, el dibujo está bastante bien.
• El tono paródico y surrealista.

Lo peor

• Una trama tan absurda que ni su tono paródico puede justificar.
• Los personajes son clichés con patas, nunca mejor dicho.



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