Javier Vázquez Delgado recomienda: En Camino


Edición nacional/España: En Camino. Ediciones La Cúpula (2020)
Guion: Paco Hernández.
Dibujo: José Ángel Ares.
Entintado:José Ángel Ares.
Formato: Rústica con solapas. 172 páginas. Bitono 18,90 €

La vida destilada en viñetas

“…el camino es el que hace las preguntas y el camino es el que da las respuestas”

Trece son los caminos que desembocan en Santiago de Compostela. Pero once son las rutas que llevan a los peregrinos por la Península Ibérica hasta la ciudad gallega, con la excepción del camino de Finisterre, donde Santiago es el inicio y no la meta. Hay muchas razones para emprender este viaje, muchos perfiles detrás de cada peregrino, pero les une el esfuerzo, el frío, el calor, el dolor físico y la determinación, con la que dejan atrás los kilómetros que los separan de Santiago.

Y es el Camino el eje central sobre el que el tándem formado por Paco Hernández y José Ángel Ares, construyen su nueva obra. Un dúo al que ya se pudo ver en acción con su trabajo Rosa y Javier (Edicions de Ponent), en el que ya era palpable lo que caracteriza a estos dos autores: su extraordinaria humanidad.

Si nos centramos en Paco Hernández, y ponemos sobre la mesa sus tres trabajos, el citado Rosa y Javier, The Cartoonist y En Camino, lo que uno percibe cuando se sumerge en sus páginas, es ese trato especial que imprime a sus historias, en lo que todo gira alrededor de las personas y de sus vidas, mal llamadas mundanas, en las que ocurren cosas extraordinarias. Cada uno de estos trabajos incide en las emociones más primarias y puras del ser humano, capaces de modificar la propia realidad, para vencer al tiempo mismo en el eterno viaje que todos emprendemos hacía el conocimiento personal y del prójimo. Una madre y un hijo, un hijo y un padre, una mujer, esos son los protagonistas de las historias de Hernández, gente corriente, que sufre, que llora, que ríe, que ama… en definitiva, viven la vida que tienen y la afrontan con carisma y decisión.

En Camino
se produce un cambio respecto a los dos anteriores trabajos de Hernández. Se deshace la figura materna/paterno filial, para dar un salto a una mujer que cataliza el anhelo de cambiar el mundo a través de su trabajo. Un sueño que, como en la vida misma, hay demasiada gente encargada de querer aplastar… hasta que la vida, que siempre empuja, la coloca en el Camino de Santiago, metáfora misma del recorrido vital de toda persona.

Emma, una dibujante de cómics cuya vida cambia de golpe, se ve caminando en el día a día, quemando kilómetros, mientras siente el peso de la mochila, sus propios pies y el abrasador sol sobre los hombros. Un camino que la conecta de nuevo al mundo, a las personas y a si misma de un modo que había olvidado por completo.

Esa es la trama de esta obra que se aferra con ferocidad al lector, a sus propias emociones, interpelando de forma directa a su yo adormilado, increpando si no debería estar haciendo algo con su vida. No hay moralina, no pretende ser un cómic de autoayuda, ni una guía ilustrada del Camino de Santiago (aunque aporta datos muy interesantes que permiten al lector entender mucho mejor algunas de las situaciones que se desarrollan). Se trata de una obra cruda, dura, tierna, emocional y llena de sentimiento, de perdón y de redención. Cosas de las que este mundo cada vez carece más… y de empatía. Ser conscientes del que nos rodea, de sus males, de sus penas, de sus alegrías, penurias, sinsabores, pecados del pasado… Ser conscientes de que hay algo más a nuestro alrededor y conectar de forma directa y honesta es el mejor de los caminos.

Y todo esto no se podría sentir si no fuera gracias al elaborado tratamiento de los personajes que se realiza a lo largo de la trama. Los días pasan, los kilómetros van sumando ampollas, pero se siente la evolución, la liberación que se produce de manera progresiva a medida que se van desgranando los secretos que cada peregrino porta en su mochila. Plasmar esa transformación no es tarea sencilla y exige disponer de una cuidada sensibilidad y afinidad especial por los personajes. Hernández logra encontrar ese tempo melódico que acompasa a cada personaje y lo hace vibrar de la manera justa y necesaria para armonizar o desarmonizar, cuando así lo requiere la historia.

Y es que de alguna forma esta obra mete el Camino de Santiago en cada casa. Arropado por una portada y una contraportada, en su interior se esconde también un atlas del camino, con sus rincones secretos, su belleza castellana, su metáfora oculta. Preguntas sin respuesta. Respuestas sin preguntas. Un ciclo sin fin que es el único camino para lograr encontrar a nuestro yo más humano y especial.

En el apartado gráfico José Ángel Ares ha evolucionado mucho desde los tiempos de Rosa y Javier. Ha ganado en dinamismo, fluidez corporal, control de la perspectiva, lo que confiere a la obra toda esa fuerza emocional que la caracteriza. Dibujado en bitono, azul para el tiempo presente, rojo para los recuerdos, logra tener un resultado plástico muy agradable, mucho más que un acabado en blanco y negro crudo. Ares, con un trazo fino, detallado cuando es necesario, ligero si la situación lo precisa, demuestra un control férreo de las emociones de los personajes con expresiones que beben de diversos géneros y que aportan un extra visual en los momentos más emotivos.

Muy atentos a los múltiples cameos que hay en la obra. Un juego de los autores que no hace sino poner la guinda un trabajo mayúsculo.

En Camino no es una obra que busque la lágrima. No es un trabajo tramposo con las emociones del lector. No hay moralina, hay sentimiento, hay personas, hay amor y decepción, pero sobre todo hay lucha y esperanza y solo por eso merece la pena cada una de sus páginas. Una obra imprescindible.

Buen Camino a todos.

Lo mejor

• La enorme humanidad que destila la historia.
• En gran trabajo emocional que destila el arte de Ares.

Lo peor

• Que se hace corto.
• La no inclusión de algunos extras de diseños.



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