Javier Vázquez Delgado recomienda: Outcast (Paria) 1 de Robert Kirkman, Paul Azaceta y Elizabeth Breitweiser
Edición original: Outcast 1-12 USA (Image Comics, 2014 – 2015)
Edición nacional/España: Outcast (Paria) 1 (ECC Ediciones, 2021)
Guion: Robert Kirkman
Dibujo: Paul Azaceta
Color: Elizabeth Breitweiser
Traducción: Guillermo Ruiz Carreras
Formato: Cartoné. 296 páginas. 32€
¿QUIERES PASAR MIEDO? ESTA ES LA OBRA PERFECTA PARA ELLO
En junio de 2014 vería la luz el primer número de Outcast (Paria) en Estados Unidos, sus creadores serían el guionista Robert Kirkman (Los muertos vivientes, Invencible) y el dibujante Paul Azaceta (Amazing Spider-Man) bajo el paraguas de Skybound para Image Comics. La serie se extendería por un total de cuarenta y ocho entregas, habiéndose publicado el último número en Estados Unidos en abril de 2021. En España su publicación la inició Planeta Cómic en volúmenes en formato rústica publicando un total de siete hasta que los derechos de Skybound en nuestro país pasaron a ECC Ediciones y quedando un volumen en rústica para cerrar la colección. Ante la tesitura de qué hacer con la serie ECC optó por la mejor decisión posible, dar salida a una nueva edición en cuatro volúmenes en formato cartoné del cual publicaron el pasado mes de mayo el primero de ellos y en cuanto el esperado octavo volumen en rústica fuese publicado por Image Comics en su país de origen traerlo para no dejar colgados a los lectores que venían de la edición de Planeta Cómic. Para hablar de la obra me he basado en esta nueva edición recopilatoria cuyo primer volumen contiene las primeras doce entregas de la serie.
Outcast (Paria) nace con la intención de seguir tratando el género del terror que tan buen resultado le venía dando con Los muertos vivientes, en esta ocasión se apoya en el miedo más universal, el diablo y las posesiones demoníacas para contarnos la historia de Kyle Barnes y el reverendo Anderson. El primero con un oscuro pasado y que ha vivido en las carnes de sus familiares más cercanos: su madre y su esposa, dos posesiones demoníacas con resultado diferente para ambas. En el caso del reverendo Anderson su cometido recuerda en buena medida a los del famoso padre Damien Karras y básicamente es acudir en ayuda de sus vecinos cuando estos son poseídos por el demonio. Agua milagrosa y crucifijo en mano intenta expulsar al maligno de sus cuerpos con resultados bastante buenos hasta el momento. Pero claro, el demonio es mentiroso, y este detalle marcará el tono de la historia.
El reparto de personajes es muy corto pero Robert Kirkman se sirve de ello para escarbar en su pasado y que de esta forma el lector tenga un tapiz completo de las diferentes relaciones entre ellos. Tenemos a Kyle, su camatosa madre Sarah Barnes, su hermana de adopción Megan, Mark el marido de esta policía local y su sobrina Holly. Poco a poco el guionista nos va desvelando detalles del matrimonio frustrado de Kyle, de cómo esconde el motivo de su separación para proteger a su ¿ex-mujer? ¿su hija? aun haciendo que dicho motivo penalice el cómo se relacionan con él el resto de vecinos o familiares. Kirkman, cual maestro del engaño juega con el lector y va desvelando poco a poco detalles de los dos sucesos que marcaron la vida de Kyle, el que llevó al coma a su madre adoptiva y el que le separó de su mujer. Y se apoya también en la voz de los distintos demonios a los que se enfrenta para hacerle daño haciendo mención a detalles que a priori sólo él conoce o obviamente, también el lector al ser magistralmente desvelados previamente ya sea por el propio guionista o por Paul Azaceta en una de las muchas viñetas de apoyo de las que os hablaré más adelante.
El caso es que Kyle tiene algo especial que con los doce números que contiene este primer volumen no somos capaces de averiguar del todo. Su toque parece afectar a los cuerpos poseídos por los demonios, pero ese toque no tiene el mismo efecto si el demonio lleva habitando el cuerpo más o menos tiempo. Y luego está la presencia de ¿el DEMONIO en mayúsculas? que va moviendo piezas del enorme tablero de ajedrez buscando sitiar a Kyle y al reverendo Anderson. Y es que a fin de cuentas, Robert Kirkman nos está llevando a una lucha entre ¿Ángeles? y Demonios en la que el destino de la humanidad parece estar en juego.
Estamos tan solo en el primer acto de cuatro y a poco que la obra mantenga este nivel estaremos ante un proyecto de una calidad incuestionable, se nota que Robert Kirkman ha intentado salir de su zona de confort como es el desarrollo de los personajes y hacerlo crecer a partir de sus relaciones personales (Los muertos vivientes, Invencible), por contra, aquí lo que realmente importa es la historia, el ver cómo se van posicionando las diferentes piezas y cómo van dando pasos hacia un desenlace incierto.
Si brillante es el guion de Robert Kirkman, no podía haber escogido para acompañarle a un dibujante mejor que Paul Azaceta, curtido en series como Amazing Spider-Man, Daredevil o Northlanders su elegante trazo cercano al de grandes maestros del cómic como Alex Toth o David Mazzuchelli, o por citar algunos más contemporáneos como Michael Lark, David Aja o Jorge Fornes, encaja a la perfección con el tipo de historia. Su narrativa es asombrosa y aun estando al servicio de la historia incorpora un elemento de lo más interesante que son pequeñas viñetas cuadradas en las que suele jugar con planos cortos para mostrar detalles relevantes al lector, a veces con motivo de la escena en cuestión, en otros momentos para anticipar una acción que será relevante con lo que consigue que no solo el lector preste atención a esas acciones sino que además vuelva sobre ellos una vez se desvela su importancia. El color de Elizabeth Breitweiser a quien ya hemos podido disfrutar en varios proyectos de Ed Brubaker y Sean Phillips (Kill or be killed, The Fade Out, Fatale, Velvet) juega un papel capital en la historia hasta tal punto que su nombre debería aparecer como mínimo en el mismo cuerpo de letra que el de Robert Kirkman y Paul Azaceta en portada. Juega con tonos apagados pastel que le dan una atmósfera opresiva a los lápices de Paul Azaceta y consigue con ellos que la inmersión del lector en la trama sea total. Su uso del color en el juego de luces y sombras tan importante en la historia es maravilloso y debería ser motivo de estudio a la hora de cómo dotar de atmósfera con el uso del color y conseguir transmitir diferentes sensaciones al lector mediante la combinación de este.
Respecto a la edición de ECC Ediciones, estamos ante un volumen de casi trescientas páginas en formato cartoné y con un ajustado precio de 32€, incluye al final del mismo varias páginas con bocetos de estudio de personajes, storyboards o imágenes curiosas relacionadas con la serie de televisión producida por Cinemax en Estados Unidos y que a nuestro país trajo primero Fox España y después Netflix. El volumen se cierra con las distintas portadas de cada uno de los episodios que como curiosidad vienen al final del volumen en vez de antes de cada capítulo, es de suponer que esto venga heredado de la versión americana ya que suele ser práctica habitual de Image Comics.
Outcast (Paria) es una obra mayúscula y con un equilibrio perfecto entre el guion y el apartado artístico. La trama está cuidada hasta el más mínimo de detalle y es de esas historias que ganan con segundas (y posteriores) lecturas, además, el sentimiento de opresión, de angustia, es permanente y consigue no solo mantener enganchado al lector dejándose llevar por las diferentes pistas dispersas sino también haciendo que este se preocupe por unos personajes que acaba de conocer y por cuanto les sucede. Una obra brillantemente oscura sin lugar a dudas.
Lo mejor
• La trama y el guión tan angustioso por momentos de Robert Kirkman.
• El sensacional trabajo de Paul Azaceta y su magnífica capacidad para transmitir los momentos más duros de la historia.
• La sensación de opresión que consigue transmitir con el color Elizabeth Breitweiser.
Lo peor
• Absolutamente nada.
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