Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine Marvel España – Julio 2021
Bienvenidos a esta edición del Magazine. Antes de entrar en contenidos, permitan que hagamos una pequeña recapitulación. 2020 fue el año de la pandemia. Durante un par de meses, absolutamente todo se paralizó, no solo en España, sino también a nivel mundial. Ahí se incluían nuestros amados cómics. En cuanto a Marvel, tuvo su producción paralizada, reajustando el calendario, lo que obligó a Panini Cómics a hacer lo mismo por estos lares. Cuando a finales de mayo, la maquinaria comenzó a rodar de nuevo, en nuestro pequeño Bullpen particular empezamos a ajustarnos a ese calendario de publicaciones, no en vano ya teníamos una sección que cubría la actualidad editorial, Novedades Marvel España. Y en esas, Raúl López, genio creador y jefe final, soltó una idea…. ¿y si ampliamos el contenido de esa sección, con diferentes aproximaciones, como una columna de opinión, un desarrollo mayor de productos destacados, entrevistas, etc.? En definitiva, alumbrar algo parecido a una revista Marvel, a pequeña escala. El pitch era genial y nos pusimos a trabajar en ello, dando sus frutos en julio de 2020. Ese mes nacía el Magazine Marvel España, por lo que si las cuentas no nos fallan, cumplimos nuestro primer año de andadura. Esperamos que sea el primero de muchos aniversarios, siempre y cuando los lectores y lectoras disfrutéis de la sección.
Somos conscientes de que este puede ser un acontecimiento para los redactores (y redactora) implicados en la confección de la entrada, pero también sabemos que el usuario que accede a este contenido busca la información candente del mes en curso, en cuanto a novedades Marvel se refiere. Por eso, vamos a seguir con nuestro proceder habitual, con las partes ya conocidas del Magazine. Nos hemos permitido hacer un par de segmentos algo más conmemorativos, en este caso la Columna de Opinión y el No te Puedes Perder, y pese a ello mantenemos el núcleo duro de la sección. Por lo demás, esta edición lleva la misma carga de ilusión y trabajo que sus predecesoras. Esperamos que sea de su agrado.
TITULARES
• Columna de opinión
• Juicio a…
• Análisis de novedades
• El cómic destacado del mes
• No te puedes perder…
• Quién es quién
• Hablemos de clásicos
• Otras reediciones
• Aquellas maravillosas novedades
Columna de opinión
Cumplimos un año en el Magazine Marvel España. En julio del año 2020 arrancamos este proyecto acerca de informar de la actualidad Marvel en un formato variado y atractivo. Un año. Puede que así de primeras no suene a mucho tiempo, pero recuerden, un día estás en lo más alto y al siguiente tienes que lidiar con una pandemia mundial. Al fin y a la postre, creemos que es un motivo a celebrar, por lo que el tono de esta columna va a adquirir un toque a recopilación. No se preocupen, que no estamos aquí para repasar nuestras vidas personales, sino que la intención es recordar lo que ha ocurrido, a nivel editorial, durante estos 365 días.
Para ello debemos fijarnos en las novedades que nos ha ido presentando Panini, en este periodo de tiempo. La editorial italiana, como gran parte del mundo, debió afrontar un parón de la producción debido a las restricciones provocadas por el Covid. En este impasse, tuvo el tiempo de repensar ciertas líneas editoriales y darle un impulso a nuevas maneras de traer material clásico, mientras mantenía la almendra central de su publicación (grandes éxitos como el Marvel Saga, la Línea Marvel Gold o la sempiterna grapa).
La primera gran novedad fue la presentación de la Biblioteca Conan. El material en magazines, protagonizado por el cimmerio, fue desplazado al terreno de los Marvel Limited Edition, dónde quedó demostrado que la demanda superaba a la oferta. Panini subsanó ese evidente error poniendo en disposición de sus lectores la citada Biblioteca. En ella teníamos el mismo material de las revistas en blanco y negro, en tomos más finos, por tanto, manejables, solo que sin la premura de estar ante una edición limitada que te obligaba a reservar si no querías quedarte sin él. Esta manera de editar parece que ha tenido gran aceptación dado que ha tenido una continuación con la Biblioteca Drácula, caso análogo al de Conan, ya que la única edición reciente del Tomb of Dracula de Marv Wolfman y Gene Colan era en MLE, y por supuesto, totalmente agotada. Puede ser que nos encontremos ante un conato de visión al futuro de los clásicos en nuestro país, sustituyendo a los Omnigolds, Marvel Héroes y demás formatos voluminosos.
Pero no solo en clásicos tenemos este tipo de publicación. Es cierto que en material más actual no era desconocida, ya que había sido utilizado en el pasado por la editorial italiana, siendo la Colección Jim Starlin (anterior a la pandemia) el modelo y molde maestro para todas ellas. En este último año hemos tenido la reedición completa de New X-Men de Grant Morrison, que Panini sacó en su momento como coleccionable de quiosco, y sobre todo, la Aniquilación Saga, un monumental proyecto que incluye veintiocho tomos con todos los ciclos cósmicos a cargo de Keith Giffen, Dan Abnett y Andy Lanning. Manteniendo ese mismo espíritu, pronto tendremos a los Eternos, recopilando el material ideado por Jack Kirby y sus continuadores en el tiempo, para reforzar la salida a cines de la adaptación de Chloe Zhao.
Si hablamos de grandes sagas autoconclusivas de todos los tiempos, en tomos finos, tapa dura y a un precio bastante competitivo, tenemos que citar al Marvel Must-Have como uno de los grandes triunfos de la compañía italiana. Desde incontestables como la Saga de Fénix Oscura hasta material de anteayer, tipo Universo Spiderman o Masacre mata al Universo Marvel, se trata de una de las líneas que mejor se ha consolidado en el mercado, atrayendo a un grupo de lectores no tan versados, pero que buscan tener su trocito de historia Marvel. Este “grandes éxitos”, pese a su juventud, lleva ya un buen número de ejemplares y se estima que su volumen no va a dejar de crecer.
Algo que ha sorprendido a propios y extraños es que Panini haya vuelto a revalorizar la tapa blanda. Después del retroceso evidente del 100% Marvel en tapa blanda, frente a su homónimo en tapa dura, o la desaparición de formatos como el Colección Extra de Superhéroes, Héroes Marvel o Marvel Facsímil, a gran parte del público nos ha sorprendido esa apuesta reciente por la tapa blanda. Comenzamos con el Marvel Premiere, que no es más que el Tpb americano de toda la vida. Series muy recientes, con mucha fuerza comercial, recopilados por arcos argumentales a un precio económico.
Algo más le ha costado al Marvel YA (abreviatura de Young Adult), del que recientemente se ha confirmado su continuidad, tras un lanzamiento de varios títulos y el silencio total sobre su futuro en meses subsiguientes. Este Marvel YA recopila colecciones que abarcan un amplio registro de edad (para jóvenes y para adultos), en un formato muy similar a nuestro añorado CES y con un precio imbatible. Por aquí hemos visto la recopilación de Campeones, Kate Bishop Ojo de Halcón, Spider-Gwen o Spiderman ama a Mary Jane, títulos que tienen asegurada su continuación, mientras se anuncian próximos integrantes de la línea, como Mapache Cohete y Groot.
Tanto el Premiere como el YA tienen el complicado objetivo de demostrar que no es necesaria la tapa dura para todo tipo de publicación.
Esto es, a grandes rasgos, lo más importante que nos ha dejado el repaso al año pasado. Si quieren información más detallada, la tienen en el histórico de los diferentes Magazines Marvel España. Si bien es un sano ejercicio mirar hacia el pasado, tenemos el convencimiento de que siempre hay que mirar hacia el futuro. Veremos que nos tiene preparado Panini para los próximos meses.
Juicio a… Civil War II
Civil War ha sido el evento definitivo en la historia reciente de Marvel. Su influencia se ha extendido como la pólvora desde que saliera al mercado allá por 2007. No se puede culpar a la editorial que intentara repetir los oropeles del éxito con una segunda parte, máxime cuando tenía ese encabezado para la conlusión de una de las franquicias más populares de Marvel Studios. Hablamos, claro, de Capitán América: Civil War, que quedaba programada para su estreno en 2016. En el Bullpen sintieron que podían aprovechar el empuje del cine, con Tom Brevoort como editor a la cabeza. Ya no se disponía de Mark Millar, la mente tras la Guerra Civil original, por lo que Brevoort giró hacia uno de sus autores predilectos, uno que estaba cuando la saga original se extendió por el Universo Marvel y que además tenía amplia experiencia en eventos editoriales. Y ese no era otro que Brian Michael Bendis.
Bendis había guionizado los destinos de los Vengadores durante una etapa de renovación y a través de sus eventos, había dirigido a la editorial durante varios landscapes. Parecía el autor indicado para llevar a término este proyecto. Para empezar, no podía plantearse en los mismos términos que en su primera parte, aunque sí era necesario mantener el mismo espíritu. Dos superhéroes aferrados a ideas antagónicas, sobre los que el resto de la comunidad se irán adhiriendo, según sus presupuestos personales. El eje se posiciona sobre la posibilidad de adelantarse a próximos acontecimientos. Un inhumano llamado Ulysses cuenta con ese poder, por lo que la Capitana Marvel está convencida de que debe ser utilizado para tales fines. En el lado contrario, un Iron Man (del que se encargaba el propio Bendis en su serie regular, por lo que no cuesta sentir las preferencias personales) se muestra contrario a que el castigo vaya antes del crimen. A partir de aquí, seremos testigos de los más variados acontecimientos, algunos bastante polémicos. Bendis siempre ha sido una autor divisivo pero aquí se elevó a la máxima potencia. Algo que a nosotros que nos viene que ni pintado para montar juicio sumarísimo. ¿De qué lado estás?
A favor …. Robbie R.
«Segundas partes nunca fueron buenas» es una de esas reglas de la ficción que cuenta con tantas excepciones que bien podría plantearse su derogación urbi et orbi. Antaño, cuando las secuelas se basaban en la repetición del original, era evidente que se perdían aspectos como la originalidad y la frescura, pero, hoy día, donde muchas obras se conciben ya como parte de algo mayor, hay que ver la premisa de la continuación con otros ojos.
Por otra parte -y nunca mejor dicho- hay que tener en cuenta que la industria del cómic tiene más valor como vivero de propiedades intelectuales que por sí misma. El elemento audiovisual -sección cine y televisión- es el que prima y casi resulta ocioso comentar cuál ha sido el sino de colecciones como Los Cuatro Fantásticos o franquicias como la mutante, hasta que las facultades inherentes a los derechos de autoría, que permitían la realización de adaptaciones fílmicas, retornaron a la Casa de las Ideas. Hace mucho que la agenda está marcada por los sectores de negocio que resultan más rentable y es bajo esta luz bajo la que debe verse Guerra Civil II.
Lo primero que debe destacarse es el hecho de que las guerras civiles marvelianas reflejan el actual statu quo creativo: Guerra Civil es un evento a la manera clásica, en unos tiempos en los que este tipo de verbenas se hacía con el objetivo de marcar la pauta de unas publicaciones que empezaban a concebirse en términos de temporada televisiva. Es, con independencia de su valor intrínseco, uno de los tebeos superheroicos más influyentes de su época, no siendo extraño que su trama fuera adaptada al videojuego -Marvel Ultimate Alliance II- y al cine -con la tercera de las películas protagonizadas por el Capitán América, dentro del UCM-. Sin embargo, Guerra Civil II es consecuencia directa del filme de 2016 y un indicativo del cambio de sentido en las influencias. Si había una guerra civil en la gran pantalla, tenía que haberla en el ámbito de los tebeos. Además, en aquellas fechas se cumplía el décimo aniversario del enfrentamiento entre el Capitán América y el Hombre de Hierro, por lo que la ocasión, como suele decirse, la pintaban calva.
Guerra Civil II se presenta como un evento puramente comercial, influido fuertemente por unas pautas editoriales que, a su vez, se supeditan a intereses empresariales. Es así como debe leerse y, a partir de ahí, puede disfrutarse en la justa medida de su valor. La premisa es, sin lugar a dudas, atractiva: si en Guerra Civil teníamos el complicado equilibrio entre libertades y seguridad -herencia directa del 11-S- aquí se plantea otro dilema clásico en el ámbito jurídico y, más específicamente, en el área penal: la naturaleza preventiva o reactiva que deben de tener las normas. La posibilidad de prevenir crímenes antes de que se produzcan es un anhelo clásico de toda sociedad y, por mor de la suspensión de la realidad inherente a los tebeos de pijamas, se convierte aquí en algo tangible. Ya tenemos el casus belli para el conflicto, y, como en el caso de su predecesora, comienza la formación de bandos. Las alineaciones y las tramas secundarias vinculadas a la línea principal suponen que algunos personajes vean forzados sus rasgos distintivos, para favorecer a la trama. Una vez asumidas estas reglas, el tebeo puede disfrutarse como lo que es: un producto de su tiempo, en un momento en el que Marvel tenía que «prescindir» de algunos de sus personajes emblemáticos
La verdad, nada más que la verdad
En contra …. J.J.J.
Vamos a empezar con lo bueno que tiene Civil War II. El dibujo de David Marquez es fantástico.
Hasta aquí lo bueno que tiene Civil War II.
En serio, marvelitas, ¿acaso no es Civil War II uno de los peores crossovers/eventos que habéis leído? No necesariamente el peor pero sin duda uno de los peores. Para empezar, la trama es simplemente de una pereza inmensa. La historia ya se contó mejor y de manera más corta (y directa) en la película Minority Report. Además, ¿era necesario crear un nuevo personaje capaz de ver el futuro como es el caso del inhumano Ulysses? Aparentemente, nadie se acuerda de Madame Web, Destino o cualquiera de los muchos personajes con capacidades precognitivas en el Universo Marvel. Pura pereza.
Hablamos de un evento creado por mero oportunismo para aprovechar el estreno de Capitán América: Civil War y presentarse a rebufo de una historia, la original Civil War, con más éxito en la historia de la Casa de las Ideas. La comparación es vergonzosa si nos fijamos en los rivales que se enfrentan en la saga original y su secuela. Iron Man y la Capitana Marvel no tienen la conexión que sí tenían Stark y el Capitán América. Emocionalmente, la historia está vacía. El conflicto, hueco. Las supuestas reflexiones sobre si detener a alguien antes de que cometa un crimen no llegan a ser más que frases lanzadas sin ton ni son, argumentos que únicamente sirven para enlazar el siguiente enfrentamiento entre héroes.
¿Hay algún personaje que se comporte con algo de coherencia con respecto a su historia y personalidad? Clint Barton ejecutando a Hulk porque este se lo ha pedido. T’Challa ahora-apoyo-a-Carol-ahora-dejo-de-hacerlo-porque-sí. Hulka, la abogada, defendiendo meter a gente inocente en la cárcel. Carol Danvers contradiciendo su crecimiento como personaje en los Ultimates o Alpha Flight. A lo que hay que añadir muertes con cero épica y que rápidamente fueron desechadas – Hulk, Hulka y Máquina de Guerra-. Bueno, una “muerte” sí que tuvo repercusiones: la de Tony Stark. ¿Este era el plan de Marvel para que a la gente le gustara la Capitana Marvel? ¿Ser la mala de la historia, dejando prácticamente muerto a Tony Stark? ¿Convertirla en una autoritaria que detiene y encierra a personas “por si acaso”?
De verdad, Marvel, no nos importa que lances un evento palomitero de acción adrenalínica (Solo hay que ver el bastante buen recibimiento de Matanza Absoluta). Pero no así, no reciclando ideas, no desnaturalizando a los personajes, no apostando por el shock y la muerte gratuita. Por supuesto, el mcguffin de Ulysses desaparece al finalizar la historia, ascendiendo a una especie de plano superior donde ya no molestará más. Miedo me da pensar lo que, en 2026 a algún guionista “estrella” se le podría ocurrir para Civil War III. Sí, un guionista como el de este cómic, cuyo nombre no escribiré. Hasta yo tengo mis principios.
He dicho.
Análisis de novedades (grapas y tomos)
Este verano comienza fuerte con interesantes propuestas tanto en grapa como en tomo, y ello sin contar las que ya destacamos en este mismo Magazine en su sección correspondiente. Cómics Marvel para todos los gustos y de todos los colores, en un mes de Julio que sin duda, resulta interesante.
El Imparable Spiderman 1
Joe Kelly y Chris Bacchalo. Dos nombres, que sin duda son conocidos por casi cualquier aficionado al cómic e superhéroes. En este ocasión, el guionista que llevara a Masacre a la popularidad absoluta y el dibujante del Doctor Extraño de Jason Aaron unen fuerzas para ofrecernos Imparable Spiderman.
Imparable, se trata de una nueva serie arácnida, de carácter limitada que, aunque actualmente está sufriendo muchos retrasos en USA, se postula como la serie de Spiderman que hay que leer si como lectores solo nos interesa la acción desenfrenada y no tanto el drama arácnido de secundarios que siempre ha caracterizado a Peter Parker y a su mundo.
Las opciones arácnidas crecen aún más este mes con un cómic enfocado a otros lectores distintos de los seguidores habituales del personaje y de su serie principal.
Guardianes de la Galaxia 12
Qué rápido pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando se anunció que Al Ewing sustituirá a Donny Cates al frente de la colección de Los Guardianes de la Galaxia y ya lleva un año ejerciendo dicho cargo. Ewing ha sabido aunar el tono desenfadado del grupo de parias galácticos con una premisa más metafísica tan típica de los cómics por él guionizados.
Estamos ante la mejor etapa del grupo desde la DnA, quienes lo reformularon para el Siglo XXI, que sabe hacerse un hueco propio, con auténtica personalidad, homenajeando a lo precedente y asumiéndolo pero sin que ello nos de una colección vacía como ocurría con la etapa de Brian Michael Bendis, la de Gerry Duggan y en mucha menor medida, pero también en cierto sentido, con la de Donny Cates, que pasó sin pena ni gloria.
En esta ocasión, Ewing parece que ya nos ha contado lo que quería con el grupo principal, por lo que este número doce marca un punto de inflexión en su etapa, que a partir de su décimo tercera entrega estrenará grupo, con miembros nuevos e historias igualmente nuevas que harán evolucionar a los Guardianes de la Galaxia, quienes innovaron el panorama editorial en el año 2008, pero que hasta este momento, doce años después, no han salido de ahí.
Marvel 6 de 6
Marvels: Epílogo. Historia del Universo Marvel. Instantánea Marvels. Dentro de un mes, The Marvels (ojo a esta serie, de la que os hablaremos dentro de poco). Marvel Cómics #1000 y #1001. Y en Julio, finaliza Marvel en su sexto número.
Cinco series y dos números especiales que cada una a su manera, han celebrado el 80 aniversario de la Casa de las Ideas. Dicho aniversario tuvo lugar hace ya más de doce meses y con estas colecciones, seguimos homenajeando tan señalada fecha (y por nosotros, que no pare).
Cada colección de las mencionadas, trata de rendir tributo a Marvel a su manera, pero en el caso de Marvel, mini serie que lleva el mismo nombre que la editorial es especial. Y es que, ésta se trata de la propuesta que Alex Ross y Kurt Busiek tenían para Marvels y que finalmente se convirtió en otra csoa (en una obra maestra nada más y nada menos).
Steve Darnall, Lee Bermejo, Greg Smallwood y otros muchos autores, junto por supuesto Busiek y Ross que aquí ejercen tanto de coordinadores como de guionista y dibujante construyen una invasión del mundo material por parte de Pesadilla que da pie a todo tipo de historias autoconclusivas que muestran la forma que cada autor tiene de ver a la editorial y a sus personajes.
Una auténtica delicia en la que es pecado no sumergirse.
Marvel Now! Deluxe. Capitán América de Nick Spencer 2. Heil Hydra
Heil Hydra. Son solo dos palabras, tres sílabas en total. Algo tan pequeño y tan sobrecogedor. En esta consigna verbal se esconde el poder del nazismo que lleva aterrorizando el mundo desde los años cuarenta (o incluso antes) y que jamás se fue, dominando el mundo en secreto desde entonces. O al menos así es, según Nick Spencer y según Marvel.
Heil Hydra decía el Capitán América, nuestro inmaculado Centinela de la Libertad en el año 2017, ese 2017 que convirtió el número 1 de la colección de Steve Rogers en uno de los más vendidos de su año. Unas palabras que incluso motivaron quemas de cómics organizadas por lectores de encefalograma plano que no pueden soportar un cambio que altere a sus puros personajes.
Hoy, podemos ver dicho cómic y los que le siguieron recopilados en el duradero formato Deluxe, en un tomo imprescindible para los amantes del personaje y del trabajo de Spencer en las dos colecciones del Capitán América, que se intercalan aquí para mejorar la experiencia de lectura, en un momento en el que el personaje está tan de moda gracias a su contrapartida cinematográfica y televisiva.
Maestro 1
El Daredevil de Frank Miller tiene como máximo exponente de tan legendaria etapa (o del regreso a ella tras su final) Born Again, un cómic que siempre se encontrará entre los mejores del personaje y del cómic superheroico.
El Spiderman de Dan Slott tiene a Spiderman Superior como baluarte de una etapa arácnida divertida y trepidante que supo devolver a al personaje a su lugar tras los vaivenes de Un Día Más y Un Nuevo Día.
El Thor de Walter Simonson será siempre recordado por el momento en el que Bill Rayos Beta cogió el martillo hasta entonces solo esgrimido por el hijo de Odín.
Y el genial Hulk de Peter David encontró su epítome, su calidad absoluta en la fantástica Futuro Imperfecto, mini serie en la que junto a George Perez, PAD nos contaba como podría ser una versión futura de Hulk que tenía toda su fuerza y todo el intelecto de Bruce Banner usado para el mal.
Este personaje se llamaba Maestro, y ahora, casi tres décadas después de su concepción, encuentra una especie de continuación en esta serie protagonizada por el atrayente Maestro.
En esta ocasión, y por razones obvias y trágicas como la salud de Pérez, el legendario George no acompaña a PAD, pero sí lo hace Dale Keown, el dibujante que mejor supo entender al Hulk de Peter David y que vuelve en este tomo para, junto con Germán Peralta, demostrarnos que el Maestro no está muerto, y que sigue siendo una pieza clave del Universo Marvel.
El cómic destacado del mes
Patrulla-X 20, de Jonathan Hickman y Mahmud Asrar
Dinastía de X y Potencias de X dejaron muchos frentes abiertos en el horizonte de las colecciones mutantes. Sin embargo, resulta curioso que muchos de ellos apenas se hayan tratado en la colección principal guionizada por Jonathan Hickman. Si bien las maquinaciones de Orchis, la inminente amenaza de Nimrod y los planes de Mística para resucitar a su esposa han tenido su espacio, el arquitecto de la actual etapa de la Patrulla-X ha estado más interesado en explorar tramas aparentemente tangenciales. Una de estas tramas ha recibido mayor atención que las demás, puesto que ha estado presente desde el primer número y ahora, veinte entregas después, experimenta su primer gran avance. Nos estamos refiriendo, por supuesto, a la línea argumental que gira en torno a los Hijos de la Cámara, personajes creados por Mike Carey y Chris Bachalo en 2006 que parecen destinados a ocupar un rol importante en el futuro cercano de la franquicia.
En Patrulla-X 1 supimos que Orchis había estado experimentando con los Hijos de la Cámara, unos seres posthumanos creados en un entorno artificial de tiempo acelerado, para buscar nuevos avances con los que plantar cara a los mutantes de Krakoa. En ese mismo número, Serafina, una Hija de la Cámara, escapaba de una base de Orchis asaltada por la Patrulla-X. No mucho después, en Patrulla-X 3, Serafina guiaba en contra de su voluntad al equipo hasta la localización de la propia Cámara, situada en el interior de un Molde Maestro salvaje oculto en las selvas de Ecuador (el mismo que utilizó Cassandra Nova al inicio de la recordada etapa de Grant Morrison). Cíclope reunió entonces a un grupo formado por Lobezna, Sincro y Darwin para que se infiltrase en la Cámara y evaluase el nivel de amenaza que suponía para Krakoa. Tuvimos que esperar hasta Patrulla-X 19 para conocer cómo le iba al trío de mutantes, cuya misión llega a su impactante final en el número que se publica este mes de julio. Puede que entrar en la Cámara fuese fácil, pero huir de allí… bueno, eso ya es otra historia.
Jonathan Hickman, acompañado por el dibujo de un estupendo Mahmud Asrar, ha recuperado gran parte del espíritu de Potencias de X en este arco. Los que disfrutaron analizando los diagramas que mostraban las distintas vidas de Moira disfrutarán ahora con el diagrama que recoge las vicisitudes de Lobezna, Sincro y Darwin en la Cámara, pues gracias al tiempo artificial de su interior se extienden a lo largo de décadas y décadas. El componente de ciencia ficción que tan bien le funcionó al guionista en el pasado es uno de los principales reclamos de estos números, en los que la acción desatada y sin complejos está acompañada por situaciones e ideas atrevidas y sugerentes. Como sucedía en Potencias de X, en donde se planteaban situaciones futuras tremendamente interesantes de las que apenas se nos permitía conocer una pequeña fracción, el viaje del equipo de infiltración de Krakoa se nos cuenta a base de pequeños retazos, dejando a nuestra imaginación gran parte de la aventura. Hickman, además, juega hábilmente con la cantidad de información que revela en cada página sobre los Hijos de la Cámara para mantener un misterio constante sobre sus avances. Sea como sea, lo único que queda claro al final es que la incursión de los mutantes bien puede haber desencadenado una amenaza mayor de la que tenían entre manos.
No obstante, puede que uno de los elementos mejor tratados de este breve arco sea la relación entre sus protagonistas, en especial entre Lobezna y Sincro, dos personajes a los que ni siquiera se nos habría ocurrido relacionar en primer lugar. Lo sucedido entre ellos dentro de la Cámara puede dar mucho juego en la dinámica que tendrá la nueva Patrulla-X de Krakoa (en la que estarán incluidos ambos) en cuanto pase a manos de Gerry Duggan y Pepe Larraz dentro de unos meses. Hickman también ha aprovechado para darle un empujón importante a los poderes de Sincro, que demuestran ser mucho más útiles de lo que parece en combinación con los mutantes adecuados con los que sincronizarse. Como sucedió con muchas de las ideas introducidas en Dinastía de X y Potencias de X, que luego fueron exploradas con habilidad por parte de otros escribas, parece que el guionista ha introducido en este arco algunos conceptos que tendrán cierta relevancia en el futuro, no sólo de Sincro sino de la Patrulla-X al completo.
Como parte negativa se le puede achacar que este no es ni mucho menos el final del arco argumental de los Hijos de la Cámara, que aún tienen algunas sorpresas reservadas para más adelante. De hecho, el final es una suerte de cliffhanger que deja algunos cabos sueltos muy interesantes respecto a estos villanos. No está claro cuándo continuará esta historia (ni en qué colección lo hará), pues ya hemos visto que Hickman se la ha tomado con mucha calma hasta ahora, pero lo cierto es que ha merecido la pena esperar hasta la salida de este número, quizá uno de los mejores y más estimulantes de la colección desde su relanzamiento.
No te puedes perder… Especial Aniversario
Para nuestro aniversario hemos preparado un “No te puedes perder…” algo diferente. Nuestros redactores se han unido para recomendar la serie regular que más les ha gustado de los últimos doce meses. Todas ellas han pasado previamente por esta sección, conformando lo mejor de lo mejor del día a día en la Casa de las Ideas.
Daredevil, de Chip Zdarsky y Marco Checchetto. Por Igor Álvarez Muñiz. Hace un año empezábamos este Magazine Marvel y dedicábamos nuestra sección “No te puedes perder…” a Daredevil. Nominada a los premios Eisner en 2020 a mejor serie regular, nominado su guionista y su portadista también a sendos premios, ahora en 2021 repite en esa categoría, repite así mismo el guionista y se añade el dibujante a la lista. ¿Cómo no recomendar Daredevil? Está claro que con ese curriculum si hay una grapa de Marvel que debemos seguir mes a mes es esta.
El Daredevil de Chip Zdarsky y Marco Checchetto, así como de otros dibujantes que han hecho las partes a las que el principal no llegaba, como por ejemplo Jorge Fornés, es todo un imprescindible de la actualidad de la casa de las ideas. Digamos que los autores no inventan la rueda, salvo alguna que otra maniobra llamativa, véase lo que hacen con Elektra justo en los números que se están publicando ahora mismo por Panini, son muy continuistas y se atreven incluso a repetir ideas que ya hemos visto en el pasado, pero conjugadas de manera algo diferente y consiguiendo crear unos secundarios de lujo. Pero no es el qué, es el cómo. Zdarsky y Checchetto han conseguido construir una historia sólida en torno a un Matt Murdock cansado, derrotado y al que ya no le quedan ganas para renacer, que contiene muchos de los elementos ya clásicos en el personaje y siguiendo con el género negro y policíaco que tantas alegrías nos ha dado. Simplemente eso, no te la puedes perder.
El Inmortal Hulk, de Al Ewing y Joe Bennett. Por Raúl Gutiérrez. El Inmortal Hulk. La gran obra de la actual etapa de Marvel y quizás, la mejor obra jamás escrita y dibujada de Hulk. ¿Palabras mayores? Sin duda. ¿Ciertas? Por supuesto.
Al Ewing y Joe Bennett verán su nombre escrito como grandes equipos creativos de Hulk, junto a Bill Mantlo, Greg Pak e incluso Peter David, y es que no cabe duda de que su visión del Goliat Esmeralda, tan distinta a lo que estamos acostumbrados, y a la vez tan dotada de calidad, se nota cercana a ese cómic de terror sobrenatural que la colección estaba llamada a ser en su génesis, de manos de Stan Lee y Jack Kirby.
Ewing y Bennett innovan pero sin olvidar el pasado del personaje, ni a sus secundarios, así como lo vivido por estos a lo largo de las décadas. Tenemos aquí a la She-Hulk roja, en la que se convirtió Betty Banner hace ya unos años; a un Rick Jones que ha vivido como Abominación y que el Imperio Secreto, por supuesto, le ha pasado factura; a un Doc Samson quizás más interesante que en años; y a un Líder que es aquí el villano definitivo del personaje, muy por encima de lo mostrado hasta ahora.
Y sobre todo ello, impenitente, siempre vigilante, y heladora… La Puerta Verde.
Runaways, de Rainbow Rowell y Kris Anka. Por Arturo Porras. Los Runaways ha sido un concepto intermitente en la editorial desde que surgió en el año 2003, a cargo de Brian K. Vaughan y Adrian Alphona. Desde entonces, pocas son las interacciones que han sido capaces de mirar cara a cara a la primera temporada de estos chicos, hijos de villanos que intentan huir de ese influjo. La etapa de Rainbow Rowell, Kris Anka y Andrés Genolet, la que actualmente tenemos en curso, puede estar bien orgullosa ya que se posiciona en el top de lo mejor realizado con los personajes. Y esto es gracias a la comprensión y empatía hacia los mismos, por parte del equipo creativo. Esta colección se sustenta en una de las mejores composiciones de personajes que circulan por Marvel Comics. Simplemente perfecta. Las relaciones entre protagonistas y secundarios se sienten reales, auténticas y te llegan a tocar en tus adentros.
Cuando uno se acerca a un cómic protagonizado por jóvenes (ya no tan adolescentes, exceptuando a Molly y a Gert), es complicado que su voz se extienda más allá del rango de su edad. Sin embargo, si analizas sentimientos tan universales como la amistad y el amor, y sales victoriosa, como lo hace Rowell en esta serie, lo que me estás contando tienes una validez mucho mayor. Runaways no busca ser la serie con unos argumentos más grandes que la vida, tampoco te sorprende por revelaciones impactantes, ni siquiera por estar llena de acción. Runaways va directa al corazón, a los sentimientos, como gran exponente de serie intimista, todo ello regado con una factura técnica impecable. Por eso, no puedo dejar de recomendarla. Puede que se les haya pasado a ciertos lectores y lectoras, pensando que ya nada de interés se podía hacer con este grupo de inadaptados. Algo que dista bastante de ser verdad. El concepto sigue más vivo que nunca y que nos dure muchos ejemplares más.
Veneno, de Donny Cates y Ryan Stegman. Por Nacho Teso. Hay etapas que, desde su comienzo, gozan de un aura especial. Un toque, un saber-hacer que hace que destaquen por encima de otros relanzamientos y momentos de un personaje dado. Etapas que empiezan a recoger todo lo que vino antes y a construir con rumbo fijo para ofrecer un futuro mejor. Etapas que entienden lo que hacía grande a un personaje, lo que no; y que utilizan todo eso para que puedan dar el siguiente gran paso. Etapas que generan una nueva identidad forjada a fuego en lo que ya existía. Que generan un nuevo universo de posibilidades.
Veneno, de Donny Cates y Ryan Stegman, es una de esas etapas. El talento que rezuman ambos creadores ha cristalizado en la que es ya indudablemente la mejor era del otrora villano de Spiderman, ahora establecida como figura esencial de la cosmología Marvel. Jamás se volverá a entender a Veneno del mismo modo. Ni a Eddie Brock. La transformación que han recibido – en todo momento construyendo en base a lo que ya había – ha dado como resultado una etapa mágica. Una etapa sólida. Una etapa que da gusto leer y que dará gusto releer. Uno de esos momentos en el tiempo que se vuelven icónicos y al que cualquiera que se encargue del futuro de estos personajes mirará con respeto. El momento en el que cambió todo. La Etapa de Veneno.
Guardianes de la Galaxia, de Al Ewing y Juann Cabal. Por Juanjo Carrascón. Los Guardianes de la Galaxia han caído en las mejores manos. Al Ewing está consiguiendo que esta serie sea un must have en toda regla. Tener ante nosotros mes a mes esta colección supone un soplo de aire fresco, ante una lenta pero inexorable tendencia a la mediocridad. No cito ejemplos porque no quiero manchar esta reflexión acerca de un trabajo bien hecho y llevado a cabo desde el cariño.
Por nadie es discutido que fueron Dan Abnett y Andy Lanning los que resucitaron un grupo que a todas luces tenía los ingredientes para poder llegar lejos. Su trabajo fue de tal calibre que a fecha de hoy esos números y su paso por Aniquilación son cimientos que ningún terremoto puede destruir. Brian Michael Bendis no hizo un mal trabajo, no nos engañemos, lo que hizo es ofrecer lo que en ese momento era necesario a la vista de la existencia de la versión cinematográfica. Guiones simples, aventuras simples y escaso tratamiento de las relaciones interpersonales de unos personajes muy ricos en historia y personalidad. Lo que se quería en ese momento era que los que se aproximasen a la colección, a causa de ver la versión cinematográfica, encontrasen algo fácil de digerir con golpes de efecto y escasa complejidad. Con Gerry Duggan esto cambió poco a poco hasta llegar a la etapa actual.
Tenemos delante una versión abundante en personajes con potencial y trasfondo. De nuevo las relaciones interpersonales que tan bien gestionaba Chris Claremont vuelven a la palestra. Realmente, y en frío, lo visto hasta la fecha tampoco ha sido una concatenación de aventuras sin ton ni son. Da la sensación de que el actual guionista se está tomando su tiempo. Se trata a todas luces de un trabajo laborioso, lento, pormenorizado, donde pasito a pasito se va abriendo un amplio abanico de posibilidades con cada personaje y evolución del mismo. Desde Drax y su hija Heather, hasta Gamora y Richard Rider, acabando con Peter Quill. ¿Quién puede negar que ese maravilloso número, donde se explica qué le pasó a Starlord tras su muerte, no sea uno de los mejores vistos hasta ahora? Explicar y casar el origen de Starlord con el Dios del Sol de la manera sublime que lo hace Al Ewing, sin destrozar las bases del personaje.
Igualmente, el trabajo de Juann Cabal es de diez. No soy objetivo con él. No puedo serlo. Es una maravilla cada una de sus viñetas. Cuando dibuja me recuerda a Kevin Maguire pero con su propio estilo y fuerza en el trazo de cada uno de los personajes que plasma. No quiero pensar qué será de la serie cuando se marche, pero ahora toca disfrutarlo.
En conclusión, una época para disfrutar dentro de un mar de mediocridad y tedio sin límites dentro de la Casa de las Ideas. Un soplo de aire fresco que solo permite añorar tiempos mejores, y esperar que de nuevo fluyan las ideas frescas, sin grandes pretensiones, porque señores, Al Ewing no es pretencioso, sino que simplemente sabe contar bien una historia, en este caso la de los Guardianes de la Galaxia.
Eternos, de Kieron Gillen y Esad Ribić. Por Miguel Ángel Crespo. Somos seres humanos y pensamos como seres humanos. En ese sentido, escribir a un personaje que no deja de ser un simple humano que por algún motivo (rayos cósmicos, rayos gamma, picadura de araña radiactiva…) ha adquirido superpoderes no es demasiado complicado. Lo verdaderamente difícil es escribir a un personaje que no es humano sino otra cosa, como un dios inmortal virtualmente perfecto. Puede que los dioses procedentes de las mitologías humanas tengan motivaciones más o menos similares a las de los meros mortales, pero los dioses cósmicos ya son otra historia. No todos los escritores consiguen que puedas ponerte en la piel de una criatura ultraterrena dotada de la perspectiva que ofrece haber vivido incontables vidas y haber visto morir a millones y millones de humanos, pero Kieron Gillen lo logra de una manera asombrosa en Eternos. Sus diálogos, siempre tan ágiles, chispeantes y actuales, transmiten con claridad que estos personajes están tan lejos de la humanidad como los humanos lo están de sus mascotas. Los Eternos no son hombres y mujeres con poderes, sino dioses inasibles e incomprensibles, pero aún así falibles; imperfectos dentro de su perfección. Porque incluso los dioses son simples engranajes dentro de la inefable maquinaria universal… y hasta esa máquina celestial puede romperse.
Eternos es una colección repleta de intrigas cósmicas y de angustias divinas, bellamente ilustrada por Esad Ribić y fantásticamente coloreada por Matt Wilson. El reparto recrea a estos clásicos personajes de Jack Kirby sin dejar de ser accesible para los nuevos lectores, ofreciendo ideas desafiantes que nos demuestran que no se puede juzgar a los dioses siguiendo criterios humanos: conceptos como la muerte o el género, sencillamente no se pueden aplicar a los Eternos de la misma forma en que se aplican a los seres humanos. Siendo como es una serie de superhéroes, sin duda se intuyen sus influencias procedentes de la alta ciencia ficción y del horror cósmico. Su propuesta es inusual, compleja y desenfadada… y por si esto fuera poco recupera al mejor Thanos que se ha visto en Marvel desde los tiempos de Jim Starlin. El villano de la colección vuelve a desplegar su astucia y sus dotes manipulativas para mostrarse una vez más como un ente imparable e inevitable, con una fuerza de voluntad inabarcable y una pasión innegable por su misión deicida. Porque los dioses no merecen un simple villano de opereta, sino a todo un poeta de la aniquilación para el que poner fin a una vida eterna se ha convertido en un arte brutal, despiadado y delicioso.
Quién es quién: Fundación Futuro
Cuatro minutos: ese es el tiempo que los célebres Cuatro Fantásticos van a estar fuera del planeta llevando a cabo una misión. Cuatro minutos nada más. Doscientos cuarenta segundos de nada. Por si acaso, por si hubiese alguna complicación, el equipo ha reclutado a unos Cuatro Fantásticos “de repuesto” para que ocupen su lugar y se encarguen de custodiar a los niños de la Fundación Futuro. Evidentemente, no se espera ninguna complicación. Sólo son cuatro minutos, ¿sabes? Doscientos cuarenta segundos se pasan en un suspiro. No hay motivos para preocuparse, ¿verdad? Estos Cuatro Fantásticos “de repuesto” no van a tener que ocuparse de ninguna crisis cósmica ni van a tener problemas manteniendo bajo control a los chavales supergeniales de la Fundación Futuro, ¿verdad? Después de todo, los auténticos Cuatro Fantásticos regresarán en cuatro minutos, ¿verdad?
Esta es la sugerente premisa con la que Matt Fraction, Mike Allred y Laura Allred pusieron en marcha FF, una colección surgida durante la época de Marvel NOW! que ahora vuelve a editarse en nuestro mercado. A lo largo de los próximos párrafos vamos a conocer un poco mejor a estos Cuatro Fantáticos de “repuesto”, ofreciendo la información necesaria para situar a esos personajes en el momento en el que se encontraban al comienzo de la serie. Conociendo dicha información no debería ser complicado lanzarse a la lectura de esta divertida, original y poco convencional aventura.
Scott Lang comenzó su carrera como ladrón, empleando sus conocimientos de ingeniería electrónica para cometer robos. Eso le llevó a pasar un tiempo en prisión, lo que le costó el divorcio con su esposa. Al salir de la cárcel fue reclutado por empresas Stark como personal técnico de apoyo para los Vengadores, labor que desempeñó hasta que su hija se puso enferma y tuvo que recurrir de nuevo al robo para conseguirle ayuda. Fue entonces cuando le robó la tecnología reductora al Doctor Henry Pym (conocido en esa época como Chaqueta Amarilla), convirtiéndose así en el segundo Hombre Hormiga. Durante su tiempo como Hombre Hormiga colaboró activamente con otros héroes y llegó a ser miembro de pleno derecho de los Vengadores hasta su muerte durante la saga Vengadores Desunidos. Su hija Cassie tomó entonces el testigo, asumiendo el nombre código Estatura y uniéndose a los Jóvenes Vengadores. Este equipo llegó a viajar en el tiempo para rescatar a Scott y evitar su trágico fin, pero la reunión con su hija fue breve: Cassie murió poco después a manos del Doctor Muerte. Esto sucedió durante Jóvenes Vengadores: La Cruzada de los Niños, poco antes del comienzo de FF. Ahora Reed Richards pretende reclutar al Hombre Hormiga para sus Cuatro Fantásticos “de repuesto”… desconociendo que Scott planea en secreto su venganza contra el asesino de Cassie.
Cuando la abogada Jennifers Walters recibió una transfusión de sangre contaminada por radiación gamma por parte de su primo, el Doctor Bruce Banner, alter ego del Increíble Hulk, adquirió la capacidad de transformarse en una enorme amazona verde poseedora de superfuerza. Así nació Hulka, que a diferencia de su primo poseía el control sobre su otra identidad. Hulka fue miembro de los Cuatro Fantásticos en el pasado, cuando sustituyó a la Cosa después de las primeras Secret Wars. También formó parte de los Vengadores durante una larga temporada. Una vez más, la Cosa ha recurrido a ella para que ocupe su puesto en los Cuatro Fantásticos “de repuesto”, cosa que Jennifer estará encantada de hacer. Volver al grupo le servirá también para reencontrarse con un viejo conocido: Wyatt Wingfood, un aliado de los Cuatro Fantásticos con el que mantuvo un intermitente romance a lo largo de los años. ¿Se acabará reavivando la antigua pasión?
Antes de conocerse su verdadera identidad como reina de los Inhumanos, una Medusa amnésica que vagabundeaba por el mundo humano fue reclutada por el Mago, uno de los enemigos de los Cuatro Fantásticos, para formar parte de sus Cuatro Terribles. Pronto fue rescatada por su familia y devuelta a la ciudad secreta de Attilan, donde se reunió con su amado Rayo Negro, el monarca de su espacie. No obstante, su aislamiento en Attilan fue temporal, pues cuando la Mujer Invisible decidió abandonar los Cuatro Fantásticos tras una discusión con su marido, Medusa aceptó ocupar su puesto durante una temporada. Por desgracia, las intrigas de la sociedad inhumana han acaparado la mayor parte del tiempo de Medusa desde entonces. Primero fueron los problemas derivados del nacimiento de su hijo, Ahura, que parecía ser tan mentalmente inestable como su tío Maximus, conocido como “el loco” en Attilan. Después fue la supuesta muerte de Rayo Negro durante Guerra de Reyes, que le obligó a asumir el trono en solitario. Finalmente, el regreso de su esposo y la llegada de los Inhumanos Universales le llevó a compartir su puesto como reina consorte junto a otras cuatro esposas por motivos políticos. No es raro, por tanto, que cuando Sue Storm decidió recurrir a ella de nuevo para que ocupase su puesto en los Cuatro Fantásticos “de repuesto”, Medusa respondiese afirmativamente. Después de todo, la Fundación Futuro puede ser un buen lugar para ella y para su hijo Ahura… siempre y cuando ningún villano trate de volver a manipular mentalmente a la reina inhumana, claro.
La incorporación más sorprendente a los Cuatro Fantásticos “de repuesto” es la de la cantante y estrella del pop Darla Deering, novia por aquel entonces de Johnny Storm. Confiando en que aquella sustitución no iba a prolongarse más allá de los cuatro minutos previstos, la Antorcha Humana le ofreció el puesto a la chica con la que estaba saliendo. Evidentemente, Darla era una humana normal y corriente sin ningún tipo de superpoder, por lo que recurrió a uno de los viejos exoesqueletos de la Cosa creados por Reed Richards durante una de las épocas en las que Ben Grimm había perdido su habitual aspecto de piedra naranja. ¿Pero acaso está preparada una simple cantante pop para las locuras interdimensionales y las amenazas cósmicas a las que se enfrentan los Cuatro Fantásticos en su día a día? Y lo que es más importante: ¿Conseguirá librarse esta nueva Ms. Cosa de la molesta Banda de la Calle Yancy que ha estado incordiando a la Cosa original durante años?
Puede que los Cuatro Fantásticos “de repuesto” sean los principales protagonistas de la colección, pero el título FF proviene, evidentemente, de la Fundación Futuro. Los niños acogidos por el cuarteto fantástico tienen un papel destacado en la serie: Franklin y Valeria Richards, la wakandiana Onome, el dúo de niños mutantes Artie y Sangui, los herederos del trono subacuático Vil y Wu… No obstante, algunos de estos niños destacan especialmente en esta cabecera. Podríamos mencionar a Bentley-23, el clon infantil del Mago, cuyas astutas travesuras se justifican porque… bueno, porque lleva la villanía en la sangre. También podríamos mencionar a Alex Power, antiguo miembro del grupo de héroes infantiles Power Pack, y el mayor y más responsable del grupo… lo que le traerá algún que otro problema. O al cuarteto de topoides formado por Tong, Mik, Korr y Turg, que descubrirá que uno de sus integrantes no se siente niño sino niña y empezará a vestir en consecuencia (¡en una de las escenas más progresistas e inclusivas de la historia de la editorial!). O a Ahura, el hijo mentalmente inestable de Rayo Negro y Medusa, que encontrará en la Fundación Futuro un lugar en el que sentirse aceptado por primera vez en su vida. O a la “niñera” del grupo, el androide conocido como Hombre Dragón. Y, por supuesto, a alguna de las nuevas incorporaciones que se presentan en las páginas de FF. ¿Sabías que el Hombre Imposible tiene un hijo de lo más peculiar?
Hablemos de clásicos
El Capitán América es uno de los personajes Marvel que mejores etapas ha tenido, en cuanto a calidad regular. Grandes nombres que se han asociado al símbolo patriótico, transformándolo con el paso de los años. Jack Kirby, Stan Lee, Steve Englehart, J.M. DeMatteis, Ed Brubaker….. pero ninguno de ellos ha estado tan unido a los destinos del Abanderado como el bueno de Mark Gruenwald. Guionista y editor con una trayectoria intachable en el medio, su nombre se asocia, de manera casi instintiva, al de Steve Rogers. El autor arribó al título en el #307 USA, tras un cambio de cromos en la funciones con Mike Carlin, en 1985. Gruenwald era el editor del Capi y a Carlin le tocó la papeleta de escribirlo, después de la salida abrupta de DeMatteis. Carlin no estaba del todo entonado y Gru se moría de ganas por escribir a su personaje favorito, por lo que aceptaron intercambiarse las funciones. El guionista se mantendría unido al Capitán América en una larga andadura de diez años.
A Gruenwald se le reconoce como uno de los grandes renovadores de la figura del Centinela de la Libertad. Volvería a traer a colación el juego político, pero también sabría conjuntar acción y aventura, a partes iguales, a la vez que desarrollaba la personalidad de un Steve Rogers atado no al gobierno de su país, sino a sus compatriotas americanos, de ahí que se pusiera en marcha una línea abierta y directa para reclamar los servicios del Capitán, siempre que sus conciudadanos lo necesitasen. Así pues, a Gru le podemos agradecer aportaciones tan importantes como Azote, Sin Banderas o John Walker.
Este mes de julio se pone a la venta el tercer volumen recopilatorio en Marvel Héroes de la etapa de Mark Gruenwald con el Capitán América. Superamos la pérdida del manto en favor de John Walker, el juego sucio del gobierno estadounidense que le hizo a Rogers perder su posición y su atuendo oficial, a la vez que convierte en una secundaria fija a Iguana, por lo que ya tenemos el punto perfecto para la entrada a este volumen. En él se incluye una de las sagas más recordadas de la época, “La Búsqueda de la Gema de Sangre” (antaño más conocida como gema sangrienta), que da nombre a todo el recopilatorio. En ella, con un aire aventurero que todo el mundo relaciona con la franquicia Indiana Jones, Gruenwald se lleva al Capi y a Iguana a recónditos parajes en busca de un artefacto muy particular, la gema de Ulysses Bloodstone.
La premisa parte de la eterna búsqueda del villano. El Barón Zemo, que se suponía desaparecido desde los eventos de “Asalto a la Mansión”, vuelve a dar señales de vida. O al menos eso parece, en la información que recibe el Centinela de la Libertad. Recordamos que Zemo hijo se había posicionado, como ya lo hiciera su antecesor, en uno de los más temibles enemigos del Abanderado. La responsabilidad para con alguien así hace que Rogers coja su traje y su escudo, viaje por el mundo, en abierto conflicto con Batroc y su brigada, y de paso consolide su relación con Iguana, previo instante a la consecución de la piedra que otorga la inmortalidad a su portador. Dibuja Kieron Dwyer, un artista que visualmente supone un aumento considerable de calidad, respecto a anteriores dibujantes titulares.
Este largo ciclo es uno de los pináculos de calidad del guionista en su etapa con el Capi. El resto del volumen se centra en un feudo con Calavera, el cruce con Actos de Venganza, con especial atención a Magneto, y el sempiterno regreso de Cráneo Rojo. Todavía es buen material, sobre todo por la citada saga de la gema sangrienta, pero hay que advertir que este tomo cierra la mejor parte del aporte de Gru al Capitán América y marca una línea roja con respecto a lo que consideramos clásico en esta sección, dado que Captain America #371 se publica en junio de 1990, una fecha muy peligrosa que auguraba la entrada en una década especialmente dañina para Marvel.
Nuestro siguiente protagonista es una de los habituales de la sección pero en esta ocasión podemos decir que no viene solo. Hablamos del personaje franquicia de la editorial, Spiderman, que ya había consolidado esa posición a inicios de la década de los 70. Con él se había probado a lanzar una segunda cabecera, en formato magazine, que Martin Goodman cortó de raíz, por ser una manera excesivamente cara para publicar superhéroes, en 1968. Unos pocos años después, en 1972, se abre el volumen uno de Marvel Team-Up. La razón de esta colección era la unión interesada del Asombroso Spider-Man y la Antorcha Humana, al menos en los dos episodios iniciales. Pronto se decidió que sería más apropiado optar por incluir otros personajes del Universo Marvel, siempre acompañado por el joven héroe arácnido.
El modus operandi se estableció con aventuras autoconclusivas, ya que en cada número debía aparecer un personaje nuevo, para afrontar la amenaza del día. Por el primer volumen vimos aparecer a caracteres tan diversos como la Visión, Hulk, el Capitán Marvel, los Inhumanos, el Hombre Lobo, el Capitán América, Namor o el Motorista Fantasma, por citar unos pocos. Puede que ahora nos suene a colección con pocos alicientes para acercarse a ella, y sin embargo, el título acabó consolidado en el panorama de publicación de la editorial, obteniendo el respaldo del público gracias a unas estimables ventas. Se demostraba que Spiderman era un seguro a la hora de llegar al gran público.
El tomo dos de la recuperación de Marvel Team-Up, en formato Omnigold, que se publica este mes, contiene los números #23 al #40, además de los cinco Giant Size que tuvo el personaje. Los Giant Size fue un formato que se instauró en Marvel durante una buena temporada. Al contar con una mayor paginación, se establecieron como una especie de evento en los puntos de venta, aunque a cambio de una superior extensión en las historias era necesario un mayor desembolso económico, ya que era mucho más caro que un simple comic-book.
Por tanto, nos encontramos en la fase de consolidación de esta cabecera, que bien se puede decir que cumplió con creces su objetivo, dado que su primer volumen llegó a unos estimables 150 ejemplares. Por aquí tendremos un buen puñado de personajes Marvel, que buscaban algo más de proyección, al juntar sus caminos con la cara de la compañía (Hijo de Satán, Halcón Nocturno, Hércules, el Halcón, la Valquiria, el Monstruo de Frankenstein, Puño de Hierro, etc.), y también pesos pesados de la editorial (Thor, el Doctor Extraño, Iron Man), que no está de más probar otras iteraciones. Para hacerse cargo de las historias tenemos a guionistas de la talla de Gerry Conway o Bill Mantlo, por citar dos firmas reconocidas del Bullpen, asociados a dibujantes del calado de Sal Buscema, Ross Andru o Jim Mooney. Nombres todos ellos que nos evocan unos tiempos muy particulares, una época de Marvel que ya no volverá.
No se puede decir que estos episodios de Marvel Team-Up sean lo máximo en cuanto a calidad. Eran cómics configurados con un propósito mayor, asentar un entorno compartido rico y variado, que estaba en constante crecimiento, arreglando en algunos casos cabos sueltos y en otros presentando personajes minoritarios a un público mayor. Su marco de referencia, aventuras cortas y pasamos a la siguiente, daba lugar a un tipo de producto de entretenimiento básico, hecho con oficio por los profesionales de la casa, pero sin ninguna intención de trascender.
Marvel Team-Up es un encabezado con una amplia tradición en Marvel. Varios volúmenes, otras tantas derivaciones (Marvel Two-in-One, Super Villain Team-Up) y su llegada hasta la actualidad, nos pone en antecedentes de que el concepto llegó a calar en el aficionado. Si queréis ver de primera mano cómo se forjó esa leyenda, no tenéis más que haceros con estos dos Omnigolds, en el que se recopilan sus números iniciales.
Cerramos esta sección del Magazine con el Marvel Limited Edition y ese no es otro que un Ómnibus dedicado a Morbius. Este personaje está muy conectado con la parcela del terror, aunque nació en el terreno del superhéroe, por lo que lo Morbius se ha podido mover libremente por cualquier territorio. Veamos cuál es su historia de origen y esta tiene que ver con varios factores. Primero, con la curiosa situación de que a Roy Thomas no le gustara nada guionizar Spiderman. El bueno de Roy fue designado por Stan Lee como su sucesor para el Amazing Spider-Man #101, en el que heredaba a un arácnido con seis brazos, una representación muy cercana al terror. Como el guionista no estaba nada interesado en la historia de Peter Parker, decidió motivarse presentando un vampiro como antagonista, algo que casaba con el tono de la trama. Thomas no quería a cualquier chupasangre; quería a Drácula en persona. Y tuvo la suerte que el dibujante titular de la colección, Gil Kane, era otro aficionado de la obra de Bram Stoker. Todo casaba en un plan mayor.
Thomas y Kane tenían un problema, llamado Comic Code Authority. Pese a que había rebajado un poco sus exigencias con respecto a los comic-books, nunca permitiría, de manera explícita, una figura tan reconocible como el príncipe transilvano. Eso es algo que hizo notar Stan Lee en cuanto le presentaron la idea. Lee, que en el fondo gustaba del plot general, sabía que la historia no pasaría el corte del órgano censor, por lo que instó a los autores a reformular la idea. ¿Y si en vez de ser un clásico vampiro tiramos por lo científico y convertimos a ese villano en algo de tipo sintético? A Thomas y a Kane les pareció razonable, por lo que repensaron un nuevo origen para su personaje.
Así, en Amazing Spider-Man #101, nos presentan la historia de Michael Morbius, un prestigioso científico europeo, galardonado con el premio Nobel, que en el momento más dulce de su vida, recibe una noticia inesperada, una extraña enfermedad está afectando a su torrente sanguíneo y no hay cura para ella. Como buen investigador, se pone manos a la obra para dar con un remedio él mismo y se centra en las asombrosas capacidades de los murciélagos, así que centra sus esperanzas en ellos. Como el tema de la experimentación con humanos está muy controlado, decide convertirse en el conejillo de indias de sus experimentos, ya que Morbius siente que no le queda mucho tiempo. El resultado es una abrupta transformación; ya no queda nada de Michael el científico y en su lugar emerge Morbius, el Vampiro Viviente, un ser que necesita de sangre para su supervivencia.
Una historia típica y tópica sobre el nacimiento de un personaje con poderes. El Comic Code aprobó su salida como villano de Spiderman, a lo que pronto se uniría sus propias aventuras individuales, ya que el organismo censor terminó por permitir las criaturas del terror en el tebeo a color. Un nuevo campo de pruebas emergía y Morbius sería uno de los actores preeminentes en el nuevo género del horror, que Marvel abrazaría durante una temporada.
El vampiro sintético empezaría su singladura individual en un magazine en blanco y negro, por tanto, enfocado para adultos, titulado Vampire Tales, allá por el verano de 1973, llegando hasta junio de 1975. Al ser una cabecera trimestral, no tuvimos muchos ejemplares de sus aventuras en el territorio Curtis (apenas ocho apariciones en los once números de la serie regular), pero es bien cierto que fue uno de los reclamos principales para los compradores. En febrero del 74, obtuvo el protagonismo de Adventure into Fear, hasta ahora propiedad del Hombre-Cosa, una revista a color para público juvenil. Comenzando en el #20, en ella se mantuvo hasta el #31, que supuso el cierre del volumen uno de esta colección contenedor, que había comenzado con la temática monstruosa y que en los momentos de mayor libertad con el Comic Code, acogió las aventuras del Hombre-Cosa y de Morbius.
Después de eso, siempre hablando del terreno clásico, apariciones especiales en el entorno de Spiderman, un segmento en Marvel Preview #8, retornando al terreno del magacín, el primer intento de conformar un grupo sobrenatural, en Marvel Premiere #28, y una vuelta en la flamante serie de Hulka, donde le veíamos muy recuperado de su vampirismo, ejerciendo de profesor titular en la universidad. Este el bagaje que incluye este voluminoso tomo, de casi 900 páginas, con material muy variado y de distintas procedencias.
Y ahí es donde radica su principal problema. Se puede entender que Panini y SD Distribuciones hayan pensado en un formato Ómnibus porque Morbius será un personaje reconocido a raíz de la salida de la próxima película de Sony. El caso es que la cinta no se espera hasta 2022 por lo que nos extraña mucho que, para aquellos lejanos días, espectadores casuales que salgan encantados con lo visto en pantalla grande y recuerden que existe este tomo. Seamos sinceros, este es material pensado para el aficionado de la línea, el que gusta de clásicos Marvel, por lo que plantear un recopilatorio con un precio de 62 euros, en el que más de la mitad es material que seguramente ya tendrá en su poder, es tensar demasiado la cuerda.
Hablando en plata, lo único que quedaba pendiente de Morbius sin editar era el serial de Adventure into Fear. Pero no hablamos de los tiempos de Forum… no, qué va. La serie de Vampire Tales se publicó de manera íntegra en la misma línea Marvel Limited Edition, por lo que Panini y SD podrían haber evitado su inclusión, de manera muy sencilla. Es más, hasta los números finales de este volumen, que pertenecen a la serie de She-Hulk, también salieron en MLE, con el acicate de que en estos ejemplares Morbius tiene un papel de simple secundario, ya que por entonces aparece curado de su vampirismo. Números de Spiderman, publicados y republicados por Panini, y en el caso de que no lo sean (el inicio de Peter Parker), en algún momento lo serán. En definitiva, una faena para aquellos que ansiaban tener la colección a color del Vampiro Viviente y que el relleno (entendiendo relleno como material ya expuesto por Panini, de manera reciente) vaya a complicar su adquisición.
Lo cierto es que este volumen de Morbius recoge casi todas sus apariciones estelares (faltan las de Marvel Team-Up) durante su periodo de consolidación como personaje, la década de los 70 y primeros años 80. Indicado para aquellos lectores que quieran conocer, de primera mano, al primer vampiro de la editorial, pionero en un género que daría para mucho material en una época, pero también un villano (o anti-héroe) para la narrativa superheroica. Este tomo contiene una cantidad ingente de historias que no van a defraudar al seguidor habitual de los llamados cómics clásicos.
Otras reediciones
Marvel Must-Have. Spiderman: La Última Cacería de Kraven
Este mes solo rescatamos en este apartado una reedición, pero es que, ¡vaya reedición! Marvel Must Have, la línea con la que Panini rescata a un precio competitivo grandes obras de La Casa de las Ideas tanto modernas como clásicas se destapa este mes de Julio con La Última Cacería de Kraven, el cómic hoy considerado un clásico en el que Kraven el Cazador fue más tomado en serio que nunca.
Quien hasta entonces pudo parecernos un villano de tapadillo, o incluso un tanto ridículo, obsesionado con el mundo de la caza y con dar caza a Spiderman, en manos de J.M. DeMatteis y de Mike Zeck, es un hombre frustrado, maduro, que ha visto su vida arruinada por un objetivo inalcanzable que solo le importa a él, y al que ni siquiera su presa comprende o es capaz darle importancia.
Harto de esta situación, y de vivir a la sombra de un enemigo que ni siquiera le teme, Kraven decide tomar cartas en el asunto, y llevar a la araña a un terrorífico final en el que solo podrá quedar vivo uno de los dos.
El cómic arácnido que sentó las bases de la madurez del personaje y de sus historias para la década de los ochenta. Un clásico imperecedero que hoy podéis adquirir a un precio muy jugoso.
Aquellas maravillosas novedades
Terminado nuestro exhaustivo repaso a las novedades del presente, ha llegado el momento de saltar hacia atrás en el tiempo para rememorar las novedades del pasado. Hoy nos hemos propuesto rebuscar en el baúl de los recuerdos hasta encontrar las portadas que más nos llamaron la atención… para mal, claro… de entre todas las que se publicaron en cada uno de los momentos temporales que vamos a revisitar. ¿Y por qué? Pues porque nos gusta hacernos daño, simple y llanamente. ¡Empezamos! ¿Recuerdas lo que pasó…?
¿… hace un año? En julio de 2020 se publicó el número 165 de El asombroso Spiderman. Se trataba del inicio de un arco que pretendía recuperar el añorado futuro del año 2099, cosa que no logró demasiado bien. Ojo a la portada de Tony Daniel, en la que a menos que nos esté engañando la perspectiva nuestro trepamuros favorito muestra unas proporciones cuanto menos… curiosas. ¿Tiene los brazos demasiados largos? ¿Las piernas demasiado cortas? ¿Ambas cosas? En cualquier caso, ¿a quién no le entrarían ganas de abrir el cómic viendo semejante portada? Genérica a más no poder, poco estimulante, sin ninguna información sobre el nuevo arco que se narra en su interior… A veces nos gustaría saber qué se toman los editores antes de aprobar según qué cosas.
¿… hace cinco años? En julio de 2016 teníamos al Viejo Logan recién llegado a Tierra-616 tras Secret Wars y estaba dispuesto a todo para evitar que su siniestro futuro llegase a existir. El artista italiano Andrea Sorrentino fue el responsable del apartado gráfico de aquella colección, proporcionando un aspecto muy distinto al personaje en comparación con el original de Steve McNiven. A los que no estábamos acostumbrados al estilo de Sorrentino (y a la peculiar paleta de colores que le acompañaba) estos tebeos se nos hicieron un poco cuesta arriba. La portada del número 66 de Panini es un buen ejemplo de lo que ofrecía el interior: rostros oscurecidos y amargados, colores apagados y marchitos… un panorama bastante deprimente, la verdad. Pero bueno, ¿qué otra cosa se podía esperar del Logan más pocho de todos los universos?
¿… hace diez años? En julio de 2011, La Edad Heroica continuaba en el sexto número de la colección de los Vengadores de Brian Michael Bendis y John Romita Jr. Un Bendis que ya estaba bastante quemado y falto de inspiración junto a un Romita Jr. en uno de sus peores momentos creativos. ¡Vaya combinación! En esta casa somos muy fans del arte de Romita Jr., pero estos tebeos fueron duros. Muy duros. Esta portada en la que un Thor ortopédico se enfrentaba a un Maestro acartonado es dura, cuanto menos. El interior tampoco era muy distinto, por desgracia. Quién iba a decir que darle una colección grupal repleta de acción ligera y combates dinámicos a un dibujante especializado en dibujar señores grandotes acartonados iba a ser mala idea. Qué cosas.
¿… hace veinte años? En julio de 2001 volvió el bueno de Rob Liefeld. En realidad nunca se fue del todo, como una enfermedad que no acaba de curarse bien. ¿Acaso creías que se podía hacer una selección de malas portadas sin incluir al autor de algunas de las portadas más infames de la industria? Ojo a la portada del número 64 del Lobezno de Forum, en la que tenemos a Liefeld dibujando a Masacre. La composición no es muy original… por no decir que fue la enésima vez que el amigo Rob fusiló aquella portada tan popular de Todd McFarlane en la que Hulk se reflejaba en las garras de Lobezno. Lo que sí es original es haber encontrado una manera de que a Masacre se le vean los dientes apretados sin quitarle la máscara, por si acaso todas esas venas a punto de reventarle en el cuello y el entrecejo fruncido con violencia no fuesen pistas lo suficientemente claras de que el personaje estaba enfadado. En fin, los años noventa fueron difíciles de matar. Aunque da igual la década, que nuestro admirado Rob lleva dibujando igual desde el primer día.
¿… hace la tira de años, en un mes de julio como este? En julio de 1995, hace 26 años, nos llegó Ultraforce, el buque insignia del Ultraverse. Algún lector avispado dirá que esto no tiene nada que ver con Marvel, pero se equivocará, pues la Casa de las Ideas tuvo la brillante ocurrencia de comprar Malibu Comics, responsable del Ultraverse, al año siguiente. Unos cuantos personajes marvelitas pasaron al Ultraverse, hubo un crossover con los Vengadores y… bueno, poco más, porque unos meses después este universo desapareció para nunca más volver. Si lo mencionamos aquí es para enseñar la portada del número cero de Ultraforce… obra de George Pérez, nada más y nada menos. Hemos dicho que hoy queríamos buscar portadas feas y acabamos de mencionar una de Liefeld, pero hay algo peor que ver a un mal dibujante dibujando cosas feas: ver a un buen dibujante dibujando cosas tan feas como esos esperpentos noventeros de Ultraforce. En verdad la década maldita no respetaba a nada ni a nadie.
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