Javier Vázquez Delgado recomienda: Wonder Woman: Primera Temporada- La cacería salvaje

Edición original: Wonder Woman núms. 82-83 USA, Wonder Woman núm. 750 USA (Historia principal), Wonder Woman núms. 751-758 USA y Wonder Woman Annual núms. 3-4 USA
Edición nacional/España: Wonder Woman Primera Temporada
Guion: Steve Orlando
Dibujo: Emanuela Lupacchino, Gleb Melnikov, Jack Herbert, Jan Duursema, Jesús Merino, Jheremy Raapack, Kieran McKeown, Max Raynor, Miguel Mendoça, V Ken Marion
Entintado: Sandu Florea, Scott Hanna, Norm Rapmund. Marc Deering, Vicente Cifuentes, Ray McCarthy
Color: Rómulo Fajardo Jr., Hi-Fi, Gabe Eltaeb
Traducción: Uriel López
Formato: Rústica, 328 págs. A color. 28,95 euros

El retorno de la Amazona

“Me siento orgullosa de la persona en la que te has convertido”

La publicación de WW en nuestro país ha sido errática en los últimos tiempos (ligada esta circunstancia, por supuesto, al interés que la colección despierta en los lectores, en franca decadencia). Precisamente, hace aproximadamente un año se dejó de emplear una cadencia concreta para, ahora, recogerla bajo la modalidad de Temporada, coincidiendo con la etapa completa de un nuevo guionista, Steve Orlando. La Amazona, otrora baluarte de la editorial y por siempre miembro de pleno derecho de la Trinidad, había perdido bagaje e importancia. Con la llegada de un autor de sus características, admirador del personaje y conocedor de su trayectoria, se daba un nuevo impulso a la misma, insuflándola de un renovado interés. ¿Se consiguió el propósito?

El tomo comienza con una aventura de corte clásico en el tercer Anual, desenfadada, en la que prima un propósito final: definir las cualidades básicas de la que será némesis central de la colección, Warmaster, Paula Von Gunther. Se establece un nexo de conexión con Diana, manido en forma pero interesante para plantear el conflicto, acompasando lo puramente introductorio con la acción, repleta de momentos visualmente convincentes, obra de V Ken Mario (dibujo) y Sandu Florea (tinta). Con posterioridad, se inicia el primer arco para la cabecera principal, con Cheetah como contraparte de ocasión. Se nos plantea un nuevo escenario, con los actos más recientes de la villana como móvil para su nueva empresa contra Wonder Woman.

Es un comienzo prometedor, con un apartado gráfico excelente en manos de dibujantes de la talla de Kieran McKeown, Jheremy Raapack y Miguel Mendonça , y Jesús Merino. La falta de uniformidad en el mismo no es impedimento para que la historia funcione. Las batallas enganchan y dan sentido a un guion que adolece de falta de consistencia en el diálogo. Orlando abusa de la explicación, sobrecargando innecesariamente los encuentros, sin encontrar la voz para su personaje principal.

El verdadero reto comienza a partir del siguiente número y arco, con más momentos para la reflexión, y en el que los vicios de su escritor son más evidentes. Por una parte, plantea situaciones acertadas, como lo relativo a la relación de la amazona con Nora Nunes. Por el otro, falla a la hora de preparar la línea argumental que va a seguir la colección. Invierte poco tiempo en definir a la Doncella de Hierro, recurriendo de nuevo al puro entretenimiento a través del enfrentamiento. Se opta por desarrollo atropellado, dejando un final con una alarmante falta de contenido.

El siguiente número, 754, resulta el mejor de toda la etapa. Lejos de la grandilocuencia demostrada hasta entonces, se opta por una historia más sencilla, emotiva y con referencias al brillante pasado que ha tenido la colección. Orlando construye a través de Máxima una declaración de amor por sus personajes, así como un estudio acerca de la responsabilidad, deber y prejuicios. El dibujo de Gleb Melnikou rompe el estilo de sus predecesores, con menos splash-pages y mayor parquedad en los detalles del conjunto, pero con un grado íntimo que se adapta con acierto al guion. El color de Rómulo Fajardo Jr., por su parte, resulta ideal a la hora de presentar Almerac, con preferencia por tonos verdes para el planeta, contraponiéndolo con el negro de las escenas en retrospectiva de la heroína con Steve.

Después de demostrar las posibilidades de sus ideas para WW en un número unitario, regresa a la pura acción con Los Cuatro Jinetes. De nuevo, el extremo positivo se deriva del buen hacer de los ilustradores (fundamentalmente, Jesús Merino y Vicente Cifuentes (tinta) y su diseño para Diana), con un gran dinamismo y fuerza, manteniendo vivo un arco irregular. Los diálogos vuelven a tener una fragilidad notoria, como también resulta evidente la dificultad a la hora de caracterizar a los personajes. Especialmente, resulta destacable la falta de fuerza en las intervenciones de Warmaster. Más allá de las bondades que puede tener un duelo clásico de bien contra mal, la historia no tiene punto original o aspecto llamativo y novedoso, lo cual puede esgrimirse como uno de los motivos por los que la colección ha perdido interés en tiempos recientes.

Steve Orlando, autor contrastado y con trabajos tan interesantes y únicos como la reciente etapa en Martian Manhunter, no da con la respuesta adecuada, más allá de momentos puntuales como el citado 754. La falta de rumbo y consistencia terminan por lastrar su breve paso por una cabecera que continúa a la espera de una visión novedosa y atractiva.

En resumen, contamos con una nueva etapa irregular, siguiendo la estela de sus predecesoras. Dispone de elementos atractivos, honestos, y un respeto reverencial por WW, pero falla rotundamente a la hora de construir su propia historia, quedándose en la superficie de sus posibilidades.

Lo mejor

• El dibujo de Jesús Merino.

Lo peor

• La falta de dirección en la trayectoria del personaje.



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares