Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Crítica de Viuda Negra, de Cate Shortland

Aviso de Spoilers: Pes a que no se entra a analizar en detalle la trama, escenas ni escenas postcréditos asociadas a la producción, la siguiente crítica puede contener algún spoilers ligero sobre la película Viuda Negra de Marvel Studios. Si conoces al personaje de los cómics, puede que no le des importancia, pero nosotros, como buenos agentes de la Sala Roja, avisamos antes de disparar.

Dirección: Cate Shortland
Guion: Eric Pearson, Jac Schaeffer y Ned Benson basado en el personaje de Stan Lee, Don Rico y Don Heck
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Gabriel Beristain
Reparto: Scarlett Johansson, Florence Pugh, Rachel Weisz, David Harbour, William Hurt, Ray Winstone, O.T. Fagbenle, Michelle Lee, Olivier Richters, Nanna Blondell, Joakim Skarli, Obie Matthew, Paul O’Kelly
Duración: 132 min
Productora: Marvel Studios, Zak Productions. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Nacionalidad: Estados Unidos.

El 1 de mayo del nefasto 2020 era la fecha elegida para que Disney y Marvel Studios estrenaran por todo lo alto Black Widow, la vigésimo cuarta película del Universo cinematográfico de Marvel (MCU), segunda protagonizada por una mujer y primera de la Fase 4. Pero la pandemia, el estado de emergencia sanitaria y el confinamiento trastocaron la puesta de largo internacional del largometraje protagonizado por Scarlett Johanson. Tan complicada situación hizo que Disney no sólo fuera posponiendo la llegada a las carteleras del film, sino sembrando la duda sobre si llegaría a pasar por las multisalas o si se estrenaría de manera exclusiva en el access premiere de Disney Plus, la plataforma de streaming de la todopoderosa compañía. Afortunadamente esta vez los sufridos cines no se han visto en la complicada tesitura de no contar entre sus proyecciones con la muy esperada cinta protagonizada por la famosa vengadora de la que ya conocemos su fatal destino después de los hechos acontecidos durante la descomunal Vengadores: Endgame, algo que también puede hacerse en el ya citado servicio de VOD. De la dirección del proyecto se encarga la australiana Cate Shortland (SMILF), del guión Eric Pearson (Thor Ragnarok) a partir de una idea de Jac Schaeffer (WandaVision) y Ned Benson (The Disappearance of Eleanor Rigby). En el reparto de secundarios encontramos a Florence Pugh (Midsommar), Rachel Weisz (La Momia), David Harbour (Stranger Things), William Hurt (El Increíble Hulk), Ray Winstone (Indiana Jones y la Calavera de Cristal) u Olga Kurylenko (Oblivion).

Durante su arranque Viuda Negra remite a ciertos lugares comunes sobre el cine de espionaje internacional de nacionalidad estadounidense que no supone la mejor de las cartas de presentación. Patriotismo yanqui, coletazos de la Guerra Fría a estas alturas parecía que ya superados, rusos malvados. Una sesión continua de tópicos que nos hacen arquear la ceja en más de un momento, pero que conforman un prólogo que sí funciona como primera toma de contacto con los personajes principales y la relación que mantienen los unos con los otros. Una vez terminada esa secuencia introductoria la línea temporal se traslada al periodo inmediatamente posterior a Capitán América: Civil War y los acuerdos de Sokovia con Natasha Romanoff como fugitiva del gobierno de Estados Unidos viéndose inmersa en una red criminal controlada desde las sombras por Dreykov (Ray Winstone) estrechamente vinculada con su pasado y haciéndole reencontrarse con su familia formada por sus padres Alexei (David Harbour) y Melina (Rachel Weisz) o su hermana Yelena (Florence Pugh).

No es casualiad que en el ya citado prólogo veamos en un televisor la imponente figura del tristemente desaparecido Michael Lonsdale dando vida a Hugo Drax en Moonraker (John Glen, 1979), una de las películas de James Bond más recordadas de la etapa en la que Roger Moore dio vida al agente al servicio de su majestad con licencia para matar. Porque Viuda Negra no es otra cosa que una derivación a lo “Marvel Studios Style” del espionaje internacional high tech de las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Ian Fleming adheriéndola a la pátina superhéroica del Universo Cinematográfico Marvel que pudimos ver en las entregas del Centinela de la Libertad dirigidas por los hermanos Anthony y Joe Russo o su heredera natural, la irregular serie The Falcon and the Winter Soldier. A la hora de diseñar una cosmogonía audiovisual propia para el personaje creado en su origen por Stan Lee, Don Rico y Don Heck allá por el lejano año 1964 los responsables del film han decidido transitar por esta reconocible senda deudora de 007.

Como thriller de espionaje manistream Black Widow funciona a las mil maravillas, pero en ningún momento pude quitarme de la cabeza las declaraciones de la directora argentina Lucrecia Martel afirmando que cuando le propusieron rodar el film ella se encontraba ilusionada por poder realizar unas escenas de acción que desde Disney le comunicaron llevarían a cabo una segunda unidad especializada en este tipo de pasajes y, todo hay que decirlo, con muy buenos resultados. Este secreto a voces que es indisivible al cine de Hollywood desde tiempos casi inmemoriales siempre viene a confirmar que los directores de este tipo de blockbusters la mayoría de las veces son asalariados que no pueden inyectar su propia impronta en lo que es una maquinaria bien engrasada en la que tienen poca voz y no mucho más voto. De manera que sí, los tiroteos, explosiones o persecuciones por tierra y aire están ahí y son tan efectivos como era de esperar, pero Cate Shortland ha tenido poco que ver con ellas.

Lo más curioso de Black Widow es que a pesar de imperar el fuego de artificio bien entendido y con un diseño a la altura de las circunstancias, cuando mejor funciona su propuesta es al revelarse como una “película de personajes”. Porque es un hecho ineludible que los tres intérpretes secundarios elegidos para dar la réplica a Scarlett Johanson son un acierto de casting mayúsculo. No sólo el encanto de una Florence Pugh como Yelena robando más de una escena a su compañera, la sorna y atolondrada personalidad de David Harbour en la gruesa piel de Alexei/Guardián Rojo enamorando al patio de butacas y la ambigüedad de una inteligente Rachel Weisz dando voz y físico a Melina despertando más de una sospecha entre los espectadores juegan totalmente a favor del proyecto. Es que al compartir plano los cuatro conforman una familia totalmente atípica y desestructurada alternando pasajes dramáticos con otros de un humor muy bien planteado (aquí son la protagonista de Mujercitas y el actor de Tyler Rake los que protagonizan las mejores situaciones) dando alma y corazón a la película.

Desgraciadamente el guion de Eric Pearson, desarrollado a partir de un argumento a cuatro manos entre Jac Schaeffer y Ned Besnson no aprovecha todo el potencial de su interesante propuesta. Aunque al inicio de la reseña hemos mencionado los manidos estereotipos que maneja la historia también es cierto que juega muy bien sus cartas al utilizar a las viudas negras, la Sala Roja y Dreykov como una alegoría sobre la trata de blancas y el Polvo Rojo de la toma de conciencia que lleva a dichos personajes a la sororidad entre mujeres. Pero en el lado opuesto tenemos un libreto repleto de situaciones previsibles mil veces vistas que convierten Black Widow en una pieza adscrita al subgénero superheróico con poco de original y sí mucho de redundante. Por otro lado, más grave todavía, se suma a ese mal endémico del cine comercial actual en el que parece que hay que sobreexplicar la trama para dejar satisfechos a todos aquellos puntillosos que van a sacar punta a la “inverosimilitud” de depende que escena, como si Hollywood se adentrara en el peligroso terreno de querer dejar satisfecho a todo el fandom, algo imposible de llevar a cabo.

A estas alturas ya he leído declaraciones de compañeros, usuarios de redes sociales y miembros de la prensa especializada que o bien consideran Black Widow una película top dentro del Universo Cinematográfico Marvel o una de las peores ideadas por la Marvel Studios de Kevin Feige. Un servidor se queda a años luz de considerar película en solitario de Nastasha Romanoff una mala película, y más si tenemos en cuenta los infantiles argumentos que promulgan algunos de sus detractores, pero tampoco me sumo a los que la tildan de obra maestra obnubilados por el simple hecho de haber podido ver una nueva película del UCM en pantalla grande. El que esto firma se queda a medio camino, habiendo disfrutado de lo visto gracias a su hipérbole de acción, personajes entrañables y pasajes dinámicos con una versión de Taskmaster/Supervisor de imponente presencia física, pero siendo consciente de que esta estimable despedida del personaje de Scarlett Johanson podía haber sido mucho mejor de lo que es.



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