Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Gold. Los Vengadores Costa Oeste: Relatos para asombrar
Edición original: The West Coast Avengers v2, 33-41 y Annual 3 USA (Marvel Comics, 1988-89)
Edición nacional/España: Marvel Gold. Los Vengadores Costa Oeste: Relatos para asombrar (Panini Cómics, 2017)
Guion: Steve Englehart, Dan G. Chichester, Margaret Clark, Mark Gruenwald, Tom DeFalco, Ralph Macchio
Dibujo: Al Milgrom, Tom Morgan
Entintado: Mike Machlan, Dave Hunt, Al Milgrom, Mike Gustovich, Tom Morgan, Gerry Talaoc
Color: Paul Becton, Steve Buccellato, Andy Yanchus, Greg Wright, Marc Siry
Traducción: Gonzalo Quesada
Realización técnica: Marina Ariza, Norma Cuadrat, Forja Digital
Formato: Tapa blanda. 272 páginas. 25,00€
El adiós de Englehart y Milgrom
“No importa dónde hayas estado los últimos años, es tan cierto como siempre… ¡Vengadores, Reuníos!”
Todo lo bueno tiene un final. Y lo que no es tan bueno o ni siquiera medio bueno, pues también. En los últimos meses hemos ido reseñando lo que faltaba por reseñar de la reedición de estos Vengadores Costa Oeste, unas historias que parecen, a tenor de lo comentado por muchos de nuestros lectores, auténtica nostalgia en tinta y papel. Poco podía imaginar este humilde juntaletras que sus artículos más comentados en Zona Negativa estarían todos dibujados por Al Milgrom. Algo, sin duda, tendrá este señor que atrae al vetusto lector de cómics. Comentarios irónicos aparte, ha llegado la hora de decir adiós a los Vengadores de Englehart y Milgrom en un tomo que, de nuevo, nos va a obligar a explicar varios aspectos editoriales de la época si queremos comprender del todo las razones del final de esta etapa.
La historia principal del tomo es la que le da nombre, Relatos para asombrar, otro ejercicio marca Englehart de buceo por la continuidad Marvel con resultados bastante limitados. A estas alturas de la serie, podríamos decir que, junto con Ojo de Halcón, Hank Pym era el personaje con más peso en la serie, o al menos aquel que el guionista más había intentando trabajar. Pym, tras haber sido defenestrado como Vengador, aterrizaba en California como un apoyo del grupo, más un Jarvis que un héroe por sí mismo. Englehart le hizo evolucionar, sí, pero pagando un precio muy caro: deshacer las consecuencias de su traición a sus compañeros y de su comportamiento abusivo hacia la Avispa.
Relatos para asombrar tiene, como siempre que nos encontramos con Englehart a los mandos, ideas interesantes (algunas muy locas), un desarrollo caótico y una sensación de arbitrariedad que acaba siendo cargante. Por ejemplo, el incidente que provoca que los héroes viajen a Hungría, todavía como parte del bloque socialista de la guerra fría, es que Hank ha accedido a una base de datos comunista, literalmente, por las risas. Allí, encontrará información que apunta a que su primera esposa, María Trovaya, a la que creía muerta, podría seguir viva. A partir de ahí, el grupo se pasará varios números encerrados o vagando por cárceles centroeuropeas y luchando contra villanos de segunda fila (excepto en el caso de Kristoff). Es divertido ver cómo Englehart recupera algunos de los villanos a los que se enfrentaba Hank Pym en Tales to Astonish durante la primera parte de los años sesenta, sobre todo los escarabajos escarlata y una debilidad personal, los gorilas comunistas que ya aparecieron en Tales to Astonish #60. La decisión de recuperar a la Visión y la Bruja Escarlata es muy buena y los personajes encajan rápidamente en la dinámica del grupo.
Todo lo demás oscila entre lo malo y lo ridículo: Mercurio como villano acartonado que nunca funciona como futuro “rey de los mutantes diabólicos”; los ya citados malosos de segunda destacando ese Toro que acaba siendo, valga la redundancia, toreado por Ojo de Halcón; el desvío a Latveria totalmente intrascendente para la trama (y que recuerda esa “maravillosa” aventura de Howard Mackie en los 90 en la que Spiderman va a Latveria a investigar la desaparición de Mary Jane y Spiderman se marcha de Latveria sin haber investigado la desaparición de Mary Jane); la aparición totalmente gratuita del Jinete Fantasma, etc. Englehart, que seguía pensando a largo plazo, hace avanzar la subtrama del “asesinato” del Jinete Fantasma original por parte de Pájaro Burlón, enfrentando a la heroína con su marido, Ojo de Halcón, a cuentas del incidente que tuvo lugar en la saga de perdidos en el espaciotiempo. Aquí, creo que Englehart busca el conflicto de una forma un tanto exagerada puesto que la reacción de Clint, de profundo rechazo ante el “asesinato” tiene sentido como calentón pero difícilmente a medio plazo. A fin de cuentas, Ojo de Halcón es un villano reformado y debería ser el primero en comprender y empatizar, nada menos que con su mujer, en lo que se refiere a cometer errores o llevar a cabo acciones moralmente cuestionables.
Este choque entre Bobby y Clint iba a ser utilizado por el guionista para romper el grupo en dos. Por una parte, Pájaro Burlón, Tigra y el Caballero Luna. Por otra, Ojo de Halcón, la Visión, la Bruja Escarlata y el Hombre Maravilla. La primera historia con este nuevo statu quo será la del Anual, también a cargo de Englehart y Milgrom, incluido en el tomo y centrado en la Guerra de la Evolución. En el #37, aparece Mantis, personaje creado por el propio Englehart (su ojito derecho, podríamos decir) y cuya integración en el grupo se tornaba inevitable. Sin embargo, todo se torció de forma inusualmente rápida. Los #38 y 40 son dos números de relleno sin ningún interés. El #39 tan solo podemos acreditárselo en parte a Englehart y el #41, que cierra la etapa, es un intento bastante chusco por parte de Tom DeFalco y Ralph Macchio de dejarlo todo más o menos arreglado, principalmente la subtrama del Jinete Fantasma, para la llegada de John Byrne. Englehart ya se había librado de Hank Pym al final de Relatos para Asombrar de una manera facilona (“buscaré la manera de ayudar a mi primera mujer”. Spoiler: no se volvió a saber de esta supuesta ayuda) y aquí los dos editores convertidos también en guionistas, despachan al Caballero Luna de forma ciertamente cutre. Resulta que el Caballero Luna no quería ser vengador, era Konshu quien quería. Konshu abandona al Caballero, ergo el Caballero abandona los Vengadores. Como se entere Jason Aaron de esto…
¿Qué había pasado? Efectivamente, los planes de Englehart a medio plazo eran convertir a Mantis en Vengadora y replicar en los Vengadores Costa Este la división que acababa de tener lugar en la colección de los Costa Oeste. Esta situación de Vengadores enfrentados era algo que, según el guionista, podía dar mucho juego. Pero ninguna de estas historias iba a ver la luz del día. No es fácil hacer una cronología de lo ocurrido. Para empezar, por lo que parece, Englehart no tenía buena relación en Marvel con los editores y también escritores Mark Gruenwald, Ralph Macchio y, sobre todo, Tom DeFalco. Siempre según Englehart, los cambios por imposición editorial habían empezado en el #22 pero se hicieron imposibles de manejar a partir del #37. El cese de Jim Shooter como Editor en Jefe de Marvel en abril de 1987 y su sustitución por Tom DeFalco supusieron la defenestración del guionista en aquel momento no solo de Los Vengadores Costa Oeste sino también de Los 4 Fantásticos y Estela Plateada. DeFalco y Gruenwald querían una “vuelta a los orígenes” para la mayoría de los personajes Marvel, potenciar sus aspectos más conocidos para el gran público con la vista puesta en la venta de licencias (“vender tarteras” en palabras de Englehart). El guionista de sagas tan recordadas como la Madonna Celestial no entraba dentro de los planes del nuevo equipo editorial y fue presionado durante meses hasta acabar completamente fuera de la empresa.
Por lo que respecta a Los Vengadores Costa Oeste, Englehart afirma que le echaron de la serie por sus ideas de dividir ambos grupos de Vengadores y por la inclusión de Mantis. Según Sean Howe (en Marvel Comics: la historia jamás contada), Englehart fue despedido de la serie por negarse a reintegrar a Iron Man en el grupo. Lo único seguro es que el trabajo de Englehart fue severamente mutilado por mandato editorial. El caso más escandaloso es el Anual #3 en el que todos los diálogos de Mantis fueron eliminados. El destino de Mantis en la colección, abandonada en la tierra y alejada de su hijo tras haber sido utilizada básicamente como “vientre de alquiler”, en un #39, que solo fue escrito parcialmente por el guionista (las 10 primeras páginas), fue ignorado por Englehart, quien continuó la historia del personaje en las series de Estela Plateada y los 4 Fantásticos. Al menos tuvo tiempo de despacharse a gusto con sus editores en Marvel en su última saga en la colección de la Primera Familia, unos cómics que no acierto a entender cómo permitió Marvel su publicación puesto que suponen uno de los troleos más salvajes que haya visto nunca en un cómic no satírico, especialmente hacia las figuras de Gruenwald y DeFalco.
Creo que poca gente estará a favor de mutilar y adulterar el trabajo de un profesional. Lo que hizo Marvel fue, como mínimo, una falta de respeto tanto a los creadores como a los lectores. Otra cosa es la valoración que estamos haciendo de los cómics que conforman el tomo que estamos reseñando. Y estamos hablando de cómics muy flojos. Englehart no consigue transmitir ni la épica de números anteriores, ni desarrolla adecuadamente a los personajes. El dibujo de Al Milgrom es muy deficiente, con números que parecen únicamente abocetados (lo del #39 es de vergüenza), expresiones faciales imposibles y personajes que asemejan maniquís con colorines.
Es una pena que la etapa de Englehart y Milgrom terminara de esta manera. Hay que reconocerle al guionista haber sido capaz de sacar adelante un segundo equipo de Vengadores con muchas historias memorables que aún hoy en día son recordadas con cariño por muchos aficionados. Marvel no solo despidió a Englehart. Por lo que respecta a varios personajes, pareció decidida a borrar y destruir todo el trabajo que el guionista de Indiana había desarrollado durante años. El legado de algunos autores es efímero. El de Steve Englehart, con sus altibajos, sigue vivo.
Lo mejor
• La recuperación, para los Vengadores, de la Visión y la Bruja Escarlata
Lo peor
• Al Milgrom
• Las interferencias editoriales
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