Javier Vázquez Delgado recomienda: All the Sad Songs, de Summer Pierre
Edición original: All the Sad Songs USA (Retrofit Comics / Big Planet Comics, 2018)
Edición nacional/España: Inédita
Guion: Summer Pierre
Dibujo: Summer Pierre
Formato: Tapa blanda. 104 páginas
Todas las canciones tristes
Existe una tendencia popular en Internet consistente en elegir una canción distinta cada día durante un mes. No puede ser una canción cualquiera, sino que debe cumplir con la condición que se indique en cada caso, como que sea una canción que te recuerde al verano o que te anime el día con solo escucharla. Hay múltiples variantes de esta actividad que se centran en materias específicas como el cine o los videojuegos, y todas producen interés entre muchas de las personas que se topan con ellas por el mismo motivo: la música nos define. Sin importar quién seas o la temática concreta que elijas, lo que tendrás una vez completada esa selección de 30 canciones será, en esencia, una parte de ti. Al mirarla, incluso, habrá quienes sientan una satisfacción similar a la de un artista que contempla su obra recién acabada. Después de todo, son listas creadas con esmero y que tienen la capacidad de exponer un pedacito del alma de su autor a cualquiera que las escuche.
All the Sad Songs es una obra que parte, precisamente, de la capacidad que posee la música para definirnos. Summer Pierre, su autora, era conocida principalmente por una serie de cómics autobiográficos titulada Paper Pencil Life, hasta que en 2018 publicó All the Sad Songs y volvió a llamar la atención con un nuevo trabajo. Tanto es así, que esta nueva obra se llevó una nominación en los premios Eisner de 2019 por la categoría de “mejor obra basada en la realidad”. All the Sad Songs se publicó de la mano de la editorial norteamericana Retrofit Comics y a día de hoy se encuentra inédita en España.
Pese a que All the Sad Songs es una obra aparte de Paper Pencil Life, el enfoque creativo es similar. Se trata de un trabajo muy personal en el que la autora se anima a retratar fragmentos de su vida desde un punto de vista autobiográfico. En este caso, el hilo conductor será la música. A través de una ruptura inicial de la cuarta pared que sirve para explicarnos las dificultades que está atravesando Pierre a la hora de concebir el mismo cómic que estamos leyendo en ese momento, la acompañamos en un viaje hacia el baúl de los recuerdos. En él, se lanza a explorar fotos, cuadernos y, especialmente, cintas de casete. De ese modo, cada una de dichas cintas sirve como excusa para viajar a un momento concreto de su pasado y, así, se inicia un recorrido a lo largo de toda su trayectoria personal con la música.
Empieza desde su adolescencia, una edad en la que Pierre ya se mostraba una apasionada de la música, en parte por la influencia de sus padres. Esta influencia, sin embargo, también la limitaba en cierto sentido. Al escuchar solamente lo que sonaba en su entorno de forma pasiva, se formaba un importante bagaje musical; pero también carecía de una personalidad propia. Por eso, al pasar esta etapa y adentrarse en sus primeros años de universidad, vivió una preciosa época de descubrimiento musical explosivo. Cada nueva canción que escuchaba en la radio o en el coche de una amiga podía convertirse en un tesoro por sí misma o, incluso, en un mapa que la condujese hacia más y más descubrimientos.
Conforme el repertorio musical de Pierre se ampliaba y evolucionaba, también lo hacían sus inquietudes musicales. Una vez más, creo que la música que escuchamos nos define en cierto modo. Pierre, al parecer, piensa igual; y por eso no es de extrañar que en su adolescencia, esa etapa de la vida en la que definirse a uno mismo parece más importante que nunca, se sumerja tan profundamente en el descubrimiento musical y en aquello que se convirtió en su nuevo pasatiempo favorito: crear recopilaciones musicales.
Una recopilación para estudiar, otra para cuando estuviera triste, otra para cuando estuviera contenta… en definitiva, una recopilación musical en forma de cinta para cuantas más situaciones mejor. Esa era su filosofía (con la que yo, personalmente, coincido). Para la autora, cobran también mucha importancia las recopilaciones destinadas a otras personas. Si ya había quedado claro su necesidad de definirse a través de la música que elige, esa necesidad se extiende hasta sus seres queridos. Centrarse en una persona que es importante en su vida para crear una recopilación musical que se ajuste a ella es para Pierre un acto tierno e íntimo que implica pensar mucho en esa persona y conocerla bien.
Pero danzar entre recopilación y recopilación musical no tarda en quedarse algo escaso para las necesidades expresivas de Pierre, por lo que decide comprarse una guitarra y probar suerte. De ese modo, a lo mejor podría ayudar a otras personas con sus canciones, al igual que otros muchos artistas han hecho con ella. Es a partir de este momento que su vida da un importante giro y se nos narra cómo, aún más que antes si cabe, el camino de su futuro se construye al son de su pasión por la música.
La tendencia recopilatoria de Pierre también se refleja en el guion, pues All the Sad Songs no es más que una recopilación de algunos de los momentos más importantes de la vida de la autora, narrados desde un punto de vista personal, reflexivo y nostálgico, y unidos todos ellos por la música. Aun así, son momentos que conectan bien entre sí; aunque entre uno y otro se hagan saltos de varios años, da la impresión de que siempre hay un hilo principal, sobre todo a nivel temático, que perdura para concederle cierta cohesión a la narración global. Cada escena está contada con una sensibilidad artística enorme, recurriendo en el proceso a muchos textos de apoyo que describen en primera persona los acontecimientos que plasma el dibujo. El lenguaje utilizado para ello recuerda al tono de un diario por lo general, pero también tiene momentos más “literarios” en los que se deja llevar con acierto.
El dibujo en blanco y negro de Pierre puede no impresionar a primera vista, pero su capacidad para conducir la narración con claridad queda patente al poco de comenzar a leer el tomo. Además, a menudo presenta recursos interesantísimos con los que es capaz de dejar al lector boquiabierto y de enfatizar una sensación tan difícil de transmitir como lo es que la música enmarca todo lo que se nos está contando, tanto desde el punto de vista factual como desde el punto de vista gráfico.
Por cierto, antes de terminar, os dejo por aquí un álbum musical que grabó la propia Summer Pierre en 2004, Far From Here, por si os apetece echarle un oído.
Lo mejor
• Los recursos gráficos que utiliza Pierre.
• Las referencias musicales.
Lo peor
• Inédito en España.
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