Javier Vázquez Delgado recomienda: The Avant-Guards 1, de Carly Usdin, Noah Hayes y Rebecca Nalty

Edición original: The Avant-Guards 1-4 USA (BOOM! Studios, 2019)
Edición nacional/España: The Avant-Guards (Fandogamia, 2021)
Guion: Carly Usdin
Dibujo: Noah Hayes
Color: Rebecca Nalty
Traducción: Liza Pluijter
Realización técnica: Manuel Torres y Rubén Solas
Formato: Rústica. 112 páginas. 10,00 €

¿Esa es la música de calentamiento de los Chicago Bulls?

2 años después de publicar Heavy Vinyl, Fandogamia nos trae de vuelta a la guionista Carly Usdin con el primer tomo de The Avant-Guards, otra obra para la editorial BOOM! Studios como parte de su sello BOOM! Box. Acompañando a Usdin, tenemos a Noah Hayes a los mandos del dibujo y a Rebecca Nalty haciendo lo propio con el color.

La premisa de The Avant-Guards es bastante simple: seguiremos las peripecias de Charlie, quien acaba de trasladarse a una nueva universidad tras pasar por un mal trago y se encuentra en un estado de incertidumbre que le hace sentirse fuera de lugar y sin rumbo. Es en este contexto cuando se topa con Liv y las demás jugadoras de un nuevo equipo de baloncesto al que le falta una integrante. Al proponerle Liv que se una a ellas, Charlie se niega y descubrimos que su delicado pasado guarda relación con el baloncesto. Sin embargo, Liv es una persona tan encantadora como persistente, y no aceptará un “no” como respuesta tan fácilmente.

Al igual que pasaba con Heavy Vinyl, el atractivo principal de este slice of life no reside en su trama, sino en sus personajes. En ese sentido, las similitudes entre la anterior obra de Usdin y esta son evidentes en varios aspectos. Más allá de plantear ambas a una protagonista adolescente que debe enfrentarse al reto de integrarse en un grupo ya establecido, las formas de la narración se mantienen en gran parte intactas y en ambos casos parece que se nos está intentando contar algo parecido de forma parecida. Esto, en principio, podría parecer un punto negativo para el cómic, pero existe un motivo por el que en este caso particular no es así.

En la reseña de Heavy Vinyl, precisamente, ya os comenté que se percibían algunos detalles muy prometedores por parte de las autoras implicadas. No obstante, eran eso, detalles aislados que conformaban una obra entretenida, no una obra redonda. Comentaba, por ejemplo, que el ritmo parecía demasiado acelerado, y achacaba el problema a que en el cómic se trata de aplicar una narrativa bastante descomprimida para construir un primer tomo de tan solo 4 números. Teniendo en mente lo anterior, mi sorpresa al leer The Avant-Guards fue doble: no solo se mantenían esos buenos detalles que habían conseguido ganarme, sino que además se presentaban de la misma forma, con un primer tomo de cuatro números, con una narrativa igualmente descomprimida… y aun así, en este nuevo caso, los problemas de ritmo parecían haber desaparecido.

Ese es el motivo particular por el que no considero que recibir un cómic de la misma guionista tan parecido a su anterior trabajo sea un punto negativo en esta ocasión. Sí, es muy parecido en todos los aspectos de su planteamiento, pero es que también me parece una evolución íntegra en cuanto a calidad. La fórmula se perfecciona para deshacerse de problemas que existían y pulir los puntos fuertes.

En ese sentido, si quienes estéis leyendo esta reseña disfrutasteis en su día de Heavy Vinyl, no puedo hacer más que recomendaros también la lectura de The Avant-Guards porque, en resumidas cuentas, me parece “más de lo mismo, pero mejor”. Sigue siendo una lectura en la que te sumerges y tus preocupaciones se difuminan, una historia con olor a sitcom cuyos puntos más fuertes son sus personajes y los golpes de humor. La mayor diferencia desde un punto de vista macrotextual podría ser la sustitución del toque de misterio que acompañaba la base de humor en Heavy Vinyl a favor de darle una mayor importancia al romance que encontramos en The Avant-Guards. Es decir, aunque en Heavy Vinyl también había romance, aquí se convierte en un elemento más central.

De hecho, siguiendo con las comparaciones, pues son odiosas pero también útiles algunas veces, creo que puede valer la pena mencionar otra serie editada por Fandogamia: la maravillosa Giant Days. Heavy Vinyl ya era una lectura recomendable para aquellos que, como yo, tienen el trabajo de John Alisson en un pedestal alcanzado por pocos. La similitud estructural e intencional de su narrativa las convertía en obras afines, pero, a la hora de la verdad, Giant Days sigue siendo mucho Giant Days y, cuando se ponían los dos cómics sobre la mesa, era inevitable tener la impresión de que Heavy Vinyl se quedaba en algo muy descafeinado. Inesperadamente, en el caso de The Avant-Guards la cosa cambia. Aunque no voy a decir yo ahora que puede rivalizar con la catártica experiencia de lectura que es para mí cada tomo de Giant Days, sí que es cierto que las distancias se acortan lo suficiente como para considerarla una buena alternativa; no solo por parecido, sino también por calidad.

Pasando ya a otros temas, uno de los aspectos que más me ha conquistado de The Avant-Guards ha sido el dibujo de Noah Hayes. Al igual que con la guionista, Carly Usdin, estamos hablando de un artista jovencísimo que está dando sus primeros pasos en la industria. Con tan solo 25 años sobre sus hombros, Hayes ha realizado todas sus obras principales junto a BOOM! Studios, cuyo ánimo de apostar por nuevos autores y propuestas vuelve a quedar patente. Sus dos trabajos anteriores son un cómic ambientado en el universo de la película Wet Hot American Summer y Goldie Vance, una aclamada y exitosa serie de misterio juvenil que —por pedir, que no falte— me encantaría ver publicada por estos lares.

Es por todo esto que resulta todavía más sorprendente la soltura con la que se desenvuelve el dibujante en su misión de narrar este cómic. La expresividad con la que dota a los personajes es fundamental para la obra; prácticamente solo con los gestos que imprime en la cara de cada uno te puedes hacer una idea de su personalidad y de cómo se están sintiendo en cada momento. Se trata de una fantástica mezcla de caracterización, capacidad comunicativa y gracia que potencia unas escenas rebosantes de vida. Para completar la faena tenemos también el color de Rebecca Nalty, del que no tengo mucho que comentar aparte de que me gusta el uso que hace de los tonos planos y que complementa bien el dibujo.

Y hablando de aspectos que me han conquistado, me veo obligado a mencionar la excelente edición de Fandogamia. “La gran F” vuelve a ofrecernos un cómic con “las 3 B”: bueno, bonito y barato. Sus ediciones me parecen un ejemplo a seguir y doblemente meritorias si tenemos en cuenta que no estamos hablando de una editorial gigantesca, precisamente. La realización técnica de Manuel Torres y Rubén Solas es impecable y supera lo esperado. Se encargan de sustituir con mimo el texto de cualquier elemento integrado en el dibujo para que la lectura resulte más inmersiva.

En cuanto a la traducción, Liza Pluijter es la encargada de deleitarnos con unos globos de diálogo que fluyen con suavidad y utilizan un lenguaje admirablemente natural, capaz de captar a la perfección el tono de la obra sin parecer demasiado coloquial. Tiene la originalidad y la valentía suficientes como para introducir expresiones tan recientes como “haber estudiado” y lo hace con estilo, aportando un humor respetuoso con el texto origen. En este caso, curiosamente, también noto una mejoría respecto a Heavy Vinyl, un cómic que tradujo la misma Pluijter y del que ya destaqué en su día su capacidad para lograr un lenguaje muy natural. No obstante, también mencioné que había pequeños errores que se repetían a lo largo de todo el tomo que lastraban la experiencia. Por suerte, en The Avant-Guards se ha mejorado este aspecto y volvemos a disfrutar de una corrección que, pese a tener todavía algún que otro errorcillo más que comprensible, se acerca más al nivel al que nos tiene acostumbrados la editorial.

En conclusión, el primer tomo de The Avant-Guards promete encandilar a los amantes de los slice of life con unos personajes adorables, mucho humor y un fantástico dibujo. En el mercado norteamericano, la serie ya cuenta con 2 tomos de 4 números cada uno y, tras un buen parón, volverá con su noveno número este mismo septiembre, así que es el momento perfecto para subirse al carro.

Lo mejor

• La evolución del trabajo de Carly Usdin.
• El dibujo de Noah Hayes.
• La edición de Fandogamia.

Lo peor

• Se lee en un pispás.



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares