Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Héroes. Peter Parker, El Espectacular Spiderman: Punto de ruptura

Edición original: Peter Parker, The Spectacular Spider-Man 90-110, Annuals 4 y 5, Web Of Spider-Man 1 y material de Marvel Fanfare 47 USA (Marvel Comics, 1984-86 y 89)
Edición nacional/España: (Panini Cómics, 2016)
Guion: Al Milgrom, Bill Mantlo, Peter David, Bob DeNatale, Louise Simonson, Cary Burkett
Dibujo: Al Milgrom, Kerry Gammil, Sal Buscema, Ron Randall, Herb Trimpe, Greg LaRocque, Juan Alcantara, Larry Lieber, Rich Buckler, Vince Giarrano, Pat Redding, Luke McDonnell, Mark Beachum, Michael Golden
Entintado: Jim Mooney, Carlos Garzón, Geof Isherwood, Vince Colletta, Jack Abel, Armando Gil, Brett Breeding, Josef Rubinstein, Kyle Baker, Pat Redding
Color: Bob Sharon, Glynis Wein, George Roussos, Julianna Ferriter, A. Kaotic, Nel Yomtov
Traducción: Santiago García
Realización técnica: Estudio Fénix
Formato: Tapa Dura. 648 páginas. 39,95€

De Al Milgrom a Peter David

“¡El Comepecados ha provocado la sangre de otro pecador!”

Dentro de la colección de tomos que conforman la serie Marvel Héroes podemos encontrarnos dos tipos de volúmenes. Por un lado, aquellos que incluyen una etapa creativa concreta de forma total o parcial como pueden ser el caso de los Marvel Héroes dedicados al Capitán América de Mark Gruenwald. Por otro, aquellos en los que se incluyen etapas caóticas con varios equipos creativos, en algunos casos muy diferentes entre sí, como se vio en el primero de los Marvel Héroes dedicado a La Telaraña de Spiderman. Marvel Héroes. Peter Parker, El Espectacular Spiderman: Punto de ruptura pertenece a este segundo grupo lo que dificulta la valoración final del tomo y quizá suscite cierto debate en la sección de comentarios ¿Serán capaces los lectores de Zona Negativa de batir los más de 100 comentarios dedicados al anterior tomo dedicado a esta colección?

Al abrir el volumen nos encontraremos con los 11 números de Al Milgrom como autor (casi) completo, varios números de relleno a cargo de guionistas consagrados como Bill Mantlo o escritores que pasaron sin pena ni gloria por Marvel como Cary Burkett, para terminar con la primera parte de la estancia de Peter David a los mandos de la colección. Cómics muy diferentes de autores muy diferentes. La que, por muchos aficionados, es considerada una de las peores etapas del personaje, junto con una de sus sagas más recordadas. Incluir todo esto en un mismo tomo, está de más, no puede dar lugar a otra cosa más que a un resultado irregular.

Peter Parker: El Espectacular Spiderman fue lanzada como tercera colección del lanzarredes en 1976, para acompañar a El Asombroso Spiderman y Marvel Team-Up. Con la desaparición de esta última y su sustitución por La Telaraña de Spiderman, Espectacular se convertiría en la segunda colección en importancia para el personaje hasta bien entrados los años 90. A comienzos de los años 80, Bill Mantlo recibió el encargo de convertir la cabecera en un contenedor para historias más oscuras, con un toque urbano y “sucio” que era difícil encontrar en las aventuras que del personaje narraban, por aquella época, Roger Stern y John Romita Jr. en El Asombroso Spiderman. Mantlo escribió unos 25 números con mucho oficio y sin escatimar momentos muy recordados por los aficionados como el desenmascaramiento del héroe frente a la Gata Negra o el enfrentamiento entre Spiderman y el Doctor Octopus. El sustituto de Mantlo sería Al Milgrom, dibujante que había ilustrado parte de la etapa del guionista de Nueva York y que apostaría por una línea claramente continuista en lo narrativo.

Como indicábamos al comienzo de esta reseña, la etapa de Al Milgrom (ayudado por Herb Trimpe) como guionista y dibujante en Peter Parker: El Espectacular Spiderman puede ser considerado uno de los puntos más bajos del personaje. Personalmente, considero que sus 11 números (#90-100) son malos pero no TAN malos. La etapa no funciona por varios motivos. En primer lugar, lo que en un principio parecía continuidad, en realidad es repetición y estancamiento, específicamente en la relación entre la Gata Negra y Spiderman. La revelación de la identidad civil del héroe, rechazada por la Gata, junto con la obtención por parte de ella, de superpoderes, suponían abocar a los personajes a un cambio de status pero Milgrom se limita a marear la perdiz con ellos. Las constantes discusiones y reflexiones sobre lo complicada que es su relación junto con reiterativas dudas acerca de la conveniencia de seguir juntos serán un lugar común en estas historias. Más irritante todavía es la manera en la que Milgrom escribe a la Gata, presentándola como una niña caprichosa e inconsciente que choca frontalmente con el retrato ofrecido por Mantlo, sobre todo tras sobrevivir al tiroteo de los hombres del Buho en el #76. La Gata parece de vuelta de todo cuando, por ejemplo, en el #90 (un número sin Spiderman, ya que se encontraba en las Secret Wars) va en busca del héroe preguntando por él en el Daily Bugle o incluso en casa de Tía May poniendo en peligro la identidad secreta de Peter Parker.

Narrativamente, a la labor de Milgrom se le ven las costuras, especialmente leído en tomo. La trama general en la que Kingpin trata de curar a su esposa Vanesa y vengarse de los héroes tiene una resolución tan simplona como intrascendente. Los nuevos villanos como la Respuesta o la Mancha oscilan entre lo innecesario y lo ridículo. La subtrama del triángulo amoroso Flash-Sha Shan-Betty acaba en nada. Además, hay transiciones entre números realmente malas como la que tiene lugar entre el #90 (la Gata da la bienvenida a Spiderman de las Secret Wars diciéndole que le ha echado de menos) y el #91 (la Gata aparece en la primera viñeta huyendo de Spiderman porque no le reconoce). De la parte gráfica, Milgrom seguía siendo un dibujante muy limitado y Herb Trimpe ni siquiera lo mejoraba. Personajes y secuencias acartonadas que cumplen su función pero que no consiguen enganchar de ninguna manera. A pesar de todos sus defectos, son cómics con mucha acción y con algún detalle interesante como el desarrollo de los poderes de Puñal o el diseño a lo Steve Ditko de la Mancha.

Tras la celebración del #100 y el estreno de La Telaraña de Spiderman, se avecinaban grandes cambios en la colección a la par que en el resto de las cabeceras arácnidas. En 1985, un joven de poco más de 20 años, protegido del Editor en Jefe Jim Shooter, se convierte en el editor de las colecciones de Spiderman. Es James C. Owsley, y su etapa al frente de la oficina arácnida estaría repleta de problemas. Owsley consigue deshacerse de Milgrom pero necesita algo de tiempo para buscar a sus sustituto. Los #101 y 102 son dos números de relleno escritos por un casi desconocido Cary Burkett que ya había trabajado con el lanzarredes en un par de números de Marvel Team-Up. Lo más destacado de estos cómics son las portadas de John Byrne, especialmente la del #101 con su elegante uso del blanco y negro.

Owsley cometió muchos errores como editor pero nadie puede negar que su gran acierto fue contratar a Peter David. David había entrado a trabajar en Marvel en los 80 como Asistente en el Departamento de Ventas. Mientras ascendía en el escalafón, el joven se descubrió como un aprendiz de escritor y trató durante muchos meses de vender alguno de sus guiones a la editorial. Fue precisamente Owsley quien adquirió uno de sus guiones primero, y peleó por convertirle en el guionista regular de Peter Parker: El Espectacular Spiderman. Y no fue una pelea fácil. Owsley tuvo que poner en juego toda su influencia sobre Shooter ya que contratar como guionista a un miembro del equipo de Ventas podía dar lugar a un fuerte conflicto de intereses. Shooter argumentaba que David, dentro de su cargo en Ventas, podía dar preferencia a un cómic escrito por él a costa de otras colecciones. Afortunadamente, David se comportó de forma profesional mientras compaginó ambos trabajos, lo que no impidió que Shooter buscara, durante meses, cualquier desliz que permitiera despedirle.

El #103 es el primer trabajo de Peter David publicado por Marvel y podemos ver las cualidades que Owsley supo ver en el novato. Tres estudiantes universitarios idean un plan para, en su infinita arrogancia, demostrar que son más listos que Spiderman. Crean un supervillano, Llamarada, y a punto están de descubrir la identidad secreta del héroe. Finalmente, con ayuda de la Antorcha Humana, será Spiderman quien les enseñe una lección a los jóvenes. Nos encontramos con una historia que se siente “diferente”. Los diálogos y el ritmo son notables, y David es capaz de aunar tensión dramática y humor con sorprendente facilidad. Owsley veía, así, recompensada la confianza depositada en el debutante.

Los #105-106 conforman una historia menos conseguida, en la que Spiderman se mezcla con la Avispa y Paladín en un relato excesivamente enrevesado con juntas de administración, sindicatos, drogas y engaños donde brillan, de nuevo, los diálogos excepto en la innecesariamente machista última página que cierra la historia. Estos números, junto con el Anual #5, representan claramente la apuesta de Owsley por el tono urbano para la colección. El editor tiene en mente la etapa de Frank Miller en Daredevil y querrá mostrar cómo Spiderman también puede protagonizar historias oscuras, no solo en su ambientación sino también en cuanto a su contenido. La idea de Owsley era confrontar a Spiderman con elementos del crimen callejero en aventuras que transcurriesen mayoritariamente de noche y en las que el héroe vistiese siempre el traje negro. David acepta el reto y parece decir “¿quieres historias oscuras? Yo te daré historias oscuras”. Y de ahí a una de las mejores historias protagonizada por el lanzarredes: La muerte de Jean DeWolff.

Jean DeWolff era un personaje secundario recurrente en las series de Spiderman. Creada por Bill Mantlo e introducida al público en 1976 dentro del Marvel Team-Up #48, se presentaba como una capitana de la policía de Nueva York de personalidad fuerte y decidida, fumadora empedernida y fácilmente distinguible por su boina. David quería matar a un personaje secundario de Spiderman y pensó en DeWolff, alguien conocido pero sin la gravedad de otros secundarios con más historia y renombre. La idea inicial de David era aún más “oscura” que la que acabó viendo la luz, puesto que pretendía mostrar cómo el departamento de policía encubría al asesino. Aún así, el guionista tuvo amplía libertad para tratar los dos temas principales que, según él, debía mostrar la saga: mostrar la reacción de Spiderman ante unos crímenes tan abominables que le hicieran perder el control y confrontar la visión que de la justicia tenían Spiderman por un lado y Daredevil por otro.

La muerte de Jean DeWolff no es la historia del asesinato de este personaje sino de la búsqueda de su asesino. El responsable se hace llamar el Comepecados y se trata simplemente de un hombre con una capucha y una escopeta recortada que busca matar a quienes él considera, en su delirio, pecadores: un sacerdote en contra de la pena de muerte, un juez demasiado blando con los criminales, una capitana de policía… La saga está muy influenciada por lo audiovisual. El inicio con una DeWolff muerta recordando su vida parece un guiño al inicio de El Crepúsculo de los Dioses, mientras que el tono recuerda a la, en aquel entonces en boga, serie de televisión Canción Triste de Hill Street, lo mismo que la inclusión de los créditos en la última viñeta en fondo negro y presentados con un corte seco.

Más allá de los excelentes diálogos de David y la impecable narración de Rich Buckler (con un estilo deudor de John Buscema que brilla especialmente con las tintas de Brett Breeding), La Muerte de Jean DeWolff posee algunos de los cliffhangers más espeluznantes de la historia del trepamos como el del #109 con el Comepecados disparando a bocajarro sobre Betty Brant. Además, la acción es brutal como en el último cara a cara entre Spiderman y el Comepecados y la tensión constante. No solamente es un thriller apasionante sino que es un relato que presenta reflexiones e ideas muy complejas en lo que se refiere al vigilantismo, los límites que impone una identidad secreta, las distintas versiones acerca de lo que significa hacer justicia, entre otras. Por ponerle algún pero, nunca me ha gustado el cierre de la historia, especialmente la última página/viñeta dedicada a finiquitar una de las subtramas. Por otra parte, hay que hacer cierto ejercicio de incredulidad para aceptar que el Comepecados puede hacerle frente mano a mano a Spiderman, como ocurre en el #108.

Historias muy flojas y sagas de una altísima calidad. Marvel Héroes. Peter Parker, El Espectacular Spiderman: Punto de ruptura es una extraña mezcla que merece la pena (re)descubrir aunque solo sea por La Muerte de Jean DeWolff, el relato más impactante de Spiderman desde la muerte de Gwen Stacy y sin cuya existencia es dudoso que se hubiera dado luz verde a sagas posteriores como La última cacería de Kraven. Un clásico.

Lo mejor

• La muerte de Jean DeWolff, un auténtico golpe sobre la mesa de un casi recién llegado al mundo del cómic

Lo peor

• El vaiven de calidad en las historias contenidas en el tomo, que provocará que haya lectores que descarten su compra



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