Javier Vázquez Delgado recomienda: The Boys: Querida Becky, de Garth Ennis y Russ Braun

Edición original: The Boys: Dear Becky 1-8 USA (Dynamite)
Edición nacional/España: The Boys: Querida Becky (Norma Editorial, 2021)
Guion: Garth Ennis
Dibujo: Russ Braun
Color: Tony Aviña
Rotulación: Simon Bowland
Editor: Joe Rybandt
Traducción: Ernest Riera
Formato: Cartoné. 200 páginas. 22€

Sangre, política y clases sociales

“Quería a mi mujer, Hughie. Becky, se llamaba.”

Era noviembre de 2012 cuando Garth Ennis y Darick Robertson firmaban el final de The Boys, tras setenta y dos números y tres miniseries, de seis números cada una, que se iban intercalando en la trama con una importancia absoluta para el devenir de la historia. Parecía que no íbamos a saber más de esta colección, es más, casi parecía un milagro que hubiera conseguido llegar a una numeración tan alta después de que desde DC, en su sello Wildstorm, la echasen, por decirlo de alguna manera, de la editorial debido a su fuerte contenido, para acabar en Dynamite. Aunque a día de hoy si la comparamos con otra serie de Ennis, como puede ser Crossed, las aventuras de Hughie, Carnicero y compañía se quedan cortas. Pero no, no fue la última vez que supimos de ellos y una interesante serie de televisión se puso en medio.

Amazon lanzaba la primera temporada de The Boys el pasado 2019, aunque ni su violencia ni su trasfondo crítico ni su alta calidad consiguen llegar a lo que estos dos autores, acompañados de otros artistas, llegaron a plasmar, la adaptación televisiva está teniendo bastante éxito y ha conseguido llevar esta historia a un público más general, así que el afamado guionista ha visto la oportunidad de volver a este terrible mundo que no se diferencia tanto del nuestro como nos gustaría. ¿Estamos ante un caso de sobreexplotación? ¿Ha sido la serie de televisión el motivo de que esta nueva historia exista? La respuesta a la primera pregunta es un claro y rotundo “no”, pues Querida Becky funciona perfectamente en varios sentidos. Con respecto a la segunda pregunta podríamos quedarnos en un punto intermedio entre “seguramente” y “puede”, y es que cuando finalizó la serie original Garth Ennis fue entrevistado en diversas ocasiones y una de las preguntas recurrentes era si tenía intención de volver a escribir sobre The Boys. Ennis resultaba esquivo en tanto que daba la serie por cerrada pero sentía que le faltaba algo, a saber, hablar más sobre Becky.

En este caso el dibujante no es Darick Robertson, el cual se encarga de las portadas, sino Russ Braun, dibujante que estuvo bastante apegado a DC pero que hizo buenas migas con Garth Ennis, creando con él algunas de sus historias de guerra en Battlefields o la serie de Jimmy’s Bastards para Aftershock. Pero no es nada ajeno a esta serie, Braun ya dibujó algunos de los arcos de The Boys, más de veinte números de la serie principal, mientras Robertson se dedicaba a algunas de las miniseries asociadas a la colección. Esto hace que el tomo adquiera una mayor sensación de continuidad. Su dibujo y el del que fuera el artista principal guardan varias similitudes y Braun ha evolucionado muy gratamente en los últimos años. Además Tony Aviña, el colorista original, se mantiene en este tomo haciendo un gran trabajo.

Becky era una de las principales motivaciones de la serie, pero lejos de ser tratada como un personaje más era como una especie de excusa para que Carnicero trazase su plan y tuviera su actitud hacia los superhéroes en general. Ennis se daba cuenta que nunca nos había mostrado realmente cómo era el personaje y era una deuda que él mismo sentía que tenía que pagar algún día. Así que digamos que el éxito de la serie de televisión le sirvió para quitarse esa espinita. Eso sí, que ni las palabras de Ennis ni el título de la serie nos haga pensar que Becky es la protagonista de este nuevo trabajo, ese papel lo siguen jugando Carnicero y Hughie.

The Boys es un cómic curioso. Actualmente está publicado por Norma en tres tomos integrales que sirven muy bien para definir su evolución. Si el primero es una serie de burradas de las que tanto le gustan a Ennis, con un Darick Robertson que no tiene miedo a multiplicarlas, pero siempre con un pequeño mensaje, con una fina ironía en ocasiones, el segundo bajaba el volumen de la violencia humorística para dotar de una mayor crítica a la trama general de la serie, mientras que el tercero no hace gracia y lo que antes estaba enterrado sube a la superficie, transformándola en una maravilla insólita dispuesta a hacernos dudar de todo lo que nuestra sociedad nos ofrece, incluso de nuestro papel en ella. No es nuevo que mucha gente dejó la serie tras los primeros números pensando que eso iba a ser así durante toda la colección, e incluso algunos de ellos alaban la serie de televisión por encima del cómic, pero los que se quedaron han visto como la calidad crecía hasta explotar en los últimos arcos. Si hubiera que situar esta minisierie dentro de esa evolución podríamos decir que, a excepción de algunas escenas sueltas, una en concreto en el primer número sobre cómo vencer a Shazam, que nos devuelven a las bestialidades iniciales y que están puestas para satisfacer nuestro yo más sucio, en realidad el estilo es mucho más cercano al del final de la serie, donde las conversaciones priman sobre los actos más agresivos.

Querida Becky es un epílogo. No engaña a nadie, no es otra historia insertada, es un punto y final que da una nueva dimensión a lo que ya sabíamos al conocer a un personaje tan presente pero que apenas había aparecido como es Becky, pero, aunque le da su espacio, la conocemos más por las reacciones de Hughie y de Carnicero.

La acción se inicia diez años después del final de The Boys, cuando a Hughie, en su pueblo natal junto a Annie, recibe el diario de Becky, de un remitente desconocido, en el cual Carnicero había hecho anotaciones tras el fallecimiento de esta. Así la serie se mueve en tres tiempos, el presente de Hughie, el pasado de cuando Becky estaba viva y la época anterior a que Hughie entrase en The Boys, cuando Mallory aún dirigía el grupo.

Sin duda alguna la mejor parte es la del presente. Los autores hacen gala de una impresionante verborrea cristalizada en una viñetas donde las discusiones sobre el mundo actual obtienen diversas perspectivas que invitan a la reflexión. Lejos de quedarse en el mundo imaginario nos llevan al nuestro, hablan de inclusión, de Trump, del coronavirus, de los argumentos pobres que se dan en las redes sociales y la credulidad de la gente, una gente que confunde agresión verbal con crítica o que usa la palabra libertad sin pensar en su significado, pero también de amor, de relaciones, de respeto, comprensión y amistad, en una parte donde se dignifica al incomprendido personaje de Bobbi, la gran amiga de Hughie. Es magistral la forma en que manejan a los lectores con monólogos aparentemente bien argumentados que se derrumban al encontrarse la réplica.

En las otras dos partes es Carnicero quien lleva la voz cantante, pero lo que realmente nos quieren mostrar los autores es su evolución inicial gracias a Becky y su involución debida a la pérdida de esta. Aunque el cómic no está exento de acción, con su humor negro, es mucho más relevante el pensamiento de Billy y sus cambios, sus conversaciones con Becky, que nos hacen comprender mejor la mente de Carnicero y conocer más a la mujer, dándole mucha más fuerza de la que tenía en la serie original.

Quien se espere risas va a encontrar pocas. Evidentemente para leer este tomo es imprescindible haberse leído la colección, y quien lo haya hecho y le haya gustado quedará satisfecho con lo que aquí nos cuentan y la forma en que este epílogo encaja con la última parte de la colección.

Lo mejor

• La sensación de continuidad con respecto al final de The Boys.
• Todo el trasfondo político y social que introducen en las conversaciones.
• Nos hace comprender mejor a Carnicero y conocer más a Becky.

Lo peor

• Lo único malo que tiene The Boys es que haya gente que se pueda haber dejado llevar por el estilo de las primeras historias y la haya dejado, pensando que solo se trata de ver a Garth Ennis haciendo burradas.



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