Javier Vázquez Delgado recomienda: Gemma Bovery, de Posy Simmonds

Edición original: Gemma Bovery (Penguin Random House. Mayo, 2000)
Edición nacional/España: Gemma Bovery. Salamandra Graphic. Septiembre 2021
Guion: Posy Simmonds
Dibujo: Posy Simmonds
Traducción: Regina López Muñoz
Formato: Cartoné, 112 páginas. 20€

Una tragedia muy británica vista por un panadero francés

“Je suis prêt à parier ma couille gauche qu’elle a un amant”

Gemma Bovery, de la autora británica Posy Simmonds, es una obra deliciosa donde todos los personajes principales son absolutamente insufribles. Incluyendo a la protagonista, por supuesto.

Porque en la reedición de este cómic británico, publicada por Salamandra Graphic, no encontramos una recreación actual de la histórica novela de Gustave Flaubert sino que Simmonds juega de una manera traviesa con la trama decimonónica de la obra literaria, utilizándola para parodiar una cierta clase social acomodada e improductiva que pulula a ambas orillas del Canal de la Mancha.

La acción se sitúa en la fictícia población francesa de Bailleville, situada al norte de Francia, en una zona rural de clima frio y muy húmedo. Allí el boulanger Raymond Joubert nos explica la tragedia de Gemma Bovery que proveniente de Londres, junto a su marido Charlie, intenta iniciar una nueva vida en Normandía, un éxodo que finalmente no acabará cumpliendo sus expectativas. El narrador tiene la oportunidad de leer los diarios íntimos de Gemma con lo que accede a los instantes y a los pensamientos más íntimos de la exigente pero aburrida ilustradora y conoce de primera mano sus secretos más ocultos. Se establece así una doble voz narrativa en la obra que, a modo de contrapunto, nos va desgranando unos acontecimientos que acabarán con una desgracia personal. ¿Ha sido a causa del inevitable influjo de la obra literaria de Flaubert o solo es una desafortunada coincidencia? Joubert tiene su teoría, faltaría más, pero nosotros como lectores nos inclinamos más hacia el escepticismo.

La crítica social viene servida con el acompañamiento de un tono humorístico elegante, muy suave, casi como un perfume fresco que no se distingue claramente pero que nunca dejamos de percibirlo. Cada personaje es puesto en ridículo, llevado a la humillación máxima, incluso algunos secundarios, pero de todos acabamos por olvidar sus flaquezas debido a la extraordinaria capacidad de Simmonds que consigue humanizarlos con certeras pinceladas de ternura.

Seguramente el personaje más odioso es Raymond Joubert, el narrador de la tragedia. Joubert es el panadero del pequeño pueblo Bailleville, en la Normadía francesa. Ha sido editor y actualmente dirige una revista literaria trimestral. Su enfermiza propensión al voyerismo, al chismorreo, a vivir su vida a través de los otros lo convierten en una persona obsesiva, alejada de la realidad y con tendencias al delirio. Su manía de encabezar algunas de sus confesiones literarias con la fórmula “Yo, Joubert” demuestran una irritante inclinación a la auto condescendencia y al narcisismo.

Charlie Bovery, el marido de la protagonista no le va a la zaga, aunque a menudo despierte una profunda compasión. Es pasivo, descuidado, cobarde… Está divorciado, con dos hijos y no sabe contener las ansias de venganza de su exmujer. Acepta resignadamente el papel de marido de conveniencia que le propone Gemma Bovery y sus pocos arrebatos de orgullo acaban irremediablemente en tremendos fracasos.
Patrick Large, el auténtico amor de la Bovery, es – según ella misma – un auténtico gilipollas, engreído, egocéntrico y pedante crítico culinario que solo sabe hablar de sí mismo. No puede estar solo y las rupturas con sus parejas suponen instantáneamente la búsqueda de otra víctima sentimental.
Y finalmente tenemos a la misma Gemma Bovery, neurótica, incostante en su trabajo, derrochadora, exigente con la vida y con las personas que orbitan en su entorno. Ella, por lo contrario, se entrega muy poco a los demás salvo que esté completamente enamorada que es cuando adopta el ridículo papel de romántica adolescente. Sus esperanzas son irreales, sus planes suelen ser descabellados y acaban arrastrando a los demás a desgracias que no les hubiese gustado sufrir.

Este cuarteto dominante, junto a una corte de secundarios bien definidos e igualmente ingratos y pueriles, componen una tragedia absurda que desnuda las peores características de una clase social que vive de las apariencias y que basa su felicidad en lo inmediato y en lo material. La autora no se encarniza sobre ellos sino que de una manera generosa y aguda deja que sean sus propias acciones las que acaben retratándolos.

En el apartado gráfico, la originalidad del estilo de Posy Simmonds salta a la vista desde la primera página. Condicionada por el formato vertical del espacio que le reservaba el rotativo The Guardian y limitada a las 100 páginas por expreso deseo de su editor, la autora explora la fusión entre la novela y el cómic; marida el texto con el dibujo en unas páginas insólitas donde conviven armónicamente los bloques tipográficos, con la letra manual y con los bocadillos de diálogo.
Sus figuras son agradables, redondeadas y de movimientos orgánicos. Las expresiones faciales están perfectamente definidas y la ambientación es precisa pero no barroca. Simmonds trata el blanco y negro con una rica gama de grises que equilibra en la página y le otorga al conjunto un aspecto elegante y proporcionado.

Rosemary Elizabeth Simmonds nació en agosto de 1945 en la localidad británica de Cookham Dean.
Desde pequeña se aficionó a los cómics y dibujos satíricos, especialmente los publicados en la revista Punch. Gran parte de su infancia la pasa en el internado Queen Anne´s School de la localidad de Caversham donde dibuja sin cesar y donde conoce a una profesora de francés, moderna y elegante, que le dará a conocer los grandes clásicos de la literatura francófona como Gustave Flaubert y Victor Hugo. En 1962 viaja a París donde cursará estudios en La Sorbona y a su vuelta a Inglaterra se matriculará en la Central School of Art and Design de Londres.
Tras acabar su formación acepta trabajos temporales hasta que acaba y publica su primera obra The Posy Simmonds’ Bear Book (1969), un libro modesto que sin embargo conseguirá que el editor del periódico The Sun la contrate para realizar un cartoon diario.

En 1972 cambia de cabecera y empieza a colaborar con The Guardian donde ilustrará obras literarias y en 1977 empieza la publicación de su primer cómic titulado The Silent Three of St Botolph’s con el que empezará a granjearse una reputación de autora inteligente e incisiva. En 1981 publica True Love donde se burla de las revistas y cómics de romances fantasiosos y edulcorados. Su siguiente trabajo Literary Life se fija en el mundillo de los escritores y la edición literaria. Al mismo tiempo hace carrera como escritora e ilustradora de numerosos libros infantiles y juveniles con títulos como Lulu and the Flying Babies, The Chocolate Wedding, Lavender o Fred que tuvo una adaptación cinematográfica titulada Famous Fred que fue nominada a los Oscar.
Los editores de The Guardian le ofrecen un espacio fijo para que realice una historia auto conclusiva. El trato es que dispone de 100 columnas diarias para completar el relato. Simmonds baraja varias posibilidades, debido al reducido espacio que disponía. Finalmente decide combinar texto con cómic, creando un estilo propio donde el texto se ocupa de hacer avanzar la acción y las secuencias de dibujadas se ocupan de las escenas más trascendentes e impactantes. Así nace Gemma Bovery (1997) que se convertirá en su primera novela gráfica.
Más tarde repetirá el esquema con Tamara Drewe (2007) y ambas serán adaptadas al cine, siendo protagonizadas – curiosamente – por la misma actriz; Gemma Arterton.
Su última obra, Cassandra Darke apareció en 2018 y en España ha sido traducida y publicada en febrero de 2020 por Salamandra Graphic.

Posy Simmonds representa una sólida tradición que une el dibujo satírico con la historieta y la novela decimonónica con los cómics de prensa. Su concepción de la narrativa es completamente original y su sentido de la sátira se revela lúcido y agudo, lo que la convierte en una autora que conecta perfectamente con un público que no acostumbra a leer un tipo de historieta más convencional y, por supuesto, también entusiasma a los amantes del cómic de mucha calidad.

Este libro es en cartoné, con un tamaño peculiar para adaptarse a las tiras verticales del rotativo The Guardian; más estrecho de lo habitual. La impresión es buena y el papel grueso y mate es de un color ligeramente amarillento que le confiere al conjunto un aspecto vetusto que le sienta muy bien a la obra. El rotulado, que combina lo tipográfico con lo manual, es claro y elegante, está mucho más cuidado que la edición anterior de Ediciones Sins Entido. El álbum carece de cualquier artículo introductorio o galería gráfica adicional y el precio es bastante ajustado si tenemos en cuenta la calidad de esta edición.

Esta nueva edición de Gemma Bovery a cargo de Salamandra Graphic es una oportunidad magnífica para (re)descubrir la primera obra maestra de Posy Simmonds, una novela gráfica cautivadora que reúne lo mejor de su producción y que asegura al lector de cualquier naturaleza muchos ratos de sano e inteligente placer. Todo un lujo…

Salut!

OBRAS DE POSY SIMMONDS RESEÑADAS EN ZONA NEGATIVA:

Gemma Bovery (edición Sins Entido). Reseña a cargo de Javier Agrafojo
Tamara Drewe. Reseña a cargo de Javier Agrafojo
Cassandra Darke. Reseña a cargo de Tristan Cardona

Lo mejor

• La divertida capacidad crítica de Posy Simmonds.
• Una obra con una original concepción gráfico-narrativa.
• La buena edición de Salamandra -Graphic.

Lo peor

• Lo que tarda está magnífica autora en crear cada nueva obra.



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